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Sobre la blanca estepa de papel mis ojos se hipnotizan, mi mente quema, galopan los corceles de la épica y brotan por el verbo cordilleras
ahí se convierte la palabra en loca victoria y fantasía, donde encuentran la muerte los fantasmas y la prosa su destino y agonía
Es lugar en el que el alma vuela, donde el ser se encuentra, se libera, en el habita la verdad, la inocencia, su única ley es la franqueza que cuentan los deseos y apetencias
es el campo del honor en el cual el odio y el amor se reconcilian, mientras la venganza nuca pierde su vigencia, donde el dinero solo es una sustantivo, sin valor para la oferta,
la tinta con la rima, se gruñen, se pelean se aman y engendran las palabras, la mano es la noria de la mente, que busca encontrar la poesía
CREADO 20/03/2012
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Poeta
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Nuestros ojos, nuestras manos, nuestro cuerpo todo nos cuenta, el paso del tiempo
El tiempo nos cuenta el pasado nuestro, no es por crueldad que el ha pasado, es solo por tiempo
Es solo un instante, tan largo , tan corto que no pude verlo porque estaba ocupado gastando mi cuerpo
Hoy me doy cuenta, que el tiempo no pasa, lo que pasa es la vida con momentos de llanto, con momentos de dicha.
Y si el tiempo es dinero, El dinero no es tiempo Y si vivir son momentos, Vivamos ahora Y en el ahora seamos eternos
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Poeta
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Tomé el violín, toqué una nota que se quebró tras tan solo rozar el silencio y entonces recordé que nada puedo hacer para apagarlo, el destino tejió un muro de silencio alrededor de mí y la caja de humo que yo he puesto no parece ayudarme a salir, de vez en cuando los muros se me echan encima pero aún el silencio es quién más asfixia, aún es el silencio el que hala el gatillo de mi autodestrucción, me esfuerzo por huir, creo mundos enteros para escapar pero al final fallo, siempre lo hago.
Antes lograba escapar de mi propia mente, pero ahora no hay distracción suficiente, hoy en día vivo de dos cosas, pensar y escribir, escribo sobre lo que pienso y pienso sobre lo que escribo, pero, al final del día miro de nuevo al cielo y maldigo pues el abrazo de la soledad es siempre el más frío, últimamente mi vida se vive entre días en los que nadie llama al teléfono y entre los otros, entre los tristes, grises y opacos en que ni siquiera oigo la voz de mis poesías.
Tan solo me sostiene mi cama, entre jornada y jornada carga con mi cuerpo muerto y me provee una almohada, intento hablar con ella pero no responde, siempre me dijeron que en ella está tu consciencia pero la mía se esconde, y aun trato de preocuparme por los demás, pero no puedo, claro que no puedo, ¿Cómo sería capaz de preocuparme por alguien más cuando mi inspiración no vuelve jamás y mi respiración tiende a descansar?
Nada ya me roba el aliento, no encuentro como asesinar al tiempo y el termina tomando mi vida tras cada hora perdida de mirar el techo de mi habitación, pero no tengo energía para realizar ninguna otra acción, el diablo ríe a los pies de mi cama, sombra maldita que se mofa de mi situación en espiritualidad y compañía precaria, me invita a volar para que de nuevo caiga en picada, pero mis alas no tengo, desaparecieron ya, se fueron sin mí aun lugar que de pequeño fue valioso para mí.
Y mientras el sol se esconde y toda luz en mi habitación se extingue, tan solo procuro que quede una vela, con la misión imposible de calentarme con su llama, con el objetivo inalcanzable de que su luz ilumine mi camino, con la cualidad intocable de mantenerme cuerdo y lejos del olvido.
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Poeta
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EL GUARDIÁN DE LOS LIBROS ___Jorge Luis Borges (Argentina)
Ahí están los jardines, los templos y la justificación de los templos, La recta música y las rectas palabras, Los sesenta y cuatro hexagramas, Los ritos que son la única sabiduría Que otorga el Firmamento a los hombres, El decoro de aquel emperador Cuya serenidad fue reflejada por el mundo, su espejo, De suerte que los campos daban sus frutos Y los torrentes respetaban sus márgenes, El unicornio herido que regresa para marcar el fin, Las secretas leyes eternas, El concierto del orbe; Esas cosas o su memoria están en los libros Que custodio en la torre.
