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Y después de un corto periodo de silencio ella pregunto: ¿En qué piensas? El respondió: En nada. (Solo en las mil formas en que podría abrazarte, tomarte de la mano,quererte,besarte,robarte una sonrisa, llevarte al cielo, amarte y hacerte feliz).
Y se miraron...
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El alambrado caído, varillas quebradas, cansados los postes de vientos y soles, la tranquera inclinada clavada en la tierra, sus tablas resecas pidiendo clemencia, malezas que cubren la senda olvidada, debajo del alero susurran ventanas, el revoque caído, las chapas voladas y alguna alimaña que busca morada. El tiempo paso fabricando tapera, solo persiste una marca en la pared manchada Una mancha amorfa, un poco oxidada, es igual a la marca que yo llevo en el alma la mente me juega bromas macabras, veo tu rostro, que grita en mi cara, aun recuerdo el momento donde entre a otro mundo, aun recuerdo el momento donde perdí el rumbo las manos me tiemblan, me pesa el arma, ¿quizás olvide cargarle las balas? Hoy vuelvo a pagar, lo que no tiene precio, hoy con mi sangre, lavaré mi conciencia El estampido habla, el refucilo ilumina, una mancha carmesí que borra tu dolor, aquí me quedare, como una sombra, sin Dios, sin alma ...sin dolor...
creado 27/12/2013 Catriel Cuestas Acosta
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Canibalismo en Saturno.
Canibalismo en Saturno. Delicuescencias de Iridios fríos. Magnolias de espanto. Cimitarras de aquelarre, quebranto y ruído, irisaciones de metralla ruín, ruiseñores muertos y canarios corrompidos, estériles colibríes de barro. Flotan los múltiples anillos, piedras de hielo criminal, círculos infernales, esputos solidificados, invencibles caudillos de lepra. Por las avenidas de las ciudades deambulan los zombis sin ojos, las quimeras de horror y nieve, las insepultas arpías del pánico. A veces crece un asfodelo amarillo que es inmediatamente arrancado de raíz, a veces un heliotropo negro exhala un ungüento favorable, y rápidamente queman bolas de estiércol para que nadie lo huela, hay que prohibir a toda costa la diminuta hormiga amarilla, la libélula azul yace impotente con las alas arrancadas, pero no es suficiente, le tienen que arrancar también los ojos, una estatua de oro se devora a si misma y se arranca los genitales a mordiscos, un violín descoyuntado se rompe una cuerda, un título de nobleza se vende a un usurero monstruoso, una histerectomía forzosa se hace sobre un Virgen niña, le castran los huevos a un Apolo, le dan jarabe venenoso a una sirena, y en el agua flotan corrompidos nenúfares de mierda. Pasan los Reyes de los Jacintos asquerosos, con sus corazas de acero oxidado, tienen las caras llenas de bubas, han adquirido la peste bubónica y se han tragado su propia lengua a mordiscos, y las han luego vomitado para que los cerdos las degusten. Suena una música de agua dañosa, es mitad aceite y mitad anilina, y las piedras turquesas las han escondido bajo un montón de gusanos para que ni un solo poeta pueda admirarlas. Prosigue la orgía, los padres se comen a sus hijos, las madres acumulan sus crímenes y sus incestos para que el fuego de la Gehena de sus almas no desfallezca, y se permite el nacimiento de seres deformes para que sufran los niños la impotencia de no poder construir casitas con piececitas, para que no puedan limpiarse sus propios excrementos nunca con unas manos sublimes. Pero lo llaman amor los sacerdotes de la muerte, los sacerdotes sin ojos que dicen vida vida vida y se comen los pavos reales disecados. La sangre venenosa se arroja a la basura, pero no era venenosa, y no hay gallos de pelea porque ofendían a los mojigatos. No se come ni una sola polla sin prepucio, pero todas penetran a la misma vez el mismo agujero mierdento. Las múltiples lunas arden y expulsan un humo pestilente y hay palomas de caca con ojos de serpientes, y los gatos tienen la rabia. Muerden frenéticamente los leones y los cocodrilos, pero no es bastante, las panteras de Saturno son desolladas vivas, y le clavan en los ojos agujas a los colibríes, para edificar el edificio más alto no repararon en muertes pero para que el poeta no viera una rosa estuvieron estudiando mil años. Las Brujas se reúnen y dicen Maldito seas Macbeth, y resulta que Macbeth era dulce como el jarabe de cerezas, repugnantes ranas saltan con las vísceras de sus intestinos abiertas. Los Saturnianos se reúnen, y cantan como comerse a un niño vivo, como engañar a un ciego, o como implicar a un abogado en una estafa, hacen planes para guerras bacteriológicas o deciden arrancarle el corazón a un tigre, pero van con uñas de quince centímetros y tienen el cerebro lleno de podredumbre. Hay que sacarle el corazón a un rico aunque el rico pase más frío que en Groenlandia. Hay lunas heladas en las que sólo hay eternidad. Prosigue la orgía, pero no es orgía, porque están prohibidos los placeres, pero hay permiso para arrojar huesos a los pájaros, para comer langostas y cucarachas, para regalarle rubíes a las putas de oro, que se defecan sobre la libertad de prensa, y para matar a un cisne con un tornillo. Y un espejo grita loco, loco, loco, ¡¡¡¡¡¡subnormal¡¡¡¡¡¡. Estoy enamorado de un Dios de una belleza infinita pero su luz me ha cegado. .................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero. Todos los tontos quieren arreglar el mundo y el mundo no tiene arreglo.
