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Oye la historia que contóme un día el viejo enterrador de la comarca: era un amante a quien por suerte impía su dulce bien le arrebató la parca.
Todas las noches iba al cementerio a visitar la tumba de la hermosa; la gente murmuraba con misterio: es un muerto escapado de la fosa.
En una horrenda noche hizo pedazos el mármol de la tumba abandonada, cavó la tierra... y se llevó en los brazos el rígido esqueleto de la amada.
Y allá en la oscura habitación sombría, de un cirio fúnebre a la llama incierta, dejó a su lado la osamenta fría y celebró sus bodas con la muerta.
Ató con cintas los desnudos huesos, el yerto cráneo coronó de flores, la horrible boca le cubrió de besos y le contó sonriendo sus amores.
Llevó a la novia al tálamo mullido, se acostó junto a ella enamorado, y para siempre se quedó dormido al esqueleto rígido abrazado.
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Poeta
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Nunca mayor quietud se vio en la muerte; ni frío más glacial que el de esta mano que tú alargaste al espirar, en vano y que cayó en las sábanas, inerte.
¡Ah... yo no estaba allí! Mi aciaga suerte no quiso que en el trance soberano, cuando tú entrabas en el hondo arcano, yo pudiera estrecharte... y retenerte.
Al llegar, me atrajeron tus despojos; cogí esa mano espiritual y breve y la junté a mis labios y a mis ojos...
Y en ella, al ver mi llanto que corría, pensé que aquella mano hecha de nieve en mi boca al calor... se derretía.
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Poeta
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Hermosa y sana, en el pasado estío, murmuraba, en mi oído, sin espanto: -Yo quisiera morirme, amado mío; más que el mundo me gusta el camposanto.
Y de fiebre voraz bajo el imperio, moribunda, ayer tarde, me decía: -No me dejes llevar al cementerio... ¡Yo no quiero morirme todavía!
¡Oh señor... y qué frágiles nacimos! ¡Y que variables somos y seremos! ¡Si la tumba está lejos... la pedimos! ¡Pero si cerca está... no la queremos!
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Poeta
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Cuando lejos, muy lejos, en hondos mares, en lo mucho que sufro pienses a solas, si exhalas un suspiro por mis pesares, mándame ese suspiro sobre las olas.
Cuando el sol con sus rayos desde el oriente rasgue las blondas gasas de las neblinas, si una oración murmuras por el ausente, deja que me la traigan las golondrinas.
Cuando pierda la tarde sus tristes galas, y en cenizas se tornen las nubes rojas, mándame un beso ardiente sobre las alas de las brisas que juegan entre las hojas.
Que yo, cuando la noche tienda su manto, yo, que llevo en el alma sus mudas huellas, te enviaré, con mis quejas, un dulce canto en la luz temblorosa de las estrellas.
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Poeta
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Ojos indefinibles, ojos grandes, como el cielo y el mar hondos y puros, ojos como las selvas de los Andes: misteriosos fantásticos y oscuros.
Ojos en cuyas místicas ojeras se ve el rastro de incógnitos pesares, cual se ve en la aridez de las riberas la huella de las ondas de los mares.
Miradme con amor, eternamente, ojos de melancólicas pupilas, ojos que semejáis bajo su frente, pozos de aguas profundas y tranquilas.
Miradme con amor, ojos divinos, que adornáis como soles su cabeza, y, encima de sus labios purpurinos, parecéis dos abismos de tristeza.
Miradme con amor, fúlgidos ojos, y cuando muera yo, que os amo tanto verted sobre mis lívidos despojos, el dulce manantial de vuestro llanto.
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Poeta
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Cumplían años mis arterias, interpretaban la tierra de la oscuridad, cambiaban como el viento y trepaban por la sombra buscando al sol,
se gestaba la vida a sabiendas de la muerte, caminaba la música sin tetas, sin corcheas, y el espantapájaros del día, hacía un celeste falso y altanero,
y estaba ahí, en ese día nocturno, la trovadora lengua imaginándose carcomida por el mar, descifrando una mujer desnuda sobre la magia herida de voces y de noche, toda la bestia mía, golpeada y oscura, tenía boca de doncella,
más allá del hueso yacía un insecto consumido, más allá del tiempo una tortuga contará aún mejor los pueblos que los pumas,
y en un puño de agua, mis venas, la crisálida, destrozaba el lamento, cruento y sabático, se esfumaba la paciencia temporal en una longitud desmedida,
desconozco, aún, lo explorado del entorno del corazón, las arterias granates vuelan a caballo, fabuloso entre las arcas con el último niño sobre una cumbre de historias,
alza la bandera de la fábula pujante, este ladrón triste, e impera el hambre de la risa, hoy, la cisterna de los nervios espera despertar en algún sensual pliegue despojada del vacío.
