Cuentos :  Ni de hadas ni de sapos
Ni de hadas ni de sapos
A Ludwing Varela



Supongamos que yo soy un escritor y que está, es una elevada narración donde no hay errores ni espantosas pausas de aburrimiento, donde solo habita el ritmo y la creatividad.
observará por lo tanto, que aún no he comenzado con la ironía de este lenguaje mal trecho y reventado, que soles onomatopéyicos o hadas o sapos aún no besan a quien tendrían que haber besado. Diré como premisa, que esta narración es, sin duda alguna, sobre las redundancias de cómo escribir o más bien en como rodear lo que parece una narración. Pero bueno, al fin y al cabo, esto de los juicios en cuanto a designar lo que es y lo que no es, no nos concierne a nosotros. Bueno quizá Tendrá razón querido lector, tiene Ud. la insoluble responsabilidad que no apremia de equívocos, ante tantos enredos que lleva implícito esta miserable palabrería, juzgarla como bien le parezca o disfrutarla parcialmente.
También perdonará Ud. bajo el manto de su gracia, mi torpeza al escribir. Y alabaré sin embargo su nobleza al leerme. De igual manera excusara las encrucijadas que abundo bajo este revolver enmontañado de rusas tinieblas, pues comprenda que no hablo de finales, ni de principios y mucho menos de ciegos nudos para esta narración que tiene la mirada puesta en un punto fijo. Gozar de la vida. Hablo de tropezar y caerse en los finales. Hablo para comenzar de nuevo sin pensar en la maldad. Hablo de usar la soga para otro crimen. Por lo tanto regresemos un poco al contexto de lo que yo supongo, es una narración genial, entiendo que se encuentre un tanto desconcertado y posiblemente perdido, pero vera Ud. que a veces me pierdo y escribo laberintos, que acaban extraviados en su propio nombre.
Pero entro en razón y propongo un final ilógico para todos. Este podría ser el final: opción (1) deja de leer este cuento sinsentido, tomando en cuenta que sería el final de su autoría y el sinsentido en ese caso no fuese yo sino Ud. O (2) podríamos enterrar al sapo y suponer que el hada, se perdió en el camino como se pierden la cordura o algún libro que prestamos. Ahora bien, esto nos llevaría a proponer que Ud. es un muy buen lector lleno de paciencia por haber soportado leer esta aberrante acumulación de letras y absurdos pensamientos. Y que yo, un pésimo narrador, ha copado en ocio para lograr escribir este insensato experimento.

Poeta

Cuentos :  EL HOMBRE DE LA ALPARGATA ROSADA
EL HOMBRE DE LA ALPARGATA ROSADA
“En las pilchas del paisano, se ve el amor de la china”. Desde el día en que la Parda Flora conoció esta sentencia la tomó como un mandato para demostrar su amor por el Matrero.
Se habían conocido en un baile en la Leopoldina, pero ambos ya sabían el uno del otro por sus mentas. El Matrero, de los encantos físicos y espirituales de la Flora, la prenda más deseada desde Blaquier a Villa Saboya, la hija del vasco Arriague. Ella soñaba con conocer a ese hombre al que los dichos habían llenado de atributos que alimentaban sus deseos , fantasías y esa obsesión por conocerlo.
Y fue aquella noche, en aquel baile, en que la luna faroleaba el piso de tierra, que entre la bruma de la polvareda de los bailarines , como una sombra recortada por un aura, la presencia del Matrero enmudeció la fiesta.
A su paso se abrieron las parejas, a paso firme se acercó a la mesa donde la Parda, con el vaso de naranjada que se detenía en el camino a sus labios, miraba congelada y anhelante, al hombre que emergía como un sueño.
¿Qué fue lo que les dijo que eran ellos los buscados, quién guió los pasos del Matrero, por qué la Flora levantó sus ojos cuando el vaso iba camino hacía sus labios?...No podemos saberlo… El hecho es que así se conocieron… Bailando al compás de un ranchera se fundieron sus cuerpos, sus ganas, su aliento. Ajenos a miradas ajenas, se untaron de besos.
Así se cuenta por aquellos pagos, como unieron sus vidas la Flora y el Matrero. Levantaron un rancho de barro y paja al reparo de un monte de paraísos, que les dió el viejo Arriague, allí vivieron una pila de años, con algunas vaquitas para el ordeñe, unas ovejas, chanchos y gallinas, con la única ambición de ser felices.
La Flora to tenía hecho una pinturita al gaucho, le bordaba las camisas, el pañuelo de cuello, la blusa corralera, el sombrero, la rastra, las botas de potro, hasta el cuero bordado tenía el Matrero… Y fue una vez, en que se quedó sin hilo por no poder ir al pueblo …
El Matrero se había comprado alpargatas blancas, para lucirlas en la fiesta patria. La Flora ya tenía como un vicio de ponerle su toque personal. Y ahí fue que al no tener más hilo, degolló una gallina y se las tiñó con sangre. Las puso a secar el alero del rancho, pero a la noche las agarró un aguacero y amanecieron secas, pero rosas.
El gaucho mañerió pero la Parda le hizo unos pucheros y allí fueron.
La fiesta era en la escuela rural, había carreras cuadreras, de sortija, de embolsados, de chancho engrasado y palo enjabonado, asado con cuero, empanadas fritas, vino, cerveza. No faltaba nada, ni nadie, estaba todo el gauchaje de esos pagos y estaba él, con sus alpargatas rosas.
Fue verlos entrar y el comentario:
.-¿Dónde se á vido, alpargatas rosas?... Decían las viejas y se persignaban. Los paisanos lo miraban extrañados. ( Ni siquiera a los puebleros habían visto con esas alpargatas en los pieses)
Pero era tal el respeto que tenían por ese hombre y su valentía, que nadie amagó ni una sonrisa.
La cosa terminó sin incidentes, cada cual tomó el rumbeó para su rancho y en la siguiente fiesta, se pusieron, todos los gauchos, alpargatas rosas.
Poeta