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A mi sólo me han dado por el culo cinco tíos en toda mi vida.
El primero en darme por el culo fue mi hermano el Jose con catorce años que yo tenía. Me la metió por el culo y sentí como su polla de trece centímetros, más pequeña que la mía, se deslizaba dentro de mi culo, pero no sentí nada, ni placer ni dolor ni nada de nada, sólo asco, y fue poco tiempo, como un minuto dentro de mi culo. Pero no se si esto que cuento es real o sólo lo he soñado. El segundo tío que me dio por el culo fue Juan Manuel Lobo, que me dio por el culo, con preservativo, hace veinte años, en su piso de Antonia Diaz, tenía una polla inmensa, de unos veinte centímetros, la mía sólo mide catorce, una polla inmensa, negra, y creo que circuncidada, y me dolió tanto que me eché a llorar, y creo que echarme a llorar me salvó la vida porque me negué a que continuara y creo que me hubiese dado una ostia. Como no podía beberme su semen porque había un virus llamado Sida cuando se corrió le extendí todo el semen por el pecho, una guarrada total, había echado tres litros de esperma. A los seis meses volví a hacerlo con él en un derribo de Sevilla, me la metió por el culo sin preservativo, pero cuando me empezó a gustar, pasado el dolor, me eché a reir y el chaval se bajó de la cabalgadura y no me dio placer. Evitó que cogiera el SIDA, la última vez que lo vi en la sauna hace unos once años le di por el culo en el cuarto oscuro de la sauna, estaba más abierto que el Canal de Suez, no fue si fue él porque estaba a oscuras pero no le di placer, como no sabía si era él me retiré sin darle gusto y me corrí fuera de su culo. Creo que ha muerto de Sida, hace once años estaba superenvejecido. El segundo tío que intentó darme por el culo fue un padre de familia divorciado que conocí en la discoteca Ales de Madrid, intentó darme por el culo, le puse el culo, pero cuando entraba su polla se desinflaba y no me penetró, me enseñó una foto de su hijo de cinco años y me la chupó con un vaso de leche fría en la boca, bebió un vaso de leche de vaca y cuando lo tenía en la boca me chupó la polla. Delicioso, nunca me lo habían hecho. Un tio casado y divorciado además, con un hijo de cinco años. El tercer tio que me dio por el culo fue un tío en la Sauna Comendadoras de Madrid, tenía una polla de unos diecisiete centímetros, larga y fina, le puse el preservativo y me enculó en la misma sala de video porque todas las cabinas individuales estaban ocupadas, me dio por el culo delante de todos, fue meter y sacar, o sea un dolor horroroso, como si te tocaran el nervio de una muela, un segundo, no sentí ningún placer, debía de tener algún tipo de enfermedad en la polla porque se tocaba la misma zona de la polla continuamente, tuve suerte de hacerlo con preservativo, pero lo hice con él pensando en Juan Manuel Lobo, porque me dije a mi mismo que cuando llegase a Sevilla tendría que ponerle el culo a Juan Manuel Lobo y quería que no me doliese. Al día siguiente trajeron al laboratorio de Bioquímica un espectofotometro nuevo, que valía una millonada, y todos mis compañeros me felicitaron ese dia y me dijeron Paquito Paquito Paquito, como si yo fuera un héroe o su amigo íntimo de toda la vida, y yo me decía a mi mismo: Hay que ver lo que vale mi culo, hasta un espectrofotometro nuevo que vale millones, vivir para ver. El cuarto tio que me dio por el culo fue un chaval de Córdoba en el cuarto oscuro del Itaca, no me gustó nada y casi no entró, pero me chupó la polla y le puse el culo, aunque creo que su polla apenas entró. Sin preservativo. Y el quinto tío que me dio por el culo fue un moro en el Cuarto oscuro del MAN TO MAN, en Sevilla, no se si era moro, era delgado, es un bar de osos pero el chaval del cuarto oscuro era delgado, me chupó la polla, tenía una polla de veinte centímetros pero solo me metió diez centímetros, el pene no traspasó el segundo esfínter, no me cagué en su polla de milagro, la chupaba como dios, me lo pasé de puta madre, era delgado y no le vi la cara y estaba más bueno que el pan, creo que era un moro, el tio se lo hacía con todos y me chupó la polla mientras yo me bebía el cubata de ginebra con coca cola. Sin preservativo. Además me la chuparon Juan Carlos Cobano Torres, que era bético, con veinticuatro años, y que ya habrá muerto de Sida porque era superpromiscuo, y Jackie de Puerto Rico, negro, bailarín y con un cuerpazo de ensueño, y que supongo que también habrá muerto de Sida. Fue hace veinte años. Y el primer tio que me la chupó en el Itaca fue un mecánico que era todo hueso y estaba mas bueno que el pan con miel y tenía treinta años cuando yo tenía veinticinco, pero ese no me dio por el culo. Creo que todos habrán muerto de Sida. También me la chupó un chaval de quince años con barba y un gaditano, y otro gaditano me comió los huevos pero no me chupó la polla. Habré tenido unos cincuenta amantes pero sólo me han dado por el culo cinco. Y actualmente prefiero ir a la cárcel a que me den por el culo. Porque si lo hacen mal duele un huevo. ....................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero. Y por Manuel José Trillo maté a una vieja.
