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Tómame clavel
Si el Se ha ido Como El sol Se dice Se va y se va por el cielo Siempre El mismo Volverá, volverá mañana Como muchas Otras...
¡Veces, rojas, amarillas!.
Mil pasiones en el corazón Labios lluviosos de lujuria Regresarán, acuarela y tormenta Comenta... Si, él, sea, ido Al pasado con el mismo ¡Sol, del siempre! Cómo a muchos otros Miles, diferentes, invisibles ¡Alumbró tristeza y alegría! De hombres y naturaleza en llamas Qué vuelven fuegos! En la rueda... ¡De claveles!.
Si de frío murió tu pasión ardiente La manera, la forma es siempre el fondo Con el abismo... ¡Un mortal combate! En él.... Rayo... Sonriente... Del ojo... Un furtivo... ¡Amor y piel! Aterciopelado zafiro ¡Qué palpita bajo las venas! Libre, dignidad, del placer sincero.
Venus, del alma, virgen espumosa y ola ¡Enternúrame venturosamente! Con tu rumor hiervo cómo el agua evaporada Aun antes de amarte ya forjabas mi fuego En el monte, tuyo, se hace la belleza calma Si el rostro al claro sol ¡No huye!... Y encuentra de nuevo Al mismo Sol, en la vida mil pasiones Y vuelve, vuelve al mismo ¡Corazón, libre... La pureza! ¡Del placer, digno, sincero!.
Clavel en rueda Clavel acuarela de lujuria Clavel más allá de pecado y perdón El clavel Del Mismo sol ¡De los infinitos! Hombres qué muy antes De mí y de ti A tantos dio calor y luz.
Deja brotarte Y con arte amarte ¡Venus te sueño!.
Rueda en el clavel Si el sol se apaga hoy ¡Enmañáname!.
En este clavel Del alma ¡El mismo sol te doy!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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FLOREADO PALPITAR Danzando ardientes veo los latidos. Por el ónix de tus pupilas. Y el rubí de los deseos. Umbral de perlado bosque. ¡Busco!.
El lirio de cada lecho exquisito. La hoja de cada mañana joya. El camino de pieles labios. La luna de plata pura. ¡Sueño.!
Cabalgando entre las nubes. Los rayos siembran tesoros. Bordando acuáticas sombras. Vistiendo cerezas serpientes. ¡Palpo!.
Busco el sueño que palpo. Habiendo comenzado. ¡Cómo si lo hubiere adquirido!. ¡Cómo lo he zurcido ensueño!.
Risueño es el himno melancólico. Dueño del destino flotante. ¡Río de musicales raíces!. Lago vestido de murmullos.
Cielo De Acorde Y... ¡Susurro!.
Hermosa en verdad resplandece. ¡El ayer destilando su rostro!. El laurel. De péndulos. ¡Vigores!. ¡Joven azucena!. ¡Amapola que arde!.
¡Floreado palpitar!. ¡Palpitar floreado!.
Melodía presurosa. Raudal de sonoros recuerdos. Transparente virtuosa.
Ya florean al horizonte escaleras. Y alumbran palpitantes los diamantes. Cascada de besos brillantes. Ya destella latiendo cada pétalo.
Renace La Vida... ¡Esmaltada!.
Con un fulgor de dulzura. ¡En su aliento!. Y la humedad. Teje sus trenzas. ¡Del aire!.
¡Floreado palpitar!. Renaciendo. Fresca... ¡Neblina!. Palpita y florea.
Floreado es el destino. ¡Latir del tiempo!. Construcción. Diaria. ¡Del vivir!. Perfume del existir. ¡Pétalos incontables!. Conciencia. ¡Qué!... Enciende. ¡Noches!.
Lámpara y corazón del alma. ¡Nobleza floreada de vida!. Cántaro y coraza del sentir. Virtud. Palpitar. ¡De existir!.
Jardín del corazón. Encantado. Flor del corazón. Palpitante.
¡Sursum corda!. *Arriba* Los Corazones.
Palpitándonos. Apasionadamente. ¡Siempre florecer!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Tu hermosa desnudez,inspiraba, tu boca de labios perfectos,sonreian, de tu aliento salia sándalo,perfumaba, y esa pasión de tus ojos,encendía. Una inefable luz que enlazaba del árbol a la claridad indeciso... eras tú,el alma de mi hechizo.
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Poeta
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Mirándote a los ojos comprendo que te quema el deseo. Tu respiración se agita cuando mis labios rozan tu pecho. Me dejas recorrer tu cuerpo, mis manos abren cada poro de tu piel y los preparan para nuestro encuentro. Te complaces con el contacto templado de tu espalda con mis senos, maravillosa sensación de plenitud que te hace tocar el cielo. Tus emociones afloran, sientes tu vida en un hilo, cuando tu cuerpo y el mío se han unido. Nuestras caricias han acelerado su ritmo, y el gemir es un canto compartido. Nos perdimos en el tiempo, la pasión nos robo la conciencia, nos encantó el dulce néctar que emerge de tu intimidad y la mía. Nuestros besos marcan cada rincón, y encontramos lugares que nos hacen palpitar y vibrar de pasión. Nuestras lenguas actúan como un transportador hacia el valle del mágico delirio. Siendo hombre y mujer, llegamos al espacio perfecto donde dejamos de ser amigos, convirtiéndonos en propietarios de nuestros románticos misterios escondidos. Tu erecta lanza carnal busca la selva creada para ti, y mis manos le indican suavemente el camino. El momento hace que un rio viril y otro femenil desemboquen en un mar de amor y deseo. Con expresiones de placer y ternura enloquecida, con gritos excitantes y gozo desenfrenado alcanzamos la muerte y el renacimiento del sexo. Nunca más seremos dos… Soy tuya y eres mío, tu esencia quedara perpetuamente dentro de mi piel, tu sentimiento está grabado en mi interior, tus emociones guardadas en mi corazón, y mis lágrimas son un sello eterno de mi entrega y mi amor.