Cuentos :  NOSTALGIAS DE LA INFANCIA
NOSTALGIAS DE LA INFANCIA

Buenos Aires hierve, estamos soportando un comienzo de verano agobiante, nos estamos convirtiendo en un país tropical. Mientras en América del Norte están viviendo unos de los inviernos más fríos de su historia, los del sur nos derretimos en sudor . Será por eso que nos dicen sudacas ?.." Lo que mata es la humedad", una frase reiterada en La Reina del Plata que tanto es aplicable para invierno como verano. Y es verdad. La humedad ambiente es tan alta, que hace que el frio y el calor sean penetrantes y se te metan hasta los huesos. La sensación térmica, que le dicen, siempre está entre cinco y siete grados, sonbre o bajo la real.

Pero mirá el spiche que te bato para prologar una de las charlas de café, que en este caso y en esta noche de verano, tiene lugar en la vereda del bar, porque los boliches de barrio no tienen aire acondicionado y adentro hace un calor de cagarse. En su interior solo queda el gallego en la caja y el mozo de mostrador, que también es gallego, como corresponde, pero no es dueño, aunque es posible que tenga algunos puntos en la sociedad, como también corresponde. Las mesas, sillas, mozos y clientes al aire libre, que siempre parece más fresco que el envasado. Donde la consumición tiene un recargo,” para pagar los impuestos de la Alcaldía”, argumenta el patrón, que no reconoce el termino Municipalidad y que a los inspectores los arregla con cuatro pesos y un café con leche.

¿Pero qué me pasa hoy, que no entro en el tema ?...Me engancho en giladas, me voy al carajo y la hago larga al divino botón. Porque fíjate vos, que el tema no tiene nada que ver con el calor, la humedad, ni los gallegos. Cuando vuelva a colgarme, chiflá para que la corte, pero seguí leyendo que ya viene el cuento. Con lo que tiene que ver, es con esta costumbre mía de andar dándole vueltas a las cosas. Fue el que surgió, en la “Reunión se los Inteletuales", cuando el Beto le dijo a Cachila, que no se decidía a pedir gaseosa, cerveza o café :

.- Dale boludo, tenés más vuelta que una calesita, vos…

Al pique se enganchó Copete, que tiene una particular habilidad para tirar centros y poner un tema en el área:

.- La…ca…le…si..ta !... Dijo como rumiando y agregó en voz alta para habilitar a todos: Qué loco, oyeron lo que el Beto le dijo a Cachila, “ tenés más vueltas que caballo de calesita”…

.- Yo no dije caballo…

.- Pero así es el dicho, boludo…

.- Sí, el dicho boludo, porque podría ser el avión, los autitos o los chanchos…

.- El dicho no se refiere a los accesorios, sino al caballo que antiguamente la hacía girar,. ignorante.

.- Qué lo parió …Lo que uno aprende de los viejos !...

.- No me rompás las pelotas , quiero contar lo que pensé el otro día cuando paseaba por Alsina y vi las calesitas en las plazas,... ..

.- Siempre haciendo turismo de aventuras, vos. Dijo el Beto que tenía ganas de joder. .- Está bien, seguí dale.

.-Sí, sigo y vos cortala que me tenés hinchados los higos…Cuando vi las calesitas llenas de pibes, pensé, que si alguien hubiera dicho, “inventé un juego para dar vueltas”, y mostraba el prototipo, se le hubieran cagado de risa y no habría nadie que se interesara en el proyecto. El pobre tipo sr hubiera ido arrastrando los fanguyos, derrotado ante tantos “ no va a andar” . Pero el tipo lo hizo y anduvo. Tal vez porque no consultó a nadie, o que se yo… porque así son las cosas simples que soñaron los genios, que perduran en el tiempo desde el anonimato. Me hubiera gustado dar una vuelta, pero el pudor me lo impidió y me quedé mirando a los chicos, buscando en ellos el que fui.