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En Madrid maté a una vieja.
En Madrid maté a una vieja. Una anciana de 82 años. Pero no sé si me lo estoy imaginando o realmente sucedió tal y como lo cuento. Yo trabaja en el Hospital Doce de Octubre. Y en mis días libres mariconeaba. Un día fui a la sede de COGAM, un colectivo gay de Madrid, que estaba en la calle Carretas. Hace de esto veinte años. Y en la sede había una charla de Manuel José Trillo, presidente del Comité AntiSida de España y enfermo de Sida. Yo me creía que el SIDA no tenía cura por culpa mía, por haber donado yo sangre en el periodo ventana después de chupar una polla, aunque sólo la chupé cinco segundos, cinco años antes. Yo estaba destrozado por el frío de Madrid que se me metía en el cerebro y por los pingüinos que me habían hecho. Y por toda la publicidad que ponían en los pasillos del Hospital, y por los compañeros de piso tan malos que tenía. Y me enrollé con Manuel José Trillo, me enamoré de él, y me acosté con él, y le chupé la polla. Tenía el chaval unos condilomas anales gigantescos y hepatomegalia, no estaba circuncidado y me chupó la polla. Yo ya estaba circuncidado. A mi piso de soltero había venido un Hombre con el apellido Morales Grande, y me dijo que si le compraba una Cruz de Caravaca me regalaría algo bonito, yo pensé en Manuel José Trillo, quería salvarle la vida porque el chaval tenía SIDA, pero no quise comprarle la Cruz de Caravaca a Morales Grande. El caso es que tuve que hacer una Guardia en las Urgencias del Hospital. Yo me creía que el SIDA no tenía cura por mi culpa y que Manuel José Trillo se moría de SIDA sin remisión con 32 años. Así que me volví loco, se me cortocircuitaron los cables del cerebro y pensé, una vida por otra, la vida de la anciana por la vida de Trillo. La anciana tenía un problema de corazón y necesitaba digoxina, y me pidieron que le analizara la sangre para ver la digoxina que tenía en sangre, yo pensé que la anciana lo estaba pasando mal con 82 años, que la estaban obligando a vivir más de la cuenta y que agonizaba, y sin embargo Trillo se moría como un perro con 32 años, pensé que la anciana, con 82 años, ya había vivido bastante, no pensé que esa anciana tenía nietos ni familia a los que ayudar con su pensión siquiera, así que al ir a medir la sangre le cambié la sangre por el calibrador y falseé los datos del análisis para que la anciana se muriera. No sé si la anciana murió o nó. Porque no sé siquiera si me lo estoy imaginando y realmente eso no llegó a suceder, el caso es que lo mismo tan solo pasó una noche espantosa. Pensé que había salvado a Manuel José Trillo. Pero mi relación con Trillo se enfrío en cuestión de días, coincidió todo con la Expropiación de BANESTO en el día de los inocentes y con la Llegada a mi piso de Soltero de Miguel Angel Francia Huapaya, peruano, un mal bicho, que era bisexual y quiso que le comiera la polla, me enseñó la polla y me dijo que si le chupaba la polla me haría infinitamente rico, era matemático y trabajaba en Madrid en un servicio de Limpieza. Pero no le comí la polla, me metieron en el manicomio antes. La última vez que vi a Manuel José Trillo me enfadé con él porque se pidió un café en vez de un zumo de naranja, yo quería que tomara zumo de naranja para que no se muriese, y enfadado no le pagué el Café. Estaba yo acosado por todos los frentes, era aquello peor que una guerra. Y a los pocos días me metieron en el manicomio. En las Marquesinas de las paradas de los Autobueses ponían un anuncio: POR FIN la llamada que Esperaba del Cielo. Me volví loco de tanta cosa. TODO Eso fue unos dos años antes de que me intentase inyectar sangre con SIDA. Así que como podréis observar estaba y estoy loco y bien loco. A mi no me extrañaría que un día de estos me acusen de haber matado a Manolete. Pero no creo que Manuel José Trillo me quisiera, cuando salí del manicomio me llevé como un Zombi en Sevilla y jamás volví a verlo, creo que murió de SIDA en una Indigencia brutal, abandonado por todos como un perro. Pero yo tenía que sobrevivir, quise enviarle una carta de amistad pero mi padre me obligó a romperla porque no quería que yo me enrollara con nadie de Madrid hasta que me pusiese bueno de los nervios. Al cabo de un año regresé a Madrid y mis Jefes médicos me prohibieron hacer guardias. Y al año siguiente quise inyectarme sangre con SIDA. Siempre he estado obsesionado con esa enfermedad. Es muy difícil explicarme porque soy muy mal escritor y no llevo la cuenta de las fechas de cuando todo sucedió. Si mi madre se me muriera con 80 años que tiene ahora me volvería loco, a parte de que ella es la que está sosteniendo a la familia con su pensión. No se si llegué a matar a la Anciana. No sé si le di la Eutanasia forzosa o no. Los Cinco chavales más hermosos del Mundo arrancamos el corazón de una anciana de cuajo y nos lo comimos. ..................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Pavos Reales en Urano.
