|
Adoro todo lo que has hecho de mí, me gusta que esté ocurriendo todo esto, sentirme irremediablemente enamorado y con infinitos sueños de romántico poeta...
Y no tengo que buscar en un espejo o algo más, tienen que ver con esa autenticidad y aplomo que sembraste en mis días, que no están demás, saben a certeza, a volar, que los trasunto y aromo... Me das la fortaleza del idealista vencedor, inagotable en el trabajo, escribiendo, amándote, en el cuidado de tu sueño y en el riego de tus campos, de tus pétalos, de tu loca boca...
Este privilegio de saber y sentirme amado, me vuelve sobrenatural, único, ligero... consigues que junto a ti comulgue vida, que no pare de construir sueños, que me hablan de ti, se parecen y saben a ti, que tienen tu perfume, sonidos, tu nombre...
|
Poeta
|
|
Tudo hoje tem um prazo de durabilidade. Tudo tem “necessidade” de ser descartado.
Não adianta ter cuidado para não quebrar, porque por algum motivo você terá que trocar.
Tudo vem programado para não durar, e ficar ultrapassado.
Compare o computador, compare o celular... Logo perdem o valor.
A.J. Cardiais 21/11/2012
|
Poeta
|
|
CAPITULO I
Él esperaba junto al lago; a su alrededor todo era de un tono rosado por el efecto del sol que de a poco se ocultaba en el horizonte; sobre el lago brillaban millones de destellos, como si de sus aguas fueran a nacer las estrellas que al anochecer subirían hacia el cielo; la brisa era como habían sido todas las brisas de los veranos pasados; frescas, con ese peculiar toque entre romanticismo y nostalgia. Nada había cambiado, nada… incluso el viento silbaba de la misma manera mientras se abría paso entre las hojas de los mismos árboles que se mecían resistiéndose a él. En aquel lugar, precisamente en aquel lugar, él esperaba con las manos en los bolsillos, sacando la izquierda de cuando en cuando para mirar la hora en su reloj; en tanto, sus pies un poco ansiosos, pateaban quedamente las hojas secas que no habían resistido los embates del tiempo y yacían en el suelo; nada había cambiado… el mismo paisaje, el mismo nerviosismo, la misma emoción invadía su cuerpo; todo es como la última vez, pensó, y ante aquél paisaje y aquellas sensaciones, a sus recuerdos se sometió.
CAPITULO II
Unos veranos atrás… Él caminaba con la mirada clavada en el pasto, como si fuera contando sus pasos al mismo tiempo que por su mente cruzaban todos esos problemas que en algunos días le eran tan cotidianos y que en otros no lo eran tanto. Como siempre y sin importar cual fuere el día; de los ligeros o de los pesados, él iba al lago cada tarde y sentado bajo la sombra de un árbol, solía pensar y escribir. Siempre el lago y siempre el mismo árbol, no había otro lugar que le llenara de semejante paz; no sabía si era el olor de la hierba húmeda; los sonidos del pequeño oleaje producido por el viento y que rompía contra la ribera o el canto de aquellas aves que en “su” árbol habían ceñido su hogar; o el color verde de los árboles y arbustos que se extendían al otro extremo del lago como una pared; o el agua que según la hora del día o la posición del sol iba cambiando de color, a veces incolora, anaranjada de vez en cuando y a veces gris si el cielo se hallaba nublado. No sabía que era en realidad, pero no había otro lugar que le produjera aquél efecto tan hipnótico que a veces tanto sentía necesitar para escribir o para olvidar. Esa tarde no parecía fuera de lo normal; a sus oídos llegaban ya los sonidos del agua y de las aves, el lago, ese día, brillaba con un tono naranja intenso, ya podía respirar esa tranquilidad en el ambiente, hasta que unos débiles sollozos detuvieron abruptamente su andar; aquellos pequeños lamentos le hicieron alzar la mirada y pudo notar que del costado de “su” árbol, sobresalían unos "jeans" azules y tenis blancos con las agujetas sin anudar, mientras trocitos de papel volaban en todas direcciones y sin cesar. Lentamente se acercó al lugar, no era para nada su intención provocar algún susto en aquella persona, aunque ello parecía, en ese momento, toda una hazaña; -un completo extraño… en un paraje desolado… acercándose…- a nadie le pintaría nada bien aquella escena, pensó, pero él nunca había podido ser indiferente ante nadie que sufría, no era de las personas que fingían que nada ocurría tan sólo para evitar la incomodidad; por eso y con un ápice de indecisión se detuvo a un par de metros frente a ella, quizás más nervioso él que ella; se aclaró la garganta y casi como un suspiro ahogado, pudo decir: -Hola… Ella alzó la vista frunciendo un poco la nariz y entrecerrando sus ojos húmedos, y por un segundo, que a él le pareció toda una eternidad, sus miradas se cruzaron…
|
Poeta
|
|
Para escrever poesia, não tem noite, não tem dia...
