Hace apenas veinticuatro años la vida tendía sus manos en Francisco R. Murguía, Zacatecas, Dios por guía.
Nació Valeria Landeros Calderón con sus luceros los cuales se han apagado por el mal más desatado.
Zacatecas, ¿qué ha pasado?, la inocencia te han robado los “gobiernos” displicentes y bárbaros delincuentes.
Ambos gremios muy indignos, ¡ay!, que terribles designios de los diablos de esa gente de atrocidad indecente.
Tan amado Zacatecas, las pupilas ya resecas por tanto llanto regado del pueblo desheredado.
¿Quién sigue a que lo lastimen? con violencia por el crimen sin ley se encuentra el Estado sin derecho . . . masacrado.
Qué vergüenza Zacatecas de verdad que ahora pecas de sin razón enquistada en tu tierra tan sagrada.
Secuestraron a Valeria, la justicia en la miseria, nos mataron a Valeria que desgracia, que tragedia.
Valeria mujer valiente sufrió martirio inclemente, mujer sana valerosa perdió el ser esplendorosa.
Nieves queda en la penumbra ya Valeria no lo alumbra con su gracia y juventud, con su canto a plenitud.
Su ausencia deja secuela en la familia, en la escuela, amigos, compañeros y maestros lamentan hechos funestos.
Adiós Valeria Landeros van sollozos lastimeros más mi oración y un rosario, Alexis, Luis, Irving, Natalio.
Como tú, universitarios, no seguirán solitarios compartirán los senderos de Dios ya son tus luceros.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 20 de febrero del 2022 Réquiem por los jóvenes universitarios: Valeria Landeros Calderón, Alexia Monserrat Ávila Esqueda, Luis Ángel Manzanares, Irving Castor Rojas y Natalio Torres Balderas, cruelmente asesinados entre los días 12 y 17 de febrero del 2022, en la Ciudad de Zacatecas, Zacatecas, México . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
las flores, los campos, los animales, todos morirán
mientras buscan sin consuelo aquello que quieren.
Y en el fin de mi mundo,
pensaré en tus ojos antes de precipitarme,
pues te has convertido en la celestina de la muerte,
pues tus recuerdos me atormentan para guiarme,
pues me he enamorado de la parca para volver a verte.
En este poema expreso el dolor de la pérdida del ser amado, hasta el punto inlcuso de sucumbir ante la realidad y sin poder soportarla terminar con todo.
Vulcano furioso está en su elemento, la flora, la fauna, sufren cruel tormento, de amarillo al rojo, naranja, el paisaje, fuegos encendidos son un nuevo traje.
Las llamas, sus lenguas, llegan hasta el cielo, el viento propaga así el desconsuelo, conjunto de troncos se pierde en la pira verdoso follaje calcinado expira.
El arder del campo invade el momento qué horrible concierto de “achicharramiento”, la tierra se queja su ser se estremece padece dolores, lo fértil fenece.
Tóxica humareda, fétida, se esparce, tizne, hollín, los gases, son de preocuparse, ya que se extermina un pulmón del mundo quedando a la suerte de muerte al segundo.
Las especies pasan al infierno en vida bramando de espanto emprenden la huida buscando refugio, infructuoso anhelo, los cuerpos regados se ven por el suelo.
Colinas y cerros todos desolados, el bosque panteón de árboles quemados que acaban en perchas de pie, fantasmales, pavesas, cenizas, fueron pastizales.
El fúnebre monte se vuelve maqueta de varas, tizones, la senda repleta de palos, carbones, zombis inquietantes sobre las laderas, hoy, posan flamantes.
Tal trance perturba la naturaleza, ecocidio enmarca la pena, tristeza, muy tétrico, inerte, luce el escenario, el drama es presagio de nuestro calvario.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 10 de agosto del 2021 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)