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Caminamos uno junto al otro, permaneces en profundo mutismo, mis manos sostienen las maletas de ambos.
El silencio me parece relajante, sonrio al saber que sientes lo mismo.
Mis pensamientos rondan esta escena donde por fin has parado a mirarme.
"Mienteme" brota en palabras de tu boca, di que no me amas, "Mienteme" y di que me odias, "Mienteme" porque el amar es doloroso y aun quiero que permanescas ante mis ojos.
Mis labios se mueven sosteniendo un grave acento.
Es verdad...
"No te amo", susurro con dulzura, "Te odio" y tomo tus manos, "No eres mi perdicion", deslizo mis labios por tu mejilla y te beso con dulzura en la boca. "Y a pesar de que te miento este corazon se muestra sincero"
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Poeta
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Hoy 15 de Octubre del año 2001 decidí agarrar mi lapicero y comenzar a escribir, para que se me haga mas fácil me senté frente a mi, para volcar en este papel sentimientos, todos sabemos que es difícil expresarlos con palabras, por eso voy a volcar ideas llenas de sentimientos. Al principio menciono que me siento frente a mi, eso lo hago para mirarme, para saber con quien hablo, miro mi vida y la juzgo con la mayor sinceridad posible ya que por experiencia sabemos que la sinceridad acerca a las personas, ¿Por qué no acercarme a mi mismo del mismo modo? Mirarme sin miedo a ser juzgado ya que quien me va a juzgar? Solo mis propios prejuicios, prejuicios creados por un mundo externo a uno mismo (televisión, colegio, moda, costumbres, etc.) Yo propongo comenzar desde adentro hacia fuera, mirarnos tal como somos aunque nos avergüence, de este modo podrás ver con claridad donde te encuentras ubicado con respecto al mundo que ya conoces, te juzgas sin miedo, conciente de lo que haces. Desde ahí podrás mirarte, mirar tu verdadero yo (como eres) Cuando hice todo esto me sentí desolado, solo con una persona que no conocía, una persona que era yo. Desde este desconocerte comencé a aceptarme, aceptar cada error, festejar cada virtud, amar cada defecto ya que todas estas cosas son mías, solo mías y de nadie mas. ¿Por qué no quererlas si siempre estarán ahí? Sabiendo pues todas las herramientas con las que viniste a este mundo, tal como es, nos guste o no, te lanzas y comienzas a vivir desde ti para ti y contigo. Con esta claridad buscas gente que quieres y que te quiere, la aceptas de la misma manera que te aceptaste a ti y comienzas a vivir.
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Poeta
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Hay veces que estamos en situaciones que no queremos estar, nos acomodamos y no nos arriesgamos. Una vida plena esta hecha de riesgos, de sueños, y los sueños no se alcanzan si no sabes volar, volar siempre implica un riesgo. Yo busco a alguien que quiera volar conmigo, que sea capaz de volar conmigo. Hay muchos tipos de parejas en el mundo, existen muchos niveles de amor, o diferentes niveles de conciencia sobre el amor. Yo busco el más elevado o llegar juntos a evolucionar hasta el sentimiento de amor y pasión (conexión) mas elevados. Estuve enamorado antes y estuve muy cerca del cielo, llegue a tocar las estrellas, pero no pude colgarme de ellas, quedarme ahí y simplemente ver el universo entero frente a nosotros y sentir, solo sentir.
