Escribir para mí es recordarte cada que te escribo, es ennamotarme de ti cada que mi lápiz escribe una historia de ti, Nadia.
Nadia ser escritor aunque sea aprendiz, trato de escribirte lo más limpio y coherente posible, trato de escribirte los versos que nadie te ha dicho.
Escribirte Nadia es saber que me encanta escribir, gracias a ti descubrí este maravilloso mundo que yo desconocía, te agradezco Nadia porque ahora me divierto al escribir
Nadia siempre te escribiré versos, poemas o canciones, me di cuenta que el hacerlo me llena de satisfacción, soy alegre cuando te escribo y comprendí que es lo que disfruto.
Escribir para mí es hacerte canciones Nadia, es describirte en cada verso, es contarle a la luna de ti, es inmortalizarte en mis canciones.
Nadia eres y serás el amor de mi vida, eres mi sueño más grande y gracias a ti soy feliz escribiendo, en verdad muchas gracias Nadia.
Imagina que fueses el dios de los poetas sangrantes, imagina los versos infinitos pensándote, adorándote, vertiendo su sangre.
Imagina que volases sobre los oscuros pensamientos, con un gesto, una mirada, pudieses atormentar a las tormentas pensantes, pudieses aclarar nuestro cielo juicio.
Imagina que sintiendo los latidos del mar te sintieran los peces, los moluscos, los crustáceos,… os sintieseis juntos y pudieseis conversar, romper fronteras con versos danzantes.
Imagínate rodeado de soñares, sirviéndolos en bandejas doradas, imagina las súplicas desechas, los ruegos dormidos, los lamentos ajusticiados.
Imagina que mirando al abismo te viese de vuelta, imagina que os besaseis entre calores desesperados y fríos vacíos, que os comprendieseis como nadie y os aceptaseis como nunca.
Imagina que surcases el arcoíris de norte a sur, de este a oeste, en busca de tesoros de oro y plata, de la suerte imaginaria de la que todos carecemos.
Imagina los albores del tiempo, puros, caóticos, desordenados, estruendosos,… pero pacíficos, bellos, silenciosos,… voces en el antiguo desolado, sin nadie que las escuche, apagadas.
Imagina que les dieses vida con tus latidos, como espectador de lo nunca visto, como oyente de lo nunca oído, como palpante de lo nunca tocado.
Imagina, imagínate divino, dios de cada sílaba silbante, señor de sonetos y odas, general de haikus y canciones, de elegías, de letrillas, de madrigales, …
Imagínate junto a la diosa Inspiración, dándonos sentido a los mortales, a tus siervos poetas de pluma perecedera, desplumándonos con cada verso minuto.
Y mientras se nos caen las plumas tejedoras, imagínate los miles de poemas olvidados, sepultados por el tiempo, apartados del recuerdo, imagina que dolor sentirlos a la mayoría perdidos.
Pues esta es la realidad de tus siervos, meros peones de tu amante Inspiración, esclavos, cautivos, prisioneros de una dicha que a pocos corresponde, que a muy pocos destaca en este guión.
En este poema estoy interaccionando con el lector, invitándolo a imaginarse como el dios de los poetas, con todos sus dones y misterios, y al final intento transmitir una sensación de dolor y vacío ya que la realidad es que la mayoría de obras caen en el olvido, y las que no son recordadas poco tiempo. Son muy pocas las que perduran recordadas.
Tú eres la ladrona que te has robado mi corazón, este corazón frio y solitario ahora resulta que extraña tu compañía, ahora resulta que este corazón tiene frio que necesita el calor de tu tierno corazón.
Tú eres la ladrona que a mi corazón le robo su soledad y le pusiste tu dulce compañía, eres la que enamoro y derritió los hielos de este frio corazón.
Pero tú ladrona simplemente un día te fuiste y te llevaste el calor y la alegría de este corazón y otra vez quedo en el olvido solo y triste, envuelto en un frio absoluto.
Tú ladrona de tanta felicidad, dejaste este corazón en oscuridad y es que no sabes que se siente caer en un abismo sin fondo, no sabes lo importante que eres para este corazón.
Tú ladrona no sabes no sabes que s el amor ni que daño causaste a este corazón, no sabes que se siente perder, pero este corazón desolado de levantara una vez más.
Te mentiría si te digo que ya no te escribo, que ya no pienso en ti Que me he olvidado de ti, que ya dejé de cantarte por las noches Que ya no siento nada por ti, que ya no te pienso Que ya no me ilusiono con verte de nuevo.
Te mentiría si te digo que ya no me emociono por verte de nuevo Que ya no tienes efecto en mí, que tu encanto se acabo Que ya no soy vulnerable por ti Que ya no eres mi debilidad, que ya te superé.
Te mentiría si te digo que mis poemas ya no hablan de ti Que ahora soy como los demás, que ya no te escribo con pasión Que mis canciones ya no tienen ese sabor a ti Que ya no suenas en mi guitarra.
