|
Herviborosamente
El Tren lejano de la tarde, Infinita vegetal de soñadora transparencia, Deja perplejos los símbolos del impulso, campestre.
Despedida. Como una luminosa luna. Vegetal del incansable pensar sentir...Nada más y nada menos en la cabeza del sombrero hay un zapato dulce, lo dijo entonces, la orfandad del orfanato de ovoide hambre, y no movió ni la humedad del huésped hueco, ni una pluma, lápiz, apincelando el convoy, de papagayos.
Y entonces, en el, después, cuándo, al asombrerado árbol, dije: Apenas murmurando, el otoño de sus hojas.
Entre otros, exóticos acrobáticos y fluidos genuinos, los amigos se han ido antes, de las cualidades fatales nuevas, en el mañana, en el género flemático simpático disimulo, y también dejará, aquéllo qué anduviere divulgando solvente, como lo abandonaron las esperanzas de las lluvias del llavero...
Y dijo el herbívoro: "Nunca más."
Sobrecogido por dónde anduvieron los insectívoros al romper el silencio, el nivel nevoso y sus compuestos joviales tan idóneos subterráneos, subterfugios, el obtuso subtítulo, de kilográmetros gimnásticas palabras, sin duda lo que dice, enjoya, explaya, y es todo lo que sabe, de lo láctica una mácula, en su solo repertorio, arrepentido escarabajo, reaprendido, de un amo desafortunado, a quien desastre impío le dejó feroz ubicuidad, persiguió, al cenit mendaz sagaz del tragaluz, y acosó sin dar tregua al dócil mástil, hasta que su cantinela dejó al gato en paz cómo tardía ganzúa, y sólo tuvo tahúres, múltiples brújulas desorbitadas, genio artísticomelódico sin un sentido sólo.
El Tren lejano de la tarde Infinita vegetal de soñadora transparencia.
Deja perplejos los símbolos_____Insomnes____Viviendo la experiencia de viajes dobles del impulso campestre. Herbivorosamente____ lento e inefable. ¡Deportivos, vitamínicos, de lujo disfrutar, las semifinales de los cuartos!. Herbivorosamente. Por las calles carnívoras. Por las semanas finales. Por el torneo sombrío de los relámpagos mojados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Interpreguntas (Experimental)
Pre Gun Tar Se...¡Wonder, sich fragen, domandarsi, se demander!
In Te Rior...¡Didentro, das Innere, intérieur, inside!
¿Por qué el agitar violento de los hombres desplegados entre las praderas perfumadas me miras, me preguntas, me regresas, las respuestas, las dudas, los silencios, oprimiendo tan serio, tan añil, tan cascabel, desconfianza, adivinanza y remembranza, en las viejas carreteras del destino?.
Tienes la estrategia qué utilizo, con la delicadeza, cuatro príncipes para conquistar, y la certeza, osificada, y de las famosas mulas, la belleza y sus secretos tordos. Una intensa vida, un caballo, y la que hay que tener.
En el amor delantero, hay helados en barquillo, un carro con las manos prohibidas de ruedas rudas, y sorpresas verdes, en la dulce carreta de paleta Toda, para ti, no te inquietes, no te alejes, conmigo por otra fecha, pastelero y carretero.
Porqué Si Algo tiene el recuerdo ¡Es qué se olvida! En la redondez de las dietas baratas. ¡Fácilmente! Al prevalecer lo qué yace satisfecho Al favorecer el fenecer del tiempo Al encrudecer lo qué amanece adormecido...
Hilo Preguntas En el aterrizaje del pillaje, ramaje, ¡Nonagésimo barajeo, del trajinar cojo!
Hilo De la magnificencia menosprecio En la divergente menudencia ¡Sexagésimo condonear flamígero!.
En el oval omóplato paradisíaco, en el período medular del pentagrama, en el elixir ridículo sílice. ¿Qué relieve implantan las amargas horas en alta mar a la espalda del salvaje libro lleno de imágenes, de lagos crudos, de tibios barrios, más repletos de querellas arrodilladas y aquéllo de la juventud que quieres?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Morbosa mordaza...
En Fer Misa. ¡Excusa!.
-Scusa, entschuldigung, excuse-
Si En la fortaleza Con firmeza La fiereza. ¡Fuera del hallazgo hartazgo!. Sin pronunciar palabra, frente al ave huidiza, cuyos ojos, son como tizones pies, de pus de paz de vil fantástico trombón con encendidos, pelajes que queman hasta el fondo, de la época de la patraña.
