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Ya guitarra tu intención, de España, casi quimera, venías cantando madera, las hazañas de un timón. Y en él, Cristóbal Colón, afianzando su teorema. Tañías cordaje entre velas guitarra-nave, punteando, con otras dos secundando en trío de carabelas.
Pero al abrir el sendero arcano de aquellos mares y en pródiga tierra hallarse, sin preservar tal secreto, el señor que paró el huevo, en afán de consagrarse, a su reina fue a contarle sobre tesoros y un pueblo. Sé, guitarra, que por duelo, en la masacre callaste.
Luego quiso el español mitigar el cruel ultraje conque flageló al salvaje, y así, el cristiano invasor, en ansiada redención, con un credo en tu mensaje, al indígena coraje, guitarra, tu alma entregó. Y esa raza te abrazó, para cantar sus penares.
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Poeta
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Es evidente que la gente en impasible o terca mayoría cree y recree lo falso; por necesidad espiritual, sentimental o sólo por no tomarse el trabajo de discernir entre patraña y realidad.
También es verdad que la verdad, si de justicia trata, casi siempre cuesta sangre y hasta vidas, lamentablemente.
‘Vivan en la mentira, Señores. Déjenme mentir y todo va a estar bien’, nos dice en subliminal mensaje el poder.
Además, nosotros mismos, ilusos por condición natural, ¿qué verdad pretendemos, si no soportamos nuestra propia realidad? Si no fuera por nuestra quimera-mentira celestial, ¡pobres de nosotros!
Por ejemplo, la verdad se muestra cuando quiero: en mi conciencia que distraigo, en mi espejo que evito. ¿Qué culpa tiene de no ser vista si yo mismo la rehúyo?
Y aquí se acaba ésto porque diciendo la verdad, arriesgo terminar ‘vulnerabilizado’ al santo botón.
Así que, escarmentado, desalentado y descreído de la misma mentira disfrazada como el Diablo; de mil modos, decidí dejarme engañar y listo. Me es menos riesgoso y vivo igual.
Pero la verdad, verdad, es que no puedo.
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Poeta
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cami el amor de hoy que es amarte y pensarte que es tener tu mirada amor sentir despertar en tu sensacion en tu beso de ayer hoy siempre que da una puerta a la percepcion de tenerte y amarte como un amor diferente como un amor de tu y yo que espera y dara brillo en tu corazon
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Poeta
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Estoy viviendo como un animal: Sin melancolía por mi pasado ni preocupación por mi futuro. Tan sólo me interesa el logro de mi periódico sustento nutricio, y, de vez en cuando, amoroso; como las bestias, o insectos.
Vivo así, porque al no poder ya recuperar de mi pasado: niñez ni juventud ni su caro optimismo, y menos el tan mentado trabajo, me deprimiría inútilmente y mal.
Vivo así, porque al no poder ya, proyectar un futuro siquiera iluso de humilde, pero seguro bienestar, me deprimiría cabalmente y peor. Ya que, seguramente, y culpa de ciertos infames manipuladores y traficantes del destino humano, no hay forma de procurármelo, a no ser en impetuosa acción a mano armada: ¡Plata o mierda!
Pero ése, entonces, no sería yo. No sería el pacifico animal que soy; espécimen de inexorable destino condenado a seguro sometimiento clasista, originado por la ambiciosa, feroz, desmedida y culta explotación, tan omnipotente como insensible, de esos cabrones que dije y son los animales de talla mayor.
Por tanto, en satírica y reflexiva opinión sobre la tan polemizada y aun incógnita desaparición de los célebres dinosaurios de la faz de la tierra, pienso en propia teoría, que seguramente hambreados; los grandes tiranos carnívoros se comieron toda la fauna menor y luego, se terminaron comiendo entre sí. Así de simple lo veo yo.
Y de acuerdo a como viene la mano, entonces, reafirmando mi concepto, reitero: Tan sólo me interesa el logro de mi periódico sustento nutricio y de vez en cuando, amoroso (además de salir, por desalentado, a ladrar esta clase de criterios).
Es que entre los de mi vulgo carente, quien no piense más o menos esto, encontró un “curro”, “pasó al frente”, al otro mundo, o aún está en su huevo humano (único capaz de duplicar en instinto cualquier especie animal). Si es esto último, mi pregunta es: Cuándo nazca, ¿irá a ser hombre, dinosaurio o gallina?... ¡A saber!
