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Sangra el paranoico corazón en mis extremos derramados, Me dices iluminada hundiéndote en el reflejo azul
Me recoges del remoto murmullo de la sombra y la hierba del origen extenso y la histeria ebrio en el infinito amanecer en la seducción urgente
Sangra el paranoico corazón dices velando la noche sangra, hasta manchar la pared
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Poeta
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La respiración se confunde en su afinación perversa Es tarde, no dejes de tejer mi rostro en la tormenta
Aquí no hay nadie que escuche a pesar de que repaso una y otra vez estas huellas Para el preámbulo nocturno no hay tiempo Es tarde para preguntarse que hacíamos parados al borde de la espera
La higuera se quiebra y no comprende el retorno de mis ojos el inútil intento de romper el silencio
Te digo esto al borde del abismo entre un cielo opaco y un mar olvidado te digo esto en el vacío para que al fin sepas que regreso
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Poeta
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No me visites, cuando mi cuerpo Este en frio reposo, en la cama del sarcófago No cantes mis laureles cuando este muerto No grites por mí cuando no pueda oírte O beses mi cara cuando mi piel no pueda sentirte
Cuando voz hagas esto, no lo aceras por mí Cuando mi cuerpo este frío y no tenga aliento Mis ojos no vean, y mis oídos no oigan Cuando mi nariz no pueda detectar tu olor, Mi piel no pueda presentir cuando te acercas Sera imposible disfrutar tu visita
Pues ven a mí, mientras fluye mi sangre caliente Y canta con migo las viejas canciones Mientras mis ojos todavía puedan verte Y yo pueda sentir tu calor Déjame oír tu risa y cántame felices canciones Entonces, déjame saber que tu estarás bien, Cuando todos mis días de mi vida, estén hechos
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Poeta
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Seductora diosa de arena cristalina Botella que seduce como Venus y Dalila Seductora aroma que invita al olvido Fuente liquida, que nos lleva a la euforia. Ven a mí
Entorpece mis sentidos y déjame en limbo Amoroso envase, que contiene mi delirio Déjame adorarte y besarte sin cordura Según embebo de tu gloriosa aguas, Desahogares mis penas y mi apenada historia
Amargas desventuras Que en mi senda he travesado Deshoje unas margaritas Y las deje muy apenada E Inconsciente, arriesgue mi vida
Amorosa vasija que contiene mi delirio Yo te imparto todas mis dolencias Y tú me imparta el efémero olvido Pater, ad me in limbo bibit (Padre, he bebido hasta que estoy en limbo)
Y cuando Helios haciende en su jornada Y sus rallos desvanezcan el éter de la noche Mi aturdido corazón confrontara tu venganza punitiva Y cargare tus cadenas abrumadoras Hasta que Helios regrese a su reposo
Entonces voz me encontrarás En las sombras de la noche Y comenzaremos de nuevo nuestro gran romance Acariciare tu cuerpo de arena cristalina Y besare tu boca hasta que de nuevo, me lleves al delirio.
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Poeta
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CON SABOR A MENTIRA.
Quiero huir de la noche, porque la soledad es mi compañera, y al despuntar el sol, abrir los ojos no quiero, cambia sendero de limo, mi paso de amor cansado, que decidir mi agonía no quiero, por sopesar mi delirio desmayo, quiero huir de la noche, de oscuridad enferma me encuentro, mas quiero encontrar el consuelo, en tus brazos prestados, con aroma a perfidia, con sabor a mentira, descansar en tu pecho, y soñar que eres mío.
Mónica Lourdes Avilés Sánchez. D.R
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Poeta
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Y después el infortunio contamina el aire, lo respiro cada instante, su aroma se pega a mi piel, y el color etéreo de su dolor cae de las lágrimas del alma perforándome las manos; espinas salen metiéndose en la carne. ¡Y hierven, y arden, y son ácidos carcomiéndome la vida!…
¡Ya no grito, ya no duelen las hincadas, solo siento agrado! Placer llenando el vacío disperso de mi morada ensombrecida, nefasta, pero al final satisfecha de silencio frío, perturbador recorriendo las arterias de mi interior, y después quedo dormido entre los brazos de la soledad.
