|
1. Instinto e Suposição
A beleza do instinto se supõe Ser belo quando não há mais Nada que possa falar ou mesmo Se mexer em tempo algum.
|
Poeta
|
|
1. Instinto e Suposição
A beleza do instinto se supõe Ser belo quando não há mais Nada que possa falar ou mesmo Se mexer em tempo algum.
|
Poeta
|
|
Túnel de la desgracia
Me adentré en tu túnel misterioso que surcan los sueños y mis lánguidas imaginaciones Y encontré vacío y profundo el palpitar de tus corazones Así como impávida y muda la fluidez de tus conversaciones Así como estaban cerrados como muros y fríos tus besos, sin la emoción de tus pasiones Y allí en ese túnel tenebroso, conocí la oscuridad, sin el perdón de mis razones Me azotó tu tormenta huracanada con rayos y centellas que destellaban en todas direcciones Mostrándome entre tinieblas, la loza de la sepultura entre miedos, caos y confusiones Túnel siniestro y sombrío, de llantos, lágrimas y desesperaciones Intenté contigo enfriar las cenizas del infierno y callar el grito de tus maldiciones Quise sanar las heridas sangrantes de tu traición y evitar tu soberbia en las discusiones Te bajé el sol para que calentara tu cuerpo y alejara tus malas intenciones Te arrope con la luna esplendorosa para que tu alma se llenara de amor y de ilusiones Pero seguiste en las sombras, toda iracunda e ida en otras dimensiones
Túnel de la desgracia, en la soledad de tu oscuridad, que me arropaste ocultándome la salida Corazón rodeado de sombras y penumbras, que están acabando con la lucidez de mi vida Silueta macabra, que se desplaza en tinieblas como fantasma de repente aparecida Ya no sonrío, ni te quiero al rostro mirar, ni quiero pensar que una vez fue mi amante, mi moza y mi querida Se marchitó tu capullo y se te cayeron los pétalos de tu vanidad y de egos creída Se te agotaron las municiones de tu escopeta oxidada, sin pólvora de bandida El túnel de tu desprecio arde en llamas sin tizón, en lenguas de fuego encendida Se te acabó la faena, sacrificando al toro sin arena y sin esperar el fin de la corrida Acabaste con mis sueños, dejándome sólo pesadillas, con la felicidad muerta y dormida Nunca atravesaré el túnel, porque tu silueta pasa como espectro y nunca se olvida Túnel de la desgracia, el desespero de mi soledad, por nadie entre la oscuridad comprendida Quise atravesar tu cuerpo y tu corazón, pero mi alma en tu túnel macabro, fue sorprendida Quise escuchar la última canción y la triste melodía en la soledad de mi despedida En los estertores de mi agonía, la muerte en una túnica negra, al final del túnel se escondía Quise desaparecer y abandonar aquella terrible oscuridad, pero mi alma a la tuya estaba poseída No sé si la vida se me fue de día o de noche o entre las sombras de amanecida O si el túnel de la desgracia fue real y con mi muerte, la vida al final fue vencida.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga abril 22-2023
|
Poeta
|
|
1- Me alimento en ti recaigo en tu cuerpo recargando el recuerdo y la pasión de tus ojos. ********* 2- Amanece y tus ojos dan la imagen positiva que todo cuerpo necesita para vencer a la sombra y comenzar de nuevo. *********
|
Poeta
|
|
América con amor
Te fuiste una noche de mi lado, mujer querida y hermosa Huiste a hurtadillas, callada y entre sombras silenciosa Si eras mi sol ardiente y mi luna llena maravillosa Me dejaste una nota sin escritura, ni palabras, ni dedicatoria, sólo un beso de amorosa Me dejaste la huella de tu vestido y de tus fragancias de aromas deliciosas Me propuse buscarte por toda América, bella grande y majestuosa Mi alma habló con mi espíritu y volamos a buscarte en forma acelerada y presurosa Salí raudo desde la Patagonia, surcando estepas, praderas y desiertos, de fiordos y glaciares, tarea dificultosa Recorrí la Pampa de inmensas llanuras, de pastos sin árboles, de horizontes y paisajes de bellezas esplendorosas Atravesé la cordillera de Los Andes, de cumbres inmensas, de volcanes y nevados de belleza blanca y de vestimenta maravillosa Se me nublaron los ojos de ver el Aconcagua, con su belleza nevada y de su pico blanco clamorosa Descendí al desierto de Atacama, el sitio más árido del mundo, sin el riachuelo del agua preciosa Y presencié allí la visibilidad más nítida del firmamento, de claridades asombrosas Descansé por unos instantes a las orillas del lago de Titicaca, de sus aguas nítidas y transparentes, de brillos dulces de manantial sabrosa Son las lágrimas del Puma, en las noches de luna llena, que derraman del Inca impresionante milagrosa
