|
En piélagos amargos, anteayer, yo quieta, yo desventurada. Después, en hondos limos, alimañas odiosas. Los ciegos peces y las altas rosas victoriosas, sombrías y los días, sus albas temblorosas. (Todo tan lejos de las manos mías)
Mares hondos. Secretos. Azules. Desvelados y crueles. Voces extrañas. Cósmicos lebreles. Las olas como uñas ferales atacando seguido el litoral. Yo, deslumbrada y en mis lágrimas vivas, la sal y en sus yodos trementes, agotada, mezquina y las olas violentas arañando la costa diamantina como un gato furioso, endemoniado. (Yo le echo tierra a todo lo pasado)
|
Poeta
|
|
Ahí te dejo las últimas monedas y el vino que cobraste y no probé, por nada. En los remates y las almonedas, ganarás todo cuanto yo he perdido... y yo nunca he perdido, porque cuando he perdido, pues tan sólo he perdido unas monedas. Qué son unas monedas ante el milagro de la vida! Me voy. No sé hacia dónde... hacia la noche bella, con mi secreto destino, con mi estrella y mi campo en agraz. Pues todo va conmigo: amor y canto y trigo... Siempre. Nunca. jamás. Este afán de vivir ya no se cura ni con vino. Este afán de vivir ya no se calma ni con vino de palma. Sólo el anhelo de vivir perdura. Quiero vino no más pero no en demasía. Mañana? pues mañana es otro día y este afán de vivir ya no se calma y este afán de vivir ya no se cura ni con vino de palma.
|
Poeta
|
|
Si el pasado pasara. Cuánta edad la del río y la pradera? Si la pena acabara... descansara, muriera. Y revientan canciones como estrellas en la callada noche montesina. Olor de azahar, de pino, de resina. Oscuros aldeanos que aún defienden su predio. Yo vi nacer sus hijos con dolor y con tedio en sus tierras saladas. Y las fuertes maderas sometidas a la soberanía de sus manos. Y mis ojos resecos y lejanos vieron segar sus vidas.
|
Poeta
|
|
Los que se amaron deben quedar ciegos. Porque sus gestos sean sin sentido. Porque sus brazos giren sin gracia ni provecho. Como las tempestades... ciegos.
Ciegos como banderas después de la victoria o como las espadas que están siempre desnudas y gloriosas.
Qué rencor por los ciegos y por las tempestades. Y por los que creen que el amor es la hartura. Oídlo bien: El amor es el hambre.
|
Poeta
|
|
No he muerto. Vivo! Vivir es maravilloso. (Puede ser hasta inútil, pero es bello) Es ocupar un sitio bajo el sol... Un sitio... y esto del sitio bajo el sol, no es poco.
Vivir es una pasión. Una pasión tremenda. Toda ilusión se pierde, se abate, se diluye. Sólo el hambre y la sed de vivir nos acompañan, llama voraz, sedienta, inútil. Única ilusión. Única lámpara de nuestra noche irreductible.
En el naufragio... sólo su latido... en la noche su flama turbadora. Su fuerza. Su posibilidad definitiva. Crucial. Única. Vivo! Esta verdad me exalta y me conturba. Es septiembre... Y yo... vivo.
Porque vivir no es solamente el hecho de tener un amigo o un hermano ni haber el pan con nuestro sacrificio. Vivir es un esfuerzo apasionado. Arduo juego. Brutal ejercicio.
Vivir no es sólo la palabra: Vivo. Ni el pequeño rencor de cada instante. Ni haber el trigo sin claudicaciones. Ni sufrir el oprobio con paciencia. Vivir es muy distinto.
Es sentir la certeza, la confianza, el ejercicio, la vigencia irrevocable, la fuerza activa de ser en acto puro... unísono... inefable.
Sentir el aletazo en flamas de nuestra propia sangre vengativa en nuestro corazón indefenso. Arder... en suma y dejar que la llama nos consuma.
Y resistirlo con valor, con dignidad y con dolor, con sed, con ansia, con ternura, con amor, con denuedo y... y... con miedo.
