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BEBIENDO BAJO LA LUNA __ Li Po. Li Po. Poeta chino (701-762)Siendo emperador Suan Tsong (Siglo VIII) Versión: Ma. Teresa León y Rafael Alberti
Está entre las flores el jarro de vino. Bebo solo, sin compañía. Levantando mi copa invito a la luna, para que con mi sombra seamos tres. Aunque la luna no sabe beber y mi sombra sólo acierta a seguirme, en este instante son mis compañeros alegrándonos juntos en la primavera. Yo canto, se pasea la luna, yo bailo, titubea mi sombra. Antes de la embriaguez reímos juntos; cuando me embriago, cada cual vuelve a su casa. Así estoy ligado a los amigos insensibles con los que me cito en la Vía Láctea.
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Poeta
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Nubes de amor.
Quisiera ver tu rostro una vez más, entre las cristalinas aguas de mis deseos, poderte suavemente acariciar, y oler la esencia de tu cuerpo.
Quisiera amarte como lo hice un día, y dejar que la corriente de pasión y lujuria se escurra a manos llenas, como llenas mis manos quisiera tener, de la suavidad de tu piel, amándote otra vez.
Como quisiera, como quisiera…
Porque el tiempo se ha ido ya dejando tan solo ruinas de tu presencia, dejando tan solo solitario, cada momento bello que contigo viví.
Y cuando al amanecer veo salir el sol, busco desesperado tus pasos, tratando de seguirlos entre las nubes de amor, para caminar contigo otra vez, y cubrirte de besos, alma de mi corazón.
Quisiera ver tu rostro una vez más, entre las cristalinas aguas de mis deseos, para decirte que no te he olvidado, porque yo, aun te espero.
Todos los derechos reservados A nombre de JORGE BANDA. Copyright Noviembre 18 2012 Long Beach California USA (El ángel de la melancolía)
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VICTORIA DE LA NOCHE
He estado combatiéndole con mi rencor de rocas y mi odio de montañas a su abismal dominio. El tiene los espacios y cada vez que truena sobre mí, palidece temeroso mi océano. Yo les grito a las piedras: defended mis llanuras ante el hondo golpe de sus potros divinos. Y a mis arduas violencias: deshacedle sus nubes. Y ordené rebelión a montañas y mares. En la sombra telúrica me oculté rencoroso por huir del asalto de su luz posesiva. Tronó sobre mis cumbres otra vez como nunca y cayeron diluvios y huracanes y rayos. Victorioso en mis nieblas solidarias estuve. Descubrió por vencerme sus más limpios luceros y sentí desquiciarse mi seguro basalto. Ya voy a ser vencido. Lo sé. Contra la noche saturada de estrellas nada puede mi cólera.
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Metafórico Mancomunar
Sincero auné Cada Cuento Con todas las anónimas estrofas desacreditadas, del triángulo arrugar, amargura de un sauce enrojecido. Allá Por El ¡Mancomunar...Metafórico!.
Acerado aunarán. Cada Cuenta Por debajo de dónde las piedras pierden. ¡De lo escaleno isósceles!. Por la fuerza abriendo basura el suelo. Mísero aunaban todo ayuno. ¡Con toda la insinceridad apocalíptica!. En las filas del mundo___¡Del triedro!. Del triedro caras dos___ Amor y olvido. ¡Despreocupado abismal insospechable!. Sin... ¡Qué grosero hubieron aunado lunas!. Cuarenta estilos en una probeta. La semilla conmoviendo saudade. Entre estróficos y vigilantes pasos. Al puente pintan___¡Metafórico mancomunar!. ¿Será uno de cera el fuego un juego?. Entre los árboles derrumbando montañas. Pintan. Entre los árboles refugiando injustos. ¡Plantan!. Solo metáforas vanas. Acaso... ¿Aunarían lo que habrían aunado?. Los obreros agrietados durmiendo... ¡Más allá de todo empleo evaporados!. Y dejaren... ¡Oh...Mancomunar metafórico!. Encerado lo que aunado hubiere. ¡Anónimos!... Tras la tentación del sótano. Un cero será de ocaso cera y vela... ¿Sólo flama?.Por Más que peinásemos al césped. ¡Un cero de cera será!. Del prado que peinaren los pianos Man Comunar Meta Fórico ¡Como que de los pinos peinemos picos!. Como En Las estrofas, escenario de invasoras metáforas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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HIMNO A ISHTAR (c. 1750 a. C)
Ishtar era probablemente la representación del planeta Venus, y se le llama hija de Sin, la luna. Las tablillas proceden de la biblioteca de Asurbanipal. Tablillas de la época sumerio-babilónica. Texto y traducción: L.W. King/Ángel M. Garibay K.