Los tártaros vinieron del Norte En crinados potros pequeños; Aniquilaron los ejércitos Que el Hijo del Cielo mandó para castigar su impiedad, Erigieron pirámides de fuego y cortaron gargantas, Mataron al perverso y al justo, Mataron al esclavo encadenado que vigila la puerta, Usaron y olvidaron a las mujeres Y siguieron al Sur, Inocentes como animales de presa, Crueles como cuchillos. En el alba dudosa El padre de mi padre salvó los libros. Aquí están en la torre donde yazgo, Recordando los días que fueron de otros, Los ajenos y antiguos.
En mis ojos no hay días. Los anaqueles Están muy altos y no los alcanzan mis años. Leguas de polvo y sueño cercan la torre. ¿A qué engañarme? La verdad es que nunca he sabido leer, Pero me consuelo pensando Que lo imaginado y lo pasado ya son lo mismo Para un hombre que ha sido Y que contempla lo que fue la ciudad Y ahora vuelve a ser el desierto. ¿Qué me impide soñar que alguna vez Descifré la sabiduría Y dibujé con aplicada mano los símbolos? Mi nombre es Hsiang. Soy el que custodia los libros, Que acaso son los últimos, Porque nada sabemos del Imperio Y del Hijo del Cielo. Ahí están en los altos anaqueles, Cercanos y lejanos a un tiempo, Secretos y visibles como los astros. Ahí están los jardines, los templos.
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Poeta
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VÉRTICE OMISO
Por el amarillo que pretende. ¡Asoleado!. Ser luna bajo el frescor del lago. En la sonrisa de la fruta. Prohibido el precio prueba cada mañana. ¡Qué toma un café del ciprés veloz!. En las ramas donde los automóviles crecen. Del permanente relampaguear contando. Cada oculto día por avasallar un ruiseñor. En la memoria imposible del añejo perenne. En la flor del horizonte que llueve sangre tierna. Del cruzar latitudes qué derriten. ¡Vértices profundos!. ¡Omiso!. Al interior del mar moluscos. Por las faldas del paisaje hecho trizas de cenizas. ¡Ascendentes ademanes además!. Quitando la poca realidad de los letreros. Amarrando las paredes del pálido vivir. Del cajón forrado de martillos. De la profundidad sobrante. En los pájaros de brisa, cada noche falsa. ¡Dónde cuelgan los lagos la blancura!. Del fiero elucubrar estimulante, mil mentiras. Por las calles en la intimidad de la sombra.
¡Vértice!. Del mismo líder del pantano, del futuro sepultado. ¡Está encendiendo las violetas del invierno! Cuidadoso habitante de cualquiera que se olvida. Del asfalto gris de las hormigas hechas nudos. En las tiendas de pichones y tuberías. En los elefantes musicales de las enredaderas. Del sendero al frente del saqueo, alma y cuerpo del desamparo. ¡Qué dispersa las palomas de la tela, de las plumas y del vuelo!. Con las pautas del informe, curso, esperando ser creído, infame. Con todo lo de la higiénica lombriz. débil en cada una de las venas. Del virtual inconveniente gran gana, que imposible borra el suelo. ¡Flagelo!. Vértice omiso, del hueso al seso, espeso saluda. Al aire menos móvil bajo la sombra. Del itinerario cada mañana. ¡Sonríe al hielo hieles solo!. ¡Vértice!. Con la esencia de lo impune. Y todo el natural rumiar. ¡Omiso siempre intenso!. Entre flores serpentea marchito cada sueño. Cada hogar dónde ninguna tarde reposa. ¡Ni aun restaurada plantando lunas!. Es la impiedad andando bordada en cada nube gris. Con la calidad de hormiga, y la esencia de traición al suelo mismo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Experimento minha comida antes de ser servida. Enquanto a poesia ferve, procuro descobrir para o que ela serve.
No meio das artes, a poesia é a verve. No seio da vida a poesia é tudo: Arma e escudo.
A poesia é o amor e a dor; É o sofrimento e a alegria; A conservação e a ousadia; O respeito e a agressão.
