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Alguna vez, todos mis músculos tiesos, a la intemperie de nada, doradas de veneno las manos y los dedos como cuando cruzo tus valles ingenuos sino apenas el viento traspasara,
va dejando mi boca huellas de sal sobre las intermitencias de la muerte, donde descienden las pasiones del halcón a modo de dormir, barajando los sonidos y la fiebre,
y la sonrisa cayendo como nieve derretida, agonizada entre los cuartos de cera,
alta y erguida la luz de la manzana, gira festiva y nupcial la semilla hiriente donde la lengua encalla tramposa a la sombra de tu cuerpo de agua,
hemos inventado el camino de helechos que nos devuelvan al amor,
lento y vacío viaja y sacude su piel el momento pedante e indeciso como una nube que se nutre a cada paso del beso en la entraña,
con su lengua bestial hundida en mis encías gira en remolino un montón de oraciones mudas donde ningún recuerdo prevalece entonando su himno,
intuye y adivina la luz de las arterias, el recorrido de las manos como llamas entre los pliegues desiertos de tu carne,
y lágrimas como oleos dirigen el periplo de azúcar más allá de la muerte del sol entre las piernas cristalinas,
... duerme entre los sueños,
... toma mi mano triste y canta con el viento,
... quédate conmigo hasta la agonía de los sexos.
Jorge Rosso
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Poeta
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Depois de ler: Rumen Stoyanov Manoel de Barros, Paulo Leminski Humberto Ak'bal, etc, etc e tal, inflo-me de dúvidas sobre a minha condição:
??????????????????????
Mario Quintana é quem me salva desse mar de interrogação, quando diz na sua crônica A Poesia é Necessária: * “... Todos deveriam fazer versos. Ainda que sejam maus. É preferível, para a alma humana, fazer maus versos a não fazer nenhum...”
Bem, o Poeta falou... Aqui estou.
* Mario Quintana Em: A Poesia é Necessária A Vaca e o Hipógrifo.
A.J. Cardiais
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Poeta
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Quando faço um poema, e acho que ficou bem feito, para mim é o êxtase.
Dou-me por satisfeito.
Aí fico viajando nessa onda, até passar o efeito.
A.J. Cardiais 08.11.2010
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Poeta
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Os atabaques me convidam pra dançar...
RUM! Esse tum-tum me embriaga... Sou filho da Bahia sou de raiz africana e tocam pro meu orixá...
Vou lá... RUM! Esse tum-tum me arrasta... Eu sou filho de Oxum e de Oxossi, que me amam não posso negar meu “naturá”...
Vou lá... RUM! Esse tum-tum me domina. E agora meu povo estou aqui de novo cantando e dançando pro meu orixá...
RUM! Eu sou neto da África.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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Consta nos anais da literatura, que o poeta A. J. Cardiais, é um homem sem cultura. Posto que, a esta altura, só trata de coisas banais. Sua poesia é muito pura... Não é como as dos intelectuais: estudadas, rebuscadas e coisas e tais...
Pelo fato de ser um sujeito indisciplinado, não vou me comprometer a analisar o seu “riscado”. (isso para mim são riscos)
E por falar nisso, estou correndo o risco de ser mal interpretado, e até amaldiçoado por este Poeta Maldito.
Ele diz: vale o que tá escrito! Então eu digo: muito bonito... Mas cá no meu íntimo, estou achando uma droga. Mas cadê a droga do meu remédio, para dor de cabeça? Já estou com enxaqueca.
A “obra” deste Poeta, metido a bosta, me deixou uma merda... (e ainda tem gente que gosta)
Bom, para finalizar, não tenho nada a declarar, só a lamentar.
A.J. Cardiais 21.08.2009
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Poeta
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Tú despertaste el alma descreída Del pobre que tranquilo y sin ventura, en el Gólgota horrible de la vida agotaba su cáliz de amargura.
Indiferente a mi fatal castigo me acercaba a la puerta de la parca Más infeliz que el último mendigo, más orgulloso que el primer monarca.
Pero te amé; que a tu capricho plugo ennegrecer mi detestable historia... quien nació con entrañas de verdugo sólo dándo tormento encuentra gloria.
Antes que te amara con delirio viví con mis pesares resignado; hoy mi vida es de sombra y de martirio; hoy sufro lo que sufre un condenado.
Perdió la fe mi vida pesarosa; sólo hay abismos a mis pies abiertos... quiero morir... ¡feliz el que reposa en el húmedo lecho de los muertos!...