Mi alma voló sobre mi espíritu, buscando a mi adorada amante sobre la selva Amazónica, en la majestuosidad de sus inmensidades Con su bosque tropical y biodiversidad más grande del mundo y desde allí se siente de la naturaleza sus anhelos y libertades Árboles inmensos y caudalosos ríos, de pirañas, de animales fieros y de aves hermosas, de aires húmedos tropicales, de bellezas por cantidades Pulmón de la tierra y del hombre, que la destroza y la deforesta a pasos agigantados y a grandes velocidades Navegué desde las alturas por el caudaloso río Amazonas y desde allí se ve la pequeñez del ser humano, del ego y la vanidad de sus debilidades Me adentré en el nevado de los Andes del Chimborazo, cumbre de paz, de armonía y tranquilidades Del Libertador, del delirio de la libertad de América, con la premura poética de sus ardientes ansiedades Del piedemonte de los Llanos orientales, de llanuras y pastos y humedales Y allí en medio de la inmensidad de sus llanuras, lloré por mi amada mujer perdida, entre miedos y solitarias oscuridades Se me lleno el pensamiento de pavor y pánico, sin saber si estaba bien o la acechaban crueles enfermedades A veces veía su lindo rostro reír y con carcajadas correr, llena de amores y felicidades Seguí volando sobre mi espíritu y un olor a café burbujeante me volvió el alma a las realidades Estaba sobrevolando sobre la región cafetera, de montañas verdes, llenas de naturaleza y de grandes bellezas, de cultivos y sus novedades Región siempre primaveral, de jardines florecidos de rosas y orquídeas, de fragancias, aromas y perfúmenos apara sus majestades Y allí encontré la esencia, la fragancia y el perfume de mi amada, recordándome el recinto y la pasión de nuestras intimidades Flores de mil colores, como las mariposas amarillas del nobel con sus letras y solemnidades Cruce el cañón del hilo de plata en noches de luna llena, con la majestuosidad y el calor de sus generosidades Mi espíritu, buscaba el alma buena y pura de mi amante, surcando el río de la Magdalena de nativos con sus ofrendas de oro, en el recinto de sus divinidades
Y allí, en esa tierra preciosa de mi América bella y hermosa, lloró mi ardiente corazón lo que nunca había llorado en la vida He recorrido la mitad de mi placentero continente americano y mi querida amante, aún sigue deambulando perdida Mi corazón afligido y triste, palpita acelerado y mi mente la sueña a veces despierta y otras veces la veo plácidamente dormida Sólo me acompaña el recuerdo de su fragancia y la sonrisa de su felicidad, por mi alma comprendida Su vestido blanco y sus enaguas transparentes, que mi acalorada pasión jamás olvida Sobrevuelo el Istmo que une a la América hermosa, del paraíso en su edén con emoción convertida Sólo Dios sabe lo placentera y encantadora que es América, con su adorable bendición al hombre en sus manos ofrecida Rodeada de inmensos mares de belleza azul, del fuego del firmamento encendida De playas agradables y de arenas blancas para disfrutar del placer, las únicas preferidas De Océanos profundos y de aguas de los siete colores, de la naturaleza del mar, su belleza exuberante bendecida Desde lo alto del firmamento se aprecian los templos de antiguas civilizaciones y culturas de adelantos, por hoy, de todos sorprendidas Tierras hermosas guadalupeñas, de llantos por mi amante en las noches de aquella huida sin despedida Y allí en la frontera, de gigantes muros de alambrado de púas y cinchos de escalofriantes puyas escondidas Se pone un alto a la libertad del sueño americano, de llantos y de dolor interrumpida Mi alma bajó sobre la cerca de alambres y de púas y allí estaba su sonrisa, del clamor detenida Parte de sus enaguas blancas estaban allí hechas jirones, con su sangre manchada en dolores sumida Y un pozo de lágrimas, marcaba sus pisadas, dejando sus huellas en las arenas calientes, del ardiente dolor revestida Proseguí con el dolor de mi alma, el camino de su búsqueda con amor y esperanza del espíritu poseída Sentí que había