Cuando los pájaros no canten
y el mar se haya secado,
cuando los ángeles no hablen
y el sol esté apagado.
Cuando los árboles se sequen
y la primavera muera,
y las ninfas enloquecen,
cuando ni un hada existiera.
Cuando luces tenebrosas
caigan sobre la tierra,
y las mariposas de entonces
huyan todas temblorosas.
Cuando la guerra se torne
mucho menos peligrosa,
y en la montaña rocosa
el horizonte no retorne.
Cuando las flores llorando
se hayan todas marchitado,
y el ruiseñor con su canto
no nos haya emocionado.
Cuando no tenga esperanza
y no alumbre más la luna,
cuando el niño en su cuna
esté escuchando la danza.
Cuando llueva sin cesar
y nunca llegue la aurora,
si las estrellas que ves ahora
han dejado de brillar,
ese día te dejaré de amar.
Julio Medina
1969