Não tem hora marcada. Às vezes ela se anuncia em plena madrugada.
A.J. Cardiais 24/11/2012
|
Poeta
|
|
Vejo as horas que passam Os dias que se vão E a esperança que se perde. Os anos que se entrelaçam Formando tranças de ilusão E a vida já não é verde.
Vi os anos que passaram Vejo aqueles que vão passando Talvez veja os que vão passar. Ouvi as canções que se cantaram Oiço as que se vão cantando Amanhã... não sei se oiço cantar.
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
Eu irei revolver a Terra e os Céus, Secar os Oceanos para te encontrar Tu és a preferida de sonhos meus, Tu és aquela que eu quero amar.
Sei que existes mas não sei onde Espero um sinal teu, um sorriso Mas nada vejo, tudo se confunde Tudo é Inferno, tudo é Paraíso.
Espreito o lado de onde nasce o Sol Todos os dias e não te vejo aparecer Fico toda a noite vigiando o farol Esperando sobre as ondas te poder ver.
Demolirei montanhas pedirei à Lua À Estrela Polar qual é o caminho, Que guiem meus passos até a tua rua Para que o amor não me deixe sozinho.
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
Eu estou sozinho, não tenho um amor A minha juventude há muito que acabou Não sei o que fazer, oh... que horror Coração abandonado, que sempre amou.
Experiência da vida, mas sem palavras As palavras de hoje não são de antigamente. As palavras antigas nas novas encrava E as modernas não entram, na minha mente.
Mas houve alguém que me deu uma ideia Para ir a uma discoteca, e ir dançar, Então irei à discoteca da minha aldeia E uns piropos à minha maneira irei lançar.
Dançando, belas palavras vou sussurrar, Palavras doces de amor a uma mulher, Docemente aos ouvidos lhe irei cantar Uma canção doce, uma balada de morrer.
Jovem, brevenente,85 lindas primaveras Sempre guardei comigo palavras belas Vou tentar a minha sorte,lanço-me às feras Vou-lhe dizer que o meu amor é só para ela.
Se encontrar uma jovem que tenha oitenta Pouco importa, portuguesa ou brasileira, Vou por nas minhas palavras mais pimenta Talvez que assim alguma caia na ratoeira.
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
O Sol anda tão frio Que até arrefece os pólos O Oceano não é que um rio Onde navegavam os tolos.
A Lua anda tão escura Que só brilha de dia E eu andei à procura Na minha algibeira vazia.
De alguns euros perdidos Nem sequer um encontrei, Não há crise para os bandidos E eu nunca nada roubei.
Aproveitam-se da crise Que eles mesmo criaram Se tivermos um deslize Nossos sonhos acabaram.
Não temos nada de jeito Não há mais Sol nem Lua. Apenas guardamos o direito De um dia dormir na rua
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
[youtube=425,350]http://www.youtube.com/watch?v=JMU8Nzx6VkY&[/youtube] Alegoria
Luego vivió como murió en la frontera de la locura en un silencio absoluto No gritaban los dolientes no había ni siquiera luto.
No había flores .. nada tenía ni siquiera una triste melodía en el cielo de la luna se escondió y aún no había amanecido en estertor de la noche fría.
Inevitablemente era adiós sin que haya algún sentido su menor rastro estaba desapareciendo en su final refugio.
Hay una nube caliente que allí flota en la muerte alegoría hecha cenizas Es miércoles y murió a mínguas y la muerte decidió ocultar la luz de la luna.
Alexandre
|
Poeta
|
|
Las cenizas cubrieron la rosa roja y de sus pétalos brota veneno, que como azufre despedaza las hojas caídas en el árido terreno.
Flor de corola oscura, cenicienta tu polvorín mancha mis manos, ya no hay palabra que a mis oídos tienta ni habrá más sed de amor entre mis labios.
Poco a poco se ha ido yendo la promesa que en mi corazón habitaba, de aquel romance hoy solo tengo, el filo con el que el alma me cortabas.
Todo se derrumbó tan pronto sin darme tiempo a pensar si fue por tonto que me hundí en la desgracia de tu amor pasajero; o fue quizás la ineptitud quien me dio un golpe certero.
Y en el olvido con nada quedo… ¡Allí ya no existe espacio para poder olvidar! Ese extenso lugar está impregnado de miedo que me hace temblar, al pretender recordar.
Julio Medina 29 de agosto del 2016
|
Poeta
|
|