Si existe alegría, yo no lo sé. ¿A qué le llamamos así? ¿Vendrá alguna vez, o se fue y más nunca volvió?... Yo solo conozco soledad; sé hablar conmigo mismo, contándome historias de grillos y de escarabajos ahogándose dentro del fango. Y repito esos cuentos una, dos… ¡Ya ni puedo recordar cuánto los pude contar! Y después, y después te diré: -Pues no lo sé.
Julio Medina 4 de marzo del 2014
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Poeta
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Bajo La Luz De La Luna. Por Hebert Fayet.
Su ausencia dejó una herida muy difícil de cerrar y entonces llegué a pensar tan solo en una salida, con pensamientos suicidas a la laguna me fui la luna que estaba allí curiosa me recibió y quizás adivinó el dolor que había en mí.
Y esa noche tan aciaga cuando al agua fui a saltar sentí la voz paternal de mi padre que me hablaba quien tenso me aconsejaba que pensara lo que hacía diciendo que las heridas Y sueños hechos pedazos son lecciones,no fracasos que aprendemos de la vida.
Ten en cuenta, me advirtió que el hombre debe luchar pero siempre respetar la vida que Dios le dio, y no pierdas, prosiguió en ti mismo la confianza progresa, lucha, y avanza hacia el sol de un nuevo día que a pesar de tus heridas donde hay vida hay esperanza.
Y en esa noche estrellada cuando el paisaje pintaba con sus fulgores la luna
en una bolsa encerradas arrojé bien maniatadas mis penas a la laguna.
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Poeta
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[img width=1000]http://diarioadn.co/polopoly_fs/1.84212.1383828147!/image/image.jpg_gen/derivatives/p2-1d679x340/image.jpg[/img]
En una noche de farra con mucha *birra por medio, a un ‘aliado’ di posada: Uno de ocasión, de esos que arrima la circunstancia, que desglosan sentimientos y las penurias igualan.
Como soy de trago extremo y poco rival me emparda, el hombre, de tan *empedo, llegó a mearse en la barra. Bien vestido, noble aspecto, pobre coso, me dio lástima y le ofrecí unos pertrechos: alfombra y una frazada y me puse a escribir esto mientras el tipo *atorraba.
Me había contado antes que había sido *boxindanga pero que largó el boxeo; la mujer no lo aprobaba y resignó sus anhelos de cuadrilátero y fama al fletacho y al cemento, “*giladas de cuando se ama”. ¡Todo al cuete!, pues, al tiempo de *remar sin gran ventaja, el amor al que hizo empeño, hartado, lo dejó *en banda, y sin fama, amor ni sueño, empezó la trasnochada.
Media mañana, (me duermo). Lo despierto al camarada (como gesto, considero que fue bastante *piernada).
El hombre, medio molesto, con desgano se levanta en ademán manifiesto de aquel que tiene dos caras. Un algo como siniestro, le destella en la mirada. Es mal instinto, presiento, que a duras penas aplaca y me dice grave y serio: “No traigas gente a tu casa… Parecés un tipo bueno. Nunca traigas gente extraña.” Me da su mano de hierro, yo le doy mi mano franca y se va como esos perros que se alimentan y apartan.
Un día, en el noticiero, me parece ver su facha. Había aparecido el cuerpo de una *mina estrangulada en un pasional suceso. Al ex marido acusaban de responsable del hecho, y, reconfirmo la traza en un breve descubierto, de mi huésped…yendo en *cana.
Birra: Cerveza. Empedo: Borracho. Atorraba: Dormía. Boxindanga: Boxeador. Giladas: Tonterías. Remar: Hacer, luchar, trabajar. Piernada: Favor. Mina: Mujer. Cana: prisión, policía.