A poesia é a união de tudo que há na vida. Aliás, ela é a própria vida servindo como inspiração.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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SUEÑOS DE MARIONETAS
Son Porqué
En los ojos grises de luna lleven soles Por el canto Dónde duermen los hilos de madera Hilos del soñar, piedras y algodón ¡Del humo hecho murmullo! Sueños, sueños, por el bambú qué llueve Su primer blusa de nieve cálida tejida ¡Palpitando la retina artificial! En la gruta del café... ¡De los pingüinos!.
Son Porqué
¡Sobrantes unos tótems gimen! En la tinta sentenciada a ser araña. Al dormir de la ceniza una serpiente. Cuando habla del pescado por el techo. Del fascinante amor enmascarado... ¡Sueños de marionetas!... Desnudos. Pendientes de la espuma de los pisos. En la píldora del buzo comiendo sopa. Y se despluma de la jaula los barrotes.
Son Porqué
Son creyentes momias de consciencia. Empapelada al bolsillo de las pestañas. Del vientre bajo el zapato pierna ágil. Siendo verdes los ojos al cruzar un clavo. En los precios instantáneos del silencio. Como las espinas del unicornio dulce. Los milagros del polvo un congregar mortuorio. ¡Qué la escritura de la carne tritura encadenada! Sueños de marioneta son de marioneta sueños.
Son Porqué
Nada saben de la mínima razón de la pradera. Ni de los mil ojos de agujas en un camello. Dónde la paja viste un millón de vigas hoy. Dónde hay pianos recalcitrantes y crispados. En la estrella congelada del vampiro piadoso. Marionetas qué sueñan marionetas dormidas. Al cuidado de los mendigos de leucémico peluche. En la máquina hemofílica de gato, artificial ceniza. Dejando al sol encuadernado con guantes en las sienes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Ah meu Pai... Estou vendo as pessoas se desentendendo e dizendo que é em Vosso Nome...
Estou vendo pessoas enriquecendo e esquecendo que sois indiferente à riqueza.
O Senhor viveu na pobreza. O Senhor repartia o pão. O Senhor é Amor e Perdão...
O Senhor não quer guerra. O Senhor quer, a paz na Terra. Para o Senhor, todos somos irmãos...
Senhor, dai um jeito nesta situação!
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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DESATINO AQUI
Del Disonar. Y del discordar.. Aquí el desatino crece...
Por ser, austero enigma en cada lucero las orejas. Del frío que avanza en fila hacia el futuro. Diligente el epílogo feroz, partida indiferente. Y una verde flama entristece rápido al crecer. Con el terciopelo del ambiente sugestión violeta. En el brillo al desdoblar de las campanas. ¡Aquí!.
Desatino. Del frontispicio impostor vendido jolgorio entintas. En la carreta hecha, que las nubes interpretan. Las innúmeras referencias del personaje autor. ¡Quimeras del glacial vago aliento ardiente!. En la matanza audaz que del canto cambio escucha. Un anochecer llorando panderetas y caninos. desatinos.
¡Aquí, aquí, en el desatino del destino amonedado!. Hay un lamento inquieto y una creación limítrofe. Con la palidez turbada en años de sangrante acorde. De las flores secas, graciosas fugas de noches cúpulas. En la intimidad postrera del agorero vestir panteones. ¡Con los brazos hechos del asombro escombro en carnes!. Todo es versión, criterio en contracción, extinta consciencia.
¡Desatino con su destino a cuestas, será, veremos, dicen!. ¡Qué no aquí!. Los ojos en el bolsillo, un espacio débil. En la menor gracia irrefrenable de las nebulosas comerciantes. Dejan el dibujo innovador del mismo hueco frágil inundado aquí. Al ser santificadas, calaveras letras de las cenizas empapeladas. Donde surgen primigenios los ventanales, de vueltas fabricadas. ¡Con el ladrido en cada verso falaz, fandango y barrizal metálico!.
¡Aquí, aquí, también el desatino ha llegado!. Con el destino del cabello infinidad pintando exánime precio y rezo. Entre los cálidos escombros de una gota, un océano desteje seco. Cualquier licor, tembloroso de culpa añeja y alada irreverencia. Con las agujas de la certeza en la voz del caos insigne extravagancia. Del desatino ignorado letargo atril admirable libación del polvo gris. La bodega se ha hecho enredadera y los versos soñolientos mueren.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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