|
Por un momento
Se sintió con ánimo de no contestar con cordialidad extrema, lo hizo por defenderse arqueando la espalda para parecer más fuerte entre la gente arremolinándose en las esquinas de los pasillos por el patio lateral, en contacto con la otra realidad en su camisa de cuadros, como esos ojos del corazón que no ve el hambre de las mesas, el miedo de las cucharas en la angustia de los tenedores, y el parpadeo de los cuerpos mordidos por el espejo, contrayendo el aliento acelerado... Ven... ¡Vamos!.
Te invito a caminar por el olvido después de cerrar la puerta al sueño al filo de la memoria por el ancho cauce de las selvas, y sigue absorto al canto en su capa de herrumbre y pereza, descendiendo por la sesión de palabras vagas, en la crisis de las ausencias, que vuelven inesperadamente calmadas al conversar entre los extraños dentro de una esfera rara.
Llevaba en la mano el eco agrio del que intuye el propio goce, extraviado, arisco, que con guiños aviesos rinde todo a su afán, y tuvo razón al no decírmelo, y después de haber callado al extremo de escribir con humo azul al cielo gris, y de saltar al vacío, donde el fuego se había extinguido temblando.
Ya era ceniza y...
El cementerio se abrió bostezando la puerta más temprano que de costumbre, como nunca antes, en rígida actitud marcial decepcionado con un leve resplandor que sus amarras sacude, y rechina y se queja, del porqué, del cómo y cuándo, es austera la inteligencia, negligente la voluntad y su atención exasperante.
¡Es que no te cansas de morir!___Parecía decir, sintiéndose humillado hasta el último límite. Y todo por la razón de la sinrazón que vas penetrando en la íntima desazón como el barco que flota como un cetáceo muerto en la insomne conciencia del suplicio acallado, doliéndose en la alegría con el acorde suave de la pena. ¡Ni siquiera puedes disimular que ya no vives igual que siempre!.
No, amigo, no es cuento. Te digo que nunca lo ha sido. Ni mucho menos un truco. De esta suerte, al morir, desesperado te das cuenta que sigues viviendo, donde la ambición eterna hurta las horas en la sabrosa mentira del engaño, y tu yugo es el tiempo al que has quedado encadenado, reduciendo el círculo de los ojos que no ven el dolor de la calle y la pena del viento... ¿Qué sucede?. ¿Qué no hay renovación?. Día tras día subsiste el problema, año tras año, pero cuando eso llega, desaparece la confusión, y se encuentra un sentido distinto.
Y no es cuento, no... Son los miles de ausentes. Los que han estado esperándonos desde hace décadas, donde hay un fin discontinuo que comulga con algo desconocido, por el deseo que trasciende la expresión verbal, que separa del mundo su llama vigilante y viva.
¡Bien lo dice la leyenda secreta, extraordinariamente desconocida!.
Nadie tiene derecho a torturar a los muertos, pues sus hijos vendrán a pedir cuentas de alguna forma, y como las olas siembran el dulce, al mar en las horas ardientes, que agitaban aquel rostro por el viento con las señales de la vida arrastrado mortalmente. Y como los sutiles filtros invaden un dulce sueño, la realidad aguarda temblando en el pozo desnudo, sin otra protección que las espumas de las llanuras.
Yo no sé si era valiente, o quería serlo desde entonces, como si el cuerpo fuera una madeja en los límites del cardúmen conformando un émbolo devorable contra los merodeadores del instinto con arrugas, buscando hacer ganancias con la insistencia auxiliar de la incultura, sepulcro vivo de los mínimos esfuerzos, del ser genuino humano. De hecho, la obsesión es legendaria, y el ingenio de algunos de éstos métodos y dispositivos, aunque parezcan anticuados, es asombroso.
Caminaba reflexionando en la nada, como el núcleo de importancia prima, y donde todo sucede con el tiempo. Con la negra aurora, y en la amarga condición de esclavo. Algo que en los versos vibra como verdes hojas, de un proscrito infeliz, soñando el tesoro desterrado, con la mano indiferente del destino, del esfuerzo incesante que se encierra en sí mismo. ¡Concentrado!... Pensó en el cero, como amuleto de los hechos físicos, y matemáticos. ¡El opuesto exacto de la nada, intentando capturar sus efímeras imágenes, y sus impresiones subjetivas!.
