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A mídia impõe o que você deve comprar, e você obedece...
A mídia impõe como você deve falar, e você nunca esquece...
A mídia impõe como você deve sonhar, e você agradece...
A mídia impõe um “biotipo” de pessoa, e você “come tudo"... Numa boa.
A.J. Cardiais 07.08.2010
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Poeta
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Caminho sozinho... Meus passos as luzes os carros o medo...
A cada pessoa que passo, (tenso) e me pergunta a hora, penso:
É agora!
A.J. Cardiais 04.08.1984 imagem: google
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Poeta
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Te amo y no se como decirlo tu actitud me confunde por eso de mi boca no sale ni un sonido.
Confesarte lo que siento es lo que quiero hacer más pienso en el futuro me da miedo como pudiera ser.
La respuesta que me dieras es lo que más me aterra no quiero perderte por creerme a tu altura.
Te miro y me llenas de alegría me despido y mi corazón por ti grita.
Pidiendo ayuda me dice que no te deje ir que te diga lo que siento si no voy a morir.
Quiero que sepas que en verdad te amo lo digo con sinceridad ahora tu nombre clamo.
Dame la oportunidad de demostrarte mi cariño veras que es puro y limpio quisiera que fuésemos más que amigos.
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Poeta
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Amorfa morada
La nueva pobreza el diseñador ha terminado de acertar en él, último círculo, ¡qué lo mira compartir en el bolsillo! respirando, humillada, lástima, la madrugada nomás de verlo, ortiga, en un manojo de murciélagos, certificados, en un clarín de burdel, domesticado, en un fraude de sospecha, inmóvil, en un bastón de maletín, ¡terminado a mano, en la orilla! de un relámpago cicatrizado de un ladrón canino ¡al final balín felino!
Entre Los rompecabezas, chicles despistados, Pellizcos de radares equivocados, Boletos de fantasmas apiñonados, Públicos de recámaras silbando... ¡Adarom afroma!
Escuchó, vestido de puntitas a las ranas incalculablemente cayendo burocráticas las faldas milenarias y volcánicas ¡trompos perplejos y baleros incluso!...
Goteando, los techos, los suelos... ¡Gotosos!
Más el ungüento reprimía saciado muy suavemente envenenando metido en la perfumada puerta menos píldoras en la naríz.... ¡Adarom afroma!
Un nimbo de voces en el borboteo se amontonaban subterráneas, escrespadas, desmadejadas, paradas, intermitentes, con la cara triangular de las esquirlas con la visión silencia de las uñas ¡en la mesa del sinfondo!... ¡Adarom afroma!
La casa admiraban familiares agrietados, los cabellos arrugados en la ceniza los esqueletos en la cocina los curiosos en la calle... ¡Siendo, siendo infintos los asfálticos latidos!
Sin forma En la medianoche En la esquina De los instantes descalzos De los panteones adornados.
Al final Sin forma... (Formales muy formalmente deformados) ¡Violeta... De pared al techo! Al fondo Del mismo ¡Pecho!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MI ETERNA PREGUNTA. por kin
¿Como pude vivir sin conocerte? a mi razón,turbado pregunté, hoy que mi corazón este amor siente, ¿ dí,como sobrevivo sin tenerte?
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Poeta
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Yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo, que soy malo; y no saben del diciembre de ese enero. Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
Hay un vacío en mi aire metafísico que nadie ha de palpar: el claustro de un silencio que habló a flor de fuego.
Yo nací un día que Díos estuvo enfermo.
Hermano, escucha, escucha... Bueno. Y que no me vaya sin llevar diciembres, sin dejar eneros.
Pues yo nací un día que Díos estuvo enfermo.
Todos saben que vivo, que mastico... Y no saben por qué en mi verso chirrían, oscuro sinsabor de féretro, luyidos vientos desenroscados de la Esfinge preguntona del Desierto. Todos saben... Y no saben que la luz es tísica, y la Sombra gorda... Y no saben que el Misterio sintetiza... que él es la joroba musical y triste que a distancia denuncia el paso meridiano de las lindes a las Lindes.
Yo nací un día que Dios estuvo enfermo, grave.
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Poeta
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Al fin de la batalla, y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: «No mueras, te amo tanto!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle: «No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos, con un ruego común: «¡Quédate hermano!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente, abrazó al primer hombre; echóse a andar.
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Poeta
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I, desgraciadamente, el dolor crece en el mundo a cada rato, crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces y la condición del martirio, carnívora voraz, es el dolor dos veces y la función de la yerba purísima, el dolor dos veces y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos, hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera, en el vaso, en la carnicería, en la aritmética! Jamás tanto cariño doloroso, jamás tan cerca arremetió lo lejos, jamás el fuego nunca jugó mejor su rol de frío muerto! Jamás, señor ministro de salud, fue la salud más mortal y la migraña extrajo tanta frente de la frente! Y el mueble tuvo en su cajón, dolor, el corazón, en su cajón, dolor, la lagartija, en su cajón, dolor.
Crece la desdicha, hermanos hombres, más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece con la res de Rousseau, con nuestras barbas; crece el mal por razones que ignoramos y es una inundación con propios líquidos, con propio barro y propia nube sólida! Invierte el sufrimiento posiciones, da función en que el humor acuoso es vertical al pavimento, el ojo es visto y esta oreja oída, y esta oreja da nueve campanadas a la hora del rayo, y nueve carcajadas a la hora del trigo, y nueve sones hembras a la hora del llanto, y nueve cánticos a la hora del hambre y nueve truenos y nueve látigos, menos un grito.
El dolor nos agarra, hermanos hombres, por detrás de perfil, y nos aloca en los cinemas, nos clava en los gramófonos, nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente a nuestros boletos, a nuestras cartas; y es muy grave sufrir, puede uno orar… Pues de resultas del dolor, hay algunos que nacen, otros crecen, otros mueren, y otros que nacen y no mueren, otros que sin haber nacido, mueren, y otros que no nacen ni mueren (son los más) Y también de resultas del sufrimiento, estoy triste hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo, de ver al pan, crucificado, al nabo, ensangrentado, llorando, a la cebolla, al cereal, en general, harina, a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo, al vino, un ecce-homo, tan pálida a la nieve, al sol tan ardio! ¡Cómo, hermanos humanos, no deciros que ya no puedo y ya no puedo con tanto cajón, tanto minuto, tanta lagartija y tanta inversión, tanto lejos y tanta sed de sed! Señor Ministro de Salud; ¿qué hacer? !Ah! desgraciadamente, hombres humanos, hay, hermanos, muchísimo que hacer.
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Poeta
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II
Tiempo Tiempo.
Mediodía estancado entre relentes. Bomba aburrida del cuartel achica tiempo tiempo tiempo tiempo.
Era Era.
Gallos cancionan escarbando en vano. Boca del claro día que conjuga era era era era.
Mañana Mañana.
El reposo caliente aun de ser. Piensa el presente guárdame para mañana mañana mañana mañana.
Nombre Nombre.
¿Qué se llama cuanto heriza nos? Se llama Lomismo que padece nombre nombre nombre nombre.
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Poeta
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I
Quién hace tanta bulla, y ni deja testar las islas que van quedando.
Un poco más de consideración en cuanto será tarde, temprano y se aquilatará mejor el guano, la simple calabrina tesórea que brinda sin querer, en el insular corazón, salobre alcatraz, a cada hialóidea grupada.
Un poco más de consideración, y el mantillo líquido, seis de la tarde DE LOS MÁS SOBERBIOS BEMOLES
Y la península párase por la espalda, abozalada, impertérrita en la línea mortal del equilibrio.
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Poeta
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