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“Veo tus hojas . . . te me antojas.”
Tus hojas no son de un árbol, ni de acero, ni de mármol, son de papel pergamino sobria imprenta su destino.
Tus hojas no están en ramas, son lisas, delgadas, planas, páginas de la cultura fabricadas con mesura.
Tus hojas no lucen verdes son de un beige que luego pierdes conservando letras negras signos con que nos alegras.
Tus hojas no van al viento, pues, guardan razonamiento de un autor tan inspirado que nos deja su legado.
Tus hojas jamás se abaten simplemente vibran, laten, cuando sienten con delicia la vista como caricia.
Tus hojas nunca se arrugan, sin embargo, se corrugan cuando un dedo se desliza sobre su cuerpo sin prisa.
Tus hojas jamás se doblan, afán y esfuerzos redoblan por mostrar discernimiento, sabiduría, pensamiento.
Tus hojas no son sencillas, cultas germinan semillas de escritor asaz sagrado por su texto consagrado.
Tus hojas no tienen plaga, pues, su contenido halaga al lector siempre exigente, al estudiante ferviente.
Tus hojas no perfuman feo, huelen a tiempo cuando las leo dan fragancia a mi intelecto, me hacen el ser más selecto.
Tus hojas no contaminan con la ignorancia terminan en la escuela, en biblioteca, grafos desde la “a” a la “zeta”.
Tus hojas no se marchitan, porque a la lectura incitan palabras, conocimientos, de la educación cimientos.
Tus hojas no se desprenden, ya que cosidas comprenden al cáñamo enamorado de ejemplar encuadernado.
Tus hojas no caen al suelo, que nos sirva de consuelo, gozan pegadas al lomo de empastado bello tomo.
Tus hojas no morirán, antes bien perdurarán por los siglos de los siglos enseñando sin remilgos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 23 de abril del 2018 Dedicado a la Maestra María Teresa Leyva Rodríguez Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Ante la desgracia . . . un fiasco.”
López necesita, urgente, un asesor muy consciente, un humanista sensible ante desgracia terrible.
Por la que Tabasco pasa, huracanes, lluvia abraza al maravilloso edén que ha quedado sin sostén.
Bajo aguas está sumido todo su encanto perdido por el líquido echo presa, sea del cielo o de la presa.
Entre otros muchos entuertos, en la cuenta van seis muertos, cerca de doscientos mil damnificados, caos vil.
Él no quería visitarlo trató siempre de evitarlo, ya olvidó que ahí nació, que en esa región creció.
Después de un mes de evadirlo, de esquivarlo, de rehuirlo, al fin viajó a tal terruño, mas mostró el cobre, su cuño.
Al preguntas responder, “tengo otras cosas que hacer” puso de excusa y pretexto de modo muy incorrecto.
Pues solo hizo un sobre vuelo, jamás piso el triste suelo, lodos, terreno anegado, a paisanos les ha negado.
La dicha de su presencia, de su fortaleza, esencia de un sentimiento de apoyo que los libre del embrollo.
Porque todo ha sido un fiasco en tal paseo por Tabasco no mojó ni sus zapatos, ¡ay, momentos tan ingratos!
López no hizo recorridos por los sitios más sufridos, la inundación de Tabasco al peje le dio mucho asco.
Actitud malvada, insana, no pasó por Macuspana cuna donde vio la luz, cargará siempre la cruz.
De agobios de lugareños, de penas de tabasqueños, pero más por el desaire que les hizo desde el aire.
El infame “presidente” que no cuida ni a su gente, así, por encima del agua la traición siempre se fragua.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 11 de noviembre del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Do, re, mi, . . . magistral.”
Canciones de magia con ritmo de alquimia, fantástico músico eres Flaco de Oro.
Tus dedos delgados parecen espinas que, en finos vaivenes, acarician teclas.
De un piano muy negro que sangra doliente sus notas más tristes por amor teñidas.
Eres un venero, gran preclara fuente, manantial que solo inspiración tiene.
Compones con arte alegre o doliente, al pueblo transmites esa exquisitez.
Escribes tus versos con métrica y rima, la pasión te anima, Dios te dio ese don.
