Muchos años juntos en la fronda y en la fragua, De la efervescencia de la juventud Al reposo de la madurez, Cada etapa una vida y en cada vida Mil historias que contar.
Parece que fue ayer cuando apenas si empezaba, Mi historia a escribir, con la mirada fija, Desafiaba el porvenir. Pero ahora, en ésta parte del camino Me dio caza el que venía. ¡ja!
Como un loco corrí en busca de algo que no pude Alcanzar, lo peor de todo es que nunca supe, Tras de qué corría, pues todo lo tuve. Mil cosas en mi vida aprendí Pero de nada me valen ahora.
Como la espuma de cerveza se fueron los años, Entre amigos, amores y jaranas. La vida para mí siempre fue un juego. “Si el dinero no te da felicidad… ¿Para qué trabajas?”
Yo no le debo nada a Dios, ni a la gente, todo lo Gané con mi esfuerzo y si lo gasté… “No hay mal que dure cien años…” Y hoy menos que nunca. “Disfruta de tu esfuerzo u otro lo hará por ti”.
Pensar en lo que se fue pensar en lo que regresa pensar en lo que no vuelve pensar en lo que se enfrenta.
Pensar en lo que se olvida pensar en lo que se observa y luego pensar en lo que se piensa queriendo dejar de pensar un momento.
Volverse brisa apacible que sopla sin ver hacia donde volverse arroyo o riachuelo que fluye sin rumbo ni norte. Dejarse llevar con confianza por sendas amables y tiernas seguros de avance y progreso con paz, y serena alegría.
Y pienso en lo que no pienso queriendo pensar en la nada.
Quisiera vivir libre como los pájaros, Viajar por el mundo en parvadas Sin distingos de nada, de nadie Siendo todos iguales en plumaje y linaje.
Estoy cansado de absurdas polémicas Que no llevan a nada, que no solucionan nada, El tiempo ahora me es escaso como para Perderlo en conversaciones banales.
Donde se discuten por egos, no por ideales, Con tres o cuatro apuntes, sin temas de fondo Sin investigar nada, tan solo guiado por notas De medios, vendidos al poder de turno.
Son años de lucha sin tregua y sin victoria, Todo cansa porque la corrupción avanza Y uno se queda rezagado en el tiempo, Sin tiempo, para volver a empezar.
Cuando era niño me llamaban Cabezón y Carnaval me decían Toritó y Garibaldi y Brigantón y también Ogro y Totó y también Colotordoc los que veían el Gato Félix.
No sé cómo no terminé con una crisis de identidad
Cuando era niño llenaba la batea de agua y colocaba un vaso boca abajo dentro del sagrado líquido para corroborar el principio de Arquimedes. Y quería saber si las hormigas sabían nadar por eso las rodeaba con franjitas de agua encerrándolas en un círculo.
Cuando era niño quería saber qué hay dentro de los huevos de paloma y rompí un huevo y murió el pichón y lo metimos en una cajita de plástico transparente y le dimos cristiana sepultura. Hasta rezé por el animalito porque me sentía culpable.
Cuando era niño jugaba con Lassi y Biqui dormía en mi cama, conmigo por eso mi viejo se lo llevó y no lo trajo de vuelta.
Cuando era niño yo era Contrax y vivía en el planeta Turín en una isla que comenzaba en el polo norte y terminaba en el polo sur. Y tenía la fuerza de Superman y tenía la velocidad de Flash y tenía la inteligencia de Batman y tenía la agilidad del Zorro pero no era ninguno de ellos porque yo era Contrax del Planeta Turín.
Cuando era niño pintaba mis trompos con el esmalte de uñas de mi madre y hermanas y el trompo se transformaba ya no era trompo se había convertido en nave íntergaláctica mi trompito.
Cuando era niño solitario, aislado, escondido tras la pantalla del televisor o mejor, entre las páginas de mil y una noches entre las fábulas de Esopo o incluso encerrado dentro de mi ferviente imaginación a ratos encontraba la felicidad sin siquiera buscarla.
Y ahora que la busco como palito de romero no la hallo por ningún lado.
Tal vez me convenga volver a ser niño recobrar esa ternura esa capacidad de asombro esa empatía sin límites esa curiosidad infinita y esa sonrisa perpetua que tenía cuando fui niño.