.- Muy buena reflexión , Copete. Te escuchaba y pensaba…no se entiende como un juego tan boludo, siga sobreviviendo en la era de la tecnología y la cibernética, y se mantenga sin cambios en el tiempo, excepto el caballo. Que sea el juego colectivo más popular en los niños…y se me ocurre que no es solo un juego, que vendría ser un desafío, eso, el primer desafío. Como un test de la personalidad del niño. Porque, fijensé, ahí se manifiesta, como en ningún otro caso lo que seremos en nuestra vida de adultos En este caso sacar la sortija, que sería, según Freud, el objeto del deseo movilizador del juego. En él se vislumbra al luchador, que la pelea arriesgando una caída. El seductor , que pretende conseguir el favor del calesitero con sonrisas. El simulador, que muestra desinterés , para dar el zarpazo oportuno del arrebato. El perdedor, que ni lo intenta, y un montón de otras actitudes dignas de un estudio del comportamiento del hombre social… Cerró su intervención Petete, un estudiante de psicología social, que chapeaba de sicólogo, semblanteando en el panel, el efecto de sus palabras.

.- ¿ Eso lo escribió "freu" ?...Preguntó el Beto, con tono irónico.

.- ¿ Froid ?...Nó, eso pienso yo a partir de mis conocimientos analíticos.

Se siguió hablando del tema con nostalgiosos comentarios, hasta que cuando parecía que ya estaba agotado, Cotolo, con la voz quebrada y los ojos llorosos dijo:

.-Los escuché emocionado. No saben lo que hubiera dado por vivir esa experiencia…

.-¿Qué, nunca anduviste en calesita, vos ?...

.- No, sí… Me lo pasaba arriba de la calesita. Pero nunca saqué la sortija…Mi viejo era calesitero… Y se le cayó una lágrima.
Poeta

Cuentos :  Silencio y pensamiento.
Y después de un corto periodo de silencio
ella pregunto: ¿En qué piensas?
El respondió: En nada. (Solo en las mil formas
en que podría abrazarte, tomarte de la mano,quererte,besarte,robarte una sonrisa, llevarte al cielo, amarte y hacerte feliz).

Y se miraron...
Poeta

Cuentos :  Fabricando Tapera
El alambrado caído,
varillas quebradas,
cansados los postes
de vientos y soles,
la tranquera inclinada
clavada en la tierra,
sus tablas resecas
pidiendo clemencia,
malezas que cubren
la senda olvidada,
debajo del alero
susurran ventanas,
el revoque caído,
las chapas voladas
y alguna alimaña
que busca morada.
El tiempo paso
fabricando tapera,
solo persiste una marca
en la pared manchada
Una mancha amorfa,
un poco oxidada,
es igual a la marca
que yo llevo en el alma
la mente me juega
bromas macabras,
veo tu rostro,
que grita en mi cara,
aun recuerdo el momento
donde entre a otro mundo,
aun recuerdo el momento
donde perdí el rumbo
las manos me tiemblan,
me pesa el arma,
¿quizás olvide
cargarle las balas?
Hoy vuelvo a pagar,
lo que no tiene precio,
hoy con mi sangre,
lavaré mi conciencia
El estampido habla,
el refucilo ilumina,
una mancha carmesí
que borra tu dolor,
aquí me quedare,
como una sombra,
sin Dios, sin alma
...sin dolor...

creado 27/12/2013
Catriel Cuestas Acosta
Poeta

Cuentos :  Canibalismo en Saturno.
Canibalismo en Saturno.

