Poemas de amor :  SEGUIRE AMANDOTE... SIEMPRE.
Seguiré amándote……

Con el Sol tibio de cada amanecer,

Con la luz de cada estrella al anochecer,

Te diré “TE AMO” con cada gota de lluvia al caer.



Seguiré amándote……

En el silencio de mi corazón,

Con el desacuerdo de mi razón,

…será solo mi gran amor por ti, mi perseverancia y mi tesón.



Seguiré amándote…..

Porque haces de mi vida, la parte más feliz,

Porque mi boca fue, de tus besos aprendiz,

Y tiene de ti, mi alma sembrada, una honda raíz.



Seguiré amándote…..

En tu mutismo….

En tu mirada….

Y en tus palabras, que ayer pronunciaron…… ¡te quiero!




Seguiré amándote.... siempre!!




Claudia Alhelí Castillo
26-02-14
Poeta

Poemas de reflexíon :  Sólo Por Hoy
Hoy no me hables de miserias,
ni enfermedades ni maldad ni muerte,
que hoy, mi decepción está optimista.

Háblame de perfección, de paz,
de amor perenne y todas esas cosas
que nos “pintan” de pequeños.

Hoy no me interesa debatir el porqué
del triste fracaso de lo primordial,
ni quienes tienen la culpa, ya que lo sé,
ni quienes van a enmendar tal hecho,
porque sé que es otra mentira más.

Háblame de un paraíso alternativo.
No del de estratagema religiosa,
sino de éste, pero imparcial. Éste,
con inmunidad infantil genuina,
donde se restituya a la inocencia
el paraíso natural que le viciamos.

Háblame sutil como me hablas
para que desista, cada vez que invoco,
(a riesgo de morir de ilusa estupidez)
los cándidos poderes que me harían
cambiar el mundo de un abrazo.

Y si quieres hablar de realidades,
dime por ejemplo: por qué relucen
tus ojos cuando me ves aparecer,
y qué piensas cuando te aferras a mí,
mimosa y en silencio como ahora.

Pero hoy no me hables de miserias
ni enfermedades ni maldad ni muerte,
que hoy, mi decepción está optimista.
Poeta

Poemas románticos :  Melancolísimo
Hoy, definitivamente vuelto al terruño,
oigo la familiar sinfonía de su noche:
Entre los diversos tonos monocordes
de recónditas gargantas, se destacan
los de ranas, grillos, un gallo precoz
y un súbito hilván de ladridos recelosos.

Me siento tentado de hundir mis manos
en el estanque sombrío de ésta noche,
ornamentado por las auríferas pepitas
que emergen desde su lecho primitivo,
y, teñidos mis dedos de su luz traviesa,
iluminarme el camino hasta tu casa.

Pero caigo en la cuenta del presente:
Melancólico, admito con tristeza,
que la noche no canta sino llora
y su charco de ilusión está muy alto,
muy encastrado su oro, y tú, no sé...
Dicen que hoy, tu casa es el prostíbulo.

No obstante, tengo ganas de rasgarme
dedos y uñas en lo áureo, e ir a verte
como a todo lo añorado, extinto o casi,
y allí, sin tocarnos, evocar aquel desflore
triste tuyo y el perturbado estreno mío.
Verte…, así me cueste un firmamento.
Poeta

Poemas de humor :  Arcaica Teoría Sobre El Tamaño De La Luna
Según arcaica teoría en su escritura,
la luna, en realidad era más grande;
pero un amante la fue desmenuzando
a pellizcos, motivo de sus cráteres,
y armando ramos de luz para su amor.
Ingrato amor que lo dejara adversa tarde
por un nativo adorador del astro Rey,
y allí quedó su ramillete fulgurante;
diseminado en el espacio, pero bello.
“Firmamento”, le llamamos ignorantes
de su origen fidedigno a tal salpique.
Y reconoce la luna, aunque menguante;
a punto ella de extinguirse desgranada,
que mitigada por amor quedó admirable.

Poeta

Poemas de amor :  Como El Mar (3º de romancero)
Cual advierte el mar a la osada barca que lo hiere,
te advertí yo, sobre perfidias: ‘No juegues conmigo’.
Pese a ello, con mis nervios a flor de piel, como el mar,
te escuché decir que ya no me querías, y como el mar,
arrastré tu desdén a las profundidades de mi abismo.

Sé que tu egolatría, disfrazada de sumisa pescadora,
despechada, me hiere con ahínco cuando puede,
y yo, afligido cual piadoso, la alimento como el mar:
simulo que me diezmas el presente, y como el mar,
preservo astuto, mi romántico cardume de tus redes.

