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Estoy aquí, frente a ti y lo juro por la luna de medianoche, por el sol del ocaso, que el soberano de los cielos, o ningún Rey de la tierra ha besado tales ojos. Que ningún tacto humano, equivocándose por la frente hermosa despeino sus cabellos.
Cuando el mundo perdió el bello Paraíso, te lo juro, que tal belleza no volvió a crecer, bajo el sol que nos cubre.
Vuela en su caballo como una estrella fugaz; se detiene de pronto en su carrera, y de nuevo continua, demente, a galope, resonante su voz y sacudiendo su melena.
Su pie va ajustado al estribo, y se ve en la piel del caballo los chorros de sangre.
¡Caballo audaz, sacaste rápidamente a tu amo fuera de la batalla, pero la lanza traidora lo alcanzó en las tinieblas!
Se escucha lloro y gemidos. La gente se aprieta para verlo. ¿De quién es el caballo que llegó cubierto de polvo y sangre?
En su rostro arrugas guardan aún el deseo de volver a la batalla. Su respiración se hace más lenta, sus pies van desconociéndose, sus manos se están poniendo heladas, el sueño profundo esta mas cerca...
Nunca más montará en la silla de su corcel audaz!...
¡Sobre sus asesinos descendió como rayo la furia de Dios! Cayó en su lecho sollozando su pobre esposa. Las lágrimas se deslizan una tras otra; sigue respirando con dificultad.
Y tiene la sensación de oír sobre ella una voz mágica: mi niña, no llore por mí, tus lágrimas no caerán sobre mi cuerpo moribundo. Simplemente nublarán tu mirada clara, se humedeseran tus hermosas mejillas.
Él ya no está con nosotros; no apreciará tu llanto ni tu pena. Una luz brillante acaricia ahora la mirada de sus ojos, y oyendo las melodías del Paraíso extinguido...
Por qué los sueños son limitados en la vida, las lágrimas de una muchacha infeliz, para él, flamante alma de lo desconocida. Entre las nubes, flotan en la niebla las estrellas. Para ellas no hay dicha ni dolor en las horas del encuentro o de la separación, no esperan nada del porvenir ni recuerdan el pasado.
¡Padre!... ¡Padre! No más amenazas. No reprendas al asesino de mi amado. No ves mis lágrimas no son las primeras... No seré de nadie. Dilo a mis pretendientes. La húmeda tierra me quitó mi esposo, y jamás daré a otro mi corazón.
Después de la sepultura de su cuerpo ensangrentado, el maligno me llena la mente con una visión. En la paz de la noche una serie de sueños extraños me alborota. De día mi alma no puede rezar. Mi pensamiento se aleja de tu palabra y un fuego corre y se enraíza en mi corazón...
Me tropiezo, caigo cada día más. Señor, sufro mucho... ¡apiádate de mí, me entregare a un convento está desesperada hija tuya. Allí me defenderás Salvador del mundo...
Frente a ti derramare mis lágrimas y mi amargo dolor. Ya no hay risas para mí... De repente escucho una voz fuerte como el trueno del los cielos
Yo, te llevaré por el universo y serás coronada como la reina de mi mundo, querida amiga mía. No lo pienses, mirarás la tierra, donde no hay verdad ni eterna bondad, donde sólo hay crímenes, sólo se mezquinan pasiones, y eres juzgada hasta por tu mas santo acto, donde no se sabe ni amar y se odia sin temor.
No es tu destino el tropezarse en los caminos de la vida, esclava del dolor, amigos falsos e inexistentes esperanzas, pasos vacíos y tristes!
Mi bella criatura humana, a otro estás destinada! El dolor esta al asecho y el te aguarda; desata tus deseos a su suerte, abandona este tu mundo abominable. Te enseñare el mío, mi mundo, un abismo de conocimientos soberbios y pondré a tus pies una muchedumbre de sirvientes. Te daré esclavas ágiles y eficientes, mi hermosa criatura. Arrancaré si deseas las estrellas de ese cielo odioso. Te daré las más hermosas flores de la tierra...
Acariciaré tu oído con una melodía divina. Te ofrezco un palacio inmenso lleno de lujos y bonanza. Iré al fondo del mar y buscaré la más hermosa perla Volaré tras de las nubes, recorreré las estrellas Yo te ofrezco todo, todo, todo lo deseado, todo lo terrestre pero ¡Ámame!...”
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Poeta
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No te volveré a ver nunca más este amor no puede continuar así, tú por allá y yo por aquí, esta relación no funcionará jamás.
Me dices que a mi lado estarás, pero sé muy bien que te perdí, no importa cuanto te excuses ante mí, conmigo no volverás.
