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Hadita bella, cordial, esquiva hadita linda, preciosa, altiva, la fuente llevas del sol naciente y distribuyes como simiente toda su luz folicular a todo el orbe carbuncular.
Befana sabia, de cien mil galas; Befana alegre que nos regalas los albos sueños de navidad asiste al mundo con tu verdad y siendo amable, siendo translúcida, dona los polvos de tu alma lúcida.
Besola tierna, tan compasiva, Besola dulce, tan comprensiva tal como un ángel de alma florida, enseña al hombre porqué la vida se nos regala como manjar y aprenderemos tal vez a amar.
Queridas hadas tan amorosas ¿por qué se esconden muy caprichosas? -Es porque somos tan sensitivas, y delicadas y llamativas que si nos miran con malos ojos nos deshacemos en los abrojos.
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Poeta
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Jirones de piel bañados en sangre, curtidos de tierra, tendidos al viento, y luego una espera sin más firmamento que oscuras plegarias sin una respuesta.
Las calles desiertas, los vidrios al suelo, pedazos de carne mordidos por ratas demuestran lo inútil de toda esperanza y el miedo se afianza ¡Y el miedo se afianza!
Las puertas roidas que baten y baten el cierzo que gime su adusto lamento la lluvia que moja memorias podridas y un vasto silencio que grita pesares.
Las flores marchitas se cubren de amianto y el raro rocío no es más que otro llanto. Guirnaldas de espinas ceñidas al duelo se clavan en frentes heridas de rabia y sangre y más sangre que tiñe el infierno sacude sin pausa las almas en pena.
Las penas, las quejas, dolores y angustias que muestran sus armas y un vano deseo de irse muy lejos.
Y toda bonanza no es más que ilusión. Y el miedo se afianza. El miedo... ¡se afianza!
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Poeta
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Desenfundas ese amor que me amenaza con mil besos de carmín y de amapola. Si lo entiendo, lo se bien, quedaste sola y es tu abrazo que furtivo me atenaza.
Este miedo de volver a las andadas se entremezcla con pasión y movimientos. Se le suman emoción y sentimientos, sensaciones de graznidos en bandadas.
Si te arriesgas a sentir este temblor con el sello de un silencio que estremece tal vez quiera reprobar la miel que cese este amargo y displicente sinsabor.
Con la brisa de la aurora en tu mirada te aseguras de tenderme tu emboscada Y yo caigo nuevamente en el delirio de estrellarme con tu piel que es mi martirio
Y qué dulce es el martirio de tu piel y que bello es entregarse vulnerable solo pido esa caricia que, amigable, es serena, y es leal y siempre fiel.
Desenfundas ese amor que me aprisiona sin lamentos, sin quejidos, sin demoras y presiento que serán estas las horas en que al fin el resabio me abandona...
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Poeta
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Lluvia que refresca
Lluvia que refresca un suelo consumido por odios y rencores, miserias y suplicios. Lluvia que bien lava la sangre derramada por guerras y batallas, querellas y revanchas.
Semillas encarnadas en suelos oprimidos celando los secretos de vidas olvidadas, la lluvia las renueva vertiendo nueva vida cubriendo con hazañas su pálida esperanza.
Y llueve en los desiertos el llanto de los justos y llueve en los caminos la ausencia de las paces. ¿Se forjarán arroyos de meandros solitarios? ¿Renacerán acaso los viejos arquetipos?
Y llueve en sendas playas bañadas por las olas y llueve ciertamente regando las banderas ¿Se borrarán acaso con agua las fronteras? ¿Y si la lluvia quiere, podrá cambiar la saña por mágica bondad que todo regenera?
La lluvia lava penas bañando las memorias que el viento no elimina ni el tiempo las destruye La lluvia que erosiona con su caricia mansa, con su rocío sincero, con su gotear sereno.
