Poemas :  POEMA FRANCO
Entrego en mi poesía
una parte de mi
la que se puede ver
la que se puede palpar
como cuando lees un papel
que derrama intimidad
y que en entrelíneas dice
todavía hay algo mas

La verdad subyacente
que dormita en un limbo
la verdad mas profunda
no ha salido de mi
la verdad que no escribo
la que siento en el alma
como verso prisionero
que aguarda el momento
si es que el momento llega
ésa, sigue dentro de mi

Oculto bajo la almohada
habita el poema franco
aquel que es solo mío
el poema que canta
el poema que llora
el que vibra conmigo
levita en mis mañanas
viaja todas mis horas
y duerme junto a mi
Poeta

Poemas :  Hastío del fangal
HASTÍO DEL FANGAL

Cuando viva, una vez más, el olvido,
apenas quedarán amarillos,
los semblantes de las nuevas sombras,
los copos sin lamentarse,
de bajar ciego al espejo,
un alimento, un osario,
al que faltan las manos,
del escalofrío, en la lavandería,
por tejer una limonera,
por dejar hirsuta cada calle.

¡Con el hule qué se hincha!.
La otra parte de los arrullos,
huyendo despacio, al borde plomizo,
largamente tenue,
con el clavar avispas al techo.

Cuando viva la garganta cada hora,
en los frutos del aguardiente,
en el frasco fresco sobrio,
la historia del principio,
en el mandril, lleno del cráter,
hay zonas del venidero tallo,
hay empleados agotados de ceniza,
en los molinos, murciélagos,
asuntos del piloto de la estufa,
con la estela del cometa.

Abonando a la montaña,
el silencio, la pradera, la cama,
en los libros amortajados,
en la fábula del rocío.

¡Tanga del fango bermeja!.
Con toda la garantía de una fosa.
En la fibra de la ceniza.
Y la seguridad descontada.
¡Oh!___Amor del poliuretano.
Engranes sin experiencia.
¡Con la fabricación de contactos!.
Obra ya recorriendo el fondo.
Precursor de la colina celestina.
¡Nuevas gotas de vieja lluvia!.

Fundando al sol de ocasión.
Entre la conexión lejana.
Producto del almendro engendro.
¡Genealógicos tornillos!.
¡Resortes sin compromiso!.

Antecedentes de roscajes y anclajes.
¡Envío de casas por correo!.
Ingenuidad electrónica de oruga.
¡Proyectos del escarabajo en equipo!.
Desempleados los dibujos reparados.
En la endeble unión de las alfombras.
Está la decadencia de los sueños.
¡Transición de los momentos!.
Frágiles, mortuorias, fugaces.
Los monárquicos retoques.

Vuelos del presente.
¡Nupcias y furgonetas!.
Al convivir de los metales los manteles.
¡Reforma de rulemanes!.
Ejes, ejes de balancín. ¡Del fangal!.

Añoranza de piezas especiales.
Encamisados recorridos lineales.
¡Con la dedicatoria del precio!.
Concesionario del viejo bosque.
Y la genealogía de las arañas.
¡Entre los alientos del poliéster!.
En los latidos de grapas.
¡Venta artesanal de rodillas!.
En la exportación de arrugas.
Con más dedos maquilados.

¡Helicoidales añoranzas!.
En el sinfín de los engranes asustados.
¡Galería de visionarios derrumbes!.
Con toda la seguridad carbonizada.
¡En la expedición musical del acrílico!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Se acercó un segundo
Ella estuvo aquí, aunque solo fuese un momento, aunque solo durase un instante, vino, y me saludó con una caricia más suave que el sonido de un violín, acompañada de un beso en la mejilla con un tacto más dulce que el del viento en otoño, llevaba tanto tiempo sin verla que días no serían suficientes para que ambos nos enteráramos, con detalle, de lo que había hecho el otro, y aún solo contábamos con un día y medio, yo solo contaba con un breve respiro de su ser, quizá fue eso lo que impulsó el mutuo abrazo antes de que cualquier palabra brotase de nuestras bocas, quizá fue eso lo que contuvo dentro mis labios aquel obvio “te he extrañado”.