Puede ser todo esto o algo más o algo menos. Puede ser nuestro grito frustrado, repetido, perdido, sin sentido. No importa! Sólo importa estar vivo en cada instante, en cada movimiento. (Acto vital de júbilo y lamento)
P.D. Te recuerdo. No has muerto. Qué alegría!
Sientes el son del tiempo, sobre la piel su mordedura fresca, en la raíz del ser su sedimento, su rasguño infalible? Te recuerdo! Te recuerdo! Sufres? Trabajas? Luchas? Te entristeces? Te recuerdo.
Yo pienso en ti y me pasa por la mente como una nube grande el pensamiento. (Nadie puede sentir lo que yo siento) Vives. Esta sola palabra me conforta.
Ah... y no me olvides que estoy aún sobre la tierra hermosa.
|
Poeta
|
|
I De pronto dijo un vaso con insólito impulso: -De mí todos se burlan porque nací torcido. Pues fue que al alfarero le tembló un poco el pulso y por tanto quien ría, primero se ha reído de aquél que soy substancia, medida y contenido.
II -Hay un vaso torcido que se siente perfecto. A mí me ven correcto, pero me sé torcido. Falla del alfarero? Salí favorecido porque puedo mirar más allá del aspecto y saber mi defecto por más que esté escondido.
III -Soy barro o alfarero? Se pregunta otro vaso. -Soy barro algunas veces? Soy otras alfarero? -Cuál de entre tantos vasos soy: último? primero? -Soy igual? Soy distinto? Soy obra del acaso?
IV -Yo sé que no soy vaso perfecto, ni imperfecto. Pues voy torcido a veces por otras tantas recto.
V Otro vaso reseco, sin ningún contenido, escucha rencoroso los diálogos y exclama: -Yo fui feliz tan solo cuando no había nacido. Pues para ser un vaso, primero fui una llama.
VI Otro replica al punto: -Yo espero un vino claro con el cual me colmaron en un lejano estío. Desde entonces me llenan y siempre estoy vacío y estoy siempre sediento del dulce vino avaro.
VII -Y si a mí me colmaran con un nuevo licor fuera vaso perfecto. Vaso de maravilla. Vaso dilecto y puro de amor, no de rencor y mi virtual esencia pudiera ser semilla de una arcilla más triste, pero mucho mejor.
VIII -Según los que me miran, yo soy como ellos quieren, No como yo me siento por dentro ni por fuera. Si beben de mi vino, les sabe al que prefieren y así cada cual toma mi gusto a su manera.
IX -A mí muchos me juzgan medida y sentimiento, capacidad y peso, calidad y presencia. Lo que son o aparentan, presumen que aparento. Será que soy un poco de todo en la apariencia?
X -Llegó el amo una tarde que estaba haciendo frío y me llenó hasta el borde de vino generoso y al beber muy despacio, fue recobrando brío y yo me fui sintiendo liviano y luminoso. Así por muchas veces me escanció con anhelo hasta que al fin los dos rodamos por el suelo. Después volvió a llevarme con torpe movimiento a los labios resecos y yo estaba vacío. Me arrojó de su lado con qué modo violento y desde entonces, siempre, de todo desconfío.
(No sé que gusto obtiene quien quiebra el vaso hermoso donde hasta ayer bebiera del vino generoso).
|
Poeta
|
|
Yo te amo.... Yo te amo y lo digo así sencillamente como si ya el recuerdo transitara tus años. Como si ya mis ojos lloraran por tu ausencia y como si tus besos ya supieran mis labios.
Yo te amo... Yo te amo con crueles tiburones de sangre entre cristales duros vigilando tu cuerpo. Yo te amo en los arroyos calientes de mi vida y en mis poemas trémulos.
Yo te amo... Yo te amo con violetas espirales azules en donde hay mariposas de amor en cautiverio. En la frontera exacta que la caricia asume, en el preciso límite donde el gemido es beso.
Yo te amo... Yo te amo con un suave sabor a miel anclada en donde hay golondrinas clausurando recuerdos.
En donde sabe el aire a atmósferas de frutos, donde las manos corren caminos del deseo...