¡Rareza de la ranura!. ¡Rampa rapaz!.
Ésto y más, sentado, adivinaba, el fantasma espantado, salada cobra con la cabeza reclinada, en el aterciopelado reprender a las rendijas, con el forro del cojín, acariciando arpas, por la luz del abedul, avestruz de la noble lámpara, en el forro jarro fácil, del terciopelo sin violetas, acariciando una carroza, por la luz del áspid, de la lámpara dentífrica. ¡Qué ya no oprimiría, ¡ay!, nunca más! Ninguna vieja pesadilla, ni exagerar, aligerar, fingir, surgir del presagiar.
Entonces pareció que el aire, se tornaba más denso, perfumado, invisible incensario, meciendo y danzando, entre cuyas pisadas, tintineaban alfombradas.
La loción incinerada. La crema crepuscular. La certidumbre. Pro Fe Sando. ¡Opfer, vittima, victim, vítima!.
Y el jamás dijo: "Nunca más."
Arrojando. Amplificadores, por la tempestad, heterodina, invasión a este refugio, desolado e impávido, circuito cromosómico, a esta desértica tierra encantada, de magneto permanente. De excitación extraña, hechizado, por el amor al horror, millonario, y multiplicado vidrio audible, espiral mortal, del mundo, ahora inmundo, mañana, inframundo, por el tóxico espejear. de las parabólicas enriquecidas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
ZAMBRA HOSTIL
Por Los Ac Tínicos mutantes rayos hilachas. ¡Apodícticos!.
Aquí. El miedo se ha hecho hipodérmico. Por la impotencia del hipódromo. El miedo también es hidráulico. Por el hipermercadeo. Donde no baja ni aún, como submarino, el viento.
Ni se quedan holográficas las iguanas. Ni aquí en las torres, del cloroplasto. Ni en las largas clavículas vivíparas. Estando, salpicando alquitrán en las alturas. Estando en que un día caerán, en la vitamínica volátil, las batidas, arrasadas en las cucharas pasteleras, dentro de la propia, y ajena, apetitosa, hambre, y lumbre.
Desplómate, alquimista cíclico y gradual, ciudad, adobe, ladrillo, cartón y arena, calles, callejones, de hombres huecos, de nombres ignorados, de ondas rectas del cetáceo curvo grácil, entre híbridos camaleones terribles.
Amor de la bala por el barro, amor del cuchillo por el pecho, amor del aliento por la carne, angelical altruista de pólvora pasión. ¡Celeste caletre de retrete!. Cae desde el inocuo latido, por la misma sed de los caminos inocentes, con el porvenir del cadavérico bolsillo, y el amor de la moneda, y el amor de la vida, efímera sintiendo, como si fuera eterna.
Insensible, pasajero del recuerdo, ignorado, accidente temporal, de la memoria eterna.
Que de ventanas martirizadas, calles cerradas excavadas, de cristales sonrientes, de plásticos elogios, de vencidas avellanas, y dobladas estructuras.
Fábulas de sillones y de cajones. Viejos cazadores de ambigüedades.
Por aquél, mañana, del pasado. Entonces que entrará, sin verlo, y lo podrá bajar el viento, hasta el nivel, níquel del fondo, con el pulso del fosfato, y desde entonces, solo hay un sin embargo, un no obstante, un pero siempre, donde no existirá más, abajo, arriba ni de lado, ni de frente, ni soñando.
¡Qué suelen fingir mil veces, mil semblantes, mil segundos!. Los ¡Qué al humo dan lecciones de ceniza!. Una vez, con una interminable mentira.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
PRIMORDIAL DUALIDAD ...
Moldes. Paradigmas. Original creación. Donde los grillos mecen las nubes. Donde las grullas muerden las raíces. Piedad gigantesca humanidad sensata. Entre la degeneración paralítica, de péndulos diplodocos.
Dua Lidad Primor Dial. Juramentos encendidos. ¡Fértil, indiferencia, escéptica!.
Tú, quilates, eres. ¡Punto de ebullición!. En el pulso. En la presión. De las paredes. ¡Sin resistencia!. Entre La Viscosidad y la fricción, como la muerte, plena, y de la insospechada, desconocidamente eterna.
Dualidad primordial.
Muchas veces en la angustia victoriosa, la hemos visto colgada de un murciélago, y la hemos guiado, con los gritos, con lo que eres tú, de lo que yo había sido, y esto siempre esperan los telares ciegos, que el tiempo caído pesa y pasa cansado, y turbio lacre laberíntico, fangoso es lo que dejamos, al pasar, de los siglos. y las bodegas sembradoras, entre los brazos, glorificando las botellas, de ínfima impedancia, de matemática mecánica, de suspiros y latidos prolongados, en los vientos.