Canibalismo en Saturno. Delicuescencias de Iridios fríos. Magnolias de espanto. Cimitarras de aquelarre, quebranto y ruído, irisaciones de metralla ruín, ruiseñores muertos y canarios corrompidos, estériles colibríes de barro. Flotan los múltiples anillos, piedras de hielo criminal, círculos infernales, esputos solidificados, invencibles caudillos de lepra. Por las avenidas de las ciudades deambulan los zombis sin ojos, las quimeras de horror y nieve, las insepultas arpías del pánico. A veces crece un asfodelo amarillo que es inmediatamente arrancado de raíz, a veces un heliotropo negro exhala un ungüento favorable, y rápidamente queman bolas de estiércol para que nadie lo huela, hay que prohibir a toda costa la diminuta hormiga amarilla, la libélula azul yace impotente con las alas arrancadas, pero no es suficiente, le tienen que arrancar también los ojos, una estatua de oro se devora a si misma y se arranca los genitales a mordiscos, un violín descoyuntado se rompe una cuerda, un título de nobleza se vende a un usurero monstruoso, una histerectomía forzosa se hace sobre un Virgen niña, le castran los huevos a un Apolo, le dan jarabe venenoso a una sirena, y en el agua flotan corrompidos nenúfares de mierda. Pasan los Reyes de los Jacintos asquerosos, con sus corazas de acero oxidado, tienen las caras llenas de bubas, han adquirido la peste bubónica y se han tragado su propia lengua a mordiscos, y las han luego vomitado para que los cerdos las degusten. Suena una música de agua dañosa, es mitad aceite y mitad anilina, y las piedras turquesas las han escondido bajo un montón de gusanos para que ni un solo poeta pueda admirarlas. Prosigue la orgía, los padres se comen a sus hijos, las madres acumulan sus crímenes y sus incestos para que el fuego de la Gehena de sus almas no desfallezca, y se permite el nacimiento de seres deformes para que sufran los niños la impotencia de no poder construir casitas con piececitas, para que no puedan limpiarse sus propios excrementos nunca con unas manos sublimes. Pero lo llaman amor los sacerdotes de la muerte, los sacerdotes sin ojos que dicen vida vida vida y se comen los pavos reales disecados. La sangre venenosa se arroja a la basura, pero no era venenosa, y no hay gallos de pelea porque ofendían a los mojigatos. No se come ni una sola polla sin prepucio, pero todas penetran a la misma vez el mismo agujero mierdento. Las múltiples lunas arden y expulsan un humo pestilente y hay palomas de caca con ojos de serpientes, y los gatos tienen la rabia. Muerden frenéticamente los leones y los cocodrilos, pero no es bastante, las panteras de Saturno son desolladas vivas, y le clavan en los ojos agujas a los colibríes, para edificar el edificio más alto no repararon en muertes pero para que el poeta no viera una rosa estuvieron estudiando mil años. Las Brujas se reúnen y dicen Maldito seas Macbeth, y resulta que Macbeth era dulce como el jarabe de cerezas, repugnantes ranas saltan con las vísceras de sus intestinos abiertas. Los Saturnianos se reúnen, y cantan como comerse a un niño vivo, como engañar a un ciego, o como implicar a un abogado en una estafa, hacen planes para guerras bacteriológicas o deciden arrancarle el corazón a un tigre, pero van con uñas de quince centímetros y tienen el cerebro lleno de podredumbre. Hay que sacarle el corazón a un rico aunque el rico pase más frío que en Groenlandia. Hay lunas heladas en las que sólo hay eternidad. Prosigue la orgía, pero no es orgía, porque están prohibidos los placeres, pero hay permiso para arrojar huesos a los pájaros, para comer langostas y cucarachas, para regalarle rubíes a las putas de oro, que se defecan sobre la libertad de prensa, y para matar a un cisne con un tornillo. Y un espejo grita loco, loco, loco, ¡¡¡¡¡¡subnormal¡¡¡¡¡¡. Estoy enamorado de un Dios de una belleza infinita pero su luz me ha cegado.
....................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero. Todos los tontos quieren arreglar el mundo y el mundo no tiene arreglo.
Poeta

Cuentos :  A mi sólo me han dado por el culo cinco tíos en to
A mi sólo me han dado por el culo cinco tíos en toda mi vida.