Pero a veces, a veces, esparciendo melancólico
mis lágrimas por el sendero, llego hasta tu boca
y perfumo tus labios con mi aliento, como el mar.
Robo, de sombra, tu silueta ansiada y como el mar,
la destino al intrínseco hermetismo de mis ostras.

Podría pedirte que vuelvas a surcar mis latitudes,
que recales en cada bahía de mi alma atormentada,
pero a más de benévolo, soy orgulloso, como el mar;
e iracundo, si reincides, podría recluirte, como el mar,
náufraga perenne en mi peñasco de sirenas olvidadas.

Y a ti te quiero bajo mi pecho, como un día toda la tierra.

Poeta

Poemas de amor :  Los Dos Prisioneros (1 de romancero)
Custodiado de luna cual celosa guardiana,
detrás del enrejado sombrío de los álamos,
dormita el mal camino su sueño presidiario.
Cincel tenaz de viento, cauteloso socava,
su esencia polvorienta pugnando liberarla,
pero el camino rumia, vencido, su calvario.

Como las tantas noches vacías de mi vida,
por él transita mustio mi corazón insomne;
también acongojado padece esos barrotes.
Y al no ver en regreso tu presencia querida,
maldigo de ti, amada, tu quebrantada cita
y cual recluso, tacho mi beso de tu nombre.

¿Qué cerrojo sujeta nuestro libre albedrío?
Los dos estamos presos, camino compañero:
Ni el día te libera ni yo en su luz la espero.
¡Injusta es la condena! ¿Desorden emotivo?
¿Acaso nos acusan de amar lo inmerecido?
De ser esa la causa, ¡el mundo estaría preso!

Eres “malo”, camino, por tu empeño sinuoso.
Yo soy “malo”, camino, por huérfano bizarro:
Ni culpa tienes tú, por inclementes creado,
ni culpable soy yo, sobra de un dúo gozoso.
No lloremos, camino, o te herirían barroso.
Si lloramos, camino, desharíanme blando.

¡Mas te juro mi amigo que talaré los álamos,
someteré a la luna y al sol dejaré ciego!
¿Acaso lo sombrío no se supone nuestro?...
Y fraguada esa noche de cómplice prestigio,
cubriéndonos el rastro como a dos fugitivos,
me llevarás, camino, sin barreras ni anhelos.

Poeta

Poemas de amor :  Como no Amarte
Como? No amarte, como?
No perderme en tu esencia,
en el abrazo tibio de tus caricias
como? No perderme
en ese brillo, en esa luz,
que solo emana tu mirada

Mi corazon palpita muy fuerte
escucho el susurro de tu voz
endulzando mis oidos
con tus suaves melodias
encantandas.

Cada amanecer, es precisamente
despertar en el paraiso,
embriagada de tus besos,
llenos de miel,
empapada de tu amor

Todo mi ser, se enamora
la luna, las estrellas, el sol,
el viento, dansan...
Porque , Vos y Yo...
Estamos juntos,

Porque este, nuestro
amor se fortalece,
se levanta y no hay
oscuridad, nada lo
puede opacar

Este inmenso amor
surgio de la nada
nos acompana y
Hoy lo es todo..!

Como no amarte asi ???
cuando sos y fuiste todo
Para Mi.

Autor: Pato
Poeta

Poemas de desamor :  Esta Noche
Esta noche con ojo de buey lunar,
al que el viento le corre nubloso cortinaje, yo,
marino noctívago, me quedo sin la iridiscente lumbrera
que, aun fútil consuelo, me inspire los primeros
depresivos versos a tu desamor.

¿Habrá juzgado el viento que tu indiferencia sideral
y mi numen de melancólico albur, son incompatibles?
¿Vio lo tuyo un firme desdén y lo mío un desperdicio lírico?
Seguramente... ¡Pero qué lástima que la noche sea tuerta!


Poeta

Prosas poéticas :  El Mago Del Amor (manual lunfardo del conquistador
Manual Lunfardo del conquistador nocturno.



Mago del Amor, yo, como otros tantos noctámbulos, lo conocí. Lo vi manejarse en la noche entre gruñentes rivales y suspicaces ‘amigastros’ de gesta y ocasión. Vi su magistral acto. Lo interpreté, lo admiré y sanamente lo envidié; tanto, que en una ocasión tuve la honestidad de expresárselo, y él, palmeándome el hombro, me retribuyó: “Bien, bien *pibe”, y señalándome una “diosa”, (velada integrante de su ingénito harem, seguramente) me alentó: “Dale, que está con vos”.

Ilusionista porteño, pródiga noche y la efímera esencia de la fémina ideal, le adeudo todavía. Recuerdo su característico emblema luciendo un rojo corazón lacerado; no por una flecha, sino por una caricia en flor. De su personalidad recuerdo, enigmática o franca, brillar su sonrisa bajo sus ojos de sugestivo albur. Mágico toque verdugo de desaires, el de sus ojos. Sus palabras, eran dardos dulces al centro mismo del interés, ¡todas morían por él! Y él, hasta permitía que la voracidad de la ralea perdularia, se cebara en las agonizantes.