Alguna vez escribí dentro de un poema una frase, “el tiempo siempre alcanza, por que del amor real nadie se cansa”. Yo estoy seguro de esto, lo siento desde lo más profundo de mí ser. Aunque no lo sepamos nuestro ser es inmensamente profundo y maravilloso, llega hasta el infinito. Generalmente cuando alguien habla temas “profundos” queda solo como eso, una conversación profunda. Seguro muy importante para muchos de nosotros, pero no vivimos una vida realmente profunda que es lo que tenemos que tener según yo. Si Dios nos dio el regalo de estar vivos aquí y ahora, solo esta vez tendremos esta experiencia, entonces porque no vivirla profunda y plenamente. ¿Porque no dejar de prestarle atención a los prejuicios de los que esta hecha esta sociedad? de los que estamos todos hechos en cierta medida, Aunque muchos no queramos verlo somos parte de esta sociedad y vivimos en sus reglas. Estamos hechos de los mismos prejuicios, de las mismas envidias, de la misma poca capacidad de comunicación entre nosotros. ¿Porque no simplemente aceptar a las personas por quienes son? Escuchar las cosas de quien vienen y no interpretar. Pequeña pero a la vez enorme es la diferencia que hay entre interpretar y escuchar. Interpretas desde tu experiencia, la experiencia de cada uno de nosotros es única. ¿Con que derecho juzgamos e interpretamos las palabras y las experiencias de los demás? Lo que tendríamos que hacer es interpretar nuestras palabras, seamos concientes de quienes somos, eso es lo único que realmente importa, quienes somos y desde ti crece y se mejor cada día, no para los demás si no para ti.
Seamos concientes de nuestra realidad, de nuestros sentimientos. Los sentimos son el mejor termómetro para medir si vas bien, si estas siendo consecuente con lo que quieres de ti, con lo que sientes de esta vida. Es difícil lograr esto en todo el mundo, pero todo esto y mucho mas se puede conseguir dentro de un amor sincero, dos almas conectadas en la inmensidad del infinito.
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Poeta
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¿Musa? Porque un arpegio puede ser la inspiración Porque un aroma podrá despertar al poeta Porque unos ojos pueden ser toda una poesía Y una sonrisa sus versos. Porque un cuarto creciente te puede dar luz Y la brisa de la tarde, tantos recuerdos Por que las palabras brotan del corazón Y no de la mente. Porque un roce es eterno Y no se borra con nada Por eso un poeta no necesita una musa Porque la lleva en el alma.
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Poeta
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Cuando el ambiente no nos permite respirar con comodidad, cuando sobre la mente solo reposan muy pensadas oraciones violentas con la que, sin escrúpulo alguno, pretendemos hundir más el cuchillo. Las miradas suelen chocar con un intervalo constante, los improperios en voces silenciosas aumentan y, aunque en algún momento se amaron, hoy no tienen la concentración necesaria (ni quieren tenerla) p Cuando el entorno se vuelve pesado no es posible siquiera esbozar alguna mueca parecida a una sonrisa, el recurso sarcasmo, las continuas críticas hacia cualquiera que sea la debilidad del contrincante y cualquier otra sarta de inútiles modalidades de defensa sin riesgo de ataque se hacen presentes. ara hacer ímpetu de memoria y exorcizar alguna visita al mirador, aquel primer beso alumbrado por dos farolas en sus últimos segundos de vida útil, quizás, recordar las escenas cursis que hacía años atrás se atrevían a exhibir sin mayor pena, el estupor de aquel encuentro físico, los abrazos cálidos en el primer viaje juntos, aquella navidad en la que se hizo exasperante la ausencia de la otra mitad, atreverse – sin miedo alguno- a buscar en la casi infinita memoria algún momento en el que una discusión trivial no significaba el final de nada. Ni el comienzo de nada. Las fuerzas disminuyen; el amor también. Aquellas personas que, sin miedo alguno podían atreverse a echar un polvo rápido en cualquier baño por no poder controlar el deseo inherente de eso que llamamos amor, esas mismas personas que soportaron las críticas y juicios imprudentes de seres ajenos (y no ajenos) por el gran paso que se disponían a tomar. Hoy, esas dos personas que hace una treintena de años dejaron atrás todo tipo de críticas para embalarse de sentimiento con el único escudo que puede utilizar una pareja: el amor. Hoy esas dos personas no soportan las miradas, no parecen guardar ningún rasgo de aquel empalagoso sentir, sufren sobremanera con el simple hecho de estrechar las manos que años atrás acariciaban los sexos sin pudor, sin miedo. El odio parece ser el único sustituto lógico, total antagónico de una trama en la que no hubo ni enemigo ni rival más allá de lo que sus propios sentimientos refutaban… o confirmaban. A pesar de tener el milagro de una vida