El primero en darme por el culo fue mi hermano el Jose con catorce años que yo tenía. Me la metió por el culo y sentí como su polla de trece centímetros, más pequeña que la mía, se deslizaba dentro de mi culo, pero no sentí nada, ni placer ni dolor ni nada de nada, sólo asco, y fue poco tiempo, como un minuto dentro de mi culo. Pero no se si esto que cuento es real o sólo lo he soñado. El segundo tío que me dio por el culo fue Juan Manuel Lobo, que me dio por el culo, con preservativo, hace veinte años, en su piso de Antonia Diaz, tenía una polla inmensa, de unos veinte centímetros, la mía sólo mide catorce, una polla inmensa, negra, y creo que circuncidada, y me dolió tanto que me eché a llorar, y creo que echarme a llorar me salvó la vida porque me negué a que continuara y creo que me hubiese dado una ostia. Como no podía beberme su semen porque había un virus llamado Sida cuando se corrió le extendí todo el semen por el pecho, una guarrada total, había echado tres litros de esperma. A los seis meses volví a hacerlo con él en un derribo de Sevilla, me la metió por el culo sin preservativo, pero cuando me empezó a gustar, pasado el dolor, me eché a reir y el chaval se bajó de la cabalgadura y no me dio placer. Evitó que cogiera el SIDA, la última vez que lo vi en la sauna hace unos once años le di por el culo en el cuarto oscuro de la sauna, estaba más abierto que el Canal de Suez, no fue si fue él porque estaba a oscuras pero no le di placer, como no sabía si era él me retiré sin darle gusto y me corrí fuera de su culo. Creo que ha muerto de Sida, hace once años estaba superenvejecido. El segundo tío que intentó darme por el culo fue un padre de familia divorciado que conocí en la discoteca Ales de Madrid, intentó darme por el culo, le puse el culo, pero cuando entraba su polla se desinflaba y no me penetró, me enseñó una foto de su hijo de cinco años y me la chupó con un vaso de leche fría en la boca, bebió un vaso de leche de vaca y cuando lo tenía en la boca me chupó la polla. Delicioso, nunca me lo habían hecho. Un tio casado y divorciado además, con un hijo de cinco años. El tercer tio que me dio por el culo fue un tío en la Sauna Comendadoras de Madrid, tenía una polla de unos diecisiete centímetros, larga y fina, le puse el preservativo y me enculó en la misma sala de video porque todas las cabinas individuales estaban ocupadas, me dio por el culo delante de todos, fue meter y sacar, o sea un dolor horroroso, como si te tocaran el nervio de una muela, un segundo, no sentí ningún placer, debía de tener algún tipo de enfermedad en la polla porque se tocaba la misma zona de la polla continuamente, tuve suerte de hacerlo con preservativo, pero lo hice con él pensando en Juan Manuel Lobo, porque me dije a mi mismo que cuando llegase a Sevilla tendría que ponerle el culo a Juan Manuel Lobo y quería que no me doliese. Al día siguiente trajeron al laboratorio de Bioquímica un espectofotometro nuevo, que valía una millonada, y todos mis compañeros me felicitaron ese dia y me dijeron Paquito Paquito Paquito, como si yo fuera un héroe o su amigo íntimo de toda la vida, y yo me decía a mi mismo: Hay que ver lo que vale mi culo, hasta un espectrofotometro nuevo que vale millones, vivir para ver. El cuarto tio que me dio por el culo fue un chaval de Córdoba en el cuarto oscuro del Itaca, no me gustó nada y casi no entró, pero me chupó la polla y le puse el culo, aunque creo que su polla apenas entró. Sin preservativo. Y el quinto tío que me dio por el culo fue un moro en el Cuarto oscuro del MAN TO MAN, en Sevilla, no se si era moro, era delgado, es un bar de osos pero el chaval del cuarto oscuro era delgado, me chupó la polla, tenía una polla de veinte centímetros pero solo me metió diez centímetros, el pene no traspasó el segundo esfínter, no me cagué en su polla de milagro, la chupaba como dios, me lo pasé de puta madre, era delgado y no le vi la cara y estaba más bueno que el pan, creo que era un moro, el tio se lo hacía con todos y me chupó la polla mientras yo me bebía el cubata de ginebra con coca cola. Sin preservativo. Además me la chuparon Juan Carlos Cobano Torres, que era bético, con veinticuatro años, y que ya habrá muerto de Sida porque era superpromiscuo, y Jackie de Puerto Rico, negro, bailarín y con un cuerpazo de ensueño, y que supongo que también habrá muerto de Sida. Fue hace veinte años. Y el primer tio que me la chupó en el Itaca fue un mecánico que era todo hueso y estaba mas bueno que el pan con miel y tenía treinta años cuando yo tenía veinticinco, pero ese no me dio por el culo. Creo que todos habrán muerto de Sida. También me la chupó un chaval de quince años con barba y un gaditano, y otro gaditano me comió los huevos pero no me chupó la polla. Habré tenido unos cincuenta amantes pero sólo me han dado por el culo cinco. Y actualmente prefiero ir a la cárcel a que me den por el culo. Porque si lo hacen mal duele un huevo.
.......................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero. Y por Manuel José Trillo maté a una vieja.
Poeta

Cuentos :  En Madrid maté a una vieja.
En Madrid maté a una vieja.