Combinas sonido con tiempo, talento, haces tuya la armonía, el compás y melodía.
Se anima la clave, la llave de sol, tiembla el diapasón se ha entonado un son.
Maestro: te adora, te admira la gente Músico Poeta sobrio, elegante.
Yo quiero que sepas por este conducto, te escribo mis letras y rindo tributo.
Para mí estás vivo, pues nunca te has ido, sigues en los discos, en los cancioneros.
Postrero recuerdo, homenaje leal, por el sentimiento al hombre cabal.
Sabes tú, Agustín, que eres musical, Agustín, tín tín, Lara, la-ra-la.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 30 de agosto del 2007 Reg. SEP Indautor No. 03-2007-082112003600-14
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Poeta
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“Sinfín de esqueletos de huesos . . . repletos.”
Se reflejan en mis penas nostalgias tristes, extremas, las que exterminan el alma, la muerte vida desarma.
Corto limitado tiempo más te sufro menos siento, entre campanas suspiro féretros que son de olvido.
Previamente a la penumbra cavaré mi propia tumba, la fosa será de tierra el llanto de aquel que entierra.
Sábana blanca mortaja, finado desciende, baja, a entrañas de un cementerio de los mortales misterio.
Sepelio muy doloroso cadáver cayendo al pozo sumergiéndose en la nada tras palada, tras palada.
Muerte fiel del que la espera fúnebre caja, madera, el encierro cruel paisaje descomposición . . . ¡qué ultraje!
Consumada cochinada de gusanos marejada, huesos que serán caliza la calaca tiene prisa.
De llevarme a sus dominios pa’ conocer sus demonios, el fin no conoce edad la causa una nimiedad.
Vigor frágil como paja quebradizo que se raja, la existencia es solo un hilo que se rompe y queda en vilo.
La pregunta se actualiza, la incógnita se desliza sobre el paso al más allá ¿qué consecuencias traerá?
¿De fallecer que te ataja?, cuerpo, materia piltrafa, savia que se perderá nunca jamás volverá.
Defunción irreparable, ¿es la muerte como un sable que lacera el sentimiento dando paso al sufrimiento?
La presencia es pasajera, ¿el alma imperecedera?, ¿vitalidad es quimera o es la cosa más certera?
Morirse no es sólo un viaje ni ataúd vistoso traje, polvoso negro camino ¿inframundo es el destino?
¿Sustrato queda o se pierde, la conciencia te remuerde?, ¿extinguiéndose la vida en cierto lugar anida?
La muerte es un laberinto, llegar a lugar distinto, separarse de los vivos buscando otros objetivos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 02 de noviembre del 2012 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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“Simbólica dama fina que toda vida termina.”
Flaca típica osamenta que nuestro destino enfrenta, “calavera garbancera” de la muerte romancera.
Fuiste creada por Posada en la gráfica ilustrada, estilizada figura, grabado, caricatura.
Así quedaste plasmada Catrina la más osada bautizada por Rivera con genialidad certera.
Un Mural pinta tu esencia, México tierna querencia, has trascendido fronteras tus hazañas son quimeras.
Digna de la aristocracia te muestras firme, reacia, posas muy “aburguesada” eres fémina paseada.
Ataviada ostentas galas, tu presencia nos regalas reina de estampa elegante luces vivaz, fascinante.
Esquelética delgada silueta fiel delineada; nunca pasarás de moda la “tilica” se te apoda.
Calaca siempre espigada te encuentras tan arraigada en cultura popular que hasta te ponen altar.
No sé cuántos años tienes, con mortales te entretienes huesuda canela fina eres la hermosa Catrina.
Todos te llevamos dentro en alma y ser, bien adentro, aunque “nos peles los dientes” ten los ánimos pacientes.
Coqueteando con esmero portas un fino sombrero, te vistes de seda y raso nos quieres en tu regazo.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 02 de noviembre del 2014 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Nunca fenezcan las tradiciones, jamás sucumban nuestras pasiones”
Pátzcuaro, bella región lacustre, Michoacán mira tu lago ilustre, México entero ve su lucero, brindas al mundo calor sincero.
En tus riberas celebraciones seres que afrontan tribulaciones, traigo poesía que habla a los muertos que Dios nos salve de esos entuertos.