En el principio era el hombre de la lanza y de su flecha y un posible desenlace extintor amenazaba a pesar del fuego y de la rueda.
La esperanza contingente de nueva civilización se extravíaba en los meandros de ignorancias desbordadas.
En las cavernas quedó el sello de prehistóricas visiones sin más recuerdos de finales contundentes que algún edificio sin dueños ni arquitecto y algún díbujo de escafandras y platillos.
Quién fabricó las tales maravillas Fueron los dioses, contestaban. ¿Serán los dioses sus ancestros?
El tiempo es sólo el resultado de gravedades incipientes que se acelera con las masas singulares y sólo el tiempo es la memoria de un instante eternizado en un suspiro delirante
El tiempo, un soplo, un silencio, una agonía de los espacios que se alargan sin cesar Y ya sin tregua el tiempo nunca se detiene y se acrecienta con poderes de expansion
¿El tiempo es algo percibido o es tan. sólo otra ilusión?
En el principio era el hombre sin nombre ni apellido ni conciencia.. ¿Y ahora? Ahora si hay nombres y apellidos nada más!
Qué es esta verdad que tanto me estremece esta verdad que al cielo se parece y quiere enfrentarme conmigo mismo tal vez para sacarme de un abismo o hundirme al fin, en él completamente.
Qué es esta verdad que juega con la mente esta verdad que todo lo desmiente. Mis creencias destruye melindrosa dejando en su lugar tan poca cosa
Litigo con la duda a cada rato en esta locura de arrebato sin saber cuál es la verdadera esencia de las cosas, la sincera vocación por aprender se estrella con cien mil divagaciones y tantas, pero tantas opiniones tan distintas como brisa y huracán.
El tormento de los vicios que incineran poco a poco a los restos de una vida que se apaga lentamente.
Displicente es saberse convertido en esclavo de adicciones entre mil contradicciones y un sinfín de excusas vanas.
Y las llanas mocedades de unos tiempos ya perdidos nos recuerdan las verdades de un futuro de ostracismos y de mil banalidades.
Cuánto vale ese respiro cuánto más la bocanada de humaredas clandestinas y de falsas alegrías de placeres infelices y de vagos malestares.
Prepotente es el pulmón que resiste y que se entrega en su mansa vocación de apilarse de alquitranes disfrazado de cartón.
Y el corazón este músculo cardíaco, no el cantado por poetas, no el de flechas de cupido, no! no es ese el corazón que se encierra en sus ahortas…
Cuando pueda deshacerme de grilletes y cadenas tal vez entonces pueda respirar el sano oxígeno sin el humo acompañante cuál gigante desleal inhumano y placentero
En las piedras, los eones descifrados por las lluvias que erosionan los recuerdos de una esfera contingente, se desnudan simplemente ante la consumación de los tiempos infinitos.
Y resurgen nuevos mitos.
En mi cuarto yo contemplo estos aires que me inhalan y me absorben, cotidianos, en un sueño contundente del embrujo que resulta ser de apnea de una vida consumida por los orbes ilusorios de la premeditación.
Abrir los ojos al mundo sin saber nada de cuánticos eventos es ceguera permanente. Y la gente corre y corre sin cesar sin saber a dónde va.
Son las flores, su quietud las que velan el ensueño del poeta.
Frailejones merideños las orquídeas amazónicas las cayenas siempre ubícuas se parecen a galáxias pequeñitas con sus astros y planetas nanométricos que despliegan sus aromas siderales (estallido de perfumes voluptuosos)
Y a lo lejos, la oceanía con sus más de diez mil profundidades con su aliento salitroso de sodios, y fósforos, iodos y potasios embebidos por acuosos magnetismos bajo senda tensión superficial.
Y en el cielo, tras las nubes se revela la inmanente oscuridad la prisión de las estrella y faroles que no escapan, con su luz, de la tiniebla, de sus grilletes y cadenas.
Somos nada somos polvo diminutas partículas de polvo endiosados por vulgar egocentrismo engañados por imberbe fanatismo siempre en lucha por nuestra libertad
Y buscamos la verdad entre tanta majestuosa inmensidad sin hallarla nunca nunca No hay verdades absolutas ni absoluta libertad.