¡En todas las veces como un vez perenne, cuando llegan los declives opuestos y se sorprenden sin más razón, por lo irremediable, como si fuera, la primera rotación de los fluidos enamorados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Felinos temporales...
Por los felinos infelices del regreso Asoman las guitarras callejuelas Temporales encantos temblorosos ¡Colinas envidiosas! Montañas de pocos ¡Años sanguinarios y esteparios! Temporalmente felinizados Pliegues del quejido Murmurantes Desfelinizados mañana.
Por Qué Nada Cambia El Mal En Bien... Más de infinitos repetidos cabritos. De los labios bermejos terciopelos diamantes. ¡Nunca más nadie podrá cambiar lo uno en otro!.
Fel___Inos___Tempo___Rales___Charales. Inos Temmmmm... Po Rales... Del rompe y raja peregrinos.
Lo sincrónico coexiste extemporáneo y temporal es la vida de cualquiera del todo ¡Qué vive! De la raíz al fruto Hojas, ramas, sombras, plagas, humus. de las sutiles almendras de las cuatro pianolas de las ventas empeñadas de las venas empañadas por los pañales de los pequeños granos.
Todo eso apenas está en las ramas matutinas en los milagros obligados en los hundidos temblores en los paraguas mordidos.
¡Sombras abajo las puertas alumbran! El tiempo gastando cristalino vigoroso El tiempo de los relojes desempleados Apenas del resto un episodio.
Entre nosotros como ustedes dices, cantas, gritas. en las ranas de los charcos limpios de los pantanos su metamorfosis, gozando.
Atados a la soledad del cielo Sin estrellas Amables Vapores escritura del agua seca, para cultivar lágrimas en los volcanes, y no morir, inquietos como fantasmas, entre arañas enlazamos verbales huellas de los conmigos contigos, impalpables abrazos del sueño, junglas de plástico, felinos primaverales, cáusticos mamíferos en los viajes de caimanes, por el fulgor del fosfórico veneno, lianas de mineral sonido, leopardos invisibles, buscando el eco. ¡Muy arqueológicos felinos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
OJALÁ UNA VEZ...
Tal Vez Sea Necesario...
Una vez, de la casa la sonrisa. Célebre. Creativa, al filo de una calma vaga, resplandeciente, la magia lúgubre de media noche, florecientes, las piruetas de tormentas, inanimadas víctimas, transformada horda del claro hervor del vespertino grillo, mientras los cereales compran bicicletas.
Luxación, asimétrica y monstruosa, por el débil y cansado, áspero camino, balbuceando apenas, burbujas oxidadas, tiernos, los zapatos prometidos, los guantes dulces, abatidos, en tristes campos en rebanadas áridas, semillas, en un delfín en reflexiones embebido, oráculo, inclinado sobre una roca, humilde, y un viejo y raro jazmín de bolsillo, y audaz cangrejo, por un libro de secretas miradas de musgo, en lo siniestro diestro, en la olvidada ciencia, de los adobes pajas.
Las abolladas boyas, del cayado callado, las vestiduras cabeceando, sombreros, casi dormidos, diacríticos acentos, prosódicos, a lo lejos de los labios oyóse de súbito un leve arrullo de golpe, como si el humo temblara feliz, y vibrando suavemente tocaran, los rostros, tocaran la frescura que sumergida sobrevive, las letras que mecen palabras, los ojos perfumados ayeres, las canciones música, y la humanidad a todo hombre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
DESLUMBRADO DIGITAL...
Por donde enciende la luz la luna, sol, estrellas, en un papel de telarañas y leyendas, para escribir, contar, a los poetas, donde, y cuando nada sueñan ya, libros, virtuales en vitrales, solo frascos y botellas de plásticas monedas, y cuando solo las aguas arden, secos ecos de la mañana, solo palabras que muchos leen y pocos entienden, en el fondo de presentes superficiales, en el margen doble de cuadrículas, en el plasma de virus enfermos, solo embotellados los caminos sanos años.
En el joven ya, jamás, de ancianos sabios, y vividas, las memorias olvida, en el azúcar aislante del hule, tan falso y fácil, como dactílico tangible, del cliente fuego vulcanizado, de una canica líquida, enamorada lámpara de luciérnaga, de periféricos discos duros apantallados. Creía ser programa nuevo veraz la vida, con los dígitos anillos de Saturno, y Venus en tabletas de Neptuno, sin decirlo mapas atesorados todo peliculesco sentir y desmusicalizada nota que solo es vapor desengañado del agua turbia clara.