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Poeta
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[img align=center]http://www.latinopoemas.com/uploads/img527295ea2fe48.jpg[/img]Soñando con dulces pasiones, viviendo del mundo escondido, forjando vanas ilusiones, rasgando la línea de lo prohibido.
Jugando a ser inteligente, queriendo tomar el destino con sus manos, actuando de forma inconsciente, olvidando que del cuento son los villanos.
Pensando tan solo en el momento o que ninguna persona saldrá herida, olvidando lo que es un verdadero sentimiento y que tarde o temprano todo se paga en esta vida.
Caminando en senderos de lujuria, en donde no hay espacio para la conciencia, transitan sin tener pizca de penuria, poniendo su alma en penitencia.
En busca de lobos de su misma loma, para saciar su instinto degenerado, en su mundo el amor es una broma, por eso no lo encuentran en ningún lado.
Engañando mentes inocentes, sin tener algún remordimiento, convirtiendo a seres tranquilos en penitentes, y de lo hecho no muestran algún arrepentimiento.
Así son los llamados infieles, encerrados en su propio mundo, actuando de forma irracional, seres crueles, por doquier dejan heridas calcadas muy profundo.
Incapaces de contraer un compromiso, o de respetar lo que ya han pactado, la fidelidad para ellos es solo otro inciso, que omiten y nunca han respetado.
Pero el tiempo pasa factura y no siempre se puede vivir a plenitud, con su marcha se acaba la locura, pero también se escapa la juventud.
Condenados a terminar en soledad, añorando el pasado, sometido a la adversidad, cultivando lo que habían sembrado.
Un llamado a la cordura es el que hoy vengo haciendo, para que mantengan la compostura, aquellos que este error están cometiendo.
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Poeta
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ELLOS, los que disfrutan del resultado lucrativo de todas las violencias: la de la guerra, la social, cierta corrupta justicia y demás, ELLOS, se olvidan a viva conciencia, de la muerte; ese ‘detallecito’ degollador de inocencias, esa ‘cagadita’ que se mandan, ese precio, que ELLOS casi nunca pagan, al menos al pueblo, y encima rememoran y homenajean con sombría, morbosa inspiración, erigiéndole monumentos y exponiéndolos como omnipotente alegato de monolítica razón patriota-justiciera, para que así, en bronce y granito, queden encubiertas pero afianzadas e impuestas para siempre, la barbarie y la violencia.
Crueldad y brutalidad, que a ELLOS no les importa, ni aun cuando resulten en consecuencia a su hipocresía, 'condenados' por sí mismos a limpiar perpetuamente para que parezca verdadera su monumental mentira. Tarea que por supuesto delegan al pueblo; a su pacífico y remolón ‘ejercito’ municipal y/o empresa contratista, (si foránea mejor, por si destapan algún menjunje comprometedor, que así, por indiferencia patriótica de la extranjería, les resulte a ELLOS más fácil de “arreglar”).
Pero igual que de la muerte, ELLOS, también a conciencia, se olvidan de esas ‘señaladoras de hipocresías’, como se me dio en llamar a las palomas. ¡Las palomas! Prontuarios quemados del archivo de Dios, causas extintas sin justicia, cenicientas ofensoras de manipulados héroes estáticos; hasta desconformes éstos, quizá, de su aspecto y su actual función ‘representativa’. Héroes arrepentidos, posiblemente, de haber luchado “al cuete”.
Es que los monumentos, Señores, no los mandan forjar los muertos sino los vivos, o avivados. Pero reitero que éstos, (ELLOS) los administradores absolutos de sus epopeyas terrenas, se olvidan de las palomas, símbolos de la paz nada menos, al fin y al cabo.
Y claro, por tan meritorio y nobilísimo motivo, entonces, ellas, se cagan en la guerra y sus desconformes y abusados monumentos por decreto.
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Poeta
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Suponiéndome juez social y exceptuando a unos pocos, declaro al pueblo: ¡culpable! Culpable, teniendo su propia historia disponible y a mano, de nunca haber aprendido a remediar su mal político.
A no transformar en próvido su destino ni el de sus hijos; sino más bien, por holgazán y cómodo, generarse más ruina al derivar serias obligaciones y seguridad a manos indignas, para luego atribuirles la culpa de sus males y, por ‘tradición’, reelegirlas ‘predadoras oficiales’.
Sinceramente repugnado yo por involucrado en tal desidia, pero empecinado juez hoy; en lo que a superación alude, harto de tanta negligencia, indulto y felicito a la vez, a los que trepando tenaces, han conseguido encaramarse a la cúspide abandonada de la Constitución Nacional.