En Madrid maté a una vieja. Una anciana de 82 años. Pero no sé si me lo estoy imaginando o realmente sucedió tal y como lo cuento. Yo trabaja en el Hospital Doce de Octubre. Y en mis días libres mariconeaba. Un día fui a la sede de COGAM, un colectivo gay de Madrid, que estaba en la calle Carretas. Hace de esto veinte años. Y en la sede había una charla de Manuel José Trillo, presidente del Comité AntiSida de España y enfermo de Sida. Yo me creía que el SIDA no tenía cura por culpa mía, por haber donado yo sangre en el periodo ventana después de chupar una polla, aunque sólo la chupé cinco segundos, cinco años antes. Yo estaba destrozado por el frío de Madrid que se me metía en el cerebro y por los pingüinos que me habían hecho. Y por toda la publicidad que ponían en los pasillos del Hospital, y por los compañeros de piso tan malos que tenía. Y me enrollé con Manuel José Trillo, me enamoré de él, y me acosté con él, y le chupé la polla. Tenía el chaval unos condilomas anales gigantescos y hepatomegalia, no estaba circuncidado y me chupó la polla. Yo ya estaba circuncidado. A mi piso de soltero había venido un Hombre con el apellido Morales Grande, y me dijo que si le compraba una Cruz de Caravaca me regalaría algo bonito, yo pensé en Manuel José Trillo, quería salvarle la vida porque el chaval tenía SIDA, pero no quise comprarle la Cruz de Caravaca a Morales Grande. El caso es que tuve que hacer una Guardia en las Urgencias del Hospital. Yo me creía que el SIDA no tenía cura por mi culpa y que Manuel José Trillo se moría de SIDA sin remisión con 32 años. Así que me volví loco, se me cortocircuitaron los cables del cerebro y pensé, una vida por otra, la vida de la anciana por la vida de Trillo. La anciana tenía un problema de corazón y necesitaba digoxina, y me pidieron que le analizara la sangre para ver la digoxina que tenía en sangre, yo pensé que la anciana lo estaba pasando mal con 82 años, que la estaban obligando a vivir más de la cuenta y que agonizaba, y sin embargo Trillo se moría como un perro con 32 años, pensé que la anciana, con 82 años, ya había vivido bastante, no pensé que esa anciana tenía nietos ni familia a los que ayudar con su pensión siquiera, así que al ir a medir la sangre le cambié la sangre por el calibrador y falseé los datos del análisis para que la anciana se muriera. No sé si la anciana murió o nó. Porque no sé siquiera si me lo estoy imaginando y realmente eso no llegó a suceder, el caso es que lo mismo tan solo pasó una noche espantosa. Pensé que había salvado a Manuel José Trillo. Pero mi relación con Trillo se enfrío en cuestión de días, coincidió todo con la Expropiación de BANESTO en el día de los inocentes y con la Llegada a mi piso de Soltero de Miguel Angel Francia Huapaya, peruano, un mal bicho, que era bisexual y quiso que le comiera la polla, me enseñó la polla y me dijo que si le chupaba la polla me haría infinitamente rico, era matemático y trabajaba en Madrid en un servicio de Limpieza. Pero no le comí la polla, me metieron en el manicomio antes. La última vez que vi a Manuel José Trillo me enfadé con él porque se pidió un café en vez de un zumo de naranja, yo quería que tomara zumo de naranja para que no se muriese, y enfadado no le pagué el Café. Estaba yo acosado por todos los frentes, era aquello peor que una guerra. Y a los pocos días me metieron en el manicomio. En las Marquesinas de las paradas de los Autobueses ponían un anuncio: POR FIN la llamada que Esperaba del Cielo. Me volví loco de tanta cosa. TODO Eso fue unos dos años antes de que me intentase inyectar sangre con SIDA. Así que como podréis observar estaba y estoy loco y bien loco. A mi no me extrañaría que un día de estos me acusen de haber matado a Manolete. Pero no creo que Manuel José Trillo me quisiera, cuando salí del manicomio me llevé como un Zombi en Sevilla y jamás volví a verlo, creo que murió de SIDA en una Indigencia brutal, abandonado por todos como un perro. Pero yo tenía que sobrevivir, quise enviarle una carta de amistad pero mi padre me obligó a romperla porque no quería que yo me enrollara con nadie de Madrid hasta que me pusiese bueno de los nervios. Al cabo de un año regresé a Madrid y mis Jefes médicos me prohibieron hacer guardias. Y al año siguiente quise inyectarme sangre con SIDA. Siempre he estado obsesionado con esa enfermedad. Es muy difícil explicarme porque soy muy mal escritor y no llevo la cuenta de las fechas de cuando todo sucedió. Si mi madre se me muriera con 80 años que tiene ahora me volvería loco, a parte de que ella es la que está sosteniendo a la familia con su pensión. No se si llegué a matar a la Anciana. No sé si le di la Eutanasia forzosa o no. Los Cinco chavales más hermosos del Mundo arrancamos el corazón de una anciana de cuajo y nos lo comimos.
.....................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Poeta

Cuentos :  Pavos Reales en Urano.
Pavos Reales en Urano.

