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Lúgubre certeza
En la voz de las pestañas la tarde cobija sus recuerdos.
Mordientes, punzantes, incisivos, claros, francos, sinceros, mascando.
Ahí en el cierto momento guardando el tiempo a los relojes asustados.
Callando en las pupilas la noche desnuda sus olvidos exponiendo el espacio a los vientos paralizados.
Demacrados, enjutos, delgados. Por la parcialidad apasionada. Por el desatino garboso. Por la insensatez auténtica. Por el absurdo tendencioso.
Por Que... La esbeltez errátil anida.
En el silencio de las letras donde la tinta borra sus ausencias esculpiendo transparente el canto de la vida en la música desconocida de la muerte cierta... ¡Vetusta y vigente!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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¡ Oh !, libres luchas, libres causas que nos matan, llaves que son sargazos en la hogaza de la vida. Soy ya sólo el bagazo de anteayer, del niño tierno. ¿ Y ayer ? Latigazo, ¡ lonjazo de estropajos ! cabizbajos cascajos, pintarrajos de las calles que quisieron vez alguna ser un héroe del color de unos mendajos.
¿ Hoy ? Campeón,¡ sí, sí ! Pero de andrajos de las letras. Bombazos, ¡ combazos de versos en el football de mis días ! Destinos todos ellos de gradería, ¡ Ay, secas descargas las mías ! ¡ Judá, padre, dadme tú tu puntería ! [img align=center width=460]http://www.melocom.es/uploads/img/ec3d4b40c8d31d1451af430700daefd5.jpg[/img]
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Poeta
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Envuelto de los silencios que persiguen los recuerdos que se escapan de mis manos y de mi alma, y sólo llevan, como mirada sin dueño, en los días que se soñaron, callados y sentidos… …los alientos. Noche maldita, apagada sin estrellas, sin una luz, ni tenue, ni cierta, ni cerca ni lejos, … sin nada; negrura total que me lleva y me arrastra por el abismo desconocido que sin palabras habla; que me besa desde la rabia, y me envuelve con su brazo negro, que me va matando, …que me va perdiendo. Es la noche, la vida en negro, millones de respuestas a la misma pregunta; un camino transitado por quién no importa, una nota de música cercana –perversa sinfonía- abandonada en el universo de lo que nunca fuimos. Noche de mil colores perdidos, confundidos por el negro del mar cuando te ciega; como el del cielo cuando se tapa; negro como tus ojos negros cuando te sueño; como el alma del traidor; negro como el sabor a derrota donde perdimos la esperanza; como el dolor de la herida empeñado en ser rojo; negro como la canción de despedida que me niego a susurrar; como la espada empuñada tras de ti; negro como el color de la muerte que sólo uno conoce; como el adiós del que amó dejando una letra no escrita; como la mirada triste que pasa y traspasa, o la palabra huérfana de paz, que por herir, deja el alma cansada esperando la luz que no llega. @jpellicer
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Poeta
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EL OMBLIGO DE LOS LIMBOS Autor : Antonin Artaud Francia 1896-1948 De ¨L´ombilic des limbes¨ Versión L. S.
El ombligo de los limbos
Allí donde otros exponen su obra yo sólo pretendo mostrar mi espíritu. Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. No concibo la obra al margen de la vida. No amo en sí misma a la creación. Tampoco entiendo el espíritu en sí mismo. Cada una de mis obras, cada uno de los proyectos de mí mismo, cada uno de los brotes gélidos de mi vida interior expulsa sobre mí su baba. Estoy en una carta escrita para dar a entender el estrujamiento íntimo de mi ser, tanto como estoy en un ensayo exterior a mí mismo y que se me presenta como una indiferente incubación de mi espíritu. Sufro que el Espíritu no halle lugar en la vida y que la vida no se encuentre en el Espíritu, sufro del Espíritu-órgano, del Espíritu-traducción o del Espírítu-atemorizante-de-las-cosas para hacerlas ingresar en el Espíritu. Yo dejo este libro colgado de la vida, deseo que sea masticado por las cosas exteriores y en primer término por todos los estremecimientos acuciantes, todas las vacilaciones de mi yo por venir. Todas estas páginas se arrastran en el espíritu como témpanos. Perdón por mi total libertad. Me niego a hacer diferencias entre cada minuto de mí mismo. No acepto el espíritu planeado.
Es preciso acabar con el Espíritu como con la literatura. Quiero decir que el Espíritu y la vida se encuentran en todos los grados. Yo quisiera hacer un libro que altere a los hombres, que sea como una puerta abierta que los lleve a un lugar al que nadie hubiera consentido en ir, una puerta simplemente ligada con la realidad. Y esto no es el prefacio de un libro, como tampoco lo son los poemas que lo indican en la lista de todas las furias del malestar.