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Poeta
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Tu alma brilla como el sol a mediodía en un cielo claro, despejado y sereno. El pálpito de tu corazón se refleja en mi pecho tu aliento inunda mis pulmones tus caricias navegan por mi piel como alas que disfrutan de mi esencia.
Y tu alma brilla contundente, despejando las tinieblas a su encuentro como faro en altamar y su oceanía y me envuelve tu alegría como magia que disipa mi tristeza como brisa que refresca con ternura.
La dulzura que se vierte de tus poros es fragancia y es perfume y es aroma que se asoma y que invade suave y tersa mis deseos que atesoro entre tus brazos y miradas.
Tus silencios me estremecen jovialmente y mi mente ya no puede respirar sin tus auroras y este músculo cardíaco se abre paso entre costillas que se lanzan a tu encuentro y mi pecho que eclosióna en un vuelo hacia tu pecho
Eres áura rebosante de energias todas mías finalmente.
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Poeta
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Linderos que separan nuestra incisa sed de pasión sin corazón. Yo quiero serte brisa que llene tus mejillas de todas las sencillas urdimbres bellas de mil estrellas poniendo claro albor en tu sonrisa.
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Poeta
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[center] FÁTIMA CAMPO
Como los blancos azahares de la flor del Naranjo, que esperan el tiempo justo Para convertirse en fruto, así estás tú, dulce, madurando en la mata del tiempo.
El sol amanece en el trigal de tu pelo Y esparce en tu cara, mariposas de arrebol, En primaveral sinfonía con un ruiseñor que canta con suave trinos, las armonías de tus labios rojos. Delalma 19/06/2020 [/center]
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Poeta
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Caricia de las gotas cayendo desde el cielo lavando los pecados del fraudulento suelo así la lluvia viva renueva los ocasos cubriendo con sus aguas las rocas, los terrones.
Y llegan cenagales vestidos de agua turbia para calmar la sed de tierras arenosas y llegan los fangales pletóricos de charcas para bañar desiertos de áridas dolencias.
Y todo se renueva con verdes y floridos colores que reanudan sonrisas forestales Y todo es magia bella y luces de arcoiris y toda vida expresa sus cantos de alegría
Y toda vida baila al son de algarabía.
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Poeta
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Ella es muy bonita, preciosa más bien y es tan cariñosa que evoca al edén.
Me lame la cara, me lame los brazos, restriega su cuerpo en suave vaivén y así me acaricia todito mi ser, la muy descarada, alegre, jocosa, fluvial, deliciosa, linda y apreciada.
Se acuesta en mi pecho mirándome fijo, me guiña los ojos oliendo mi piel, y cuando camina mueve su trasero como una modelo: la muy condenada lo hace tan bien.
Por eso la quiero, la abrazo, acaricio, la mezo en mis brazos, negrita, mimada y algo migrada: mi gata Pelusa, es hermosa es muy fiel.
Los engañé hasta el final ¿no?, jeje
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Poeta
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Quise ver un nuevo ocaso en el alba mañanera quise estar en tu regazo como un niño sin espera.
Quise serte pan y vino, y decirte en un suspiro que mi vida sin tu aliento es desierto sin frontera.
Quise atarme a tus caricias, con mi voz en tus silencios y que todas tus miradas encontraran mis pupilas. Quise hacerme con tus senos una cuna de laureles y que todos tus deseos en mi piel desembocaran.
Quise amarte vida mía como se ama ciegamente con amores de un demente que ha perdido la cordura.
También quise que la dura roca casi diamantina se llenara con la sangre que te llueve de mi ausencia. Y la ciencia diera paso al regreso de los sueños que, vertiéndose en mi mente ya me anuncian tu regreso.
Nueva vida llegará con la muerte y su tardanza y tal vez regresarás convertida en otro cuerpo otro cuerpo, otra cara, y la misma luminosa claridad que te engalana. Tu sonrisa manifiesta mi tesoro y mi delirio, mi delirio y mi tesoro escondido en las rendijas de pupilas prisioneras.
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Poeta
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