Señora Muerte prenda su mecha suelo p’urhépecha Usted acecha, Señora muerte oiga esta endecha línea de vida se encuentra estrecha:
Reunión Janitzio con ultratumba por sentimiento agua retumba, almas en tránsito, otro camino, bogan tranquilas rumbo al destino.
Muchos trayectos, lanchas, canoas, como presagio de ardientes horas olas henchidas vueltas carrozas, flamea el cortejo de mariposas.
Muy alumbrado se ve el sendero parece cinta, listón lucero, es como un cuento de fantasía, es como fiesta de la agonía.
Mostrando siempre su seriedad tan respetada mortalidad resurge presta desde el más allá, porque a los vivos resignará.
Cita evidente que dan los muertos de esencia ausentes, pues yacen yertos, tañer doliente de una campana que, a la penumbra, hace su hermana.
Los días primero y dos de noviembre se guarda pena a lo que se pierde, falta existencia no impera vida más bien carencia, el duelo anida.
Ambiente es reino de la tristeza más en el trance surge entereza, breves momentos vena discreta, en tal sentido doble faceta.
Las tradiciones, usos, costumbres, añejas formas de muchedumbres, llegan complejas al cementerio como la magia, como un misterio.
Ceremonioso se inicia el rito, mustio suspiro mortal marchito folklor nocturno, sombrío bosquejo, se escucha llanto, canto reflejo.
Es voz tarasca ese lamento que cura entrañas de sufrimiento, sonidos, notas, son armoniosos, mieles arpegios van cadenciosos.
Mujeres buenas cruzan las sendas, al panteón llevan cientos de ofrendas, viandas con panes, dulces y frutos, rostros humanos encarnan lutos.
Marchan silentes, su paso es lento, fieles guardianes de ese sustento despliegan prontas finos manteles, las servilletas bordadas redes
Toman asiento junto al difunto a él se arriman, se le hincan . . . punto, cumplen formales el serio culto su regocijo se esconde oculto.
Sombríos sepulcros, se sahúma incienso, se hace presente responso intenso, el sacramento es ensalzado en voces solemnes, el “Alabado”:
“ . . . morir antes que pecar, o antes que pecar morir, . . .”; esas mil lágrimas hay que secar, turba y agobia ese sufrir.
Hombres que atentos lo observan todo siguen la usanza con gran decoro, están presentes tras de las rejas respetan, honran, creencias viejas.
Animecha Kejtzitakua es la ofrenda a los muertos, Animecha Kejtzitakua que se ofrece a cielo abierto.
Gimen pesares los entes vivos ante despojos definitivos, vagan sus sombras, negras siluetas que, oscurecidas, no quedan quietas.
Todas las flores de mil colores conforman ramos encantadores, el cempasúchil, clavel de china, tono amarillo que amor germina.
Brilla en las tumbas su resplandor resguarda restos glorias de honor; ¡se oyen plegarias, las oraciones!, rezo en silencio, imploraciones.
Lucen altares las sepulturas lo religioso remonta alturas, lápidas grises, blancas las cruces, rojos matices, las velas, luces.
Ceras, pabilos, candelas, cirios, por los finados lloran delirios, ánimas velan la aciaga noche también estrellas hacen derroche.
¡Mi Santo Señor de estos cielos! los fallecidos guardan anhelos, preserva Padre este homenaje bendice, cuida, su etéreo viaje.
La eterna guía del noble copal, humo oloroso de intensa señal que purifica, limpia energías de la isla, isleños, sus dinastías.
Pa’ todo aquel pensante doliente ¡va la charanda, harto aguardiente, lo acompaño en su trágico penar, ya que debe dolores mitigar!
Luz de anochecer, lo agradezco, grata distinción de la UNESCO al estimar como una obra maestra a esta gran festividad tan nuestra.
Ya es Patrimonio de la Humanidad, Oral e Intangible tradición, dignidad, ojos del mundo en magna cultura, gratitud por tan loable postura.
Todos los turistas indiscretos, ávidos de conocer los secretos, habrán de comportarse con mesura ante este ceremonial de altura.