Pavos Reales en Urano. Centellas frías, resplandores de oro oscuro, Relámpagos negros, torres de cristal violeta. Los atlantes llevan sobre sus hombros espuertas llenas de carbones encendidos azules y verdes, zafiros y esmeraldas, y suben la escalera del Palacio Imperial. Y arrojan las gemas rutilantes al insondable vacío, donde se funden en un río de turquesas, a veces hay millares de libélulas azules en las pupilas de oro de los obreros, gigantescos tíbores de carey están llenos de monedas de oro, jarrones de malaquita rebosan de monedas de oro, elefantiásicos atlantes sostienen columnas de mármol rosa que soportan demenciales cúpulas y espirales, y los pavos azules elevan sus colas verdes bajo la mirada impasible de los Dioses, fríos como dagas finas. Las sierpes verdes reptan entre los corales blancos, de azúcar, gélidos como la muerte, y los reyes de Urano, vestidos de rosa y fucsia, pasan sobre sus sillas de mano, sobre los hombros de los esclavos, abominables e iracundos, con rubíes en los dedos, fúlgidos como la sangre. Se ha detenido el tiempo, en un solo minuto le han arrancado el corazón a un cisne y lo han arrojado al fuego, y las llamas lo han devorado como hormigas de ira roja, y los pavos reales asustados han visto sus cuellos en peligro ante cuchillas de plata feroces, heladas como diamantes. Suenan los oscuros clavicordios, los brillantes pianos lilas, los timbres de cristal y níquel, y las trompetas de oro, y los armonios azules y los pétreos Timbales, y en la música cabalgan dragones de fuego azul y dragones de fuego verde, y lo atlantes los matan con lanzas de oro salvaje, y sus cuerpos caen sobre simas negras, en las que sólo hay una brea llena de arcoiris rosas que ensucia el agua, que también es oscura como la pupila de una virgen. Los esclavos a millares, elevan torres de cristal violeta, sobre avenidas de ámbar naranja, y hay jardines verdes llenos de Estatuas de Oro macizo, que relampaguean asesinas, estatuas que no han visto la luz del sol nunca, lejano como una estrella amarilla. Los pavos reales en los jardines miran sobre su propia belleza y se quedan extásicos, silentes entre las campanas de cristal azulino, con sus penachos irisados, con sus colas de esmeraldas en las que hay miles de ojos de tigres, y los hibiscos rojos exhalan una plegaria de soledad blasfema. Hoy hay una ejecución en el salón de oro del Palacio Imperial. Hay cien reyes en sus tronos de oro verde contemplando al reo, desnudo y bello como un narciso de fuego, son sus ojos oscuros como un río lleno de demonios, ha asesinado a un ángel con una cinta de seda amarilla, y es hermoso como un lago en el que flotan cadáveres, sus músculos de hombre delatan a un gorila delgadísimo, sus hombros son dos colinas de nácar, sus brazos dos palancas sobrehumanas, sus manos, dos flores corrompidas, dos puñales, sus labios, dos exquisitos pétalos de rosa. Desnudo su propio cuerpo eleva una plegaria de compasión a los dioses, pero ha asesinado a un ángel, el sublime emperador Uranita, ciego de nacimiento, ha escuchado la música que para el suceso ha escrito un poeta, flotaban en la melodía caballos persas entre puñales de lilas, caían cataratas de fuego sobre simas de agua perfumada, y cien mil rosas destilaban una gota de aroma agridulce, pero el emperador ha dicho: Nó. Y los Pavos reales han elevado sus colas turquesas y Urano ha girado en el espacio insondable como una bailarina flamenca una Petenera andaluza. Los nenúfares de los estanques han sido visitados por una abeja de plata. Y los ojos de oro de los esclavos han visto millones de Libélulas azules. Pero el Emperador ha dicho Nó. Y el ángel que estaba sobre una tumba de hielo ha cerrado sus ojos. Peleaban dos gallos rojos en la pupila increíble de un poeta. ............................................................................ Francisco Antonio Ruiz Caballero. Podía haberlo hecho mejor, pero mi madre me ha lavado el abrigo y estoy pasando un frío de mil demonios, por eso el relato me ha salido tan gélido, porque en mi casa hace un frío de cojones.
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[img width=300]http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/8/88/Bockstorfer_Altar_Mitte.jpg/200px-Bockstorfer_Altar_Mitte.jpg[/img]
Nicasio Paz, es ladrón. Antes de salir a robar, se persigna y les reza a Cristo y a la Virgen, como si ellos, secundaran y ampararan a los predadores de su prójimo. Algo paradójicamente opuesto a lo que dictan, el séptimo mandamiento: “No robarás” y el décimo: “No codiciarás los bienes ajenos”.
De todos modos, Nicasio, como Dimas, “el buen ladrón” crucificado junto a Jesús, se siente protegido y redimido de antemano, por el hecho de estar demostrando respeto a Dios, a su hijo y a la virgen María, madre. “Cosa que no todos los honestos hacen y por tanto quedan expuestos a cualquier tipo de vicisitud, incluida la de una acción ofensiva por fuerza mayor y aprobada por Dios como la mía”, sentencia Nicasio. Además, él está convencido que “los mandamientos fueron fraguados en parte, por una gavilla de mercaderes capitalistas de esos tiempos, para así, resguardar sus bienes contra los ladrones ignorantes y temerosos de Dios”. En definitiva, las razones por las cuales Nicasio termina ahora de rezar, son: por la ejecución de un trabajo fácil y de buen dinero y por un retorno sano y salvo.
