Estréchame como para no dejarme morir, no permitas que se escapen las ilusiones, mientras suspiro y me abandono en ti... junta cada retazo de mi alma y júntate tú con ellos, que eres su júbilo y blasón, sí, abrázame así, como yo lo estoy haciendo.
Estréchame aún más... y no te asustes por el tropel que llega desde mi corazón, es el alborozo que provoca tu cercanía... tu corazón tan apegado al henchido mío, abrázame así y si crees que desfallezco, es por mi alma que quiere habitar la tuya.
Nació en Moinesti, Rumania. Su verdadero nombre parece ser Samy Rosenstock aunque Tzara lo negó rotundamente. En 1916 encontrándose en Zürich, fundó con el judío rumano Marcel Janco, los alemanes Hugo Ball y Huelsenbeck, y el alsaciano Arp, el movimiento Dada. En 1919 llegó a París, donde estableció el centro del movimiento dadaísta con los colaboradores de "Littérature" : Breton, Aragon, Soupault, Picabia y Jacques Rigaut entre otros. En 1922 se distanció de Breton y sus amigos, que empeñados en una obra más constructiva desembocarían en el surrealismo. Esta es versión de Darie Novácenau.
Amiga Mamie, no comprenderás pero escucha el dolor no me lo puedo llorar en un pañuelo Las palabras son graves como una procesión de reyes para tu alma con lagos secos y tristes.
Te he llamado con mucho amor Tus senos son flores sin tiestos y punzan frambuesas con sabor de leche la almohada nube traspasada por la noche
En tu cabello hay cáscaras de naranja, en el deseo manada de caballos En tus ojos hay sol, en los labios ganas de comer La carne huele a hierba después de llover durazno maduro, miel de mayo y frescura
Te compraré sin falta pendientes de los joyeros judíos Te daré semillas de flores raras para enriquecer tus gatos literarios
¿Quieres? Acaríciame, arrúllame se me ha muerto la novia Pregúntame quién era y dime cuándo te vas
Mamie, no comprenderás pero es cosa bella estar en un poema Has entrado como un insecto florido en mi cuerpo con moho y aperos de fragua
Mirarte es casi Como detener el tiempo... Recorrer las felinas huellas de tu sombra, atascándome en cada curva peligrosa... para volver a intentar explorar pausado, los rasgos dispersos, como vuelo de traviesa gaviota, de tu grácil y seductora anatomía, que sin misericordia... me vuelve a atrapar. Cómo no detener tal recorrido, en... los delicados rasgos de tu carita hermosa, en especial tus labios, acentuados en ese usual exquisito puchero, que amo tanto y que deseo atrapar en mis labios, en mis dedos, en mi paleta, en estos complicados versos, que pretenden dibujar entre delirios... tus formas, mis ganas, tu singular belleza. Cómo poder detener semejante recorrido, sin quedar en evidencia de cuánto cautivas y si te vuelves, no poder seguir exorbitado, en este mágico ritual de disfrutarte, que incluyen esos ojos que derriten hasta mis intensiones... miras a un lado otra vez y son los ángulos inquietantes de tu cuello los que ahora me atrapan e invitan, con una más de esas inocentes sonrisas tuyas, que también deseo besar, sellar, amar... con esta devoción, en silencio, sin pensar; no hace falta hablar, interrumpiría esta... tántrica ceremonia, con la que llenas de ilusiones, mi vida toda ...
Aun cuando la peor de las ingratitudes me han fastidiado la vida, están ellos para demostrarme que el destino sólo es parte de lecciones suspicaces; sí, de esa lección que amilanó mi alma como ruido impertinente -hipocresía; más la tristeza de confirmar el egocéntrico sin-sentido de unos cuantos usurpadores de ideales...
La historia continúa -los hombres de mi vida- están justo cuando los necesito para extenderme su mano, brindarme un abrazo y sonreírme sin fingimiento alguno; ellos son mi abuelo, papá, sobrino y por supuesto TÚ.
Cada uno con la mirada marcada en la experiencia, aprendizaje, innovación y lealtad.
Abuelo (Juan José): Tu avanzada edad no te detiene, sientes que el mundo no es nada más que un cúmulo de trivialidades -contadas cosas te sorprenden-. Sabes y tienes el coraje necesario para enfrentar adversas circunstancias. Lo que más recuerdo, tu frase "hay quienes merecen ser queridos".
Papá (Ángel Rodrigo): Siempre me recuerdas que debo percatarme de aquellos que caminan a mi lado, más que nada tomar en cuenta quienes son los que te apalancan una caída y quienes son los que caminan sobre ti cuando te has equivocado. Lo que más recuerdo, tu frase "dañando se aprende".
Sobrino (Roderick Emilio): La curiosidad y la manera de absorber enseñanzas me recuerdan que debo seguir siendo humilde y sentirme privilegiada de compartir contigo cada momento de sonrisas y abrazos interminables. Gracias por sorprenderme con tus nuevos descubrimientos, gracias por el valor y sinceridad absoluta que le pones a tu frase predilecta "mami-tía, te quiero mucho"
TU (ConTigo): Algunos adjetivos describen tu esencia: contemplativo (rebelde), reflexivo (pasional), solitario (indispensable), sensible (protector), valiente (leal), codicioso (inteligente), generoso (sereno), etc. Sin embargo, debo recalcar que tu alma reflexiva me conmueve, pues, sin arrepentimientos, un aviso impertinente dispondrá mi elocuencia “déjate ayudar” o “ya deja de ayudar”. No me percaté que te quería tanto; hoy, hasta tus excusas se vuelven inspiración.
Sin duda alguna, los cuatro hombres de mi vida no pueden ser descritos solamente en tres o cinco líneas persuasivas, pues ni siquiera mi existencia entera podrá retribuir la oportunidad que me dieron cuando decidieron que fuera una parte de ellos.