El fisgoneo no es permisible, el espionaje es inadmisible, porque los enigmas de los muertos se quedan entre las tumbas-huertos.
¡La terca parca se hace presente! en la hermosa cuenca está latente, si el lago sufre basura, estiaje, morirá pronto su lindo oleaje.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Pátzcuaro, Michoacán, México, 02 de noviembre del 2011 Reg. SEP Indautor No. 03-2012-030612103900-14 (Versión corregida . . .)
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Poeta
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Al lúgubre doblar del duro bronce prestas resurgen almas de agua dulce, despiertan los guardianes del tesoro quienes, en vida, actuaron con decoro.
Murieron en la defensa de su honor a manos fieras del despiadado invasor, su tumba, lecho isleño primoroso, cándido, fiel, p’urhépecha orgulloso.
Mis leales Príncipes, Mintzita e Itzihuapa, suban la dura cuesta, el llanto escapa, diríjance al panteón con luz de plata ligados por su amor, sangre escarlata.
Musítense palabras cariñosas, platiquen de Janitzio, de mil cosas, resguarden de miradas indiscretas la tierna oscuridad de sus siluetas.
Reciban toda ofrenda de los vivos por esa muerte de la que son cautivos, coman los charales, beban charanda, fumen buen tabaco, cumplan su manda.
Quemen sacro incienso, sahúmen el copal, retribuyan con bien, nunca jamás con mal, son bienamados, son muy bienvenidos, finados con vivos, todos harto unidos.
Dialoguen con el kurucha urapiti de su eterno sueño, de su frenesí, regresen a sus fosas tan sumergidas y cúrenle a su terso lago . . . las heridas.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Pátzcuaro, Michoacán, México, 02 de noviembre del 2011 Dedicado a Don José Luis Guzmán Soto Reg. SEP Indautor No. 03-2012-030612580800-14
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Poeta
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“El prócer Morelos murió sin recelos.”
Magnífico monumento te digo mi sentimiento, cuarenta metros de altura, de Morelos tu estatura.
Escultura colosal, coloso sensacional, toneladas de grandeza nos dan fe de la entereza.
Estatua que imagen guarda, que al mestizaje resguarda, de sobrio estilo art decó que el sol cautín resecó.
A los mil quinientos bloques el clima ha dado estoques, bizarra cantera rosa ha triunfado glamorosa.
Digna cuadrícula blanca grata de conciencia franca; pulcra efigie nos asombra, el árbol no te hace sombra.
Que estructura original, las venas son de metal, fibras de hormigón, de alambre, tejidas como el estambre.
Desde Pátzcuaro te veo y, presto, acercarme deseo, el lago rinde homenaje con lo bello del oleaje.
Tu aposento hermosa Isla, por ella siempre legisla Morelos noble patricio, vigilante de Janitzio.
Tienes la mirada altiva, virtual vista fugitiva, que apunta rumbo al oriente hacia horizonte naciente.
Saludas devoto al cielo, largo como rascacielos fuerte, recio, cual granito, alto puño al infinito.
Su hueco es un mirador que nos acerca al Señor, se domina así la cuenca y al ave que ahí se acerca.
En cabeza, el paliacate del villano es acicate, la túnica que te cubre es la coraza del pobre.
La justicia a ti te honra por eso es que se te nombra fiel Siervo de la Nación, te brindo mi corazón.
Fue recta tu trayectoria, espada de la victoria que empuñas con mano izquierda, que este país no se pierda.
No desenvaines el arma, que brille al filo del alma con valor y patriotismo la gloria de tu heroísmo.
Siempre has sido rey de reyes, en el regazo las leyes también un sacro rosario, Dios te hizo el escapulario.
Tu figura acampanada me recuerda una alborada, sonidos de libertad de un pueblo mayor de edad.
La base piramidal nos transporta a algo ancestral, esa hermandad de los hombres dignos, como tú, . . . enormes.
¿Recuerdas Valladolid? fue tu cuna de adalid, haber nacido en Morelia diciendo no a la miseria.
Michoacán ¿la paz extrañas?, ¡ay, “Niño” de las entrañas dispara balas de salva!, que aparezca pronto el alba.
Escaleras de espiral, venciste, así, al cruel rival con arrestos de insurgente, me postro ante ti . . . doliente.