Nicasio, razona adecuando la religión a su actitud, que no es su única religión; además, profesa fidelidad al código criminal, y de entre sus varios artículos, es mentor del precepto que dice que quien no es “del palo” (clase delincuente) o policía, (la contra) es “civil” (ciudadano común) y “al civil le cabe”: Le cabe el robo y de resistirse le cabe la golpiza y de rebelarse le cabe la muerte. Aunque, Nicasio, trata en lo posible de no matar; primero: porque en caso de caer preso, la condena no sería tan severa, y segundo, porque desde que vio la película “Perro Rabioso Morgan”, sobre un antiguo y legendario bandolero australiano, real, (que le dio unas monedas a un campesino y le dijo más o menos que: “eran para que progresara, así cuando fuese rico, él, lo podía robar”) al igual que el bandido, Nicasio, decidió preservar su “materia prima de subsistencia”; o sea, la salud de los comerciantes pasivos. “Lo mismo piensa y hace con ellos el gobierno, razona Nicasio, que es ladrón de guante blanco como seré algún día yo; que en escala, por ahora enturbio esa categoría como hace el ratero simple; “rastrillo” que vive preso dos por tres por paparruchadas, haciendo proyectos de robos imposibles. En fin, hablando pavadas todo el tiempo con otros estúpidos iguales y violándose entre ellos. Ensuciando la jerarquía del ladrón de oficio que soy. ¡Aborrezco esa calaña!”.
En realidad, Nicasio ve el delito como “un oficio tan viejo como la prostitución, que está legalizada y todo. Un medio de vida lógico y riesgoso como muchos, que ya debería ser reconocido y aceptado socialmente, sin tanto aspaviento moral; y además, modificando con todo respeto el nunca bien ponderado accionar mafioso, sindicalizarlo y decretarlo servicio de protección obligatorio para la comunidad, con un costo mensual como cualquier otro servicio público. Con esto, la víctima de delito dejaría de serlo para convertirse en cliente, que ya no sería llamado “candidato, punto”, etcétera, sino: contribuyente. Y, hasta sería tratado cordialmente y quizá, con descuento por buen pagador. Dicho servicio, estaría regido y controlado por el sindicato; quien impediría proceder a los recaudadores con violencia innecesaria y ni muy drogados y/o alcoholizados, y todo el mundo en paz” (argumenta Nicasio entre colegas). En fin, aunque por las dos razones antedichas, no mata, y sólo en caso extremo de defensa propia llegaría a tal punto, entonces, más que nada para amedrentar, de un vistazo, chequea balas a un cargador extra y procede a limpiar cuidadosamente su pistola (antes depositada junto la estatuilla de la virgen María, “para que salga bendita”). En eso, a fin de ver que esté limpio, cerrando un ojo, mira por el cañón de su arma dirigido hacia la luz de la ventana, y por el orificio del mismo, ve llegar a Lito, su compinche, en la moto en que se trasladan habitualmente y que usarán en unos momentos. Hoy les toca como “trabajo”, la pizzería “La Pacífica”.
Treinta y cinco minutos después, están frente al negocio. Con gorras de visera y capuchas cubriéndoles casi el rostro, entran pistola en mano: Lito, directo a las mesas con público, poco, y Nicasio, a la caja registradora. Lo que no advierten, (por confiados en que allí no había servicio de vigilancia) es que disimulado por un alto cartel de promociones que cubre parcialmente una de las vidrieras, hay un guardia que justamente hoy, comenzó a custodiar el lugar. Tras la voz de alto de éste, se oyen dos disparos seguidos. Lito, cae muerto de frente sobre una mesa y entre una pareja que está almorzando. Nicasio, paralizado de espaldas al hecho, oye los gritos de algunos clientes, mezclados al sonido del estropicio de platos y sillas por el suelo.
Al no oír la voz de Lito, avisando que todo está bien, sino la del vigilante dando de nuevo la voz de alto, tras un par de segundos más de sorpresa y cálculo, está a punto de soltar el arma y entregarse. Pero no, “para qué había rezado, sino para salir entero”. Se vuelve, ágil como un resorte y apuntando a la altura de un pecho o cabeza, pero se encuentra con el vacío de la puerta de entrada. El guardia, que había sido herido por Lito, está tirado en el suelo y desde allí dispara de nuevo. Nicasio, siente un ‘puñetazo’ en el pecho y se ve sangre. Tras herirlo, el guardia se despatarra y agoniza. Nicasio, suelta la pistola y corre hacia la puerta. Pasa cerca del vigilante que, en insólito y gran esfuerzo, vuelve a disparar. Nicasio, siente otro golpe a la altura de las costillas. No le importa. “Picotones de avispa”, se dice. “Aunque algo esté fallando, estoy protegido por el poder divino”.
Ya en la calle, corre por la vereda. Obvia la moto. Su meta no queda lejos: la iglesia, a un par de cuadras. Tiene que rezar más allí, ‘reblindarse’ de bendición. Corre como puede, regando sangre. La gente se aparta de su trote de herido. Llega frente a la iglesia. Cae de rodillas y luego de pecho y rostro al pie de la escalinata de seis escalones, donde, sentado en su escalón superior, un indigente pide limosna. Nicasio, se siente sin fuerzas para entrar a la iglesia. Mira al mendigo como para pedirle ayuda. Éste, con su pelo largo y barba, se parece notablemente a Perro Rabioso Morgan, quien se parece notablemente a Jesús. El paria, tiene los ojos encendidos de un sereno candor y a la vez, destellando severidad. Siempre viendo a los ojos a Nicasio, que se desangra tendido de barriga y con su cabeza erguida a duras penas, el menesteroso introduce una mano en su lata de monedas y tomando algunas, las arroja con precisión por la escalinata, repicando y tintineando hasta las manos desvaídas de Nicasio, quien, instintivamente y sin saber por qué, recoge lentamente una a una las monedas y las sostiene con fuerza, como amuletos.
La mayoría de los transeúntes ha huido, y los que no, se mantienen a prudente distancia curioseando el trágico episodio como de ficción. Comienzan a oírse las sirenas policiales y de ambulancia. Entonces, parecido a Jesús pero más bien como Perro Rabioso Morgan, con su voz de la película, el ‘mendicante’ le dice a Nicasio: “Vivirás. Las monedas, son para que te enmiendes y progreses. Y quiero mi diezmo en pan, jamás en dinero; de lo contrario sería robo a Dios. Lo de mendigar es fachada".
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Cuando el relevo del guardián del turno diurno del Obelisco, se presentó a cumplir sus tareas ,se encontró con la sorpresa de que la cerradura de la puerta de acceso estaba obturada. Esto no lo alarmó , ya que por la noche, la Plaza de la Republica, era tierra de adolecentes marginales que bien podrían haber sido los autores del daño. Decidió entonces golpear la puerta de chapa verde para avisarle a Carencio Dental, el guardia nocturno, su llegada. La falta de respuesta inmediata de este, tampoco lo alarmó, porque Carencio tenía el sueño pesado y no se despertaba al primer canto del gallo. Espero un tiempo prudencial y luego con más fuerza, repitió los golpes…nadie le respondió . Esto tampoco lo alarmó, por qué aparte de tener el sueño pesado, Carencio, era sordo. Será cuestión de esperar, se dijo Papparulo, que así se llamaba. .. y siguió esperando, tranquilo, sin alarmarse, porque últimamente lo había visto medio desmejorado a Carencio, y dada su avanzada edad era posible que estuviera muerto. Lo que en realidad le preocupaba era que ya hacía una hora que estaba esperando, que tenía ganas de orinar, y que si marcaba tarde iba a perder el premio. Hubiera prendido un cigarrillo para calmar los nervios, pero recordó que nunca había fumado y tampoco estaba nervioso . Apenas un poco confundido por la falta de respuesta a sus llamados, y porque ya no podía esperar más o se iba a mear encima. Esto fue , más o menos, lo que Papparulo, luego de pedir permiso para ir al baño, le dijo al oficial de guardia de la comisaría, donde fue a radicar la denuncia, o por lo menos, es parte de lo que informaron los medios gráficos, radiales y televisivos que cubrieron el hecho. El comisario comisionó a un agente , para que verificara, in situ, lo dicho por el denunciante . El agente regresó de in situ, ratificando lo dicho por Papparulo. El comisario se comunicó con el juzgado correspondiente, este dio vista al juez de turno, quién ordenó el allanamiento del lugar. Diez horas más tarde, el fiscal interviniente acompañado de la fuerza pública, dos dotaciones de bomberos , autoridades del gobierno de la ciudad, periodistas de los distintos medios, y una ambulancia del SAME, forzaron la puerta y entraron al Obelisco ( Para los lectores extranjeros que pudieran no tener idea de que estoy hablando, les informo que: El Obelisco de la ciudad de Buenos Aires, es un emblemático monumento que se yergue, erecto, enhiesto, fálico y absurdo, de 68 metros de altura, en la intersección de la Avenida Corrientes y Nueve de Julio. Para más información consultar en Google) En el interior del mismo, no había signos de violencia, según lo dicho por Papparulo, todo estaba con el desorden y la suciedad habitual . .- Lo único que falta es el cadáver de Carencio, acotó Papparulo que ya lo daba por muerto. .-Como si se lo hubiera tragado la tierra… Sentenció un policía. .- Bueno tampoco, es para tanto…Replicó ofendido el relevante .- La mirada sagáz, del detective a cargo, detectó una escalera de hierro amurada a la pared. .- ¿ A dónde lleva esa escalera ?...Preguntó inquisidor, mordisqueando su pipa..- Arriba. Fue la parca y segura respuesta de Papparulo. .- Me lo suponía … Dijo el detective, comenzando a subir, seguido por periodistas, camarógrafos, y y autoridades. En lo alto, muy en lo alto una débil luz se filtraba al interior y mostraba, para desazón de todos, que la escalera se cortaba a pocos escalones más y no llegaba hasta ella. A partir de allí se abrieron cientos de hipótesis de investigación sobre la misteriosa desaparición de del guardián nocturno. Hasta que…. Un comunicado fue entregado a las agencias de noticias de todo el mundo, y por ende difundido por todos los medios gráficos, radiales, televisivos y cibernéticos. 1963 – 13 DE DICIEMBRE --2013 PARTE DE GUERRA DEL COMANDO “LOS DESCONOCIDOS DE SIEMPRE” CON MOTIVO DE CUMPLIRSE EL CINCUENTENARIO DE LA GESTA REVOLUCIONARIA QUE FUERA EL BAUTISMO DE FUEGO DEL COMANDO “LOS DESCONOCIDOS DE SIEMPRE”, COMO FUE LA TOMA DEL OBELISCO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES , EL 13 DE DICIEMBRE DEL AÑO 1963. LOS VETERANOS HEROICOS PROTAGONISTAS DE ESA EPOPEYA , REALIZARON CON ÉXITO UNA ACCION RECORDATORIA DE LOS GLORIOSOS SUCESOS. COMO RESULTADO DE LA MISMA FUE CONFISCADA, COMO TROFEO .DE GUERRA, UNA ESCALERA METÁLICA DE CINCUENTA Y OCHO METROS Y RESCATADO PARA LA CLANDESTINIDAD AL COMPAÑERO, ALIAS “ CARENCIO DENTAL “ RESPONSABLE DE INTELIGENCIA DEL COMANDANTE TAPERA. “ LOS DESCONOCIDOS DE SIEMPRE NO SE RINDEN “
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Aqui otras de mis creaciones con el programa Blender con este programa mi nivel es el de aprendiz
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SEBASTIÁN Y LA NAVIDAD.