engendrada por la máxima demostración de amor como rasgo en común, ya no había modo ni manera de mantener una conversación civilizada. Ahora se comportan como dos soldados enemigos, dispuestos a acabar entre sí, aunque de esto dependa la vida de millones de personas. Ninguna de las partes se ha parado a pensar en ese cuerpecito joven que nació fruto de un sentimiento tan lejano al que hoy por hoy profesan, ni él ni ella se pararon a pensar en cómo podía esto afectar el crecimiento de aquella personita. Se estrechan las manos con calor y odio, intercambian papeles y se sientan en la misma mesa ¡ya no se aman!, se sientan frente a frente, pero ellos no hablan pues ahora los intermediarios encargados de romper toda señal de lo que en otrora era un amor lindo y puro empezaron sus ataques, usando la jerga legal típica de estos abogados indignos que viven de esto, de darle el pisotón final a una historia. Es evidente que ella no pensó en su hija cuando permitió que aquel extraño acariciara su ingle, profanara sus senos, relamiera su lengua y se apoderara de su sexo, es evidente que ella, ¡la esposa mala! No pensó en las consecuencias cuando traicionó el amor de su esposo, de su hija… de su familia. Es evidente que él no pensó en su descendencia cuando, al descubrir el moretón (o mordisco) en el entrepierna de su esposa arremetió contra ella en un catastrófico ataque de celos que terminó con una visita madrugadora a un hospital y con una mujer con fracturas múltiples en las costillas y alegando algo tan estúpido como “Me caí por las escaleras”. Era evidente que éste matrimonio no debía continuar, pues ya estaban rotos los márgenes de respeto, por fallas recíprocas y malévolas que terminaron adhiriendo existenciales traumas a la unión. Los abogados siguen intentando llegar a un acuerdo amistoso, mientras esas dos personas que antes se amaban con tanta intensidad, callan esperando algún alegato final, hoy no pueden recordar aquella primera vez en la que hicieron el amor o aquel primer aniversario… Hoy él, solo puede recordar el espantoso segundo en el que golpeó tan terriblemente a aquella traicionera mujer, Ella, solo puede recordar aquel penoso sexo basado en una química tan tonta, que acabó con su matrimonio. Ambos se sienten culpables, ya no recuerdan las cosas que los llevaron a amarse, solo pueden recordar los desplantes y las cagadas que hoy, los mantienen allí, odiándose. Ni él ni ella, se detuvieron a pensar en la pequeña hija, y ella, aunque los vea a ambos durante su crecimiento… Tendrá que crecer sola, siendo la única afectada por la falta de conciencia de sus progenitores, lo que ella deberá entender con el pasar de los años, es que muchas veces el amor no es suficiente. Y aunque ahora resulte precario el esfuerzo de sus padres en darle el doble de la atención que faltó en aquellos fatídicos momentos, ella (como si se tratase de una característica inherente a su ADN), solo recordará lo que en algún momento la hizo sufrir.
Héctor L. González.
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Poeta
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La lamentable noticia de que, la gran mayoría de los machos latino americanos no conseguirán en sus putas existencias, disfrutar de una mujer en pleno orgasmo delante sus ojos me tiene perturbado, es tan triste notar la incapacidad que muchos tienen en relación con este objetivo, que es verdad, es bien esquivo, pero tampoco es complicado. No me refiero al “Orgasmo” que sus chicas les reflejan en un gritico agudo en ese preciso instante en que los ven con lástima interna, al notar que por mucho que luchen física y mentalmente, no pueden siquiera acercarlas al tan mencionado punto “G”, tampoco me refiero a los innumerables chillidos que se pueden ver y escuchar en las tan nombradas como buenas películas porno, este tipo de películas ha dañado, con la excusa de darnos placer, nuestra forma de ver la intimidad, es obvio que tampoco me refiero como “Orgasmo” ese temblor de alquiler que las putas imitan para devolverles un poco la hombría que ya no sentían tener(por lo que prefieren abonar sus últimas dos quincenas laborales) en alguien o algo que les haga sentir que su capacidad como MACHO no ha caducado ante el estrés de una vida cotidiana, esto es causa de un tontísimo ego inculcado(contradictoriamente) por algunas madres machistas que, por alguna AUN MÁS TONTÍSIMA RAZON, piensan que su propio género es inferior al nuestro, - total locura - el orgasmo persé al que yo me refiero, se encuentra con un proceso de AMPLIACIÓN DEL CAMINO, se trata de preparar el encuentro íntimo con detalles totalmente fuera de contextos. Elevar el ego de una dama, hasta hacerlo tocar las nubes, hacerlas sentir respetadas y amadas bajo cualquier circunstancia, lograr que dicha fémina sienta un temblor en el pecho solo al verte, es un principio mágico para lograr, lo que buscas.