Yo te amo... Yo te amo por mil voces de venas enemigas. Por el grito lejano de mi sangre en el tiempo. Por la ardorosa llama que se esconde en la nieve. Por las hondas palabras que están en mi silencio. Yo te amo... Yo te amo por la rosa que guarda en sí la espina. Por la muerte que apaga con sus ojos mi sueño. Por las rebeldes lianas que las voces me anudan. Por mi carne entusiasta, por mi vida y mis nervios.
Yo te amo... Sufriendo...
|
Poeta
|
|
Estabas sin luceros en mi aurora de niebla o en ansias marineras por mis playas salobres? O en los caminos ásperos? O en arrecifes duros? O en el tendido anhelo y el dolor de los hombres?
Porque en el día entusiasta de zumbidos remotos ya presentí caricias de miel desprevenida. Yo llenaría de risas infantiles la tarde y de llanto creciendo mi confidencia ardida.
Estabas sin luceros -planeta soterrado- amor puesto a la orilla de mi voz en el tiempo. (Ya todos los caminos eran tan familiares que hasta sabías la muerte de enredadera al sueño)
Transitabas confiado y yo te presentía en las oscuras llamas de todas las pupilas. El tacto de tu aliento apenas me llegaba -anzuelo al pez de sangre por mis aguas tranquilas-
Dónde estarás ahora, raíz desenterrada: detrás del metal trémulo de mi silencio frío? te dolerá en la sangre mi oscura cabellera ? te dolerá en los ojos este recuerdo mío?
En dónde estará ahora tu voz fija creciendo sin que la pena viva de mi canción la cante? Te manchará los labios mi ausencia como un vino? Te dolerá en los huesos mi oscura voz distante?
O cruzaré tus aires como oscura paloma con su muerte de cielo, de nube y de rocío? Te doleré en los hombros como una enredadera o seguirás pendiente de mi sed como un río?
|
Poeta
|
|
Por ti es la vida diáfana y ligera y el dulzor en el fruto diluido y es el trino y el viento en la pradera y el perfume en el nardo preferido.
Por ti tiene razón la primavera y la luz y la tarde y el sonido. Y por ti el corazón arrepentido vuelve desnudo y casto hasta su vera.
Por ti saben los ríos el camino que conduce otra vez hacia la nube y el viñedo la sangre para el vino.
Y hasta el lirio, sin índice ni huella, por línea recta, sin saberlo, sube su fiel aroma a la lejana estrella.
|
Poeta
|
|
Para mi amor yo quiero cada día el pan sin odio, el vino sin pesares. La voz cordial. La vida sin azares y si se puede un poco de alegría.
Unos tuvieron el amor que pasa. Otros tuvieron el amor que dura. Yo tuve la canción. Sed y ternura. (Pero quién por sus dones se solaza?)
Yo traía mi tiempo. El tiempo mío, con atávicos sueños realizado. y de él el corazón me fue colmado como a un golfo de amor un mar sombrío.
Ni un minuto le queda al calendario de lo que pudo ser y no fue nunca. Mi historia en el pasar se queda trunca y trunco queda el tiempo del himnario.
Transito por la pávida ceniza que otros dejaron porque yo viviera. He sido nada más una extranjera asomada al desdén de la sonrisa.
Quise vivir mi vida en cada hora exactamente, sin mayor alarde y dije: ya me voy porque es muy tarde y en ese instante despuntó la aurora.
El aire no alcanzó para mi aliento de agraz ternura. Campo renadío. Pues yo he vivido como vive el río con limo, con estrella, con lamento.
Cómo volver el rostro de este olvido que la lámpara anuncia sin recelo. Si en cada atardecer fui contra el cielo y contra el viento las palabras mido?
No disculpo mi nombre ni mi frente. No me hago perdonar esta presencia. Mi rostro es nada más el de la ausencia y mi ausencia es mi rostro solamente.
Sin permiso de nadie, pienso y vivo y paso por la vida que pasaba. La vida no me pesa y me pesaba con su juego pesado y agresivo.
Inauguro el instante en acto puro con el oscuro cotidiano esfuerzo. El verso no es trabajo pero es verso. Vivir no es necesario y es muy duro.
Bajo la luz del sol, fiera y filante -la que mide mi tiempo con cuidado- yo voy pasando sin haber pasado pues no pasa el pasado en un instante.
|
Poeta
|
|