pasado el muro fronterizo, una noche lluviosa de neblinas tormentosas, de amanecida Iba dejando su dolor, parte de su corazón y de su cuerpo hecho pedazos, de jirones de su vestido, que en su huida a algún lugar de América proseguida Atravesó el Gran Cañón, dejando sus gotas de sangre a lo largo de su extenuante recorrido, de sed de su infierno y de hambre en la soledad combatida Le seguí muy de cerca, sus gotas de sangre fresca, que con su dolor la libertad con amor defendía América hermosa es una sola, para el ser humano sin fronteras, ni muros, sin alambrados construida Volé raudo con mi alma sollozando, con la fe infinita de encontrarla en su correría por toda América perseguida No sé si era una visión o un espejismo o una realidad y la vi allí al borde del precipicio, solitaria, triste y confundida Las cataratas del Niágara que deja caer el agua dulce de los lagos del norte, de caída abismal estremecida Regresé con mi alma y espíritu a mi sufrido y sudoroso cuerpo y estreché entre mis brazos a mi furtiva amante, que con su sonrisa de señales de emociones atraída No sé si estaba flaca u ojerosa, fea o esplendorosa, sólo sé, qué la tenía entre mis brazos y entre el amor y la pasión, la emoción contenida por unos instantes nos invadía El abrazo con mi amante mujer fue tan brutal, que los huesos se rompieron en el movimiento de la crujida Una neblina blanca y densa nos arropó en la hermosa América bella y placentera dormida Un aire frio que helaba los huesos, en nuestros pies con fuerza huracanada ascendía Ciegos, abrazados por el amor infinito, en la fructifica búsqueda por toda América, encontré a mi amante y a mi mujer consentida Las fuerzas de las aguas de las cataratas, arroparon con fuerza el peñasco de sus rocas que con ahínco desprendida Y el peñasco nos envió abrazados al fondo del precipicio encantado, para siempre con gritos y con llamas encendida Valió la pena recorrer toda América bella y hermosa, por un amor, por una pasión, por un querer y por una mujer maravillosa y esplendorosa, que la muerte nos arropó en un lugar recóndito, de su belleza única escondida.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga abril 20-2023
|
Poeta
|
|
1. A Dama de Preto
Ela que de beleza singular e rara Vive em todos os momentos Do sonho irreal e louco, como se Fora uma donzela do espírito.
Que beleza ímpar e invulgar!
Seus sonhos são como altas torres De marfim a despontar no horizonte, Seu corpo vapora em gotas de Santidade branca e inenarrável.
Dentro dela há a constelação mais Brilhante e perfeita de um mundo irreal.
|
Poeta
|
|
1. A Dama de Preto
Ela que de beleza singular e rara Vive em todos os momentos Do sonho irreal e louco, como se Fora uma donzela do espírito.
Que beleza ímpar e invulgar!
Seus sonhos são como altas torres De marfim a despontar no horizonte, Seu corpo vapora em gotas de Santidade branca e inenarrável.
Dentro dela há a constelação mais Brilhante e perfeita de um mundo irreal.
|
Poeta
|
|
1. A Dama de Preto
Ela que de beleza singular e rara Vive em todos os momentos Do sonho irreal e louco, como se Fora uma donzela do espírito.
Que beleza ímpar e invulgar!
Seus sonhos são como altas torres De marfim a despontar no horizonte, Seu corpo vapora em gotas de Santidade branca e inenarrável.
Dentro dela há a constelação mais Brilhante e perfeita de um mundo irreal.
|
Poeta
|
|
La música empezó a sonar con una canción especial, era la canción del amor que a nosotros nos hizo enamorar.
Notas bien conocidas las frases de la melodía, nuestras miradas se cruzaron como sabiendo lo que pasaría.
Mi mano tocó la tuya invitándote a bailar, nuestra canción estaba sonando y no lo podíamos evitar.
Las personas ya no estaban de a poco fueron desapareciendo, hasta que quedamos solo nosotros y nuestro amor fue creciendo.
Cada vez más sonaba la música más y más nos íbamos abrazando, es como una obra mágica que de a poco nos fue envenenando.
Ya no teníamos control la canción nos había hipnotizado, por el amor nos dejamos llevar como jamás lo hubiéramos soñado.
Nuestros cuerpos se transformaron llenos de ilusión y alegría, fuimos más allá de todo al límite de la fantasía.
Todo sucedió esa noche y fue como un disparador, que activó nuestra relación más allá de la razón.