No se trata de ir a la farmacia de la esquina y esquivar la mirada de la farmaceútica que te atienda cuando vayas a pedir la ansiada píldora azul, ya que, de nada te servirá un miembro erecto por más tiempo, si tu seguirás en tu afán idiota de simplificar las cosas porque al parecer(porque eres un hombre “inteligentísimo”) encontraste un botoncito catalizador un poco más arriba del sexo, que te permitirá ser la envidia entre tu combo de trogloditas semi inteligentes amigos, por lograr, que tu pareja obtenga más orgasmos fisiológicos de lo que ellos en sus vidas habrán propiciado en otros entrepiernas, sin embargo, llegará el momento amigo mío, en que ella (ese ser MUCHO MAS INTELIGENTE Y SENSIBLE QUE TU) se aburrirá de tu constante búsqueda de dicho botoncito, ella disfrutará los orgasmos porque su cuerpo así lo indica, pero en su mente, los encuentros contigo serán cada vez más contados, puesto que serás solo un saco de huesos que, debido a su defectuoso coito, fastidiará hasta la saciedad el botoncito que(aunque te duela admitirlo, ya es conocido) y no es el “botón mágico”, se llama CLITORIS, y no es lo único del sexo, no te pediré que dejes de ser el ser poco inteligente que siempre has sido, para transformarte en un caballero educado que, está al tanto de las necesidades de su chica, que la atiende y que la trata como un socio en igualdades, de esa empresa que tan afectivamente tratan de sacar adelante, seamos sinceros y, ni tu ni yo tenemos tanta fe en ti. Lo que te pido, amigo mío. Es que empieces por aceptar que, delante de tan completo ser, somos plenamente inferiores, luego de que comprendas eso te verás en la imperiosa necesidad de respetar cuando una mujer se acuesta frente a ti y separa sus muslos, de hecho, te sentirás tentado a agradecer tal gesto de cariño, porque en el fondo, estás consiente de que no conseguirías una sensación ni remotamente parecida por tu propia cuenta, luego de aceptado esto, deberás entender que, el orgasmo PERSÉ del que tanto estas empecinado, llegará cuando te infiltres con acciones en el alma de una mujer, ahí, en ese preciso momento en que la haces sentir mujer fuera de la cama, estarás condicionando su forma de ver las cosas, y no necesitarás ni 20 minutos seguidos relamiendo el botón ni mucho menos 1 hora de coito ininterrumpido, se trata de hacerle conocer en frases simples: Soy tan perfecto como tu, pero tu por alguna razón eres superior, quiero que sepas que antes de probar el cielo que se halla entre tus piernas, quisiera saborear el paraíso de estar contigo sin priorizar sensaciones, solo amando. Y antes de seguir con la jornada, quiero agradecerte, porque sé que para ti, esto es tan importante como para mí, tu decidirás, si mañana quieres continuar.