¡Yo clamo a tí, diosa de los dioses; señora de los que dominan! Ishtar, reina de las naciones que guías en la sombra. Irinia la excelsa, la más alta de los dioses. No hay nombre como el tuyo: a todos superas. Luz eres de cielos y tierra; hija eres de Sin: tú las armas llevas; tú la batalla decides. Tienes todo el poder; la corona de la fuerza. ¡Gloriosa entre los dioses; sobre todo excelsa, estrella del lamento, que haces luchar hermanos con hermanos, pero constante les das al fin paz!. ¡Señora de la guerra, que abates las montañas, oh Gushea, que te vistes de terror y majestad: tú en el cielo y en la tierra formulas el juicio y eres venerada en todos los templos, tanto grandes como chicos!. ¿Dónde no está tu nombre? ¿Dónde no tu poder? ¿Dónde no está tú imagen? ¿Dónde no tu santuarios? ¿Dónde no eres gloriosa? ¿Dónde no enaltecida? Anu, Enlil y Ea te han levantado: hicieron de tí la más alta deidad. Sobre los dioses todos han hecho tu grandeza y ante tu nombre sólo la tierra se estremece. Tiemblan los dioses y su congregación ante tí, los hombres en su pavor se rinden humillados. Como que eres grande y eres muy alta y todos los hombres doblegan su cabeza. Eres la que eleva al desvalido y eres la que ampara al caído. ¡Piedad, Ishtar, señora de los cielos y la tierra, pastora del errante fatigado! ¡Piedad, Ishtar, que mantienes la riqueza! ¡Piedad, Ishtar, que nunca te fatigas en tus pasos y jamás las rodillas te flaquean! ¡Salve brillante reina de los dioses, leona que acaudillas a los dioses de la altura: tú eres la más potente; tú esfuerzas los riñones a los reyes, tú mantienes el freno en los vasallos! Alta y sublime eres, cual antorcha del mundo, como luz de los pueblos para siempre. ¡La irresistible en los combates; la indomable en la guerra!
Vuelve tus ojos a mí; reluzca para mí tu faz. ¿Tanto tiempo aún han de estar en mi contra mis enemigos? ¿Se habrán de gozar por mis infortunios? ¡Me han puesto saco de amargura: así vengo a tu presencia! El débil se volvió fuerte: pero yo débil perduro. Fluyo ante ti, cual el agua: cuando el viento la revuelve. Volando mi corazón va cual ave de los cielos. Cual paloma por la noche, lanzo al aire mi lamento Abatido hasta el extremo, gimo ante ti sin consuelo. Dolor de frente, opresión, ruina del cuerpo cayeron sobre mí: angustia, pena, congoja, de los dioses y de los hombres me vienen. ¿Qué me espera? ¡Amargos días, muerte, dolor y tristeza! ¿Qué me espera? ¡Confusión en el juicio ante tus ojos! Muerte y fin están en acecho, para cuando a ellos salga yo. El silencio es mi santuario; el silencio es mi palacio. Silencio llena mi vida y envuelve mi soledad. Disipada es mi familia; mi techo caído en ruinas. A ti clamo: oye mi ruego y olvida mis pecados.
