|
Me invades Hasta los espacios que desconozco Hasta lo que no sabía que era yo Y ya no soy una bolsa negra de plástico llena de agujeros Donde ni el agua quiere quedarse Precisamente Porque mientras subes esas gradas Dignificando su madera asesinada Cargándote a ti misma, esa cruz de hermosas plumas, -No debe ser fácil ser tan etérea- Yo desciendo como un ave casi cuervo Que renuncia a sus alas Para arrastrarse hacia el precipicio Porque me estorba tanta luz Solo quiero el silencio oscuro La noche que no necesita sonreír para estar en éxtasis y me verás acompañado de disidentes rodeado de mafiosos y asesinos sin sueldo redimirme dicen voces en mi cabeza redimirme entonces, no ve? entrar en la burka de tu misterio ese manto que se siente cuando te llevas mis ojos para ponerlos entre cubitos de hielos, y que cojan el sereno de tu cuna, porque te dejas soñar solo cuando vistes de naranja porque los bufones en tu vida han sido sádicos vulgares engendros en tu mar generoso no puedes sonreír porque sería un sacrilegio porque negarías que el mundo esta sangrando sería no mantener la compostura dentro de un sarcófago y te guardas con la precaución y el encanto de una caja musical que solo se abre como ciertas bocas que solo se abre en cierta manos que solo suena en ciertos oídos cuando la luna tiene orejas claro, el teclado necesita un fondo negro, esa cal tiene algo de pálido muerto, letras de huesos, yo me apago para pensarte sin hacer mucho humo yo me esfumo en esa carrera homicida porque el coyote en este dibujo esta más animado y quiere su venganza digamos que siempre fui un niño extraño un delincuente en potencia que solo quiere robarte ahora una sonrisa que hace espirales en su cabeza para que enmudezcas y me conmuevas como solo tu sabes hacerlo no me he sentido tan vivo ni en mi parto nunca he creído que una mujer existe hasta que te vi diluyéndote en el agua hasta que tu vestido abandonado después de esa simbiosis irreversible flotando como la cáscara vacía de un universo único se convirtió en mi bandera…
|
Poeta
|
|
A imponência, faz-me lembrar o cavalo Lusitano Nas suas demonstrações de beleza que ele possui A opulência, faz-me tristemente pensar aos que muito têm e nada dão. A impotência, sãos as vitimas da opulência Que não abre a mão A prepotência são os cultivadores da força, força que pensam ter e que acham um bem fazer sofrer os fracos com medo que lhe tirem ainda o pouco que têm.
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
Eu tento resistir, vou suportando. Mas assim continuará até quando Não me perguntem, não sei. Sinto a vida me fugir, agarro-a, Ela fica ainda por algum tempo, Se ela acabar, é natural, é a lei. Fecho-a na palma da minha mão, Sinto-a sem forças para resistir Sinto a mágoa do meu coração Por não a poder impedir De seguir o seu caminho e partir. Vou resistindo, o inimigo espreita. Está ali mesmo à esquina da rua Vestido de negro, de alma nua E à mais pequena distracção Ele penetrará no meu coração Aperta-lo-à, não o deixará reagir E a vida, essa, acabará por partir.
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
Quando a brisa da manhã acaricia meu rosto, Traz com ela as tuas palavras, os teus beijos Que guardo comigo até chegar o sol posto E durante a noite são a razão dos nossos desejos.
Com o chegar da Lua nossos corpos se prateiam. O nosso quente ninho brilha de tanto amor. Os nossos lábios de contacto eles anseiam O nosso leito começa a preparar o esplendor.
O esplendor de uma noite de loucura louca Com murmúrios de promessas na nossa boca E a cumplicidade entre o teu e o meu coração
A volúpia viciou a nossa cama e o nosso quarto. Beijando os teus seios e o teu corpo nunca farto De sentir o meu corpo te acariciar de paixão
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
Continuo a pensar naquelas noites Naquelas horas dias e madrugadas Em que o amor nos invadia. O teu corpo no meu se espreguiçava, Os nossos corações cantavam Belas e Celestiais melodias. Com as lágrimas do prazer Lavávamos os nossos pecados Pecados de dois corpos enamorados. Desfolhávamos nossos corpos Como quem desfolha uma flor. As pétalas caídas no chão Foi tudo o que do nosso amor ficou, Eram o símbolo do nosso amor, Ficou somente o perfume Dessas flores desfolhadas, Flores que foram por nós amadas
A. da fonseca
|
Poeta
|
|
AMANHÃ, TENHO ENCONTRO MARCADO COM A VIDA!
ESPERO NÃO CHEGAR ATRASADO!
|
Poeta
|
|
Razão
Perdão Se lhe dou trabalho Forço o raciocínio Vasculhando livros Pesquisando teses Caras bocas e poses Fotos carcomidas E possibilidades infindas De futuros fatos Para defender sua sempre Valorosa e primordial Razão.
|
Poeta
|
|
CONMOVEDOR
Hay un sendero, de espinas y piedras donde, se respira acidez y amargura. Hay un lago negro que solo espera. Hay un suelo sangrante en cada puerta. ¡Qué angelicales verdugos!.
En la esquina de la memoria, mil huérfanos escriben al otoño secos. Sus escalofriantes historias recorren el abismo, y su vida deforme y grotesca no espera justicia.
En su retorno al infinito, unos ángeles encontraron los despojos, y el horrendo suelo que pisan.
Ni sombra somos del olvido perdido. La complicidad de alguna divinidad, anima y alimenta, el agua que se bebe.
En sus almas el pasado asesinó al presente. La ira y la impotencia visten el futuro. Existe una obscuridad que anidó el espíritu.
En el crepúsculo encontré ortigas, recubriendo lechos y ropas y hogares, y polvo arrogante, y casas desnudas. En las nubes, alfileres y cuchillos, de dioses muertos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
A poesia me dá asas para voar e forças para agir.
A poesia desopila a camada engordurada da sociedade, enchendo de verdade a imaginação.
A poesia é o sim e o não da realidade.
A.J. Cardiais 02/03/2013
|
Poeta
|
|
Está la brisa surcando el río llevándose frescura de la corriente, con el vapor forma rocío tan cristalino como una fuente.
Croan las ranas laguneras, las aves cantan la madrileña; si tú estuvieras también quisieras cantar con ellas mientras ensueñas.
Atavío verde luce el paisaje de enormes árboles con esmeraldas, dando la sombra de alto linaje; toda una hilera cubre la jalda.
Místico el riachuelo bailando danza con el murmullo de la tonada, continua agua veloz avanza al son de risas de la cascada.
Dentro de un plato lleno de espumas de cristal aguado intermitente, brotando chispas como de bruma, nos lleva hasta un mundo sorprendente.
Julio Medina 18 de junio del 2015
|
Poeta
|
|