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Poeta
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El timbre anuncia el final de la última clase, la jornada académica ha finalizado y una gritona aglomeración hace presencia en el patio principal del pequeño liceo, una cadena interminable de conversas parecen hacerles más largo el camino, acrecentando el nerviosismo en sus ya temblorosos cuerpos. Julia y Victor van de la mano, asimilando las miradas comprensivas y esquivando en la medida de lo posible aquellas que intentan juzgarles. Logran a trompicones atravesar el alborotado pasillo y logran ver, a cierta distancia, el camino que seguramente estará plasmado de un silencio tan dulce como amargo, antecediendo a la escena. Ella aprieta su mano, en un gesto de impotencia por no lograr emitir palabra y él, toma la iniciativa de la conversación acariciándole uno de los nudillos con un movimiento curvilineo perfecto que le devolvió el color al rostro. - ¿Te sientes bien? - Preguntó con más miedo que en su primer examen de matemáticas. - No cielo, solo estoy un poco nerviosa... pero supongo que es normal. - dijo mientras se liberaba de la mano que la tomaba para admirar sus espasmos. - Yo sé que las palabras surgen con más fluidez que los actos, por eso, y sin ánimos de presionarte te pregunto... ¿Estás segura de dar este paso tan importante conmigo?
Ella volvió a tomarlo de la mano, ésta vez con la solidez entrañable que no notaba desde hacía un par de horas, alzó su rostro hasta converger con la mirada de Víctor, esbozó una sonrisa algo forzada, lo abrazó (escuchando los latidos de su corazón) y devolvió la mirada a los labios de aquel muchacho, proclamando: - ¡Si! Victor Andrés, nunca he estado tan segura como lo estoy ahora. - Sus ojos se notaron brillantes, como un vidrio. Y Víctor notó el amor en aquel gesto.
La caminata siguió su rumbo entre comentarios triviales sobre la locura de ésta profesora o el gesto amanerado de aquel otro, cada paso proporcionaba un suspiro más hondo en ambos cuerpos, con cada palabra ellos sentían mayor la conexión, no pensaban en ¿Por qué's? ¿Cómo's? ¿Para qué's? , solo disfrutaban aquel hermoso momento, casi anticipándose a la entrada al cielo, sintiendo la textura natural de aquellos ojos vidriosos, entre incertidumbre y amor, que nunca terminaron de soltar lágrima alguna.
Víctor frenó su lento paso en seco, advirtiendo que el final de aquella aventura había finalizado con la puerta de caoba lisa que se encontraba frente a ellos. Él separó su mano temblorosa de aquella otra mano y buscó en los bolsillos de su chaqueta las llaves de aquel familiar pero tenebroso lugar... y Abrió. El momento se dejó vencer por un silencio ansioso, se podía escuchar en aquella casita el zumbido de alguna mosca burlona y con afán vouyerista que se disponía a volar sin rumbo fijo en busca de acción, el clima se alivió un poco tras un vaso de refresco, un dulce y unos cuantos chistes típicos sobre alguna broma escenificada en clases, las risas y hasta carcajadas cada vez mostraban mayor nerviosismo y tras una última burla sobre el colectivo, Víctor tomó la iniciativa, encendió los sentidos de Julia con un beso Furtivo que casi provocó un corto circuito en su sistema nervioso, fue un beso largo, profundo e incluso, tosco. Empezó con la rudeza del miedo y poco a poco fue reduciendo su afán de dominio, dejándose ganar la batalla por una Julia que no soltó lengua hasta que su chico redujo las revoluciones de sus labios. El beso continuó, ella - casi con un movimiento automático - lo tomó por el cuello hundiéndolo hacia su cara. Él prácticamente sin hacer nada, terminó cayendo sobre el delgado cuerpo de