Nacer, crecer, morir. He aquí el destino de cuanto el orbe desgraciado encierra; ¿qué importa si al fin de mi camino voy a aumentar el polvo de la tierra?
¿Y qué la tempestad? ¿Qué la bonanza? ¿Ni qué importa mi futuro incierto, si ha muerto el corazón, y la esperanza dentro del corazón también ha muerto?...
¿Sabes por qué te amé?... Creí que el destino te condenaba como a mí, al quebranto, y ebrio de amor, inmaterial, divino. quise mezclar mi llanto con tu llanto.
¡Ah!... ¡coqueta!... ¡coqueta!... yo veía en ti de la virtud excelsa palma... ¿ignoras que la vil coquetería es el infame lupanar del alma?
Di, ¡por piedad! ¿qué males te he causado? ¡Por qué me haces sufrir?... Alma de roble, buscar el corazón de un desgraciado para jugar con él, eso es... ¡innoble!
¿Me hiciste renacer al sentimiento para burlarte de mi ardiente llama?... Te amo hasta el odio, y, al odiarte siento que más y más el corazón te ama.
Fuiste mi fe, mi redención, mi arcángel, te idolatró mi corazon rendido. con la natura mística del ángel, con el vigor de Lucifer caído,
Que tengo un alma ardiente y desgraciada alma que mucho por amar padece; no sé si es miserable o elevada, sólo sé que a ninguna se parece.
Alma infeliz, do siempre se encontraron el bien y el mal en batallar eterno; alma que Dios y Satanás forjaron con luz de gloria y lumbre del infierno.
Esta alma es la mitad de un alma errante, que en mis sueños febriles reproduzco, y esa mitad que busco delirante, nunca la encontraré: pero... ¡la busco!
Soy viejo ya, mi vida se derrumba y sueño aún con plácidos amores, que en vez del corazón llevo una tumba, y los sepulcros necesitan flores.
Te creí la mitad de mi ser mismo; pero eres la expiación, y me parece ver en tu faz un atrayente abismo, lleno de luz que ciega y desvanece.
No eres mujer, porque la mente loca te ve como faceta de brillante eres vapor que embriaga y que sofoca. aérea visión, espíritu quemante.
Yo que lucho soberbio con la suerte; y que luchar con el demonio puedo, siento latir mi corazón al verte... ya no quiero tu amor... me causas miedo.
Tú me dejas, mujer, eterno luto; pero mi amor ardiente necesito arrancar de raíz; porque su fruto es furto de dolor, fruto maldito.
Quiero a los ojos arrancar la venda, quiero volver a mi perdida calma, quiero arrancar mi amor, aunque comprenda
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Poeta
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Nuestra senda regada está de llanto, el placer del placer es el suicidio, detrás de la ilusión está el fastidio y detrás del fastidio el desencanto.
Lleno yo de fastidio y de quebranto, sin fuerza ya contra la suerte lidio, y muerto para el mundo, sólo envidio a los muertos que guarda el camposanto.
El infierno sus furias desenfrena, viento de maldición en torno zumba, que a penar el destino me condena,
y he de pensar hasta que al fin sucumba; con el peso brutal de la cadena, que arrastra el hombre hasta la negra tumba..
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Poeta
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Niña gentil que a la vida despertaste alegre ayer, como en Oriente despierta la luz al amanecer.
Niña, que del oro cielo viniste al mundo a caer, como aljofarada gota del nítido rosicler.
Y en inmaculada cuna te remeciste después, como ilusión que se mece del sueño al dulce vaivén.
Niña de cabellos de oro y de labios de clavel Son de rosa tus mejillas es de raso tu alba tez.
Es tu sonrisa inconsciente, de ángel tu mirada es, y como brilla una estrella brilla el candor en tu sien.
Dichosa tú que del mundo pasando vas el dintel, sin sospechar que las flores espinas tienen también.
En mi canto, bella niña, le ruego al Dios de Israel, que la virtud de tus años tierno, en otros te dé.
Para que ese mundo, nunca, con su lodo y fetidez, ensucie de tu pureza el blanquísimo glasé;
Qué siempre tú, mariposa en primoroso vergel hueles y en las flores halles ánforas ricas de miel;
Que dé calor a tus alas el santo sol de la fe, y que jamás una espina tus alas llegue a romper.
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Poeta
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Yo, mujer, te adoré con el delirio con que adoran los ángeles a Dios; eras, mujer, el pudoroso lirio que en los jardines del Edén brotó.