Él, hizo de ‘princesas y reinas’, sumisas plebeyas, cual hizo de ingenuas y rameras: ‘reinas’. ¡Pobres!, de aquellas vanidosas y engreídas de alta sociedad o villorrio; porque en sustento a su propósito dominante, hasta allí descendía su magia universal y justa (como por gusto y fiel condición arrabalera, humilde bajaba de la cúpula al barro; de *“La Recoleta” al bodegón). A esas hembras presuntuosas, digo, que a tantos pretendientes subestiman, era triste pero reparador, para los ofendidos, verlas de rodillas al final. Porque así las dejaba: implorantes, llorosas, sumisas, suyas. En cambio, las modestas y buenas que soñaban con un Príncipe, recordarían por siempre agradecidas, el haber tenido por amante al mismísimo Rey del fantástico embeleso; quien, si complacido, les dejaba a su vez, una íntima paloma pasional y sabia, que ya retornaría a su mano por ser éste otro de sus trucos. “Amar sin perder una pluma”, fue su lema, desde adiestrado en utopías de astuto palomero.

Mago porteño...yo lo conocí. Hace un tiempo, lo reencontré: levemente encorvado su porte, solitario en su épica vejez, y él, que me *registró, serenamente alzó su copa en señal de saludo y aceptación. Honrado de nuevo por tal gesto, recalé en su mesa inexpugnable. Así, mentor el sibilino de sí mismo, y atento y deslumbrado yo, por la luz aún letal de su aura, respetuosamente escuché el innato criterio de su filosofía bohemia. Él, me instruyó secreto por secreto, y yo, truco por truco asimilé su pericia cabalista; que si bien, añeja, es perfectamente aplicable por la mera razón de ya inusual e insólita, a la actual movida nocturna y hasta cotidiana. Artificios que aquí registro a fin de consultar, pues me advirtió mi ‘ayo’ que por la frágil retentiva mental humana, a la larga, su cualidades pueden confundirse y hasta olvidarse.

Repaso la fórmula de su alquimia seductora, cuyas facultades artificiosas, se aplican según el caso:
(1) “Prestancia, delicadeza, tacto.
(2) Simpatía, cortesía, humor.
(3) Perspicacia, malicia, audacia, seguridad.
(4) Arrogancia, sencillez, indiferencia, interés, perseverancia.
(5) Madurez, candidez, ternura, formalidad e informalidad.
(6) Erotismo, fantasía, impudor, dominio, rigor.
(7) Discreción”. Y “otras yerbas” que seguirían redundando en sinónimos de lo expuesto. Cualidad esencial: Misterio.

Pero ninguna de estas facultades, reitero, obrarían satisfactoriamente de no ser aplicadas en adecuada proporción y momento a la previamente muy escudriñada personalidad de la ‘presa’: gustos, *berretines, extravíos, etc. Tampoco si no fuesen regidas por un talento natural, y cabalmente aunadas a lo mínimo estético admisible de la fórmula: buen vestuario, coche, o en su defecto taxi y excusa mecánica del por qué *a pata; nunca evidenciarse un *pelandrún, pues es “gancho” y buen gusto el *formar con efectivo por una primera y única vez (ya que de no comprometerse su conquista a solventar gastos de próximas citas, será ésta única vez, “debut y despedida”). Mesa o barra; nunca en ronda con abatidos, desesperados ni *vareadores. Siempre bajo perfil y nunca inmutarse ante mejor figura contrincante. Luz y aplomo, y en el fracaso: Paciencia (a veces el sortilegio no surte efecto al primer pase, pero afecta para el revanchista abracadabra de otro acto). Buenos: whisky, champagne o vino, sabio menú, tabaco, y lo que la intrepidez seduzca y la virilidad enristre. Y sobre todo, no quebrantar jamás aquel ancestral y riguroso reglamento mágico: En el amor, el Mago no puede fallar; no puede enamorarse y perder, además de su primer y único idilio trunco como bautismo sortílego (aquí mi preceptor se señala su emblema del corazón lacerado por una caricia en flor). Y si es que alguna vez ama, debe actuar, triunfar y aún herido, partir. Tampoco debe originar descendencia cual conejos, que ‘la vida no es una galera de mago a proveer’ ni aunque el amor ajeno mimosamente lo requiera, u otros compromisos de carácter afectivo, que su natural albedrío luego decline sustentar.

