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Los segunderos detenidos por la herrumbre ya no marcan los segundos que se van pero el tiempo inexorable se dilata recorriendo en abstracciones un tic tac de verdades escondidas en la bruma de silencios que se gritan al ocaso por sí acaso, por si acaso.
El minutero que se ahoga con los números ya no exhala tan sonoro su tic tac pero el tiempo contumaz no se detiene y se vierte en un presente fantasmal cuyo espectro se disuelve en cada instante con verdades disfrazadas de falacia con silencios imposibles de acallar.
Y las horas ya no sé que es lo que son se parecen estas horas a los duendes que aparecen entre sueños desastrosos se parecen a las alucinaciones que se encienden y se apagan al azar.
Éste tiempo que parece un vil engaño sé que existe porque veo mis arrugas y lo siento cómo pesa en mi semblanza y lo entiendo cómo pasa sin cesar ¿pero es tiempo un movimiento indetenible o es acaso gravedad inamovible?
Éste tiempo que me envuelve silencioso qué será lo que lo forma, qué será!
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Poeta
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Esta noche de pálida luna en que estrellas se cuentan muy pocas ansiedades te muestran sus locas soledades en algida y bruna intención.
Está noche de suerte anunciada por los brillos de escasos luceros ya no siembra tesoros sinceros ni esperanzas de alguna sagrada ilusión.
Entre fiestas bailaba tu ausencia Y los bailes dejaron sus huellas y el amor que dejó tantas mellas en la noche ocultó su presencia sin razón.
Fue una noche de pálida luna sin luceros ni suaves destellos en tus ojos tan bellos, tan bellos el reflejo de mala fortuna. (Intuición)
Se desatan los últimos velos de una historia sin fin aparente y la vida se aferra y te miente con la furia de lúgubres celos de traición.
Y el amor nunca fue suficiente no bastaron los besos desnudos a saciar los deseos tan crudos de los sueños de un alma que siente decepción.
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Poeta
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Este forzado aislamiento de la pandemia, llevó a José a explorar su propia casa y descubrir, por ejemplo, que el cuarto de ropa de planchar, tenía una ventana que daba al patio posterior, que hace mucho no visitaba y que lindaba con una casa, que alguna vez fue amarilla, su pintura se había deteriorado tanto que más parecía gris. Pero quizás ese mismo abandono, hacía resaltar, una pequeña ventana de madera en mal estado, que tenía también débiles rastros de pintura café oscura, por dentro tras de unos opacos y sucios cristales, se notaba había unas cortinas raídas que tenían un color indescifrable, entre beige y gris; pero lo que llamó alarmantemente su atención, fue que, una tarde lluviosa, a la que acompañaba negros nubarrones y la volvía muy oscura, pudo divisar un hilillo intermitente de humo, que se fugaba, de esa tétrica ventana, había estado a punto de dar la voz de alarma, creyendo que algún fuego estaba provocando ese humo. La tarde se apagaba y por una débil lámpara encendida en el cuarto de la ventana misteriosa, pudo divisar una silueta; alguien con seguridad fumaba de pie allí. José no dejó de mirar ese hilillo de humo, que se repetía todo el tiempo, con el pasar de los días, se percató que esa persona, fumaba mañana, tarde y noche; hasta que un viernes de lluvia, constató que no había más humo, volvió a la noche, a la mañana siguiente y la tarde y la noche siguiente y ya ni siquiera la débil luz de la lámpara se divisó… José decidió compartir sus observaciones con su madre y sin más le comentó que en la casa de alado, alguien fumaba en el cuarto que daba a su patio posterior, que lo hacía todos los días y todo el tiempo, pero que ya eran dos días que no había observado, esa acción y que al parecer o se mudaron o tal vez se fueron de viaje, podría ser que el virus haya contagiado esas personas, que… La mamá, lo interrumpió tomando sus manos, hijo, me sorprende tu curiosidad, pero mucho más tu preocupación, esa casa es de doña Virginia, ¿recuerdas la viejecita que hace meses nos entregaba esa rica conserva de guineo?, pues, ella vive allí, con un nieto, que desde niño lo atrapó el vicio de fumar, es que esa fue su fuga a la depresión, los vecinos dicen, que prácticamente fumó hasta morir, tenía apenas 25 años y falleció con enfisema pulmonar… Todos tememos mucho por la salud de doña Virginia, su esposo murió muy joven, su hija le acompañó, más tarde con su esposo y su hijo que se llamaba Hugo, hasta que hace poco más de 20 años emigró dejando a su hijo para que lo cuidará; nunca le preguntó si podía, nunca le preguntaron si quería, así que solo trato que a Hugo no le hiciera falta su techo, su comida y lo que él quisiera…
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Poeta
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Não sei o que eu misturo... Só sei o que eu costuro. Vivo tentando vestir meus sentimentos, meus momentos.
Vou costurando as palavras, tentando dar uma roupagem, uma forma, uma imagem...
Às vezes, vou na contramão da literatura, completamente alienado...
Como não sou "habilitado", sei que serei multado. Ou não?