Pavos Reales en Urano. Centellas frías, resplandores de oro oscuro, Relámpagos negros, torres de cristal violeta. Los atlantes llevan sobre sus hombros espuertas llenas de carbones encendidos azules y verdes, zafiros y esmeraldas, y suben la escalera del Palacio Imperial. Y arrojan las gemas rutilantes al insondable vacío, donde se funden en un río de turquesas, a veces hay millares de libélulas azules en las pupilas de oro de los obreros, gigantescos tíbores de carey están llenos de monedas de oro, jarrones de malaquita rebosan de monedas de oro, elefantiásicos atlantes sostienen columnas de mármol rosa que soportan demenciales cúpulas y espirales, y los pavos azules elevan sus colas verdes bajo la mirada impasible de los Dioses, fríos como dagas finas. Las sierpes verdes reptan entre los corales blancos, de azúcar, gélidos como la muerte, y los reyes de Urano, vestidos de rosa y fucsia, pasan sobre sus sillas de mano, sobre los hombros de los esclavos, abominables e iracundos, con rubíes en los dedos, fúlgidos como la sangre. Se ha detenido el tiempo, en un solo minuto le han arrancado el corazón a un cisne y lo han arrojado al fuego, y las llamas lo han devorado como hormigas de ira roja, y los pavos reales asustados han visto sus cuellos en peligro ante cuchillas de plata feroces, heladas como diamantes. Suenan los oscuros clavicordios, los brillantes pianos lilas, los timbres de cristal y níquel, y las trompetas de oro, y los armonios azules y los pétreos Timbales, y en la música cabalgan dragones de fuego azul y dragones de fuego verde, y lo atlantes los matan con lanzas de oro salvaje, y sus cuerpos caen sobre simas negras, en las que sólo hay una brea llena de arcoiris rosas que ensucia el agua, que también es oscura como la pupila de una virgen. Los esclavos a millares, elevan torres de cristal violeta, sobre avenidas de ámbar naranja, y hay jardines verdes llenos de Estatuas de Oro macizo, que relampaguean asesinas, estatuas que no han visto la luz del sol nunca, lejano como una estrella amarilla. Los pavos reales en los jardines miran sobre su propia belleza y se quedan extásicos, silentes entre las campanas de cristal azulino, con sus penachos irisados, con sus colas de esmeraldas en las que hay miles de ojos de tigres, y los hibiscos rojos exhalan una plegaria de soledad blasfema. Hoy hay una ejecución en el salón de oro del Palacio Imperial. Hay cien reyes en sus tronos de oro verde contemplando al reo, desnudo y bello como un narciso de fuego, son sus ojos oscuros como un río lleno de demonios, ha asesinado a un ángel con una cinta de seda amarilla, y es hermoso como un lago en el que flotan cadáveres, sus músculos de hombre delatan a un gorila delgadísimo, sus hombros son dos colinas de nácar, sus brazos dos palancas sobrehumanas, sus manos, dos flores corrompidas, dos puñales, sus labios, dos exquisitos pétalos de rosa. Desnudo su propio cuerpo eleva una plegaria de compasión a los dioses, pero ha asesinado a un ángel, el sublime emperador Uranita, ciego de nacimiento, ha escuchado la música que para el suceso ha escrito un poeta, flotaban en la melodía caballos persas entre puñales de lilas, caían cataratas de fuego sobre simas de agua perfumada, y cien mil rosas destilaban una gota de aroma agridulce, pero el emperador ha dicho: Nó. Y los Pavos reales han elevado sus colas turquesas y Urano ha girado en el espacio insondable como una bailarina flamenca una Petenera andaluza. Los nenúfares de los estanques han sido visitados por una abeja de plata. Y los ojos de oro de los esclavos han visto millones de Libélulas azules. Pero el Emperador ha dicho Nó. Y el ángel que estaba sobre una tumba de hielo ha cerrado sus ojos. Peleaban dos gallos rojos en la pupila increíble de un poeta.
............................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero. Podía haberlo hecho mejor, pero mi madre me ha lavado el abrigo y estoy pasando un frío de mil demonios, por eso el relato me ha salido tan gélido, porque en mi casa hace un frío de cojones.
Poeta

Cuentos :  Nicasio Paz: Ladrón


[img width=300]http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/8/88/Bockstorfer_Altar_Mitte.jpg/200px-Bockstorfer_Altar_Mitte.jpg[/img]

Nicasio Paz, es ladrón. Antes de salir a robar, se persigna y les reza a Cristo y a la Virgen, como si ellos, secundaran y ampararan a los predadores de su prójimo. Algo paradójicamente opuesto a lo que dictan, el séptimo mandamiento: “No robarás” y el décimo: “No codiciarás los bienes ajenos”.

De todos modos, Nicasio, como Dimas, “el buen ladrón” crucificado junto a Jesús, se siente protegido y redimido de antemano, por el hecho de estar demostrando respeto a Dios, a su hijo y a la virgen María, madre. “Cosa que no todos los honestos hacen y por tanto quedan expuestos a cualquier tipo de vicisitud, incluida la de una acción ofensiva por fuerza mayor y aprobada por Dios como la mía”, sentencia Nicasio. Además, él está convencido que “los mandamientos fueron fraguados en parte, por una gavilla de mercaderes capitalistas de esos tiempos, para así, resguardar sus bienes contra los ladrones ignorantes y temerosos de Dios”. En definitiva, las razones por las cuales Nicasio termina ahora de rezar, son: por la ejecución de un trabajo fácil y de buen dinero y por un retorno sano y salvo.

Nicasio, razona adecuando la religión a su actitud, que no es su única religión; además, profesa fidelidad al código criminal, y de entre sus varios artículos, es mentor del precepto que dice que quien no es “del palo” (clase delincuente) o policía, (la contra) es “civil” (ciudadano común) y “al civil le cabe”: Le cabe el robo y de resistirse le cabe la golpiza y de rebelarse le cabe la muerte. Aunque, Nicasio, trata en lo posible de no matar; primero: porque en caso de caer preso, la condena no sería tan severa, y segundo, porque desde que vio la película “Perro Rabioso Morgan”, sobre un antiguo y legendario bandolero australiano, real, (que le dio unas monedas a un campesino y le dijo más o menos que: “eran para que progresara, así cuando fuese rico, él, lo podía robar”) al igual que el bandido, Nicasio, decidió preservar su “materia prima de subsistencia”; o sea, la salud de los comerciantes pasivos. “Lo mismo piensa y hace con ellos el gobierno, razona Nicasio, que es ladrón de guante blanco como seré algún día yo; que en escala, por ahora enturbio esa categoría como hace el ratero simple; “rastrillo” que vive preso dos por tres por paparruchadas, haciendo proyectos de robos imposibles. En fin, hablando pavadas todo el tiempo con otros estúpidos iguales y violándose entre ellos. Ensuciando la jerarquía del ladrón de oficio que soy. ¡Aborrezco esa calaña!”.