“El tiempo escapa” exclamó mi mente al ver su rostro, pero yo sabía que el tiempo era irrelevante, que a pesar de que estuviese a mi lado un mes, un año, o una vida, era inevitable que sintiese la tristeza de su inminente partir, pero, como era de esperarse, aquel pensamiento se derrumbó cuando por fin escuché su voz de nuevo, cuando por fin me alcanzó diciendo solo dos palabras, simples pero mágicas, palabras dichas por todos, sentidas muchos, entendidas por casi nadie y que el día de ayer significaban tanto para mí, eran un matiz de recuerdos, caricias, lagrimas, poemas y la sonrisa que siempre cruzaba su rostro al decirlas, al decirme “te amo”.

Fuimos felices ese día y medio, casi tanto como cuando podíamos estar juntos, rodeados por la magia de no saber qué va a tener fin, el tiempo pasaba tan rápido que no había instante para detenerse a pensar todo era disfrutar, escuchar, charlar, sostenerla en mis brazos, demostrarle que la extraño, que un año y más de tres mil kilómetros de distancia no se traducen como olvido, que no todo estaba perdido, pero aun así solo podríamos recuperarlo por momento, solo podríamos sostenernos con ese sentimiento por un segundo, después seguiría girando el mundo, nos alcanzaría la despedida y una vez más con un nudo en la garganta ambos nos forzaríamos al tan temido “Adiós”.
Poeta

Poemas :  Pinceles paralelos
PINCELES PARALELOS

¿Cuántos pixeles engendran sintiendo?.
Los cordones de seda marchitos.
Los enervantes atavíos del acero.
Las verdades de garza florecida.

¡Pinceles paralelos pixeles!.

En las sensaciones refinadas del vidrio.
En los muchos más amplios pastos.
En las peregrinas envolturas del bejuco.
En los queridos parajes apagados.

¡Pixeles paralelos pinceles!.

Pálido cobrizo el cobertizo aguarda.
Con las fachadas de mijo al frente.
Con los trigales de columnas fijas.
Pálidas distancias del cromatismo.

¡Paralelos pixeles pinceles!.

Por la voz extrema del oráculo pedestre.
¡Qué las cadenas temerarias comprenden!.
En los afamados ropajes del mármol.
¡Por la belleza del embarque circular!.

¡Pinceleados--Paralelos--Pixeleados!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  La dicha en la íntima agonía
Ese corazón tuyo encerrado y complicado,
es ahora un desierto dentro del llanto enjugado.

Es una dicha alocada entre las cosas de la vida.
Una dicha que está pasando… Pasando… Pasando…

El tiempo no se detiene con la vida por delante.
Tú prosigues el avance acompañada en la luz del día.

Pero empiezan tus ojos acariciar el amanecer,
vas erguida frente a la muerte como el árbol fortalecido.

Ese corazón tuyo que sus murmullos se escuchan
y él mismo se ha levantado tan hablador y tan alegre.

¡Cuántas veces ha marchado por el camino provechoso,
compartiendo esperanzas con un cielo encapotado!

Es una dicha alocada entre las cosas de la vida,
dicha que brindan los logros de la realidad lucida.

Si hubieras sido gaviota alzarías raudo vuelo,
cruzando el horizonte, alcanzando grandes mares.

¡Yo siempre te creí rebosada de alegría,
con solo observar tus ojos que miran dentro del alma!

¡Oh, qué dicha alocada entre las cosas de la vida,
ese corazón tuyo encerrado y complicado!

Julio Medina
13 de marzo del 2012


Poeta

Poemas :  De mirar ardiente

O Pintor
poema de Maria do Rosário Leal


De mirar ardiente, agotado,

Sigue calle abajo la figura del pintor.

Encorvado,

Torcido el hombro arqueado

Enseña su silueta inconfundible

A contra luz del neón blanco del café

Se detuvo

Encendió otro cigarrillo.