A. J. Cardiais 05.03.2011
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Poeta
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Ya se alejan las inmóviles aceras con los pasos de la gente aglomerada y se alejan las aceras aledañas con fronteras ciudadanas de cemento. Y la piedra del cemento que se asienta ni se mueve ni consiente que se muevan las aceras las aceras que se alejan con su gente de la fuente de mi sano entendimiento.
Las aceras movedizas no pretenden encontrarse con mi falsa comprensión y alienadas, taciturnas, lastimadas, contumaces, me derrotan, me derriten, me disuelven como azúcar bajo lluvias invernales.
Y así entro a las iglesias sin permiso y las misas se disparan sin cesar y bendito aquél que llora sin consuelo y bendito aquél que grita sin aliento sin descanso, sin alivio, sin sosiego. Y bendito aquél que rumia su pesar.
Me dispongo a abrir la boca para hablar y una ostia me la calla dulcemente desde el cuerpo con la sangre del Mesías que en mi lengua se disuelve contingente. Alabado aquel que viene desde el Reino alabado el invitado a la reunión.
Y saliendo de los templos misteriosos en las calles todo vuelve a lo normal. El normal frenetismo cotidiano la normal apremiante agitación la normal ansiedad perturbadora la normal vertiginosa conmoción y el infarto a la vuelta de la esquina y el frecuente carcinoma de pulmón.
Las aceras que se alejan sin moverse llevan gente sin un rumbo definido y me siento, sin sentarme y sin sentirme, yo me siento afortunado al menos hoy.
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Poeta
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Me desafías en tu tierra tierra de Cervantes, entre cuerdas cargadas de sudor y sabanas sin impunidad ni compasión, soy tu muchedumbre que pide sin clemencias tu horrorosa mancha de pecado en mis colinas sometidas por los ardientes acentos de tus desatados labios de fuego, conozco la lujuria de tus delitos en mis desprotegidos muros debilitados por placer, no habrá misericordia que nos socorra en este desafió de humeantes caricias, delirios y lamentos, nuestras miradas y suspiros íntimos serán un sublime pacto de expiación a nuestras flaquezas.
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Poeta
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El viento remece con fiereza el techo y siento que así es como tu recuerdo estremece, cada fibra de mi humanidad; afuera hay además un dejo de desamparo de tristeza, la lluvia se descarga a raudales y una infinita soledad, impasible me ataca.
La solitud se convierte en terrible suplicio, el tiempo, en un goteo tortuoso y la risa… en una mueca inanimada; el sueño no llega, en vano evoco nuestros instantes felices, porque entonces tus ojos, risas y alegría repican lastimando la ausencia de mi vida…
Así como mis manos aprendieron a colmar con tus formas, las ansias de acariciar, así, mi vida llenó mis paisajes de los colores y aromas que llegan contigo, que saben a ti, así mis ojos encontraron la profundidad, cuando me miré feliz, en tus ojos bonitos.
Corro, vuelo, ando… no quiero cansarme, urge alcanzar nuestro exquisito remanso, atrapar incluso esa solitud, que disfruto de mirar en silencio los rasgos de tu carita bella y leer en tus exquisitos labios, lo que digas y perderme, en la excepcional sensación, del ensueño de estar juntos, del tacto…
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Poeta
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¿Por qué me dejaste cuidando rosas Que en mi corazón sembraste? Si con tu ausencia, ellas Muriendo acabarían.
Con lágrimas amargas las regaba día a día, Viendo que tú ya no volvías; Poco a poco el olvido, Las fue matando.
Flores muertas fueron cayendo por el suelo, Más llenos de espinas, palos secos Quedaron en mi pecho, hiriéndome Tanto como tu recuerdo.
En noches de luna, cuando aclaran los caminos Salgo a la terraza a mirar la lejanía, Con la efímera esperanza de verte Llegar, otra vez a casa.
Con el paso de las horas, la madrugada entra Y con la esperanza rota tengo que volver, A la alcoba, entumecido y, solo Queriendo soñar contigo.
Delalma 31/08/2020
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Poeta
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Num dia de céu cinza, um choro de guitarra deixa meu coração apertado...
O presente, unindo-se ao passado, deixa o futuro desconfiado... Mas o futuro não faz as malas, fica esperando o resultado.
Um céu cinza, deixa interrogações no dia. A chuva pode descer e assim entristecer uma alma penada.
O que fazer nessa estrada, cheia de interrogações e reticências?
A.J. Cardiais 22.06.2020
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Poeta
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La primavera en ti Todo en ti es primavera Los jardines de tu cuerpo Lucen flores encendidas Con aromas adictivas.
Que despiertan los deseos De perderme en tus jardines Para beber las mieles Que secretan tus jazmines.
Todo en ti es primavera Tu cuerpo es la flor deseada Qué hace temblar mi mirada Y me agita el pensamiento.
Añorando un acercamiento Para perderme en tu mirada Todo en ti es primavera.
Eres la rosa nacida De la agitación de la belleza Que tiene a mi mente presa Enrique Canchola 29082020_77 Derechos Reservados
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