En realidad, Nicasio ve el delito como “un oficio tan viejo como la prostitución, que está legalizada y todo. Un medio de vida lógico y riesgoso como muchos, que ya debería ser reconocido y aceptado socialmente, sin tanto aspaviento moral; y además, modificando con todo respeto el nunca bien ponderado accionar mafioso, sindicalizarlo y decretarlo servicio de protección obligatorio para la comunidad, con un costo mensual como cualquier otro servicio público. Con esto, la víctima de delito dejaría de serlo para convertirse en cliente, que ya no sería llamado “candidato, punto”, etcétera, sino: contribuyente. Y, hasta sería tratado cordialmente y quizá, con descuento por buen pagador. Dicho servicio, estaría regido y controlado por el sindicato; quien impediría proceder a los recaudadores con violencia innecesaria y ni muy drogados y/o alcoholizados, y todo el mundo en paz” (argumenta Nicasio entre colegas). En fin, aunque por las dos razones antedichas, no mata, y sólo en caso extremo de defensa propia llegaría a tal punto, entonces, más que nada para amedrentar, de un vistazo, chequea balas a un cargador extra y procede a limpiar cuidadosamente su pistola (antes depositada junto la estatuilla de la virgen María, “para que salga bendita”). En eso, a fin de ver que esté limpio, cerrando un ojo, mira por el cañón de su arma dirigido hacia la luz de la ventana, y por el orificio del mismo, ve llegar a Lito, su compinche, en la moto en que se trasladan habitualmente y que usarán en unos momentos. Hoy les toca como “trabajo”, la pizzería “La Pacífica”.

Treinta y cinco minutos después, están frente al negocio. Con gorras de visera y capuchas cubriéndoles casi el rostro, entran pistola en mano: Lito, directo a las mesas con público, poco, y Nicasio, a la caja registradora. Lo que no advierten, (por confiados en que allí no había servicio de vigilancia) es que disimulado por un alto cartel de promociones que cubre parcialmente una de las vidrieras, hay un guardia que justamente hoy, comenzó a custodiar el lugar. Tras la voz de alto de éste, se oyen dos disparos seguidos. Lito, cae muerto de frente sobre una mesa y entre una pareja que está almorzando. Nicasio, paralizado de espaldas al hecho, oye los gritos de algunos clientes, mezclados al sonido del estropicio de platos y sillas por el suelo.

Al no oír la voz de Lito, avisando que todo está bien, sino la del vigilante dando de nuevo la voz de alto, tras un par de segundos más de sorpresa y cálculo, está a punto de soltar el arma y entregarse. Pero no, “para qué había rezado, sino para salir entero”. Se vuelve, ágil como un resorte y apuntando a la altura de un pecho o cabeza, pero se encuentra con el vacío de la puerta de entrada. El guardia, que había sido herido por Lito, está tirado en el suelo y desde allí dispara de nuevo. Nicasio, siente un ‘puñetazo’ en el pecho y se ve sangre. Tras herirlo, el guardia se despatarra y agoniza. Nicasio, suelta la pistola y corre hacia la puerta. Pasa cerca del vigilante que, en insólito y gran esfuerzo, vuelve a disparar. Nicasio, siente otro golpe a la altura de las costillas. No le importa. “Picotones de avispa”, se dice. “Aunque algo esté fallando, estoy protegido por el poder divino”.

Ya en la calle, corre por la vereda. Obvia la moto. Su meta no queda lejos: la iglesia, a un par de cuadras. Tiene que rezar más allí, ‘reblindarse’ de bendición. Corre como puede, regando sangre. La gente se aparta de su trote de herido. Llega frente a la iglesia. Cae de rodillas y luego de pecho y rostro al pie de la escalinata de seis escalones, donde, sentado en su escalón superior, un indigente pide limosna. Nicasio, se siente sin fuerzas para entrar a la iglesia. Mira al mendigo como para pedirle ayuda. Éste, con su pelo largo y barba, se parece notablemente a Perro Rabioso Morgan, quien se parece notablemente a Jesús. El paria, tiene los ojos encendidos de un sereno candor y a la vez, destellando severidad. Siempre viendo a los ojos a Nicasio, que se desangra tendido de barriga y con su cabeza erguida a duras penas, el menesteroso introduce una mano en su lata de monedas y tomando algunas, las arroja con precisión por la escalinata, repicando y tintineando hasta las manos desvaídas de Nicasio, quien, instintivamente y sin saber por qué, recoge lentamente una a una las monedas y las sostiene con fuerza, como amuletos.

La mayoría de los transeúntes ha huido, y los que no, se mantienen a prudente distancia curioseando el trágico episodio como de ficción. Comienzan a oírse las sirenas policiales y de ambulancia. Entonces, parecido a Jesús pero más bien como Perro Rabioso Morgan, con su voz de la película, el ‘mendicante’ le dice a Nicasio: “Vivirás. Las monedas, son para que te enmiendes y progreses. Y quiero mi diezmo en pan, jamás en dinero; de lo contrario sería robo a Dios. Lo de mendigar es fachada".



.................................................. .................................................. ..................................



Safe Creative 1312149590854
Poeta