Julia, que no mostró problemas sobre aquel bruto descenso. Los míticos besos continuaban y casi ni paraban, dejando un intervalo para oxigenarse que iba acompañado de una mirada tierna y llena de complicidad entre los jóvenes amantes, para luego hundirse nuevamente en aquel juego de lenguas. Como por arte de la naturaleza, ella tomó la iniciativa del asunto y procuró con movimientos suaves, casi imperceptibles quitarle la camisa beige a su chico, mientras éste, notando que su hermosa Julia le aventajaba en iniciativa, hizo lo propio con su blusa. No parecía haber tiempo entre cada beso, cada caricia, cada suspiro... mientras la arritmia se apoderaba de aquel pequeño pecho, de aquellos pequeños senos, la música sonaba y el cuarto vacío se prestaba para tal escena de entrega, sin embargo, ellos nunca abrieron los ojos, estaban tan sumidos en lo que sus cuerpos sentían que dificultosamente advertirían que alguien los obserbava; asi fuese únicamente la mosca vouyerista que Liendo nos enseñó un día. Las prendas seguían desapareciendo entre besos, él sentía pena tras notar que una ansiosa erección asomaba en su ropa interior y ella, ya desnuda, intentó hacerlo olvidar ese temor con besos... muchos besos. Él, sin miedo a una desaprobación por parte de Julia se quitó bruscamente el único trapo que los acompañaba y, en un movimiento clásico empujó su cuerpo sobre el entrepierna exhibicionista de aquella chica, forzando un poco la entrada - él no sabía si por el famoso himen o si por falla en su dirección - tuvo un ataque de nervios y parecía padecer la misma arritmia que segundos atrás había sufrido su chica. Se hicieron eternos esos cuatro segundos hasta que la presión se hizo sentir, Julia emitió un chillido de dolor suave, mientras él, no sabía cual era el siguiente paso a dar. Husmeando en su mente las clases de sexualidad que había presenciado hacía un año. En su mente no aparecieron imágenes de ningún tipo, ni charlas, ni láminas, ni retroproyectores... pero por acto naturaleza, continuó el vaivén mientras Julia intentaba alejarlo sutilmente para evitarse a si misma, más dolor. Apenas él, - intentando suprimir el rostro de dolor que mostraba su chica - intentó besarla. Sintió un escalofrío que avanzaba desde su ombligo, provocando un temblor en sus muñecas y, automáticamente, haciéndole cambiar el rostro; había eyaculado. Los escasos 40 segundos que duró aquel precioso momento, fue suficiente para que Julia - a pesar del dolor en su ingle - sintiera el verdadero amor en carne propia; la famosa entrega de amor. Y Víctor, casi tan apenado que el color en sus mejillas se asimilaba al de un tomate, procuró en la medida de lo posible evitar la mirada de Julia, por miedo a ser recriminado. A pesar de la verguenza de un encuentro tan precoz como tosco, él, sintió el verdadero amor en carne propia; la famosa entrega de amor. Ella aun adolorida se sentó sobre sus rodillas, quedando de frente a aquel muchacho avatido por la inexperiencia, lo miró con dulzura, esbozó una aún más melosa sonrisa y le dijo: "Me has echo mujer, nunca olvidaré este hermoso momento... Gracias."
Aquel fue un momento único, lleno de sentimiento y verdadera confianza entre dos jóvenes que dejaron a un lado los prejuicios que impone una sociedad cada vez más hipócrita y, sencillamente, se amaron cuando lo creyeron correcto. No hubo un profiláctico, ni dudas, ni consideraciones religiosas ni de edad, tampoco hubieron detalles ostentosos ni brillantes, fue una escena tan común que fue mágica; al menos para ellos. Fue el amor en las miradas de la juventud. Tan ansiosa como errática, pero tan sincera que, lo crean o no, debe tomarse de ejemplo.
Héctor L. González.