Dónde está, no me ve pero siento el mirar

Latir dentro de mí.

No respiro.

Así estamos, suspensos uno en el otro

En cuanto nuestros mundos se tocaban, en ansias…

Me arde el pecho

En brasa como el fuego del cigarrillo que él aplasta en la acera con el pie

En fin

En la calle donde la noche se oculta, se calla el silencio pero si hablase

Diría que nada vio.


Traduccion Gustavo Arturo Restrepo
Poeta

Poemas :  Triste de mi.
Esta noche un grillo
en mi habitación se ha colado.
Y como ya no soy un niño,
a patadas lo he echado.

Si cinco años hubiera tenido,
lo habría metido en un frasco,
y le habría gritado:¡Grillo,
te he dicho que cantes algo!

Hubiera golpeado con mis deditos
el cristal sucio del tarro
y al poco, hubiera dicho:
¡Pues vaya grillo más malo!

Pero ya no soy un niño
ya no soy libre, voy atado.
Ahora soy como un grillo,
dentro de un frasco encerrado.
Poeta

Poemas :  ¡Cuántas veces!...
¡Cuántas veces!...
¡Cuántas veces te he hablado de mi angustia, soledad,
y en la desdicha de tu calvario las lágrimas nunca terminan!

¡Ya no son torrentes dolientes las que recorren las mejillas
soltando residuos salobres,
los que un pañuelo mustio hecho añicos recoge!

¡No se escucha el eco deprimente del gemido lastimoso que cercena los oídos,
no tengo llanto infamante para despertar al silencio dormido!

Este dolor a nadie le comparto, se apoderó de las entrañas del alma,
quien grita sumergida en la basta oscuridad donde no existe la muerte.

De los ojos ya no salpican lágrimas marcando su rastro al pasar,
solo se siente aridez resquebrajada, ardorosa, impecable en la tristeza.

¡Cuántas veces te he hablado de mi angustia, soledad,
pero te gozas y disfrutas al verme sumido en el desamparo!

¡Qué daría yo para que tú abrieras la puerta oculta de la inconsciencia,
y derribaras la cortina pesarosa que obstaculiza mis pasos!

¡Oh, soledad! el infortunio atrofia mi pensamiento ¡qué desvarío!
Me arrancas las fibras del alma y las dejas volar en el eterno vacío.

Sin importarte le haces huecos a la fuente de mis ojos
irradiando desértico sentimiento,
y su lamento agobiante lesiona el origen de la ventura.

¡Cuántas veces te he hablado de mi angustia, soledad,
pero tú solo te fijas en los rayos grises extintos de la luna negra!

Julio Medina
1 de abril del 2012




Poeta

Poemas :  cupido (décimas)



CUPIDO (décimas)
por kin

Una respuesta yo pido,
a una pregunta que acecha,
¿de que material esta hecha,
esa flecha de cupido?

Mejor echenlo al olvido,
pues la respuesta es ignota,
y se que mucho alborota,
el haber tanto flechado,
tanto pecho perforado,
y la flecha no está rota.
Poeta

Poemas :  Rumiantes...
RUMIANTES...

Con cada cicatriz en la palabra hoy,
la espalda sobrevuela el veneno,
que prende sin calma.

Al río sin orillas sumergido del adobe,
colmillo de muestra un botón,
descabellado del portón.

Ninguna ventana beberá una cortina,
del gesto hecho seda ácida,
con los émbolos de arena.

Hay en el éter un aliento, un venado,
arteria del alma en la puerta,
de cisternas acumuladas.

Despierta la obscuridad a los caballos,
la promesa una herradura,
titubeante una pastura.

Hay en el atardecer albas serpientes,
con la cintura del barril,
del plomo de los mastines.

Vino de medianoche despojando dunas,
con la prisa del fondo ardiendo,
del cereal qué braman bocas.

Nadie duda encima la férrea mirada,
la corola del estambre polen,
con el huésped juramento seco.

Se desmoronan apagados los cuadernos,
amarrados estertores de barcos,
al jugo nocturno del..."Éramos".


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta