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Tengo los labios marchitos Ya casi, esperando por ti Y de tu boca los besos De flor abierta al rocío…
Aquellos que no me diste Y que tampoco te pude dar Quisiera darte los besos de colibrí Hasta agotar el néctar de tus labios…
¿Cómo serán tus besos? ¿En qué otras bocas habrán perdido La pureza de amor divino Que un día quiso ser sólo mío?
Delalma
27/01/2020
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Poeta
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Cuando la añoranza aceche: Recuérdanos, en el frío de la tarde... en nuestras reacciones a la luz del alba, en tu contagiante risa desatando la mía, en los espasmos de tu piel al paso lento de mis manos y labios exploradores.
Y si la nostalgia reclama consuelo… Imagina nuestros tan estrechitos abrazos, que abrigan, derrochan ternura, protegen, restañan quebrantos y siempre arrullan… y si hacerlo desata un nuevo suspiro... debe ser que mi alma encontró la tuya.
Y si recordar, imaginar, sentir, suspirar… no bastaran, sabes que podemos soñar, que podemos hacerlo juntos o a distancia, allí nada puede evitar que estemos juntos, que podamos volar y detener el tiempo, el viento, las ansias… la misma melancolía.
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Poeta
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Esta noche, no tiene luna… tampoco tu voz ni cercanía, pero… explosionaron sin fin, todas las estrellas y luceros, vaya escena… para permitir que toda la nostalgia y memorias, se junten trepidando mi alma, en medio de esta inmensa ánfora oscura, pero pletórica de bruñidas luces muy lejanas.
Debo darle la razón a Neruda, sobre que: "todo el amor se vuelca cuando no estás…" Y a mí se me viene como cascada, como erupción como tormenta… te amo preciosa mía y tanto, que cuando no estás me falta todo y nada es suficiente ni bonito…
Atisban los detalles tuyos, nuestros y la memoria me sabe a desacertada, aleve… porque me desarma, me ataca y no quiero sentir cuan frágil soy… cuando este amor se revela y no estás, cuando la noche está explosionando de estrellas sin luna y sin ti mi amor, es que ahora mismo, estaríamos…
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Poeta
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Al filo de aquella noche; Cuando las aves hubieron apagado sus cantos, caminaba nostálgico por la bahía, como siempre, o como nunca quizás y juraría por mí vida, si ello fuera necesario, que pude escuchar pronunciarse tu nombre como un susurro lejano, casi ahogado entre el barbullo de un océano intranquilo, y sin quererlo me detuve a pensar:
Hasta el barco que navega en la oscuridad, casi siempre atraca en el puerto, porque la luna y sus estrellas les cobijan con su luz para que el marinero encuentre su hogar, y yo, aquí, sin ti, que fuiste mi luna y mis estrellas, me siento perdido en esta ciudad en la que no se si es que el tiempo se ha olvidado de ella; Si ella se ha olvidado del tiempo o si es que yo, perdido en mi tristeza, decidí olvidarme de los dos.
Héctor H. García
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Poeta
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En la sonrisa complice de esa pareja joven que baila como tú lo hacías ayer
Despreocupada y salvaje crean su futuro de amor En la fascinación del mañana que corre despacio imitando su voz
Tu mente sin tiempo te habla La pasión sigue en tus venas pero el futuro no alberga horizontes lejanos al anverso negros crespones se acercan
Valor requiere la vida era grata la ignorancia de aquella primavera que alzabas como bandera
Hoy acojes los recuerdos de tu inocencia y te brillan los ojos como espolones de estrellas
Los insabores se alejan al suspirar Pero al caer la noche remolona te hace reflexionar qué aquella que fuiste muy lejos debe andar y quedaste tú atrás
Duro reconocer que el porvenir de la ilusión marchitando está en tí
Oculta lágrimas de dolor con las uñas hecha pecho Vuelve a dar cuerda al reloj Cuida con tierra fértil las raíces arraigadas que aún habitan
Derechos reservados 14/04/2019
Dikia
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Poeta
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Si alguna vez pregunté por ti, será quizás porque soñé contigo, porque algunas veces te sueño; Porque algunas noches aún me duermo pensando en ti.
Tu ausencia no ha sido suficiente; En mi corazón no hay nada diferente y cada latido lo dedica solo a ti;
Contigo nunca fue tan negra la noche, ni la calle llena de gente tan triste y solitaria como lo es sin ti.
Mi mente y todo lo demás me dice que debo resignarme porque te he perdido, pero mi corazón, aún enamorado, para nada se rinde y me repite cada noche que no es así.