En caso de ser: ignorado, desairado, resistido de momento por la altanería de alguna hechicera nocturna, (que por insólitas éstas, vislumbran la maña pero merecen todas que un Mago tenga para su indolencia, tan efectiva mixtura sugestiva bajo su capa como la de ellas en su pícaro perol) contra las repercusiones de tal frustración, sin sentirse humillado en consecuencia, debe aplicar el Mago ésta casi infalible estrategia: En absoluto incurrirá en insistencia, acoso ni *persecuta de ningún tipo, que *deschave su interés de modo manifiesto; debe en éste caso y como por arte de magia, desaparecer.

Y si acaso el *fato importa, como no es objetivo común con el cual resulten así nomás, los sondeos antedichos, hacer que alguna amiga fiel se preste a *campanear a la sordina, el mundano comportamiento de esa personalidad, y por medio de tal servicio intelectual, predecir si vale la pena el arresto de otro intento. Si es válido, tras un tiempo prudencial y utilizando el famoso factor sorpresa; ya que por más hábil que sea una mujer, por coherente, difícilmente imagine que un tipo tenga a disposición de su propósito amatorio, tanta artimaña en su cabeza, (halagadora para ella en definitiva) el Fascinador debe reaparecer tácticamente en actitud plenamente serena, ‘desinteresada’ y, lógicamente, en buena compañía femenina (‘evaporable’ ante su acción captora). Siempre altivo, siempre mítico, siempre ‘ganador’. Si esto no suscita el interés de la dama difícil, debe el Mago descartarla por inculta en devaneos. Olvidarla definitivamente y seguir rutilando, encantando; que astros hay pocos y estrellas muchas; tantas, que el gran Merlín estampó su umbrosa túnica con un sinnúmero de ellas.

En soledad, debe el Taumaturgo gozar de confortable ambiente: buena y variada literatura, incluso ‘fémina-chimentera’, pues ilustra y arma para ciertos casos, (lo esencial de este arte se aprende de las propias mujeres) optima selección de clásicos de cine, provisto bar, buena música, balcón a la luna, y todo lo cálido que requiera su espíritu. Y siempre, siempre a mano, uno de sus mágicos pañuelos por si surge, inoportuna, alguna lágrima de ilusa aspiración romántica formal que amenace con oxidar la coraza de su inexorable sino: El de augusto y dogmático nigromante conquistador de *minas imposibles. Así, me instruyó mi maestro.

De su fórmula, disfruto la pócima de sus ingredientes con nutrido resultado. Su equitativa emulsión, ya la revelaré a quien dignamente me suceda; pero no todavía ni a cualquiera, porque como dice el tango: "no me gusta avivar *giles que se me vuelvan en contra". Ese ‘trámite’ lo realizaré en un futuro aún lejano; pues, por estos días, soy un flamante, poderoso e infalible Mago del Amor.



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Glosario Lunfardo:

*Pibe: Chico, muchacho.
*La Recoleta. 'Cementerio con barrio residencial y gastronómico'.
*Registró: Reconoció, tuvo en cuenta.
*Berretines: Caprichos.
*A Pata: A pie.
*Pelandrún: Pobre, sin capital.
*Formar: Pagar.
*Vareadores: Bailarines sin otro fin, o por desairados.
*Persecuta: Persecución.
*Deschave: Descubra.
*Fato: Asunto.
*Campanear a la sordina: Observar disimuladamente.
*Minas: Mujeres.
*Giles: Tontos, incautos.
Poeta

Poemas :  De nuevo junto a ti
De nuevo junto a ti
(Fotografía de la Colección “Joyas de emoción” que se puede ver en: www.jpellicer.com)



Mirando al cielo encuentro la belleza
que la tierra – noches y días huérfanos de color- me roba;
sus silencios, los de aquellos cielos escondidos,
son los mismos que se ofrecen a perdidos y vencidos,
los que siempre están por llegar
los que sueña el enamorado en su afligida noche
-maldita condena- ni querer ni poder escapar.

Entre los árboles, como entre los días,
pierdo mis pasos que parecen no llevarme,
inventándose las preguntas unas tras otras
quedando amontonadas las respuestas
en las cunetas de ningún camino conocido
sin importar a nadie, como los restos desfigurados
de cualquier sin nombre,
como alma errante que perdió su sombra,
como la propia vida que por vivir murió de amor.

Es la razón esclava de una ilusión,
el hombre travestido de anacoreta
por un día, por un segundo,
aquél que se escapa confundido entre lamentos,
el que se sabe desposeído de su ayer
mirándose sin llegarse a entender.

Mirando al cielo, que sin ver sé que está,
gozo la paz que me hace sentir
la grandeza de poder mirar
y la importancia de saber decir ahora…
…aquí de nuevo me siento junto a ti.

©Jpellicer
Poeta