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Poeta
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“¡Che Musa!... ¡Chinonga! ¡¿No escuchás que te llamo?!... Vení, vení que no te fajo. ¡¿Por qué me hacés dar bronca?! ¡No seás caprichosa! ¿Qué te hacés? ¿La rogada? Vení, que tengo ganas... ¡Arrimate carajo! ¡Mirá que me levanto y te doy con la vaina del fierro tal zotaina que ni que baje un santo te dejo un güeso sano!... Si yo te amo, percanta”.
-En la casilla escuálida, los versos se han callado; son hijos asustados ocultos tras el alba turbulenta y frustrada de su padre exaltado; demandante lunfardo del ingenio que falla; poeta que reclama, iracundo y borracho: “¡Más vino, más tabaco! y a su musa ¡a la cama!”-
Glosario Lunfardo: *Ciruja: Indigente *Chinonga: Mujer. *Fajo: Pego, castigo. *Fierro: Cuchillo, puñal. *Percanta: Mujer; en tono burlón o peyorativo.
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En la Casa de un Rico.
En la Casa de un rico, en un aparador, Hay una estatuilla de un ángel delicado, Tres tacitas de te de porcelana roja Y la foto de un Cristo con los labios morados.
Una muñeca Barbie con un traje de reina, Cinco canarios rojos, silentes, disecados, Un jarrón de Cristal con tres lirios violetas Y en un vaso una rosa de rosa ensangrentado.
El rico fuma un puro y observa un libro viejo, Su mujer, bella y grácil, lee alguna revista, Los canarios parecen que quisieran volar, Son el sueño transido de un cruel taxidermista.
El rico se levanta de su sillón de armiño, Se aproxima a su guapa mujer de alambre fino Y le grita salvaje palabras asquerosas Y se rompe una copa de cristalino vino.
Ella, bella, se ríe, y ríe, y ríe, y dice: Pedazo de cabrón, me he acostado con Sergio, Y tu hijo es de Jorge, impotente cornudo, El semblante del rico está violeta y serio.
Agarra a su mujer el cornudo insolente, Ella, como una gata, en las manos le clava, Las espadas del índice, el pulgar, y el meñique, Diminutos arados que con dolor excavan.
En la cara le araña mientras el rico grita: Puta, puta, cochina, asquerosa, marrana, Ella ríe y araña, y él empieza a llorar, Hay un cuadro de rosas y de verdes manzanas.
La discusión prosigue mientras el rico llora, Ella recita en verso los amores pasados, Las veces que en su cuarto se ha acostado con Sergio, Las veces que a su amante a su cama ha llevado.
Ella arranca, furiosa, el corazón del Cristo, Y se lo come vivo, rojo, palpitante, En el cuello de ella como estrellas sublimes Hay un collar carísimo de perlas y diamantes.
Se arrebata con furia la hembra lujuriosa, Escarba en las heridas, y le dice mamón, Tiene en los ojos brillo de pantera asesina Y en los labios las gotas de un ácido limón.
El rico llora y llora, tiene la cara roja, Escucha el verso agrio de la hembra soberbia, Que el corazón ataca con uñas de vampira, Hay una sed de mal, una sed de protervia.
Ríe y ríe y sonríe, y le dice explosiva: Y tu hijo es de Jorge, de Jorge el futbolista, No sirves para nada, y los cinco canarios Son el sueño asesino de un cruel taxidermista.
La alambrada de espino salta el ángel sublime, Y la gota desborda el vaso que se vuelca, El le dice: malvada, tu madre era una golfa, Eres cerda, cochina, eres puerca y repuerca.
El corazón del rico el tacón de la Diosa Pisotea agresiva después de vomitarlo, El vaso que se ha roto de vino cristalino No habrá nadie en la tierra que pueda repararlo.
La alambrada de espino salta el ángel sublime Y en el cuello del cisne el ciervo traicionado Pone sus manos crueles entre perlas brillantes, ¡¡¡¡¡¡ y recibe la hembra el premio del pecado¡¡¡¡¡. ................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero. (este poema es muy malo y está muy mal medido pero he hecho algo distinto de lo que siempre hago por lo menos).
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Poeta
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