Poemas :  Voz de mis soledades (II)
No sé quién soy en esta llama cruenta
de angustia, de dolor, de goce y llanto,
en que nace el misterio de un encanto
que destruye mi vida y la alimenta.

No sé quien soy en esta red que inventa
peces de espuma en vértigos de espanto
y un venero de siglos que levanto
para saciar la sed que me atormenta.

En un mundo de sombra y amargura
me interrogo con voz desconocida
que parece una voz ajena y dura.

Y queda mi razón desvanecida
porque todo el dolor de mi locura
me duele fuera de mi propia vida.
Poeta

Poemas :  Voz de mis soledades (I)
Estoy solo en el grito inesperado
que lanzo en mi sabor de oscuridades
para llenar de voz mis soledades
y revivir mi ser deshabitado.

Mi cuerpo se atormenta, desolado,
en una larga sombra de crueldades
y el pensamiento rueda en tempestades
de presencia de infierno exasperado.

Corre miedo de muerte por mis venas
y mi sangre dolida se adelgaza
en una pena que temblores llora.

Si muerto estoy entre las muertes llenas
de la inquietud de muerte que me abraza
¿con qué muerte podrá salvarme ahora?
Poeta

Poemas :  Vivo y me desvivo
¡Longevidad maldita!
¿por qué si soy ceniza
mi cerebro está en brama
y mi lujuria cunde
hasta las marchitas zonas
de mi carne aniquilada?

¡Longevidad maldita!
llamarada helada,
tantálico averno
de concupiscencia rezagada.

Toda belleza humana
aún me despierta la esperanza
de gozarla
y vivo y me desvivo
eyaculando,
sólo orgasmos de lágrimas.
Poeta

Poemas :  Verdad bronca
Entre tus piernas
y las mías
hay un axioma
que no admite teorías.
Poeta

Poemas :  Tardío aprendizaje
Para soportar
estos años aciagos,
amargos,
de apretado silencio
en soledad sin muros,
he tenido que aprender
a platicar a solas,
a sufrir sin queja,
a llorar sin llanto
y a crearme,
en las quemantes noches
de los insomnios vagabundos,
la dócil compañía
de mi almohada,
haciéndola que duerma entre mis muslos.
Poeta

Poemas :  Poema en tu cuerpo
¿Por qué no soy yo tu cuerpo
sobre mi cuerpo desnudo
para abrazarme a mi tronco
y sentir que soy yo mismo
ascendiendo por mis muslos?

¿Por qué no soy yo tus ojos
para mirarme los míos
y decirme con miradas
lo que al mirarte te digo?

¿Por qué no soy yo tu boca
para besarme en el fuego
que se despierta en mis labios,
y al besarme desde ti
sentir la verdad del beso?

¿Por qué no soy yo tus manos
para jugar con las mías
haciendo idilio de tactos
y sentir que me acaricio
con tus yemas encendidas?

¿Por qué no soy yo tu vida
para sentir lo que siento
desde tu propia existencia
y sufrir en tu cerebro
el dolor del pensamiento?

Quisiera ser vaso y vino,
las raíces y las ramas,
la ribera y la corriente,
la campana y el sonido,
el combustible y la llama.

Sigue durmiendo sin verme
que yo, despierto, a tu lado,
vuelo al vuelo de tu sueño,
y estoy tan cerca de ti
que respiro por tu cuerpo.
Poeta

Poemas :  Para que me defiendas
Levántame la vida,
deja lamer tu piel
navegar tu marca
en estos cuantos días
que todavía me restan.

Permíteme, también,
que como tú
yo piense
que la muerte no existe
y el tiempo no camina.

Mi ocaso se apenumbra
y casi veo
agolparse las sombras
que deberán
borrarme para siempre.

Déjame estar en ti, contigo,
para que me defiendas
de las leyes de la gravedad,
de la grave edad,
que sin descanso tratan
de restituirme al seno de la tierra.
Poeta

Poemas :  Idilio incorpóreo
¿Por qué temer a la muerte, sí es ella la que
diariamente desciende por las noches,
a dormirnos y a dormir con nosotros?

Todas las noches, a la misma hora,
una paloma de penumbra blanca
llega volando a tranformarse en sueño
para dormirnos en sereno idilio.
¿Qué secretos tan hondos afloramos
en ese no decir que dice todo,
mientras la sombra con su tacto vivo
aprieta el nudo que los dos hacemos?

Yo me pregunto, cuando ya despierto
miro mi lecho: ¿Vino algún lucero?,
hay huellas luminosas en las sábanas
y olor a firmamento entre paredes.
Se adivina una fúnebre codicia...
¿Quién es y por qué viene a estar conmigo?
Yo no sé qué será lo que buscamos
con las nocturnas citas incorpóreas.

Explicarme pretendo su presencia,
su roce casto, inmaterial, vacio
como de fuego fatuo que inquemante
en lo oscuro me alumbra compañía.
Por lo que intuyo en soledad, yo creo
que algo me deja y a la vez se lleva
con su ternura alcanforada y fría:
intercambio de apego enamorado.

En cuanto empieza a madurar la noche
busco en regazo de mi lecho cómplice,
cierro los ojos para ver más claro
y espero hundido en mi zozobra ciega.

Todas las noches, a la misma hora,
excito mi esperanza y me desnudo
para aguardar que llegue lo invisible:
el ave errante del letargo cósmico
que borra el mundo y nos volvemos sueño.

Cuando ya no la espere, o que no venga,
me hallarán en mi cama solo y solo,
con los ojos abiertos, sin mirada;
quieto en la quietud enmudecidad
del cadáver que ya no busca nada,
o que al fin encontró lo que esperaba.
Poeta

Poemas :  Hermosura vital
Una gallina
con sus doce pollitos
pica y camina.

De Ciclos terrenales, 1989
Poeta

Poemas :  El mismo amor
(a J.G.M.)

Amor, desnudo amor que haces regreso
en otro cuerpo de distinto aroma,
pero siempre el amor, amor eterno,
adolescente amor, inmadurable.
Reconozco en la luz de tus locuras
los mismos astros, la ternura misma,
el ave tierna de imbesados labios,
y vuelvo a comenzar lo inacabado...
Otro nombre y el alba de otra risa;
otras manos de tacto diferente,
otro bosque de frutos imprevistos;
pero dentro de mí —fiera indomable—;
el mismo amor que florecí hace siglos,
el mismo amor, enamorado siempre.

Mi ramaje de invierno se estremece
al sufrir tu presencia inesperada,
y sin saber por qué, se primavera
el cauce muerto de mi muerta sangre.
Soy de nuevo el de ayer, ascua creciente
en esta llaga —esperanzado polvo—,
que se aviva de nuevo con tu clima
y florece en tu tallo, su ternura.

Amor, desnudo amor que yo creía
muerto en la fiebre de mi vida trunca,
el mismo amor con que aprendí a morirme
en cada espera de insoladas ansias:
el amor de mi amor nunca extinguido,
el siempre adolescente amor ¡tan mío!
que vuelve a renacer en mis ocasos.

El amor de mi amor, naciendo siempre,
que se anida en el grito de tu sangre
para vivir su última caída.
Poeta