Jorge Rosso
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Poeta
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Munchies Boy, el humo de la tuerca, Pupila dilatada no ve a la escuela. Se lleve a su casa, abandono de familia, La vida marginal puede ser su camino, Porque en el "a ver", que se abandona, ¿No tienes una vuelta o cosas que, De padre a hijo demostrarle su cariño, Sin embargo, el único padre que se inicia y muestra que no te importa. Y esta vez quien será su amigo? Debido a que se basa en las calles bajo el Y de un trabajo, usted será avión. Munchies en la idea, el bandolerismo es su camino! Y la forma es una manera de que al final hay un abismo, El ir sin darse cuenta de que las personas con autismo, La caída en Hellraiser, se pierden en el humo, La playa es de color blanco que conduce a la cantera, Curvar el papel, el dedo en el gatillo listo para disparar ...
De niño inocente que fuma umzinho, Ahora camina con un camino triste y corta, Pero el salario es bastante pesado, súper duro, Usted debe tener una historia, se acerca a diputado Pero al final, que se jode es el avión Va de un pequeño avión y el diputado de avión Pequeño avión está en la lista por la policía No voy a criticar es su deber social, Para proteger a la sociedad del bandolerismo Sólo le pido a Dios un poco de engaño. Para obtener la cabeza del tráfico que no vive en el barrio Y sí, en una mansión muy grande y muy hermosa, Sólo que no le importa al juez El envío de la colina otro envío miedo de la policía, por temor a recibir un disparo y lo siento a los que me escuchan, si me encontré con el tema, este es el periódico noticias de la gente, no de noticias película a ver si alguien se despierta y tiene la mano los niños de comer algo que no gire ladrón la limpieza, el tratamiento y la atención es no es la marihuana que mata, pero puede ayudar.
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Poeta
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Quando olhei para você me senti incomodado. O amor veio me dizer que fiquei apaixonado.
Tentando evitar seu olhar, eu entrei em desespero. Mal podia imaginar que já estava prisioneiro.
Como uma linda serpente você me hipnotizou. Depois, sorrateiramente, em meu coração entrou.
O meu coração hospeda Uma serpente venenosa. Cada picada é uma queda. Mas que queda maravilhosa...
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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Caminé hacia la tarde de verano para quemar, tras el azul del monte, la mirra amarga de un amor lejano en el ancho flamígero horizonte. Roja nostalgia el corazón sentía, sueños bermejos, que en el alma brotan de lo inmenso inconsciente, cual de región caótica y sombría donde ígneos astros, como nubes, flotan, informes, en un cielo lactescente. Caminé hacia el crepúsculo glorioso, congoja del estío, evocadora del infinito ritmo misterios0 de olvidada locura triunfadora. De locura adormida, la primera que al alma llega y que del alma huye, y la sola que torna en su carrera si la agria ola del ayer refluye. La soledad, la musa que el misterio revela al alma en sílabas preciosas cual notas de recóndito salterio, los primeros fantasmas de la mente me devolvió, a la hora en que pudiera, caída sobre la ávida pradera o sobre el seco matorral salvaje, un ascua del crepúsculo fulgente, tornar en humo el árido paisaje. Y la inmensa teoría de gestos victoriosos de la tarde rompía los cárdenos nublados congojosos. Y muda caminaba en polvo y sol envuelta, sobre el llano, y en confuso tropel, mientras quemaba sus inciensos de púrpura el verano.
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Poeta
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Não posso deixar que a realidade tome conta de mim... Como é que vou viver assim: "Com tanta responsabilidade"?
Eu vivo a poesia de todo dia, e não posso ficar dando atenção às obrigações e deveres. Primeiro os prazeres, depois as distrações.
Nas rimas são fáceis, mas na realidade não... A realidade só rima com responsabilidade, com seriedade...
Na verdade, a realidade é um sonho, que eu chamo de "pesadelo medonho".
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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