Pequeña niña pequeña mujer, te encontré un día Bajo un atardecer, de cielos rojos de sangrantes nubes, que adornaban tus ojos, te vi y me enamore,tus piernas, se dejaban ver,por aquellos pantalones rotos , descubriendo tu desnudez, me miraste sonrojada,me di cuenta sin embargo que te gustaba que mirara,mis ojos recorrieron tu relieve y se posaron en los tuyos,Entonces comprendí que serías para mí.
Tu sensualidad,encarceló mi corazón, tu belleza le puso grilletes a mi vida,mi alma se escapó, solo para buscar tu alma, escorpiana ,escorpiano los dos somos un volcán en erupción y la lava,es el sudor de esas noches de sexo y de pasión, donde solo tu y yo estamos no existe, el mar ni la tierra, ni la luna, ni el sol.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf
|
Poeta
|