Te mentiría si te digo que ya no me desvelo pensando en ti Que ya dejé de contarle a la luna y las estrellas de ti Que mi guitarra ya dejo de tocar tu dulce acorde Que incluso ya disfruto de nuevo de esta soledad.
Pero como voy a mentirte si tú eres mi más grande inspiración Eres y serás por siempre lo más importante para, aunque no me hables Siempre serás la musa de mis poemas, la ilusión de mi canción Siempre serás mi sueño mas grande Nadia.
Me senté a la mesa para saborear los viajes que me llevaron lejos de aquí. Hice un brindis con cada uno de los regalos que hasta hoy he recibido. Me atoré con cosas que no pude lograr a la perfección. Acerqué la cuchara cargada de besos que algún día intimé. Lamí las cuestiones que muchas veces leí y me enseñaron a ser un buen hombre. Destrocé con mi cuchillo los errores que me persiguen. Aplané con mi gentil cuchara el baúl antiguo que me sirvió para disfrazarme de aquel buen hombre. Pinché con mi tenedor una y más veces la maldad y mis pecados que hasta hoy conviven conmigo. Los adornos de la mesa son ilusiones que siempre he tenido. El mantel, las fantasías, las muchas que cuelgan sobre mi frente. La loza hecha de mentiras decorada con aciertos de sabios. La cuchillería, de grandes pasos y caminatas, de miradas poco transparentes. La sopa de amargura. Las carnes, la masas, purificadas de perdón llegaron acompañando a dolores y penas. El postre, la soledad en que siempre me he cobijado. Mi cuerpo satisfecho de bienes, de gustos. También indigesta de objetos sin valor, de sinsabores...
Somos gritos, cegados por trenes, somos lloros, berrinches, angustias, somos dolores, tristezas, alegrías, somos efigies viviendo en las sienes.
Somos espadachines de verde manzana, somos estupores, mal tragos, destierros, ovejas sin pastor ni lana, tortugas en españoles encierros.
Somos lúgubres, incesantes labriegos, somos el luto enlutado de deseosas peloteras, somos trémulas en la voz de las antenas, somos talegos habitados por ciegos.
Somos alabastros recipientes, olvidados en las arenas el desierto, somos recodos mentales por cada palabra, beso, riña, acierto.
Somos remansos de infelicidad, disfrutando de los problemas en secreto, de un pequeño momento de felicidad incierto, cantando con la soledad a dueto.
Somos férreos, turgentes almas, livianas, intrascendentes, somos mortuorios vivientes, condenados al olvido de nuestras gentes.
Somos víctimas de la noche intempesta, bebés perdidos encontrados en la cesta, somos la lujuria, el robo, la muerte, el engaño, los pecados de Sodoma y Gomorra sin regaño.
Somos poetas de la tinta a borbotón, tercetos desvencijados de un soneto, somos, vivimos desorientados, vertiginosos, somos de la rima esclavos y esposos.
Somos piratas de agua dulce, pilotos de agua salada, somos amargos, salados, ácidos, del sabor de la fresa agridulce.
Somos llamadas, mensajes, ¡te quiero!, olvidos, ausencias, ¡te odio!, somos un dejar en visto, un like por inercia, un comentario vacío, una foto en el podio.
Somos la última hoja de la libreta, blanca, vacía, que se tira a la basura, somos corruptos, desastres, tormentas, somos tortura, perjura, locura, bravura.
Somos nuestra familia, nuestros amigos, un hola y un hasta luego, un abrazo y un a ti me entrego, una caricia y un ruego.
Somos una madre amorosa, una odiosa, un padre admirable, uno decepcionante, un hermano querido, uno cargante, una hermana cariñosa, una caprichosa.
Somos la empatía selectiva, el abandono egoísta, el engaño ambicioso, la gula insaciable.
Somos la envidia, la soberbia, la pereza, lo somos todo para nosotros, nada para los otros, polvo en el viento, ..., escarabajos en la maleza.
Buenos días, este poema esta inspirado en la canción “Más de Cien Mentiras” de Joaquín Sabina, es una de mis canciones favoritas y quería intentar componer algo así pero con mi estilo, en este caso este poema es una descripción de lo que somos como seres humanos, lo bueno y lo malo, espero que os guste.
Déjame en tus brazos dormir amor… soñar paraísos, fantasías inermes. Quiero en tu piel perder mi aliento y con mi boca recorrer tu alma. Ser en ti… madrugadas tibias, amaneceres pasionales, mañanas apacibles. Ser tu luz en días venideros, con nuestras manos recoger las mieses del recuerdo. Ver nuestras sienes de nieve pintarse dormir contigo amor cuánto deseo. Si la vida se escapara. con mi último aliento, gritar tu nombre quiero. Llevare tu recuerdo aferrado Aquí… ¡Aquí en mi pecho!