Por un momento. ¡Sí por un momento solo!. Uno solo. En la atmósfera introspectiva, y con la suficiente resistencia, pueden soportarse los más rigurosos inviernos ovoides, cónicos, entre las formaciones de nubes de polillas, devorando especies exóticas de anhelos olvidados entre los dramas celestiales, y la pureza abstracta despiadadamente falsificada. ¡Sí, donde no se necesita comprar nada para participar!. Donde el corazón, una mañana se empapa por el vuelo de la esperanza de un simple mortal que leyó su astral congoja.
Pensaba y pensaba... ¡Al menos así lo creía!. Durante la existencia, hay algo activo, latente, como el aroma ancestral de la infancia que restringe el flujo de corriente, y también donde se define el vacío del ser, como semiconductor usado principalmente como rectificador del dolor sólido en una superficie plana para darle un efecto tridimensional, que se disocia en cualquier instante, y cuyos resultados dependen de que ocurra o no, un determinado evento del contrato vital, en el fondo existencial aleatorio.
Y en realidad así lo fue... ¡Por un momento!. Como la hoja que se desliza por un pedazo de olvido, nutriendo al cementerio, en la luminosa cabellera del éter en su infinitesimal ardiente carruaje. Y por el término latín... ¨Alea¨... Que significa suerte, al caer en el espacio imposible.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
GASTADA SANDALIA
Gasta Ada Sanda Dalia El gris pájaro, de aquél instante, gastado, insistente al mediodía de nueces, zapato, que corre en las flores, ramas al viento, gastado, un tanto más que menos, en la transparencia un arrebato, zapato. ¡Hostil!. De lo menos un poco más. Decoro al que corroe raído. ¡Gastada sandalia!.Parece. En el cielo mínimo. El Cielo mínimo... ¡Gastado, gastado, camino!.Con el Suspiro Descalzo Despierta. El aliento... ¡Camino, camino, gastado!.
En La humillación, muda, en alas mojadas. Se levanta migrando un puente agrio. ¡Testigos en bloques falsos!. Ladrillos entre las mieses mudan. ¡La sed del ánimo en ruina!. Una colina, sin embargo, amarga. Al reloj profundo, en sueños y campanas. ¡Luz del instante, alrededor grisáceo!. Menos... ¡Verde de sí mismo!. Vino vano viene. Letras al olivar dice, hacer hológrafo. Más... ¡Azulgrana de sí mismo!. En vano deviene. La semilla. ¡Quieta!. Escapa. Al zapato desventura en crisis. El camino. Caminar... Descaminado... Gastada. San...Dalia...Al margen...Desempleado...Zapato. Tan desempleado Tan tiempo Tan viento Tan insistente, gastado, se gasta el camino...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
A.M.A.L.G.A.M.A.D.O.S.
En El Acto Ama Mal Gamados En el acto amalgamados de la realidad fragmentaria Por el riesgo sin causa... Amal__Gama__Dos ¡Dónde rueda el molino qué se pierde! Por la misma piel metafórica
Al Verso encriptar... Cada latido... Ama__Mal__Gamados ¡El amor ladrillo del amar! Cómo el tirano qué huye arcano En la obra del mirar del ámbito al suspiro Por La rebelión de los faroles tuertos Por El lenguaje de frases incompletas Por El instalarse mil excusas ilusas Amal Gama Dos... ¡De la desinformación generosa! Tan extensa qué como diminuta ensombrece Habiendo sido Al ego sublime El humo cobijado Testimonio Impresentable Liberación De lápidas ¡Gusanos al volante! Al deber cambiante Y sofisticado el fracaso, fracaso, fracaso..¿Porqué, ay, de las ruinas hemos vuelto? Y el respeto ¡Se desvanece frágil! En la cifra récord del durazno La conciencia En la desgraciada desesperanza ¿Acaso ya viva en su santuario? Porqué herida la razón cubre muerta La conciencia En la desesperanza desgraciada ¡Acaso, ya no viva, ya sólo sea el ocaso! Del mundo ignorante insensible Dónde sólo los arcos tensos brillan ¡Sin ser valiosos para ninguna vida! En La opinión de la corbata abotagada del bolsillo ¡De la polémica esplendorosa!... Sólo distraída La consciencia, verdadera, yace yerta Porqué un chaleco, se declara sabio, con armas¡Dónde la niebla habita el cuadrilátero! Lo qué al pecho en crisis alimenta A mal gama dos... De la incertidumbre al margen Del triunfo podrir al alma, del triunfo falso ¡Pudren los latidos de las montañas! Desdoblada Narración Decorativa Antiutópica
¡Por el honor ancestral fantasía a sus ojos necios!. Caminan ya caminan A mal gamados. Gamos descaminados sin prosapia.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
ATRABILIARIO
En la calle del maligno rostro triste. El ayer se ha transformado viviendo. En la máxima insignificancia, de los mañanas masticados, la dicha invade su pre... ¡Esencia!. Del padecer la inercia, en las sobras de la crisis, del horno en torno, escuchando al miedo, vertebrado con sudor. ¡Insufrible!.
