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Quema esas cartas Me adelante a los períodos y guarde para el final de los tiempos el amor que algún día te tuve y queda sellado por siempre en esos versos.- Para cuando el amor acabe quedará en los registros lo mucho que te quise en su momento triunfos guardados y perdidos. A posteriori, resultara en esas ilusiones que solo son abstractas indescifrables en el presente donde toda noción de amor, ya se han diluido. En presente, ese amor ya no está ni le pido a los años, menos ni parar los que lleguen de mas para acomodar lo que ya no existe. Por lo intenso que fue escritos, cartas y poemas fueron idealizados en firmados de corazón que hoy no dan razón para que tales escritos perduren donde ya no existe rezago de lo que un día fue amor.
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Poeta
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Para bien o para mal me di cuenta. Más tarde que temprano, lo se. El problema no fue que el amor me hubiese abandonado o hubiese dejado de existir. No, el problema fue que siempre lo busque en el mismo sitio, en el mismo punto, en tus manos. Esas manos que estaban vacías para mí, porque tomaban la mano de alguien más.
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Poeta
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Cuando te miro, vos sabés que lo hago con mi intención viril amartillada como arma de forajido; es lo que se espera. Pero, ¿sabés por ejemplo, que también te miro con mi infancia intacta y mis ganas de jugar con vos? No, no lo sabés, como tantas cosas no sabés de mí cuando te miro. Sensiblero, me decís... Por eso es que mi ser tiene reservas, silencios, escondrijos para guardar lo que no ves; ¡que se muera conmigo! ¿Y cuánto ignoro de vos desde tu última mirada de interés? Escalofrío, me da pensar que nuestra vida se compone de lo poco que me sabés y un algo que te adivino. Sin embargo, aprecio que fiel a tu indolencia, apartes la mirada que no me ama cuando te miro mientras atraganto de pertrechos desganados, las fauces de mi valija de salir a buscar amor.
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Poeta
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Cuanto deseo haber nacido ciego para no estar recordando ni tu mirada ni tu sonrisa.
Hoy de nada me serviría vaciar las cuencas de mis ojos si te vi con los ojos de mis dedos; de nada serviría cortar mis manos si cada línea de tu figura está guardada en mi mente.
Deseo matar mi boca para que no hable más de ti, vaciar las minas que botan perlas que para ti valen nada.
Deseo que los huesos de mi amor sean calcinados por ese tiempo que con mueca cruel se burla de mi incapacidad de olvidarte.
Quiero ser valiente para blandir afilado desprecio y matar tu desdén, así no vería tu ausencia.
LCRG, RACCS, Nicaragua, Feb 08/2015.
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Poeta
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Cielo mío perlan sueños mágicos y ciegos, rosas, luces, besos y estos versos, lágrimas gritando que te amo
Dulce amor muere mi invisible mariposa, cuando el negro abismo nos separa cisne triste canta con la alondra fiel que le acompaña, gris, desnuda.
Luz... mi Luz sigues adueñándote de mí ¿puedo yo evitarlo? no, ¡no puedo! ¿quiero seguir así? ¡no quiero!
Quiero lluevan luces que oscurezcan tu presencia para guiar mis pasos muy seguros hacia mi mañana que avizoro libre, claro, diáfano... incompleto...
La Cruz de Rio Grande, R.A.A.S, Enero 26, 2015
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Poeta
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Allí, al final de esa calle empinada donde se recuesta borracho de viñas el sol, allí vi tu silueta por última vez, y a la noche me quedé oyendo graznar los cuervos azules de la melancolía sin poder quitar de mi mente tu figura resuelta a inmolarse en el ocaso hasta desaparecer.
Yo no sé, diciéndote feliz conmigo por tanto tiempo, qué impulso te hizo dejar de amarme hasta quitarle a tu desinterés, su máscara placida y arrojarla a mis pies como una culpa mía. Yo, que te traje a escuchar la rumba del mar sonando sus maracas en el atolón, yo, que te salvé de la perdición para que me salvaras.
Cuántas veces con tus cabellos y túnica al viento me gritaste te amo y cuántas veces hice que mi egolatría salvaje se arrodillara ante ti como un potro dócil. No me alcanzan las estrellas del cielo para contar las veces que nos narramos la historia de cuando nos conocimos. Historia que quedó conmigo, ambos sin importancia para ti.
Hoy, en el estanque que es mi vida figuro mi esperanza de lo nuestro burbuja trémula que nace y explota. Y aunque porfiada de tu ausencia me ande una angustia atea de la muerte irreversible de tus besos, así como el ahínco tenaz de éste poema que, "tocando fondo, cava", desde que le puse cerrojo al horizonte, ya no me quemo los ojos en el crepúsculo por verte regresar.
Más bien cuando el lucero tirita hecho lágrima y heráldico el gallo me recuerda que no dormí, sonrío triste y dulce porque te perdí menos de lo que me perdiste y te pido perdón.
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Debajo de su almohada un papel y una pluma, y extendió su mano a la diestra de la cama, vacío encontró el lugar que antes ocupado estaba.
Su rostro mustio y famélico daban cuenta de los días transcurridos en la penumbra de aquel cuarto ya desordenado y oscuro.
Se fue sin decir nada se fue sin dejar nada se fue y no quedo ni su aroma de piel, se fue quizá en esa mañana, se fue y solo él sabe que debajo de su almohada un papel y una pluma.
Irónico fue lo que ella me dejo, escribir de ella en este papel con la pluma, sus befas, sus denuestos, no vale la pena, mejor dejarlo en blanco que el tiempo marchite el papel, y seque la tinta de la pluma.
Estéril está tú espíritu y seca tú alma rezuma en tu rostro la tristeza, y a pesar de todo debajo de la almohada una pluma y un papel.
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VESANIA Se rumoreaba su locura, inevitable fue contener, como una borrasca que a los barcos lleva a naufragar, así esta alma en la vesania fue encallar.
Como el halcón que en el basto cielo despliega sus alas surcando una corriente de aire, se pavonea en busca de su presa, y luego cayendo en picada extiende sus prensiles garras, arrancando de la tierra la vida, para otra vida dar.
Así fueron sus labios y sus manos, y en el torbellino de su corazón que en el pecho guardaba con recelo cautivo y condenado fue, sin prescripción ni por conducta fiel de ser absuelto.
En el psiquiátrico lo encontré, al poeta, y en el piso escritos diversos, de hinojos me postre a recoger uno de ellos y con voz apagada y triste dijo – son todas para ella, la amada infiel, es por su denuesto que me hallo acá-.
Devolví el papel al frío suelo, donde se hizo uno con él, junto a los demás, y el halcón volvió a volar sobre el poeta y sus poderosas garras se posaron en su hombro.
Su mira torva se fijó en mí, escudriñando así hasta los más hondo de mi alma, los deje detrás cerrando la puerta blanca del nosocomio…..
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No puedo estar en calma, libra batallas mi alma. Mi idea pesa tanto que apenas la levanto.
Busco el verso rotundo, ubérrimo, profundo mas ¿surgirá el poema perfecto?
El intelecto algo busca en la luna, ¿acaso inspiración oportuna?
¡Basta imperfecto! ¿qué buscas en el sol naciente? ven! busca en lo que mi alma siente.
San Pedro del Norte, Paiwas, RAAS, Nicaragua. Marzo 15 de 2012
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