Murales en intestino proyectan triunfal destino, no repitamos la guerra sembremos con bien la tierra.
Libro abierto, Carta Magna ¡mi México se desangra!, Cura Morelos bendito venid que te necesito.
A esta Plaza, fino atrio, ¡ondea lábaro patrio! hacen falta tus principios olvidemos los prejuicios.
Hagámoslo con gran valor, retomemos sin temor “Sentimientos de la Nación”, mas, con mucha devoción.
Si la impunidad escala, si la maldad no se acaba, si la violencia no ceja, poner fin al vil Calleja.
Por la espalda, ventanales, tú sí entraste a los anales de la historia universal, columna, espina dorsal.
Cañones de artillería muy prestos con gallardía, llamados León y Leona, hacen guardia en tu casona.
Comprendan propios y extraños, suplico no causen daños fuera y dentro del recinto ¡respeto al caudillo extinto!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Pátzcuaro, Michoacán, 18 de abril del 2011 Reg. SEP Indautor No. 03-2011-041513462700-01 (Versión corregida . . .)
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Poeta
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La lluvia precede la apertura del limbo los ausentes salen conforme avanzan los rezos en cada casa hay un altar oloroso a copal servida está la mesa, las fotos y adornos se escuchan pisadas y murmullos: la muerte no tiene prisa la muerte a todos nos llega
La procesión ha partido y las ánimas buscan convivir con los suyos la muerte no tiene preferencias la muerte a todos nos llega
Los hay muy ancianos los hay angelitos nonatos cada uno trae un recuerdo para aquéllos que los amaron u odiaron
hay risas, lágrimas y quejas de aquéllos que ya han partido los vivos recuerdan su estancia con pensamientos de pesar o alegría ellos repiten la innegable verdad: la muerte no permite equipaje la muerte a todos nos llega
"Puedes decidir como quieres vivir" dice algún tío bebiendo su atole "pero has de saber que al final lo que debas hay que saldar" El niño abortado quiere un abrazo la madre abandonada ofrece perdón el padre cruel baja la vista y una hermana suicida llora su sino
Con su jícara en mano chiich así dice: "¿Bix a beel? ¿baax ka wa·alik chan x·Maria?" otro invitado apenado se asoma: "Cualli tlapoyohualtli, tlazohcamati" mis queridos difuntos y los que no lo son tanto departiendo conviven el momento presente la muerte no respeta las fechas la muerte a todos nos llega
En esta morada son bien recibidos beban y coman, jueguen y hablen el tren sigue su marcha infinita y cuando cruce también ese túnel otros quizás me recuerden el sepulcro es solo otra estación que en todo el país se celebra los difuntos a coro repiten: el hombre teme más a la vida la muerte no es verdugo ni juez la muerte siega parejo la muerte a todos hermana
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Poeta
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“En la gratitud concuerdo . . .”
Monumento de Morelos en Janitzio los anhelos de un gran grupo de orgullosos visionarios, enjundiosos.
Al buen Tata Lázaro como premio abrázalo, fue suya preclara idea, Padre Eterno dijo: . . . sea.
Dos brillantes escultores genios artistas, Señores, cito a Juan Tirado Valle en la excelencia y detalle.
Del diseño, sin matiz junto a Don Guillermo Ruiz el de talla primorosa uniendo cantera rosa.
Muralista, Ramón Alva, disparemos una salva, su esposa Doña Eloína ardua asistente, heroína.
A todos los constructores rendirles regios honores a trabajadores leales albañiles y oficiales.
Tras labor de mucha gente Sexto Batallón, presente, de Infantería de Morelia, en esta obra tan seria.
Apoyo presto incansable cotidiano, invaluable, de nativos lugareños ¡qué vivan, pues, los isleños!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, a 18 de abril del 2011 Dedicado a la Señora Elsita Tirado Moreno, orgullosa hija del escultor Don Juan Tirado Valle, sin cuyo apoyo y debidas aclaraciones no hubiera podido corregir este texto, dignificando la verdadera labor en esta obra monumental de su genial padre y artista . . . Reg. SEP Indautor No. 03-2011-041513462700-01
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