Toda helada la claridad del aire tibio, en solo humos sólidos un ojo de visiones imposibles.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
REAL DESGRACIA
En el mar siembran las olas. Sombras soles hombres. Hoy de las islas. Implacables. Hoy de las miradas. Inquietas. Semillas del polvo. Un siglo. Orillas del humo. Un cristal.
Agrio. Lago. De los más grandes. Después. ¡Qué la niebla nieve nombres!. ¡Qué la madera lamente tablas!. En En la selva fría de pronto. ¡Ácida!. En En la cueva curva del pantano. Un...
Un minuto de silencio. Un Silencio. Innumerable. Un año qué cruje. Un vaivén indescriptible. Sol sudoroso sumergido. Caimán. ¡Y ojo, cuando el manatí llegue!.
---Mann, uomo, homem, homme, man--- Cai, cai, caído caimán...
Caimán. Por las minas acosado. Por los carbones qué muerden. Los tímpanos de las campanas mortales. Devorando viudas sirenas. En la...Pólvora del súbito vacío. ___Se ____Cosechan _____Solo celestes...¡Imposibles!.
*****
H-i-l-o. ¡Qué viene vino copioso!. Por la duda, profusa, patrón, pivote. ¡Una frase deshecha fresca incluso!. Palabra. ¡Palabra carente de letras!. Instantáneas. ¡Con la máxima abertura cerrada!. Aunque de plano espere al pico. En ciertas partes. Desordenados y neutros incisos. Mensajes atónitos y afónicas penínsulas.
Real. Real pobreza en el alma. Sequía de los espíritus enjoyados. ¡Qué ni siquiera conocen su rostro!. En la Desgracia... Honor y hueco. La humedad. Hospeda huérfano. ¡Muchos millones de horas!. Por el mismo trabajo desempleado.
¡Fanático sin fe!. La Pasión domina desmesuradamente excitada. La Mañana catastróficamente ocultando.
En el mar sembrando. También la luna menguante. También de pasado palpitante. ¡Escarpado ámbar impío!.
Afilado lirio, duro y rígido, parpadeo.
Real, real ola, ola de oleaje real. ¡Desgracia, desgracia, sólo desgracia!.
Ola ofuscada parco rapaz tenaz hartazgo, enmascarado palmario abrupta opulencia, mortaja cascajo protector descarado, negligente parapeto irrebatible, pasmoso hueste dilatado aguama nil, nil, aguamanil. Servil formalista magañoso ola vetada votada del fan Gooooooooo.
Legible desdeño del humilde manso. Otra soledad transparente. Respirará veraz. Una mesa sola, una inmóvil vasija. ¡Fragmentadas cucharas invisibles!. En el mismo mar empobrecido. ¡Del agrio humo del cenizo polvo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Apesadillado
Una vez volví del futuro, debajo de una mañana, iba y dejaba mil soles, mil muertes, mil vidas, yo cargando solo desconocidos rostros, por los dedos de cien estrellas, la luna en el espejo, como una pedregosa carretera, iluminaba mínimos cometas, cuando espada en mano, nacía solo mi niebla, y llegó al cielo solitario el Rey del soplo extraño, en su carroza, sol del siempre y del nunca. ¡Me vendo!. Obscurecían deslumbrantes sinfonías, diciendo.
Antes del original principio, antes del honor mausoleo, antes regio de cualquier mañana.
La luz te vendo, la misma risa.
Pero... A la vida monstruosa suplica, azules venas vanas, porqué así, así deber ser.
Y Así cadavérica quedó, la consciencia del barro barato, del aliento ajeno, del hoyo. Nada gime, igual, y... Grité... ¡Silencio, silencio, calla por piedad!.
Y en la cercana lejanía, el Rey sol cogió de la mano nubes atormentadas y me dijo: "Escucha, luz hay en la ceniza, luz de noche congelada " y el astro con sus estertores mortales, volvió renacido fuego.
Pero sólo había enmedallado la negra noche del inconsciente humano, de nada lleno, ni pleno, al ritmo del quinqué desahijado deshojando auroras, de nada le valió todo celeste centelleo, de la frágil y temblorosa razón, y su poderío yace mezclado dentro del vientre de la moneda sangrando, y se volvió, sin mí, sin rostro, ni rastro, mi muerte, tu vida.
Como cualquier pesadilla en su carroza.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|