Cuando el alma se entristece
la ilusión se desalienta,
y un grito de amor estremece
al corazón para que lo sienta.

Una noche más de mi vida
en mi lecho solitario,
sanando mi alma herida
de rodillas ante un santuario.

Soledad, mi fiel amiga
tú que siempre me acompañas…
¿Has olvidado enemiga
que mi amor sincero empañas?

En la lejanía del mundo
iré vagando sin cesar,
hasta poder encontrar
un amor sincero y profundo.

Tocaré en puertas ajenas
encendiendo la llama milagrosa,
conquistaré a la más hermosa
para que me ayude a socavar mis penas.

Julio Medina
11 de octubre del 2010

Regresé a mi pueblo
con una herida en lo más profundo del alma,
que me arrancaba la vida
y me robaba la calma.

Regresé en busca del amor,
en busca de la esencia milagrosa
para curar el dolor
que marchitaba mi tierna rosa.

Regresé en busca de la flor bendita
que iluminó mi vida el día que la conocí,
y borró de mi nobleza la flor marchita
cuando se enamoró de mí.

Pero ahora… ¡Qué locura,
no es posible esta incertidumbre,
que me envenena con amargura!
Siento el fuego abrasarme el alma,
me va quemando y la sangre hierve
como lava brotando
desde el centro de un volcán,
arrasando
con todo lo que encuentra a su paso
y convirtiéndolo en cenizas.

No es posible ¡oh, Señor
que yo viva esta desdicha
tan engendrada en el odio
y perturbada por el dolor!

Cada vez que medito,
cada vez que pienso
que ella está con mi mejor amigo,
las lágrimas brotan de mis ojos
como el agua cristalina
que fluye en el arroyuelo,
como aire silencioso
que se quebranta en el espacio,
y salen penas y llanto
consumiéndome hasta el cansancio.

¿Qué será ahora de mi vida
sin el amor que tanto quisiera?
Ni siquiera existe en mi alma ilusión
para reconquistar el amor…
Solo quiero olvidar, sanar este dolor.

Hoy me voy de mi pueblo
con mi corazón herido, con el alma destrozada,
acompañado por una negra sombra
que va detrás de mí por el mundo
llevándome desolación, dejándome soledad.

Julio Medina
1969

La flor que se ha marchitado
con el transcurrir del tiempo,
este dolor que yo siento
a mi alma ha envenenado.
Un corazón destrozado
de penas y desamor,
la soledad y el rencor
están abriendo una herida,
van destruyendo en la vida
al que fue el más grande amor.

Estás muy dentro de mí
al pensar me desespero,
por mucho del tiempo espero
sin saber nada de ti,
las lágrimas que sentí
salir de mis tristes ojos,
son prueba de los abrojos
y del desdén que me abruma,
esta romántica espuma
la guardaba para ti.

Llevo mi triste canción
en lo profundo del alma,
a un ritmo que me desalma
y rompe la inspiración,
me dejas la sensación
que ya no me quieres ver,
hoy me abandonas mujer
no importa mi amor sincero
y vas por el mundo entero
en brazos de otro querer.

Julio medina
5 de mayo del 2010

Lloran las flores porque te has ido
dejando un espacio triste y sombrío,
aquel abrazo lento y tardío
no surtió el efecto pretendido.

Y te alejaste sin mirar atrás
sin aceptar la realidad,
aquí espero una oportunidad,
no quiero perderte jamás.

La fría lluvia haciéndome recordar
cuando te dije: “toma mis manos,
nuestros errores corrijamos,
no nos dejemos de amar”.

Y me quedo aquí pensando
porque lo nuestro tuvo que fallar,
busco repuestas que no puedo hallar,
aún sabiendo que te sigo amando.

Julio Medina
8 de octubre del 2010

Solo voy por la vida
buscando sanar mi dolor,
de esta profunda herida
que me ha causado tu amor.

Sabes, una vez fuiste mía
y te entregué todo mi ser.
Con un beso tierno un día
llenaste de luz mi padecer.

Sin ti estoy desesperado,
no tengo dicha en mi alma.
Mi corazón se ha desangrado,
es un temor donde no hay calma.

Estoy sentado en la banca
donde por primera vez te vi,
he visto volar la paloma blanca,
quien preguntaba por ti.

Julio Medina
4 de agosto del 2010

No, no me digas nada
no trates de excusarte,
de mi lado habré de echarte,
dejarás de ser mi amada.

Con tus intrigas me heriste
sin pensar que me dañabas,
por esos amigos que andabas
a mi corazón perdiste.

A la llegada del invierno
se calmaran mis pesares,
navegaré en lejanos mares
hasta salir de este infierno.

Julio Medina
1969

Con esa mirada solemne
sin pestañear a nadie provocas,
y los ojos fijos parecen de roca,
te ves tan fría y perenne.

Siempre estás en el mismo lugar
puedo tocarte y mirarte,
pero allí no puedo mimarte,
ni siquiera contigo jugar.

No siento tu respiración,
aunque quiero acariciarte con ternura,
eres solo una imagen, una figura
que no incita mi inspiración.

¡Si pudiera decirte cuánto te amo!
Aunque sé que nunca me escucharás,
quisiera saber que me dirás,
si de las flores te diera un ramo.

No puedo respirar el aroma
de la fragancia de tu piel,
ni saborear la deliciosa miel
de ese beso que me doma.

Ando buscando tus pasos
y el sonido de tu voz,
para evitar que huyas veloz
cuando te tenga en mis abrazos.

Quisiera sentir el palpitar
de tu corazón en la madrugada,
cuando al llenarte de amor vengas ilusionada
a tus pasiones mitigar.

Julio Medina
18 de agosto del 2010

Tú no comprendiste que yo te quería
con desesperación te amaba,
pero la traición asechaba
y otro corazón tenías.

Bajo la luz del alba te amé
por ti lloraba ¡cómo me moría!
Pero tú solo fingías
y dudaste del amor que te juré.

Te reíste, te burlaste
he sido un incomprendido,
como dices que nunca me has querido
y que de mí te cansaste.

¡Y ahora pretendes volver
otra vez a mi lado!
Aquel amor se ha terminado,
ya no te puedo creer.

Julio Medina
1970

Me persigue tu pasado
a donde quiera que voy,
buscando una salida estoy
no quiero tenerte a mi lado.

Es un amor condenado
a sufrir la desventura,
en tu vida solo fui una aventura
me siento desilusionado.

No quiero repetir el error
de un sueño fracasado,
me sentiría halagado
si te alejas de mí, por favor.

Julio Medina
26 de agosto del 2010