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Un bastón, fiel amigo de mis pausas Me acompaña, desde tiempo atrás, En esta parte de mi largo caminar En lo que será, tal vez, mi travesía final.
Ya no me queda mucho por andar Y el fin de mi camino se vislumbra Pues cada noche mis sueños visitan Los amigos de farra, de tiempos mejores…
Los familiares a quienes quise tanto, Las mujeres, a las que di mi corazón, Y hoy con la mirada triste, los recuerdo, Con alguna lagrimilla, navegando por mis ojos.
A mi cuerpo, hoy le pesa hasta el alma Pues con la espalda encorvada, cansado Lleva a cuestas los recuerdos, buenos y malos En éste frío invierno, donde la muerte acecha.
Cuando yo muera, vendrán los familiares Los amigos que aún quedan y dirán: “Tan bueno que era… así es la vida”… Y tomarán café y comerán galletas…
Pero mientras tanto, ahora que más que amor Me hace falta compañía, una conversa… Nadie viene y me voy quedando solo Olvidado, como los muertos del campo santo.
Delalma 15/05/2020
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Poeta
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Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento. a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irán a cada lado disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
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Poeta
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La luna llena aun refleja tu imagen Como un espejo bordado de estrellas Mostrando las formas de tu figura, Apenas envuelta, en sedas y tules.
Desde lejos yo te miro, enardecida… A la distancia de esos años, en espera De abrazar al amor sobre tu pecho Para darle del querer, todo lo bello.
Esa misma luna llena, que te reflejaba, Y su blanca luz filtraba hasta la alcoba Para entrar de lleno en nuestro lecho Celosa de todo cuanto tú, me prodigabas.
Yo por ahora, me la quedo mirando Y te encuentro en ella como siempre Bella y sonriente, alegre y enamorada; Aunque otros, no vean lo que yo.
Delalma 14/05/2020
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Poeta
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LA CULPA ES DE UNO
Quizá fue una hecatombe de esperanzas un derrumbe de algún modo previsto, ah, pero mi tristeza sólo tuvo un sentido, todas mis intuiciones se asomaron para verme sufrir y por cierto me vieron. Hasta aquí había hecho y rehecho mis trayectos contigo, hasta aquí había apostado a inventar la verdad, pero vos encontraste la manera, una manera tierna y a la vez implacable, de desahuciar mi amor.
Con un sólo pronóstico lo quitaste de los suburbios de tu vida posible, lo envolviste en nostalgias, lo cargaste por cuadras y cuadras, y despacito sin que el aire nocturno lo advirtiera, ahí nomás lo dejaste a solas con su suerte que no es mucha.
Creo que tenés razón, la culpa es de uno cuando no enamora y no de los pretextos ni del tiempo. Hace mucho, muchísimo, que yo no me enfrentaba como anoche al espejo y fue implacable como vos mas no fue tierno.
Ahora estoy solo, francamente solo, siempre cuesta un poquito empezar a sentirse desgraciado. Antes de regresar a mis lóbregos cuarteles de invierno, con los ojos bien secos por si acaso, miro como te vas adentrando en la niebla y empiezo a recordarte.
Mario Benedetti
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Poeta
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Al arribo de la ansiada Primavera El alborozo nos llenó de alegría, Olvidando los días grises invernales Aplaudimos la tibia brisa de la primavera.
Ella llegó trayendo ropaje nuevo, De mil colores vistió a las flores Y a los adustos árboles, tiñó de verde Tanto como a la siembra del campo.
Los árboles son como nuestros padres Nos cuidan y en cada una de sus hojas Nos regalan oxígeno puro, hasta morir, Al cambiar la naturaleza y llegar el otoño.
Es cuando las hojas amarillentas caen Al pie del añoso árbol, unas serán alimento Las otras serán barridas por el viento Y el tiempo, cuando el olvido abracen.
Delalma 14/05/2020
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Poeta
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Un poema no sólo habla de amor De la forma de conquistar o de amar, O de las angustias y peripecias, que A veces nos hace pasar, el desamor, Cuando no somos correspondidos, Tanto como lo quisiéramos.