Con la distancia una brecha abrirás enterrando todo el amor que te di, no he pensado si podré vivir sin ti, sólo sé que de mí te olvidarás
Julio Medina 21 de octubre del 2010
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Poeta
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“HERIDAS DE AMOR”
Me dejaste sola y triste con mis recuerdos. Te marchaste, sin decirme adiós. Fuiste insensible al llanto, que en mis ojos con dolor broto. Fuiste insensible, al dejarme destrozado el corazón. Heridas de amor, dejaste en mi vida. Heridas de amor, que no cierran con nada. Heridas de amor que me sangran el alma. No puedo olvidarme de ti. Te amo demasiado. Devuélveme la fe, que en ti deposite. Cuando me querías. Te voy a esperar hasta que vuelvas, de nuevo a mí. No me importa que cansado, llegues de amar. Porque jamás nadie podrá. Llenar este vacío. Heridas de amor, dejaste en mi vida. Heridas de amor, que no cierran con nada. Heridas de amor, que me sangran el alma. Quisiera regresar el tiempo y olvidar. El mal que me causaste. Necesito, que con tus besos, me devuelvas la vida. Que contigo un día, se me fue.
HISTORIAMILAGRO
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Poeta
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Yo sé que tu cariño no es sincero que nuestra relación es pura falsedad, tu ambición es fuerte por el dinero, no te interesa la felicidad.
Felicidad fue la que dejé en tus manos, pero solo quedaron las grietas de ellas, esas grietas no las pudimos contener, y estamos ahora siguiendo sus huellas.
Huellas que jamás encontrarás en tu alma fría y vacía, tu corazón endurecido, ya no amarás a quien loco de amor por ti sufría.
Los sufrimientos se fueron al pasado, tu arrogancia perdura en el lugar, he comenzado a olvidar, todo ha cambiado y tú pretendes de nuevo jugar.
Son esas palabras, las que me decías llenas de vanidad , ofreciéndome un falso amor, pensaré en lo que antes hacía y no repetiré de nuevo mi error.
Julio Medina 2004
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Poeta
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Hoy siento temor de volverme a enamorar, a ser nuevamente traicionado, siento temor porque en nadie puedo confiar, siento temor porque no quiero sentir dolor.
Siento temor cuando me dices te amo, porque sé que una vez me engañaste, siento temor cuando deseas estar a mi lado porque hace poco tiempo me abandonaste.
Siento temor cuando exiges amor, porque en mí has causado un terrible dolor.
Siento temor cuando me dices te quiero y yo me pregunto, ¿hasta cuándo? Si tu sentir no es sincero hace apenas unos días en brazos de otro te vieron.
Siento temor porque sé que tú me hieres, y no lo puedo evitar, con mi amor vas acabar.
Julio Medina 2003
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Poeta
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Tu amor a otro entregaste no te importó el sufrimiento, me arruinaste la vida, no lo pensaste acabaste una ilusión con este tormento.
Hoy vienes arrepentida buscando lo que ayer perdiste, aquel amor ya no existe llegaste tarde, querida.
El fuego de aquel amor que me había enloquecido, con mentiras estaba corrompido, me lo saqué con valor.
De lo que una vez existió tan solo quedan cenizas, tu intención me causa risa, aquella pasión murió.
Julio Medina 14 de octubre del 2010
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Poeta
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Despechado por la herida que tu traición ha causado, en la copa me he amparado para olvidar tu partida.
Metido en la cantina tomando mucho licor, quiero calmar el dolor que me causa esta espina.
Seguiré en la borrachera bebiendo como un mendigo, vale más un fiel amigo que el amor de una cualquiera.
Julio Medina
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Poeta
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Estando en el mismo lugar he escuchado un murmullo, donde dicen que soy tuyo, pero no te puedo amar.
Es difícil comenzar cuando hay heridas de amor, profundas huellas de dolor que jamás podrán sanar.
Te llené de un amor sincero el más tierno del mundo, lo manchaste en un segundo, con aquel desliz adúltero.
Ahora pretendes volver volver ¿para qué? Si la vida te dediqué y todo lo echaste a perder.
El amor se ha perdido en los sentimientos esfumados, de mi corazón endurecido solo vestigios han quedado.
Julio Medina 13 de octubre del 2010
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Poeta
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No es suficiente que me digas te amo si con tu actitud indiferente me hieres, no basta con decirme que me quieres si como el aguijón destruyes las flores del ramo.
No me digas que soy tu luz bendita si en la oscuridad el engaño tramas, le mientes a quien dices que amas ese corazón tuyo desesperado grita.
Palabras, son solo eso, palabras vacías que lanzas al viento, no te interesa lo que yo siento, todo este amor tú lo fingías.
Julio Medina 12 de octubre del 2010
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Poeta
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Es muy fácil recordar momentos que te han llenado de felicidad, pero difícil es perdonar cuando se traiciona la fidelidad.
Sentimientos heridos por un puñal confundidos entre el odio y el amor, consuelos me impulsan por el canal de angustia sumidos en el dolor.
El alma triste y vacía se derrama en lo infinito del espacio, buscando la razón de lo que hacías hundido en un lento cansancio.
Esta enfermedad que no acaba consume lo más ínfimo de mi ser, clamando piedad por quien amaba, buscando la verdad de un querer.
Los recuerdos que hasta mí llegan son historias que se riegan por doquier, pinceladas de pasión que hoy te dejan huellas marcadas de lo que fue ayer.
Sufriendo esta pena que me embarga del amor que me fue infiel, la dicha de mi vida se acaba al verla partir con él.
Julio Medina 12 de octubre del 2010
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Poeta
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