Héctor H. García
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Poeta
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LA CHIMENEA
Percibo mi casa fría y muda veo en el vacío, el diván preferido en el que tantas veces nos amamos, junto a la chimenea cubierta de talavera hoy no está más encendida, ya no luce la llama que bailarina, alegraba nuestras noches enamoradas, y en el silencio de la soledad me sirvo una copa de vino, la que disfruto recordándote con la que brindo por tus pantagruélicos detalles, y en el aire te beso y te aclamo, porque te extraño en la razón de mi existir, mi corazón desgarrado por tu ausencia sufre vehemente, el que palío escribiendo, con sangre y cansancio, y quedo recostada sin la frazada aquella, con la que me cobijaste en las noches frías de invierno, cuando la nieve y la lluvia poco importaban, porque la chimenea calentaba nuestros cuerpos, y el alma en fuego vivo siempre estaba vigilante, hasta ver por la ventana nuevamente el sol aparecer.
Mónica Lourdes Avilés Sánchez Derechos de Indautor País México.
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Poeta
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Esta historia hecha Poema, la escribí cuando era un adolescente , por eso creo que tiene la virtud de conservar la visión más pura que hay del amor, la dedico a todos aquellos que tuvieron la dicha de vivir un amor infantil , y lo convirtieron en una historia de vida, en un precioso altar. -
Altares -
Voces que nunca te conocieron
Palabras que nunca cupieron en tu vida
Miedos que nunca imaginaron
En una niña, para ellos desconocida -
Te dijeron que somos pasajeros
Que lo nuestro cortaba las alas
Que hay cosas que son solo sueños
Y se extinguen cual bengalas -
Te hablaron de tiempos oscuros
Depreciaban tu juventud cual quimera
También en los grandes muros
Enterrada resiste la primera piedra -
Gentil con una mente brillante
Sensible con el alma expuesta
Disfrutabas de la atención constante
Y llenabas vacíos, sin ninguna respuesta -
Estabas tan sola como yo
Y juntos visitamos lugares que no debimos
Herido quedo el Ángel que construyó
Los altares donde nos pusimos -
Eras náufraga de tu origen dividido
Por cinco veranos seguiste la misma estrella
Mares de pasiones navegaste conmigo
Oh tormentas que dejan mella -
Siempre añoraste pisar puerto seguro
Ya dueña de ti misma intentaste avisarme
No entendí y me extravié en tu futuro
Y volteaste tu vista al derrumbarme -
Como buen soldado en el campo de batalla
Te entrego mi armadura pues lo tengo merecido
Mis complejos se desploman cual muralla
Puedes matarme, pero no dejarme herido -
Mis miedos ahora claros como cristales
Se resumen en cosas que no sabías
Hoy tus palabras caen a raudales
Por no saber la intensidad de lo que decías -
Estabas tan sola como yo
Y juntos visitamos lugares que no debimos
Herido está el Ángel que construyó
Los altares donde nos pusimos -
Hay voces como la mía
Que supieron mitigar tus miedos
Yo si conocí a la niña
Hoy la niña de mis sueños - - Jorge Alfonso Ruiz Galindo (Poeta Gotzon) invierno de 1991 Este Poema es ganador de la "Mención de honor" y publicado en el libro Poemario "Lágrimas de Poeta" en España [/center][/i][/b][/font][/b][/size][/color][/color][/color]
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Poeta
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Reina noche --- (Este poema está dedicado a todos los amantes de la noche) ---
Puntuales las mareas, fieles tus anunciantes Pajes de vientos fríos
Y hordas de guardias, entre olas delirantes
Impecable con tus vestidos
En matices siempre oscuros
Con adornos titilantes y misterios atrevidos
Monarca de los amantes
Catadora de los vinos
Anfitriona de los sueños y castigo de los niños ----
He sufrido mucho el día
Por eso, he de vivir de noche
Confundirme junto a ti
Sin la luz que me reproche ----
Puntuales las mareas, fieles tus anunciantes
Como damas las auroras
Y las óperas de bichos, entre grillos capellanes
Poética en las tertulias
Amazona de los mitos
Con nostalgias chambelanes y maestra de los ritos
Cobijo de los amantes
Catadora de perfumes
Anfitriona de mi vida y testigo de costumbres ----
Crepúsculos que te hacen mártir
Así yo, cuando pienso en ella
Y entre sueños compartir
El amor de una doncella ----
He sufrido mucho el día
Por eso, he de vivir de noche
Confundirme junto a ti
Sin la luz que me reproche
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Jorge Alfonso Ruiz Galindo
Este poema se publicó en el libro "Poemas en la noche" (España)
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Poeta
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Cuánta razón tenías, en aquella obscura noche De aquel desolado muelle, de brillante luz Donde reinaba la nada, entre barcazas viejas Hundidas por el tiempo, herrumbradas por la mar
Cuánta razón tenías, entre tablas mojadas Que los tiempos no existen, que comparten miradas Miradas que se pierden, entre lágrimas amargas Que nublan tus ojos, cristales rotos en la marejada
Ajando la piel, una huella deja, clavada en la sien Contado los días, desde que te fuiste, perdí mi destino No pude encontrar el camino, laberintos de lejanas tierras Donde nadie vive, solo el silencio de un otoño triste
Cuánta razón tenías, en decir lo que dijiste Los amigos no están, cuando los necesitas La amistad es como el fuego, sin madera se apaga Y te quedas solo, en la madrugada del alma.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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