Sebastián es un niño singular, de siete años, con dotes sensibles con un sexto sentido bastante agudo; es huérfano de padre y madre, vive en un humilde orfanato custodiado por religiosas. Dichas religiosas lo recibieron, porque este niño había quedado al cuidado de María la abuela paterna, pues los padres de Sebastián fallecieron, su madre de una enfermedad incurable, cuando el niño, solo tenía dos años de edad; posteriormente su padre fallece en un accidente de trabajo, y entonces Sebastián, apenas contaba con cuatro años; pero la abuela enfermo de gravedad y ya no fue posible para ella, seguir haciéndose cargo de Sebastián. Entonces no tuvo más remedio que entregarlo al orfanatorio, del Sagrado Corazón. A los pocos meses la abuela del niño Sebastián, falleció. La Navidad estaba próxima, y era la primera vez en su vida, que pasaría esta, sin su querida abuela María, Sebastián era un niño muy amigable y pronto se adaptó al medio ambiente austero, y con bastantes carencias, a él le gustaba mucho cantar, así es que para hacer su estancia más llevadera, se integró al coro de los niños, de la institución. Dicho orfanato funcionaba por medio de un patronato y donativos de la gente con buen corazón, y ventas de galletas y rompope que las mismas monjas elaboraban; en esta casa se encontraban veinte niños más, que estaban ahí por distintas situaciones, todas ellas, nada agradables. Los niños le cuentan a Sebastián, que todas las Navidades les llevaban mucha comida, piñatas, juguetes, dulces, y ropa, y que la pasaban muy bien. Pero la Madre Superiora Agustina, pide que se reúna la congregación de religiosas, para informales que esta vez pasarían, una Navidad muy triste; debido a que, el presidente de dicho patronato se encontraba muy enfermo, y lo habían trasladado a los Estados Unidos, para sus tratamientos, y el resto de los socios no podían hacer mucho por ellos, puesto que él presidente, era quien apoyaba económicamente. La Madre Superiora, les indica a las religiosas que reúnan a todos los niños, y los vayan preparando, para que esta vez no esperen, una navidad como las pasadas, pletóricas de alimentos y juguetes. Y así fue, pero los niños se pusieron muy tristes y pensativos, pero Sebastián les dijo, — no crean nada, mi abuela me decía,… que cuando tuviera algún problema, o deseara algo difícil, cerrara mis ojos, y le pidiera a Dios con todas mis fuerzas, y me lo cumpliría. Sebastián muy preocupado, por lo que estaba sucediendo en la casa hogar, todas las noches antes de irse a la cama a descansar, se acercaba a la ventana de su dormitorio, y elevando su mirada al cielo, cerrando sus ojitos, le pedía a Dios con todas sus fuerzas, que la Navidad fuera hermosa para todos, con muchos juguetes, piñatas, comida y un gran abeto oloroso, lleno de luces y adornos de colores. Lo que nadie sabía era que ha Sebastián, le esperaba algo inimaginable; un medio día los niños se disponían a tomar sus alimentos, pero este niño, como siempre presintió que algo sucedería, pero no entendía lo que estaba sintiendo, tanto que no termino de comer cuando… salió al patio en donde se encontraba una gran fuente, se sentó en la orilla de ella, tocaba con sus manitas el agua mientras emitía una canción que su abuela María le había enseñado. Mientras tanto en la dirección, se encontraba la Madre Superiora Agustina, revisaba papeles que tenía en su escritorio, cuando de pronto, sonaron la campana de la parte exterior del portón; era un matrimonio joven distinguido y elegantemente vestidos, la señora traía consigo un sobre grande en su mano, y Manuel el conserje los hizo pasar, preguntaron por la Madre Principal del orfanatorio, Sebastián que aún se encontraba en el patio, volteo a verlos, pero como no los conocía, siguió inmerso en su pensamiento de niño y seguía cantando. Manuel el conserje le anuncio a la Madre Agustina, la llegada de dicha pareja, los hicieron pasar a la oficina y les ofreció asiento, la madre les pregunto, — ¿en qué les puedo servir? A lo que el señor respondió, —pues vera madre, ustedes tienen a un niño llamado Sebastián Madero, y nosotros somos sus tíos, el padre del niño era mi hermano, y hemos hecho todos los trámites legales, para su adopción. La Madre Agustina les cuestiono, — ¿ustedes no tienen hijos? Y respondieron, que contaban con tres hijos, y que así Sebastián no estaría solo, el tío del niño le informo a la Directora, que ellos tenían una solvencia económica muy