Atrabiliario. Huyendo la caricia sorprendida, fabricante del entusiasmo, inalcanzable. ¡Quizá nada más tendida!,
Antes de la realidad inmutable, En los dedos largos del sufrir,Desayunando, la soledad pionera ensayando. ¡La más profesional estatua!. Del piloto ausente, etiquetada maqueta.
¡Qué lanza un gesto misericordioso!. Vertiginoso del control extremo perdido.
Atrabiliario ¡Ha dormido seis años grandes montañas!. Endebles, transigentes, retenes indiscriminados. En los fondos de los huecos, taxativo retrete.¡Inverosímil, bárbaro y solemne!. En el ámbito atmosférico de músculo arriscado.
En sí mismo delgadez hiriente. Sin la destreza de las postales. De bondad vertiginosa subyugada. Lábil y escabroso, maldición de sus hermanos. En la adversidad, absueltos, sueltos saurios.
Atrabiliario. En los hechos emisarios de las miserias. Luego de obscurecer cualquier palabra. De un zaquizami bartolear al zipizape. ¡Vuelo ágil del nido endurecido!. Dónde están. ____Las hormigas desempleadas. Dónde están. ____Las cucarachas sublimes. Cómo. ______¡Un gladiador experto en un sofá!.
Y el generoso zapato roto. ¡En la risa de una víbora!. Atrabiliario... ¡Nada más como muestrario!. ¡Tal vez mañana, viendo crecer las papas, desde,abajo!... Con todo el polvo de lo humano.
Así, se es atrabiliario, más que menos. ¡Resuelto y obstinado calcetín!.
Devorador de los caminos que dora. ¡Adorando a los monumentos indecisos!. Y mostrando su coraje a la cobija. Del billete de parranda. En las medallas disparadas por accidente. De la vista entorpecidas. Y... ¡Donde el rifle rogó quedarse!.
En el temor al desempleo. En el alado nido uniforme, urnificado, cenicear.Con Un Poco Del Infinito En Cada Mano En el más urgente imposible.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
POR EL DESTINO FUGAZ
En La plomería enmadérala. Esa humilde oculta intimidad. De la belleza que se desteje, y se complica, y se fuga.
Con la trémula obra del destino, doliente, dañado. Perdiéndose entre teclas inundado, Y turbada la transparencia, de los innumerables intentos. Carentes de verdades impracticables, artificiales distorsiones.
Mueren su muerte los alientos ligeros, Entre los hábitos degenerados cometidos, Y del vulgo el miedo no disminuye, ni... se elimina, si se siembra y cultiva.
Amor, honor y compasión.
En caso contrario. ¡Oh, sí! La Herradura, enredadera, intimidad. ¡Vuela y escapa! Evaporándose...
¡El destino de las manos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Aprendí el lenguaje del helecho,
tartamudo verde de palabras largas,
con su penumbra tibia,
acogedor portero de mi casa
Se arrimaba al sol sin prepotencias
Me saludaba a diario, confidente,
comprendía mis treguas simplemente
Aprendí el lenguaje del helecho,
disfruté su tersura de serrucho,
en sus raíces compactas
descubrí su corazón frutoso
Aprendí el lenguaje del helecho
y sé que él supo del mío,
de mis desorientadas mañanas,
de los cobradores y sus palabras raras
Por eso lloré cuando el actuario
desparramó su cuna colgante
en el lote humillante del embargo
Lo ví aletear en treinta y cinco espacios
Lo ví despedirse del portal, sin acusarme,
comprendiendo mi desnudez escriturada
Helecho marginado del sol hasta el remate,
llegando triste, amarillo y amputado,
para que alguien, por dos centavos,
procediera a borrarlo de inventarios
Nunca más he podido
conversar con los helechos
Desde que falleció mi amigo,
por solemne hipoteca ejecutado.
|
Poeta
|
|