Poema también es contar y cantar A las cosas nuevas que se descubren, A veces lo nuevo, no es reciente, pero Está allí, estuvo ahí, millones de años, Oculto en la enmarañada naturaleza Antes de que el ojo humano, lo viera.
Puede ser también, que algo caiga del cielo Y ya sea que por su brillo o su rareza Motive la mente de algún poeta, Escritor o loco, a que le escriba versos. Aun si ese algo, en bola de fuego termina Y se desintegra, ingresando a la tierra.
Delalma 13/05/2020
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Poeta
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Ave que vives en el costal de la prisa, ventana de anhelos que anidas en estrechos.
Quiero aferrarme a tu pecho, a tus extremidades de antaño, alas cargadas de vegetación / y cascadas, partes de un ser indómito que polinizas imaginación y anhelo / en lejanos párrafos de un libro escrito por la vida... ven a mi ave inquieta ven a mi pajarillo risueño que nunca se apague tu alegría ni se apacigüe de polvo tu vuelo...
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Poeta
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En mi vida aprendí a saber qué hacer… bajo cualquier situación o condición a no permitir que el miedo o la zozobra, invadan mi espíritu y deje que el azar maneje mis días, sentimientos, ideales, mucho menos mi grande y bueno amor.
Pero… este confinamiento me atrapó lejos y siento que ningún aparato conseguirá transmitir estas sensaciones, que explotan en mi pecho y que no atino como contarle a mi amada reina preciosa, que tanto añoro, que me falta su alegría, encanto, ternura…
Amigo poeta, la vida no brilla, no emociona, sin su sonrisa resplandeciendo mi existencia, escríbele por favor, con esa magia que tienes, para que consiga estremecer su corazón y quizás hasta cierre sus ojitos hermosos, con estas cosas, que ocurren acá... sólo, sin ella.
¿Sabes? A veces he podido verla en pantalla, mi corazón se desboca como siempre y casi que no atino decirle nada… y muy nervioso, prefiero escucharla y como bobo enamorado no dejo de mirarla, perdido entre sus labios y sus ojos y sus manos que casi hablan también.
Con tantas malas noticias, cómo me gustaría, poder ofrecerle mi hombro y sólo estrecharla, como cuando se fue nuestra Lucy, así las penas no duelen tanto… escríbele amigo poeta, que solo suspiro pensando en regresar a la casa… a nuestros amaneceres a su piel y su aroma.
Cuéntale por favor, que cada segundo juntos es un privilegio que mi memoria atesora en exquisitas imágenes, que son mi alimento y aliento y que desbordando en mis manos y labios, tengo todas las caricias y besos conque saciaremos toda la sed, que hoy hace alucinar.
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Poeta
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En el altar de mis pensamientos Tus recuerdos, siguen prendidos Encendiendo de amor, mis ansias Y volviendo locas mis ganas.
Te fuiste envuelta en la noche, Bajo un tropel de rumores vacuos Y en vez de plantarles cara, tú Le diste razón a la celada, a la insidia.
Yo nunca creí lo que de ti dijeron Pues quien engaña no se va llorando, Trapos y oro se va llevando No deja el baúl, la llave, y el candado.
Mi corazón te sigue esperando, No quiero que vuelvas arrepentida, Como siempre te quiero, arrogante, altiva Y con la frente bien levantada.
Delalma 12/05/2020
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Poeta
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Todos os dias ao acordar, eu não tenho nada o que comemorar...
Eu não agradeço a Deus por ainda estar vivo... Não tenho motivo.
Eu não queria estar aqui. Se foi eu quem pedi, eu já me arrependi...
Todo dia eu tenho que disfarçar e acreditar que está tudo bem...
Tenho que comparar o sofrimento de alguém com o meu, para melhorar...
Todos os dias eu incomodo Deus, pedindo para Ele me ajudar...
Você pode não acreditar, mas eu já estou com vergonha de tanto incomodar...
Eu espero o dia de não pedir mais, só agradecer.
A.J. Cardiais 18.01.2011
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Poeta
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