En este paisaje adornado de colores
esplendorosamente matizados,
la serenidad sobresale
en el semblante de cada rincón pintado
en ese lienzo infinito.
La belleza indiscutible se elabora
con una creación impecable
de la naturaleza.
Bella, silenciosa, cautelosa
-algunas veces inquieta-,
con su furia a ratos nos aprieta,
y a su irritación todos temen;
pero así es ella…
En sus pautas luce misteriosa,
impredecible.
¡Tan poderosa que en cada embate
sus huellas deja!
Incontables
son las cosas que nos enseña;
siempre
se asegura de hacernos saber,
de que es ella,
la única dueña de la noche
y de cada amanecer.
Julio Medina
13 de febrero del 2015