buena, que el niño no carecería de nada. Entonces la Madre Superiora, les pide los papeles, para revisarlos, y les dice, —bueno efectivamente estos documentos están debidamente legalizados, —bien, pues cuanto lo siento, porque nosotros queremos mucho a Sebastián, pero creo que estará mejor con ustedes, que son su familia. Hacen llamar al niño Sebastián, y la Madre Agustina, le informa que la pareja presente Mauricio y Carlota Madero, son sus tíos, y que tendrá que irse a vivir con ellos, y con tres de sus primos. La Madre Superiora manda llamar a una de las monjas, y le pide que acompañe al niño a recoger sus pertenencias, ya que dejaría el orfanato, pero que también se despidiera de sus compañeritos, que tanto lo querían. Todos los niños por supuesto le lloraron, y el impávido, no sabía que decir, todos salieron a despedirlo y le decían,— ya no pasaras la Navidad con nosotros, creemos que será aún más triste; pero él fue diciente, con voz alta y firme, les recordó, lo que su abuela le decía,— cierren sus ojos y pídanle a Dios con todas sus fuerzas, y se les cumplirá, por difícil que sea. Pasaron los días y en aquella lujosa residencia palaciega, en la que Sebastián habitaba, y aun así, parecía distraído, no jugaba, solo pensaba en la triste Navidad que los niños y las religiosas del orfanato Sagrado Corazón, iban a pasar. Un día ya muy cercano a las fiestas navideñas, el tío Mauricio le pregunta a Sebastián, — ¿por qué estás tan pensativo?, que no te gusta la casa? A lo que el niño respondió, —claro que si tío, pero pienso en los amiguitos y las religiosas de la casa hogar, que pasaran una Navidad sin comida y sin el abeto perfumado con luces de colores; a lo que el tío desconcertado le pregunto el motivo. Sebastián le comenta, que el presidente del patronato había enfermado, y todos los problemas que con ello, se habían desatado. Entonces el tío Mauricio le dice al niño… que no se preocupe, que él y la tía Carlota, se harían cargo de que en el orfanato, tuvieran una riquísima cena de Noche Buena, y una hermosa Navidad. El niño se puso muy contento, y en la noche antes de dormir, se acercó al gran ventanal de su recamara, y elevando su carita al cielo, y sus manitas en forma de oración,le dio gracias a Dios, enviándole también un mensaje a su querida abuela María, y con lágrimas en sus ojitos le dijo,—“Gracias abuela, por enseñarme la forma de comunicarme con Dios”. Ya en la víspera a las fiestas navideñas, los tíos de Sebastián, enviaron a gente de su confianza, para que colocaran, el bello y oloroso abeto navideño, en el orfanatorio, el niño agradecido, fue acompañándolos conjuntamente con sus tres primitos; en el orfanatorio se pusieron muy contentos, todos participaron, en la decoración del abeto oloroso, lo llenaron con luces y adornos multicolores, así como lo habían soñado. Ya una vez adornado, colocaron muchos regalos, las religiosas y los niños, lloraban de alegría, y le daban gracias a Dios, por tan bello milagro. La Madre Superiora Agustina, después de hacerles llegar las gracias, con los empleados de aquel matrimonio de buen corazón, les dijo, —díganle al señor Mauricio y a su señora esposa Carlota, que mañana a primera hora, ofreceremos en nuestra capillita, una eucarístía en honor, de la familia Madero, para que Dios los bendiga abundantemente, por su buena voluntad. Y para pedir a Dios por la salud, de nuestro presidente del patronato de la casa hogar. A la mañana siguiente, asistió dicha familia a la ceremonia, y sumamente agradecidos, el señor Mauricio le anuncio a todos los habitantes del orfanato, que el día de Noche Buena, no se preocuparan, porque les haría llegar desde temprano las piñatas con colación y las viandas para la cena; y que a partir de ese momento, ya no tendrían más preocupaciones, porque la familia Madero, se sumaría al patronato del Orfanatorio del Sagrado Corazón. Todos saltaban y gritaban de júbilo; y por supuesto Sebastián, quien les dijo, —gracias a Dios, todos vamos a celebrar llenos de dicha y felicidad, el nacimiento de Jesús. Pero no olviden, que cuando se encuentren en problemas, basta con que “cierren sus ojos, y le pidan a Dios con todas sus fuerzas, y se les cumplirá por difícil que sea”. FELIZ NAVIDAD…
Cuento de Navidad. Autora: Mónica Lourdes Avilés Sánchez. País México. 2013 dic Derechos Reservados.
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Poeta
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