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Poeta
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Pocas veces nos paramos, pocas veces evitamos el terrible momento de frenar nuestro apurado camino – vale acotar que no es un camino productivo - pocas veces bajamos el ritmo de nuestra acelerada rutina para, quizás, disfrutar un poco del intoxicado oxígeno que recorre cada centímetro de nuestra sofocante y atestada guarida urbana donde el corazón humano enferma, como lo dijo una vez William Wordsworth, o para, aunque no lo entendamos, tratar de encontrar ese punto exacto donde convergen tantos colores formados por uno de los mecanismos más perfectos de éste azar presuntuoso que nos dio vida: la vista. Mucho menos, nos detenemos en camino al trabajo para saborear el triunfo de tener cada miembro en su perfecto lugar, salud para caminar, y la dicha de poder (por nuestra propia voluntad) inhalar y exhalar el aire que tanto hemos intentado contaminar, a veces, por mucho que nos cueste (y no sé bien por qué), debemos frenar en pleno beso aunque esto arruine el momento, abrir los ojos bruscamente y chocar mirada a mirada con esa persona a la cual le regalas (sin garantía previa) toda la confianza y pasión dibujada en un beso, mañana, aunque no sea costumbre en nosotros, debemos intentar parar en seco nuestro apresurado paso y darle gracias a la vida por todas las cosas que nos ha brindado, por habernos parado de mal humor al notar que nuevamente es lunes, por haber derramado un poco de café en la corbata, por tener seres queridos que bien sea por costumbre o real aprecio, cada mañana nos desean un excelente día, por cada cigarro que se fulmina nuestras bocas o por cada beso en la mejilla de ese amigo fiel que siempre se muestra abierto a nuestros problemas, por cada grito irónico de nuestros jefes, por cada mirada comprensiva de nuestras madres o por cada vivencia que, por mero capricho; se reproduce totalmente fuera de contexto en nuestro día. Existen muchas cosas por las cuales agradecer, algunos agradecerán a un Dios, otros a un billete de alta denominación y otros, como yo, que solo agradecen a la vida por este maravilloso azar que, de entre tantas otras opciones en la guerra inicial (Esa guerra que formamos en el vientre de nuestras orgullosas progenitoras), nos permitió llegar de primero dándonos nuestro primer ¡Golpe de suerte de la vida!
Por ésta y muchas otras razones, mañana no insultaré al celular por despertarme o al estudiante por entrometerse en mi camino matutino al trabajo, tampoco odiaré el tráfico y mucho menos al vecino de camino que, ejerciendo su libertad personal, decide escuchar música en alta voz, mañana respetaré a cada objeto o persona que se interponga en mi camino, pues, he tenido la suerte de vivir y sobrevivir, de respirar, de opinar, y, de amar. Aún amanece gratis, aún hay esperanza de un mundo mejor, pero, nada cambiará si empezamos la mañana quejándonos por trivialidades que – si vienen al caso - pero que no trascenderán.
Mañana sé libre y procura disfrutar de cada paso y cada gesto, como lo haré yo.
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Poeta
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Gotas de mi esencia se quedan aquí, salpicando el papel cual sangre invisible... Agónico estertor de la inventiva que no se cansa de soñar y de imaginar otras realidades.
Noviembre 2010
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Poeta
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Observando la perfección infinita del espacio; trata uno de comprender él ¿Por qué? Absoluto de nuestra existencia. Ese gran privilegio de poseer nuestra propia vida; dirigirla y en la mayoría de las ocasiones… desperdiciarla de la manera más vil. Si, desperdiciarla… sin saber que hay tantas formas de ayudar, como causa y efecto ayudarnos, a ser mas humanos, mas hermanos, mas únicos. Pero si bien es cierto que poseemos ese tesoro invaluable… también es de buen tino reconocer que el camino es pedregoso, fangoso, seco y muy pocos tramos de un excelente camino. Surge de manera inmediata la respuesta… Así es la vida… el ser la única especie pensante, dominante, generadora de progreso; y en ese contexto único, nuestros propios asesinos. Bueno, fuera en perecer solamente nosotros a consecuencia de nuestros propios actos, desafortunadamente erramos y con ello sobrepasamos los limites de posesión, pues dañamos a otros seres inocentes, nuestro entorno, nuestro mundo y nuestro universo. Y todo por ser únicos; en este cajón inmenso que nos rodea… que ciegos, sordos, cínicos e hipócritas nos hemos formado. Protagonizando campañas y abanderando temas necesarios pero que en realidad ignoramos en su esencia lo que es el progreso, la unión, amor, paz y la relación de los actos mismos de ser únicos y que nos ubican en ese consumismo ambiguo de destruir y aniquilar todo lo bueno y bello de nuestro propio ser único. Falacia, decir que somos partidarios de los criterios y opiniones que coadyuven en ese desarrollo social, ¿que vemos a día a día?... de proyectos y programas que extingan las carencias de nuestra propia vergüenza social; tratando de presumir las preocupaciones por los seres desprotegidos y carentes de todo. Y todo por ser únicos.
Continuará…
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Poeta
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