No sé, si empieza en el furtivo roce de tus suspiros y mis ganas de ti… o en el explosivo choque de tu mirada que desnuda y mis manos ansiosas por hacerlo… No sé si avanza con esta sed loca de tus besos, tu piel y ternura… de esa obsesión tuya de sentirme más dentro de ti… no lo sé…
Solo sé que voy a romper con el recato y cualquier asomo de censura, porque voy a revolcar tu piel toda en mis labios y en mi delirante tacto, para que revienten y se apaguen sin más en mi boca, todos tus gemidos, todos… que se aquieten en mi pecho, mi galopante locura y tu sensualidad…
Solo sé de la cascada de magia y encanto que en cada nuevo amanecer se vuelca abriéndose grácil entre tus pestañas para irrumpir luminoso en tus cafés pupilas… solo sé de tu dulzura y este embeleso que tantas veces lo reinventamos y que se acrecienta en estas yemas que no cesan de intentar esculpirte…
Solo sé que el manto exquisito de tu ternura que redime y sosiega mi espíritu, es también el inicio de más fuego y pasión que nos junta más, que nos llena más…
Un saludo cordial, apurado, no basta para los amantes Y tenemos que apagar miradas incendiarias a los ojos de la gente, Enmudece la voz, pero los sensuales meneos, hablan Y dicen ardientes, lo que las palabras callan…
Una mirada, un brindis… ¡todas la noches no bastan!… Para llenarnos el alma de un amor que nos late en la venas Cimero, preciso; es el altar que ignoramos… Y ahora entre el amor y el dolor, lo lamentamos.
Por dentro, la sangre agitada nos quema dos veces Y amamos primero desde la tierra al cielo Envueltos en la piel del amor que hacemos nuestro, Y nos olvidamos del mundo y sus ásperos aquelarres…
Luego… la paz que sugiere el olvido, y no de este amor, Más bien del que ansioso nos espera en casa, Que asoma su cuerpo a la puerta por ver si llegamos, La que alborozada corre al encuentro, sin preguntar nada.
Es allí cuando más quema la sangre Porque sabemos que ella sospecha, aun así nos recibe amante Y le entregamos palabras vacías carentes de sueños, Mientras otro que ya la saluda y espía, apático, cierra su ventana.
LA UNION LIBRE ___Andre Bretón ( Francia ) 1896-1966. Esta es versión de: Armando Rojas.
LA UNIÓN LIBRE
Mi mujer cabellera de lumbre de leño Pensamientos de relámpagos de calor Talle de reloj de arena Mi mujer talle de nutria bajo los dientes del tigre Mi mujer boca de escarapela y de ramillete de estrellas de última magnitud Dientes de huellas de ratón blanco sobre la tierra blanca Lengua de ámbar y de vidrio frotados Mi mujer lengua de hostia apuñalada Lengua de muñeca que abre y cierra los ojos Lengua de piedra increíble Mi mujer pestañas de palotes de escritura de niño Cejas de borde de nido de golondrina Mi mujer sienes de pizarra de invernadero Y de vapor en los cristales Mi mujer hombros de champaña Y de fontana con testas de delfines bajo el hielo Mi mujer muñecas de fósforos Mi mujer deds de azar y de as de corazón Dedos de heno segado Mi mujer axilas de marta y de fasces De noche de San Juan De alheña y de nido de escalares Brazos de espuma de mar y de esclusa Y de alianza de trigo y de molino Mi mujer piernas de fuegos artificiales De movimientos de relojería y de desesperación Mi mujer pantorrilas de médula de saúco Mi mujer pies de iniciales Pies de manojos de llaves pies de calafates en trance de beber Mi mujer cuello perlado de cereales Mi mujer pechos de Val d'or De citas en el lecho mismo del torrente Senos nocturnos Mi mujer senos de collado Mi mujer senos de crisol de rubíes Senos de espectro de la rosa bajo el rocío Mi mujer vientre de despliegue de abanico de los días Vientre de garra gigantesca Mi mujer dorso de pájaro que huye vertical Dorso de azogue Dorso de luz Nuca de canto rodado y de tiza mojada Y de precipitación de un vaso donde se acaba de beber Mi mujer caderas de navecilla Caderas de lámpara y de plumas de flecha Y de tallos de plumas de blanco pavorreal De balanza insensible Mi mujer nalgas de greda y de amianto Mi mujer nalgas de dorso de cisne Mi mujer nalgas de primavera Sexo de gladiolo Mi mujer sexo de yacimiento y de ornitorrinco Mi mujer sexo de alga y de bombones antiguos Mi mujer sexo de espejo Mi mujer ojos llenos de lágrimas Ojos de panoplia violeta y de agua imantada Mi mujer ojos de sabana Mi mujer ojos de agua para beber en prisión Mi mujer ojos de leño siempre bajo el hacha Ojos de nivel de agua de nivel de aire de tierra y de fuego
Recorrí su piel náufraga de madurez, y ahondé árido en sus poros, de celula viva, de madreselva, de inquietos dedos perversos olvidé mis pasos, calciné mis pupilas ante la lluvia celosa de sus besos de tequila.
Me evapora, de mares rojos y sed. Me encuentra, de fragancias de libro y tabaco seco Me detiene, orbes de maternidad creciente Me sublima, eterna llamarada de cielo y tierra.
Ella se escondía, entre el grito sofocado de mi orgasmo y espejo de cuerpo entero a las 6 de la tarde. Acumulaba las marcas de sus uñas en mi espalda, dejando inciertos los corazones desiertos. Entre cada línea se nombraba sin estar, ella decía su historia en los suspiros
Todo se cristalizaba, entre piernas de dulces regresos, mis labios construían imperios bajo el régimen estricto de sus caderas firmes. Todo lo que hoy conocí de ella, ella misma lo ha destruido, dejando atrás sus constantes fantasmas plagiados.
...desnudos estornudos de una mente viajera. Siempre enmudecía al verme las manos, salpicada de su existencia lívida.
Ella tiene en sus labios el sabor de mis besos, y yo sigo regando de su aroma a café, Tiene la piel encendida y el alma partida… Esperando caricias… que ya no daré.
Ella guarda un tesoro escondido… Un ramo de flores, metido en su pecho Son palabras amantes que a su oído dijera… Y ya no diré.
Semana a semana lava una prenda que luce orgullosa Esa que eróticamente lucía su cuerpo de Venus Mi camisa a rayas y cuadros azules, Que también ella usaba…y que ya no usaré.
Ella tiene mi corazón en sus manos Acariciándolo con su voz tierna y sus besos secretos Cantándole versos como una oración… Los que ya no oiré.
Ella se lleva los cotos de mis primaveras Dejándome echado en la espalda el otoño Un camino de martirios y lirios cuando llegue el invierno Por el cual, ya no volveré.
Pero no puede llevarse mis lágrimas ni su recuerdo Son cosas guardadas con celo en mi alma, Porque soy seguro que tarde o temprano Por ella, lloraré.