Misma que trastocan a su antojo, en tanto la corrupción aplaude y el derecho popular protesta dividido, (cada cual por lo suyo) convertido en oportunísimo recurso de juglares y trampolín de sindicalistas, que reptan hasta llagar a Velociraptores. En fin, sustento somos, Señores, de cuánto carroñero de desdichas pulule tras lucrativo fin personal.
Pero a qué inducir conciencia a la masa incoherente y altiva, convertido en juez de la desidia y afrontar el riesgo de Cristo; si tanto, pueblo como verdugos, se entienden a su manera y no le temen ni al juicio final.
Acá, el único descolocado soy yo. Pero es que me da lástima irme de este mundo, dejándolo con la balanza desigualada.
¡Mozo!, ¿por qué me retira la botella?
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Poeta
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Amigos, vengo de un sitio en donde la muerte es nadie.
Allí la vida es prestigio; ya que con ella nombrarle, hace al débil importante. Y el nombre del que ha nacido y los grandes amoríos se divulgan en cantares.
Amigos, vengo de un sitio donde el menosprecio es nadie.
Allí es bastión y aposento con resguardo y hospedaje, que de atención hace alarde enarbolando el precepto de consagrados derechos que versan de humanidades.
Amigos, vengo de un sitio donde el desamparo es nadie.
Allí el honor es bandera y el respeto es estandarte. La verdad es un baluarte, la justicia, escarapela, la razón es culta enseña y es pacifismo el coraje.
Amigos, vengo de un sitio en donde la guerra es nadie.
Allí el pan es la consigna y el arado rompe el hambre ungido por manantiales y la luna se persigna bendiciendo la semilla que la tierra engendra y pare.
Amigos, vengo de un sitio donde la miseria es nadie.
Allí el árbol canta y sueña en comunión con el hombre; un corazón y dos nombres orlan leves la corteza y el árbol da trino y leña en equidad con su brote.
Amigos, vengo de un sitio en el que el abuso es nadie.
Allí no acierto a volver porque acabo de soñarlo, mas podríamos forjarlo hermanados de una vez. ¿Qué no tenéis interés? Pues, ¡sigámonos matando!
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Poeta
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Estamos en el peor momento de la historia por culpa de la liberación femenina histeria, histeria se zafaron del yugo para imponerlo ellas libertinaje cambiando las reglas ultraje al por mayor voz fuerte, indecisión el mundo al revés y girando complemento de mi amor y mi tristeza igual soy un adorador intrínseco de la mujer que les agradezco por existir así sea un subyugado a los caprichos de ellas que se resiste; para finalmente caer preso de sus deseos el mundo igual seguirá marchando aunque ellas quieran cambiarlo todo; las leyes naturales actuando a nuestro favor, se lo impedirán.
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Poeta
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Yo soy una piedra que vive rodando. Una piedra errante que arrojan a diario: Ruedo por la vida y cuando me canso, me arrojan de nuevo y así me desgasto, siendo que fui roca de grueso tamaño; puerta de la cueva del Cíclope aciago Polifemo, el mismo al que, amenazado, Ulises, hiciera caer en engaño.
Sin gloria ni pena, fui contra Goliat, la piedra certera que David lanzara y el triunfo le diera.
Conmigo han herido y han edificado lo que deshicieron. Y me han desechado y me han requerido; de nuevo la mano construyó afanada lo muy codiciado y otra vez la sangre me dejó su rastro.
Yo no tengo amor presente en mi vida, pero sí recuerdo de volcán que ardía, que mi buena madre, era roca viva. Mi padre: montaña, Rey de ignota cima. Mi hermano: arrecife, temible en sus iras de triunfo salado por naves hundidas.
Yo pude ser risco, pedregullo, arena... pero sin embargo, por la vida rueda mi suerte a los tumbos. Yo soy una piedra, una piedra simple que comprometieran y no entendió nunca, por más que viviera, la crueldad humana tan ingrata y fiera para con mi ser y su ánima terca.
Sin ira ninguna soy piedra serena y ansiosa de paz. Una piedra suelta que descansó sólo la ocasión aquella en que Cristo dijo (estando yo presta a herir nuevamente por la mano artera) más o menos esto que mi alma festeja: "Aquel que esté libre (y aquí me liberan) de culpas, que arroje la primera piedra".
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Poeta
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