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Poeta
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La esquela virginal abre sus brazos de luna. La invaden mis exploraciones. Búsqueda frágil de algún soplo.
Cavernícola necesidad de comunicación. La nada baila con sones de tamboriles. Es el gran poder de la palabra el que desciende.
Debo ser jardinero con manos atadas. Desierto que repone los rencores. Candilejas de vallenatos trágicos. Aromas de tangos espumeantes de vacío.
Pensamientos que no quieren aflorar. Restricciones de tiempo y la esquela sigue. Sin destinataria. Sin un beso. Sin los preámbulos que canalizan las pasiones.
Sin la humedad que se genera en la boca. Sin saciar el desolado dolor de la ausencia.
Desafío inconfesado de retomar la réplica. De sonsacarle esquirlas al sol que amanece. Sin fuerzas para recuperar en una esquela confidencias de senos abiertos.
Musicalidad al soplo de los dedos, escarbando locuras en el monte de Venus, convencido de la perpetuidad del romance.
Amante de la suave organza, comediante de la pluma astral. Tarotista acogedor de tus silencios y quinta columna de tu reprimida sonrisa.
Desafío de contar en una esquela la lejanía de tu estrella y mi red de candilejas tratando de acercarte para el festín de las pasiones adeudadas.
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Poeta
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La esquela virginal abre sus brazos de luna. La invaden mis exploraciones. Búsqueda frágil de algún soplo.
Cavernícola necesidad de comunicación. La nada baila con sones de tamboriles. Es el gran poder de la palabra el que desciende.
Debo ser jardinero con manos atadas. Desierto que repone los rencores. Candilejas de vallenatos trágicos. Aromas de tangos espumeantes de vacío.
Pensamientos que no quieren aflorar. Restricciones de tiempo y la esquela sigue. Sin destinataria. Sin un beso. Sin los preámbulos que canalizan las pasiones. Sin la humedad que se genera en la boca. Sin saciar el desolado dolor de la ausencia.
Desafío inconfesado de retomar la réplica. De sonsacarle esquirlas al sol que amanece. Sin fuerzas para recuperar en una esquela confidencias de senos abiertos.
Musicalidad al soplo de los dedos, escarbando locuras en el monte de Venus, convencido de la perpetuidad del romance.
Amante de la suave organza, comediante de la pluma astral. Tarotista acogedor de tus silencios y quinta columna de tu reprimida sonrisa.
Desafío de contar en una esquela la lejanía de tu estrella y mi red de candilejas tratando de acercarte para el festín de las pasiones adeudadas.
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Poeta
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Noche de samba
Sinuoso tu cuerpo de canela subía y bajaba ante mis ojos Cimbreabas tus caderas Trastornando galaxias Inflamando el cielo
Las luces de cristal giraban… en el centro de la pista dejaste caer tu blusa, asomaron las manzanas maravillosas de tu pechos En la quebrada insinuante de tus muslos se instaló mi deseo sin tapujos
Percibías mis orejas rojas de ti seguía tu ritmo, te cercaban mis brazos, te detenías y reías girabas elíptica y sensual abrazando una imaginaria barra luminosa
El devaneo invadió la piel Te quedaste estampada a fuego en mis primarias ansias
Mujer desenfadada y ondulante danzante carioca de Copacabana dueña de mi admiración forastera Me traje tu voz de terciopelo que en cada esquina de nostalgia me susurra insinuante “Você sabe muito, professor, meu professor”
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Poeta
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Vierto en tu primoroso cuello mis soñados besos mi incertidumbre de otro encuentro como éste.
Subo por tu cintura rumbo al fino seno. Lo alcanzo y se me esfuma
Esquivo se levanta Se empieza a hacer de luna
Mi boca se desbanda comprime tus sentidos se vuelve terciopelo y acuna tus excusas
Se tiende como nido y caes como alondra mullida en mis promesas
Te extiendes como lámina dorada a roja forja y alcanzo tu horizonte amante sin aurora.
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Poeta
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No coquetees, mujer, es riesgo virtual
Apareces musitante, te saludan mis silencios
Cantos gregorianos disparan tus mensajes apasionados
Del fragor de tu voz, esclavo
Dejarás de ser mi fantasía azul
Pensaba que el insomnio sería alternativa
Cultivaré pétalos de ensueño para regalártelos
Sé que en alguna esquina, estarás
Entonces, los preámbulos morirán en fuego
Maldeciré el instante de tu adiós.
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Poeta
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Ritmos de septiembre, las cuecas aún retumban... Quizás sea efecto del sol del desierto, quizás sea la provocación de la primavera; el asunto es que amanezco como arrebatado, trepando himalayas al trote, persiguiendo tu mirada coqueta, escondida pícara detrás de un pañuelo. Será por eso que calzo espuelas para domar la pasión que irradias. Será por eso que ando con el indio a flor de piel, irritable como si la menopausia se hubiera metido por mis orejas, buscando excusas para ganarme a tu lado, intentando morder tus hombros que son la llave que sólo yo conozco para desmantelar tus cabildeos que me inflaman. Así transito por tu cuerpo, soñando despierto, con deseos de apretar tus labios carnosos con mi boca de naufrago sediento. Así te quedas en mi piel, con ritmo de tonadas, haciendo hervir mi sangre con esa promesa muda de tus ojos seductores. Son los ritmos arremolinados de septiembre.
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Poeta
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