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LA LUNA EN MEDIO DEL OTOÑO __SU TONG-PO (SU CHE) (1036 - 1101)
Por la tarde las nubes se dispersan, desaparecen, el cielo es cada vez más puro y frío. Silenciosamente la Vía Láctea gira en la bóveda de jade. Si hoy, en esta noche, no nos regocijamos ampliamente, el mes próximo, el año próximo, ¿estaremos aquí para mirar?
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CLARO DE LUNA SOBRE EL LAGO TONG TI __YANG KI (siglo XIV)
En el lago están profundamente limpias las aguas del otoño, en el lago la luna está más blanca en el otoño. Su brillo y su reflejo se entremezclan, agua y luna tienen color idéntico. ¿De dónde llega ese suspiro de una flauta? Es un viajero que con la noche entra en Pa-ling.
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LA POBRE VACA ___HUANG CHIEN CHU, POETISA (1934-1952) Poesía China
En el establo está una vaca vieja, temblorosa, encogida, gimiente. El cocinero viene a desatarla y se la lleva al patio del fondo.
Ante el ruido del cuchillo y el hacha, a la vista del fuego que brilla ante el tajo cae arrodillada y dos lágrimas ruedan por tierra.
Con la cabeza en alto, lanza un largo quejido: --¡Qué cruel es mi amo! Cuando yo era joven, él era pobre, le exigía el cobrador los impuestos, los acreedores estaban siempre en su puerta. Día y noche, sin el menor reposo, labraba yo el campo del Este, para que en otoño, al recoger el arroz, pudiera librarse de tanto importuno.
Cuando faltaba el arroz en la marmita, cuando los leños faltaban en la cocina, se alimentaba con mi leche, se calentaba apoyado contra mí. A medianoche, si gemía el viento helado, lloraba, acariciándome, juraba que de ningún modo me abandonaría jamás en toda su vida. Se ha vuelto rico. ¿Cómo ha olvidado hoy las palabras de entonces?
El agua hierve en la caldera, el hacha brilla como un trozo de plata. Tendiendo el cuello, lanza un largo suspiro, asustada de no saber dónde esconderse.
Para su vida próxima ella quisiera ser una criatura cubierta de caparazones y escamas, no para hacer daño a nadie, pero al menos para protegerse.
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ELEGIA DEL TACTO
Es el instante en que la sumergida flor del tacto, la flor única, de pétalos móviles distribuídos en los dedos, se inclina suavemente para soñar. Y sueña. El tacto sueña con térmicos y largos promontorios, y con profundidad de terciopelos a nivel de latentes superficies. Toca las perlas que no hallamos en las bajas mares del ser líquido. Sepárase del cuerpo y así la flor del tacto sostiénese en atmósferas astrales, y danza como la luz, el tacto danza en un difuso mundo de sedas y de espinas. La piel tiene ese ambiguo color de la hierba madura en la sombra. Las voces del día duermen, coronadas de musgos silenciarios. Tenue respiración impulsa el pecho, como rosada y tibia nave por mar híbrido. Los párpados se abren y cierran lentamente como valvas de hipnóticas conchas, y el tacto, la flor única y espectral, incolora, alimentada por honda sangre aérea, crece. Y su nocturna hostia multiplica sobre el tallo de la absoluta calma.
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TEMPESTAD __Autor: German Pardo García.
A Andrés Holguin
En la dulce magnolia cotidiana y en el candor de su simplicidad, han tocado mis dedos muchas veces la tempestad.
En el agua de espíritus serenos y piedras en su limpia oscuridad, he escuchado en las tardes más hermosas la tempestad.
En el fresno que me abre sus maderas como un hombre que brinda su bondad, al ir a reclinarse he presentido la tempestad.
En los ojos de todas las criaturas; en toda pequeñez o inmensidad, ha encontrado mi alma frente a frente la tempestad.
Vendrá el silencio de absolutas formas; descenderé a la múltiple unidad, y todavía escucharé en el polvo la tempestad.
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