Aunque tú ya no estás conmigo la canción no se ha ido apagando, porque nuestra canción del amor en mi corazón sigue sonando.
|
Poeta
|
|
A mi edad
A mi edad, disfruto de las palabras, hablando en medio de mis soledades Ya no me asusta nada, ni le tengo miedo a los espantos, ni a las oscuridades Ni a la llorona, ni a la pata sola, ni a los muertos, ni al sufrimiento de las enfermedades A mi edad, no quiero quejas, ni reclamos a las cadenas, ni a las libertades No quiero estar cerca de llantos, ni de amarguras, ni de caras largas, ni saber de dificultades Se está acabando el tiempo y la vida no tiene reversa, ni segundas oportunidades A mi edad, ya nada me impresiona, ni la furia de los tornados, ni las borrascas de los huracanes, ni las inundaciones, ni las calamidades No soy tenido en cuenta, ni cuentan mis opiniones y mucho menos mis actividades Tampoco quiero saber de trabajos, ni que evalúen mis capacidades No me escondo de nadie, son los otros los que me olvidan, por mis achaques y debilidades A mi edad, no me importan los gobiernos, ni los políticos con sus ínfulas de dignidades Tampoco me importa, si la corrupción se robó el presupuesto de la salud, de la educación, de las carreteras, eludiendo sin pena sus responsabilidades A mi edad, ya no creo en promesas, ni en la magia de los besos, ni en la pasión con sus furtivas ansiedades Ya no me impresiona la moda, ni la vanidad, ni el ego, ni las soberbias de las agitadas comunidades No me interesa hacerle la venia a nadie, ni verle el cuerpo a la vecina en sus intimidades Me da lo mismo, invierno o verano, sí siempre vivo en otoño, sin hojas como los árboles, esperando que lleguen las tempestades A mi edad, no tengo fuerzas, ni ganas para nuevas aventuras, ni buscar pleitos, ni hostilidades Ni conocer otras playas, ni otros mares, si mis arenas están llenas de espumas blancas, que se pegan en mi cuerpo en el horizonte de sus inmensidades Lo que tenía que conocer ya lo disfruté con el alma, en lo más profundo de las infinidades Ya no sueño, ni tengo pesadillas, duermo como si ya estuviera muerto, rodeado de espiritualidades No sé si estoy dormido o si aún estoy despierto, peleando sólo con mis terquedades Ya nada me importa si es verdad, o si es mentira o si son ciertas sus veracidades
A mi edad, ya estoy en las últimas cucharadas, disfrutando del manjar de la vida y saboreando las últimas sensaciones Nada me importa lo que quiero, ni lo que siento, ni del pálpito el agitar de los corazones Sólo sé, que el dolor es pasajero y se acaba con la muerte en cualquier rincón de las habitaciones A nadie le interesa lo que soy, ni lo que fui, ni lo que hago, ni las habladurías de mis conversaciones A mi edad, tampoco me importa si me quieren o si me aman o si me hacen el guiño con sus expresiones Tampoco quiero saber si me odian, si me aborrecen y no quieren escuchar las opiniones de mis razones No me interesa si es de día o de noche o si está lloviendo con tormenta o si arrastra rayos por montones Mi mejor edad no fue ayer, ni lo que hice o deje de hacer, sino lo que vivo hoy, con mis sueños llenos de imaginaciones A nadie tengo que darle explicaciones, como tampoco nadie me las esta pidiendo, ni le tengo que dar de mis actos informaciones A mi edad, nadie me dice para dónde tengo que ir, ni espera mis consideraciones Tampoco a nadie le interesa para dónde voy, ni el caos, ni el dolor de mis confusiones Ya no lloro, porque no tengo lágrimas para derramar, ni pañuelo para las traiciones Tampoco río, porque no tengo con quien reír, ni tampoco quiero sus compasiones A mi edad, no me interesan los chismes, ni las habladurías, que se ciernen en los callejones No tengo espacio para las intrigas, calumnias, ni para la confesión del pecado y sus revelaciones A mi edad, no me escondo de nadie, porque no tengo nada que ocultar, ni soportar el látigo de las maldiciones No me interesa encontrar un nuevo amor, ni sentir otras furtivas sensaciones Ni solucionar de otro sus errores, ni estoy para perdonar, ni soltar el candado de las prisiones A mi edad, no me importan las arrugas, ni las canas, ni las odiosas comparaciones Si estoy encorvado o cabizbajo o si se agita del pulmón sus respiraciones Ya no tengo tiempo para andar con pendejadas, ni mostrar los diplomas, ni los méritos, ni los demás cartones Sólo me acompaña el último suspiro para seguir viviendo y olvidarme del ayer y del hoy con sus preocupaciones Disfruto a solas mis risas y carcajadas, que hacen eco en las paredes del silencio, de mis lánguidas resignaciones No quiero trato preferencial, como tampoco maltrato, ni insultos, ni humillaciones A mi edad, sólo espero en silencio que llegue ese día esperado, cargado de oraciones y meditaciones Saborear el último sorbo de la vida sin afugias, sin miedos, ni preocupaciones Sólo espero que la algarabía y la alegría de la hermosa vida, se convierta con mis años y a mi edad, en el silencio de la soledad de la muerte y que sea de mi alma, bienvenida en sus mansiones
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga abril 12-2023
|
Poeta
|
|