Eras la estrella que radió en Oriente, argentando mi cielo con su luz; eras divina cual de Dios la frente; eras la virgen de mis sueños, tú.
Eras la flor que en mi fatal camino escondida entre abrojos encontré, y el néctar de su cáliz purpurino, delirante de amor, loco apuré.
Eras de mi alma la sublime esencia; me fascinaste como al Inca el sol; eras tú de mi amor santa creencia; eras, en fin, mujer, mi salvación.
Bajo prisma brillante de colores me hiciste el universo contemplar, y a tu lado soñé de luz y flores en Edén transparente de cristal.
En éxtasis de amor, loco de celos, con tu imagen soñando me embriagué: y linda cual reina de los cielos, con los ojos del alma te miré.
II
¿No recuerdas, mujer, cuando de hinojos yo juntaba mi frente con tu frente, tomando un beso de tus labios rojos, y la luna miré, como en la fuente, reproducirse en tus divinos ojos?
¿No recuerdas, mujer, cuando extasiada al penetrar de amor en el sagrario, languideció tu angélica mirada? . . . tú eras una flor, flor perfumada; yo derramé la vida en tu nectario.
III
¡Mas todo es ilusión! ¡Todo se agota! Nace la espina con flor; ¿qué quieres? de ponzoña letal cayó una gota y el cáliz amargo de los placeres.
Los gratos sueños que la amante embriagan fantasmas son que al despertar se alejan; y si un instante al corazón halagan, eterna herida al corazón le dejan.
Tal es del hombre la terrible historia; tal de mentira su fugaz ventura: tras un instante de mundana gloria amarga hiel el corazón apura.
Por eso al fin sin esperanza, triste, murió mi corazón con su delirio; y al expirar, mujer, tú le pusiste la punzante corona del martirio.
Y seco yace en lecho funerario el pobre corazón que hiciste trizas; tu amor le puso el tétrico sudario, y un altar te levantan sus cenizas.
Tras de la dicha que veló el misterio, siguió cual sombra el torcedor maldito, trocando el cielo en triste cementerio. . . confórmate, mujer. . . ¡estaba escrito!
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Poeta
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Soy el coplero cuyos cinismo ha muchos años que celebró en el estruendo de las orgías, los funerales de corazón.
Mi cráneo, que antes se enardeciera de los sueños con el calor, de lindos sueños está despierto, porque no es cierto lo que soñó.
Entre los sueños encantadores estaba oculta la decepción, y el desencanto con mueca horrible vino a burlarse de mi candor.
Soberbio entonces bajé al infierno de infame crápula que me abrasó y con sonrisa mefistofélica a las virtudes les di mi adiós.
Al ver que huyeron mis esperanzas, lleno de ira me dije: "¡oh!, las esperanzas son ilusiones, las ilusiones mentiras son"
Y con mi tedio de condenado, con la amargura que da el dolor, en malos versos le doy al mundo la horrible presa de que me harto.
Qué rencoroso pulso mi lira, lira tan negra como el carbón, y en cada nota que de ella salta, se oye el ruido que da el rencór.
Cantor histérico del torpe vicio, busco en el vicio la inspiración; y a las virtudes y a las bellezas jamás, Virginia, les canto yo.
Pero a ti, joven, que eres tan pura como el aliento de linda flor, te doy un canto, yo que en el dado perdí las flores del corazón.
Eres tú, virgen, llena de gracia, porque de gracia Dios te formó; tienes tus ojos color de cielo, tienes las trenzas color del sol.
Tienes un tipo muy elegante, cuerpo de reina, dulce la voz, y tu epidermis es fina y blanca más que la nieve del Septentrión.
Cuando en tus labios, al conocerte, vi una sonrisa, me pareció tu dentadura nido de perlas entre una rosa de Jericó.
Ángel sin alas, que descendiente de la sagrada linda región, por ti los cielos vistieron luto, por ti la tierra se engalanó.
Eres más bella que la esperanza, más vaporosa que la ilusión; y donde pones tu pie pequeño, pones sus labios el casto amor.
Eres la reina de las hermosas, porque natura te concedió tantos hechizos como cabellos tienen tus trenzas color del sol.
Eres más noble que el sacrificio; interesante más que el pudor; envidia causas a las mujeres; pero a los hombres admiración.
Por eso, niña, cuando te canto mis ilusiones, llorando estoy. . . perdona, virgen, si mis cantares de tus cantos indignos son.
Para cantarte cual tú mereces, preciosa rubia quisiera yo subir al cielo, robar su lira al increado poeta Dios.
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Poeta
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