Esto no es más que un témpano atragantado. Una gran pasión razonadora y superpoblada arrastraba a mi yo como un puro abismo. Resoplaba un viento carnal y sonoro, y el azufre también era denso. Y pequeñas raíces diminutas llenaban ese viento como un enjambre de venas y su entrelazamiento fulguraba. El espacio sin forma penetrable era calculable y crujiente. Y el centro era un mosaico de trozos como una especie de rígido martillo cósmico, de una pesadez deformada y que sin parar cae como un muro en el espacio con un estruendo destilado. Y la cubierta algodonosa del estruendo tenia la opción obtusa y una viva mirada que lo penetraba. Sí, el espacio entregaba su puro algodón mental donde ningún pensamiento era todavía claro ni devolvía su descarga de objetos. Pero paulatinamente la masa dio vueltas como una náusea potente y fangosa, una especie de fuerte flujo de sangre vegetal y detonante. Y las ínfimas raíces trémulas en el filo de mi ojo mental se arrancaban de la masa erizada del viento a una velocidad vertiginosa. Y todo el espacio como un sexo saqueado por el vacío ardiente del cielo, se estremeció. Y algo como un pico de paloma real socavó la masa turbada de los estados, todo el pensamiento más hondo se diversificaba, se disipaba, se volvía claro y reducido. Entonces era preciso que una mano se transformara en el órgano mismo de la aprehensión. Y aún dos o tres veces giró la masa artificial y cada vez, mi ojo se enfocaba sobre un sitio más exacto. La oscuridad misma se hacía más densa y sin objeto. Todo el hielo ganaba la claridad.
Dios-el-perro contigo y su lengua que atraviesa la costra como una saeta del doble morrión abovedado de la tierra que le causa ardor.
Y aquí está el triángulo de agua que se aproxima con paso de chinche pero que bajo la chinche ardiente se transforma en cuchillada.
Bajo los senos de la espantosa tierra dios-la-perra se ha marchado, de los senos de la tierra y de agua congelada que pudren los agujeros de su lengua.
Y aquí está la virgen-del-martillo para masticar las cuevas de la tierra donde la calavera del perro del cielo siente crecer el horroroso nivel.
Doctor,
Hay un asunto sobre el cual hubiera querido insistir: es el de la relevancia de la cosa sobre la cual operan sus inyecciones; esta especie de languidecimiento esencial de mi ser, esta disminución de mi estiaje mental, que no quiere decir, como podría creerse, un rebajamiento cualquiera de mi moralidad (de mi alma moral) o ni siquiera de mi inteligencia, sino más bien de mi intelectualidad servible, de mis recursos razonantes, y que se relaciona más con el sentimiento que tengo yo mismo de mí mismo yo, que con lo que pongo de manifiesto a los demás de él. Esta vitrificación sorda y polimorfa del pensamiento que en cierto momento elige su forma. Hay una vitrificación inmediata y llana del yo en el centro de todas las posibles formas, de todos los modos posibles del pensamiento. Y, señor Doctor, ahora que usted está bien enterado de lo que puede ser alcanzado en mí (y curado por las drogas), de la zona de conflicto de mi vida, espero que sabrá suministrarme la cantidad suficiente de líquidos sutiles, de reactores especiosos, de morfina mental, capaces de sobreponer mi abatimiento, de enderezar lo que cae, de juntar lo que está separado, de reparar lo que está destruido.
Le saluda mi pensamiento
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Poeta
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Solo una vez, he querido decirte esto, en realidad te amo, mi ángel de la noche.
Mi querida compañera, en las noches de desvelo, en mis noches sueños y pesadillas, donde todo es posible.
Eres la inspiración que busco en ti, eres la musa de mis noches solitarias, mi fiel y único amor, eres la bendición y tentación encarnadas.
Tan solo una noche, he esperado por ti, eres mi oscuridad, eres mi luz de luna, eres todo para mi.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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BÁRBARA SABIHONDEZ (Texto Neosurrealista)
Porqué sabemos que pasó el futuro visto en la perpleja primavera añeja en el otoño sin presente sólo tránsito del tiempo plano del espacio retráctil invernal...
Así en Bromatología, las grasas se aproximan a las cremas, en la cabeza por la encina que llueve con hojas el otoño que regresa en los márgenes llenos de sombras, y por otros amarillos dónde se ven y se deslizan carreteras, y los tambores cuelgan el silencio en el bosque que alimenta la vida verde cuándo vive, vecino al helicóptero viril libélula en el equilibrio que facilita el oxígeno, oro y petróleo, con el sello del planeta todo. ¡Sí, mira!El futuro llegó, y se fue en una red amarillenta y superficialmente fugaz, que ablanda la carne y coagula la leche con las hojas aromáticas del olvido y la codicia... ¡Sí, mira! A lo lejos están, los lugares calientes, dónde se hace grumoso este tiempo, que se opone a la acumulación de reservas en los edificios de papel, cuando las ventanas ya no encuentran la puerta, y el amor resulta mentira en su clámide mortaja .¡Ah, sabihondez y barbarie! Excelso presente. Porqué las estatuas se desnudan, y provocan, y despliegan perturbaciones digestivas en el cerebro de los panes desde los tiempos prehistóricos. De tal manera, que otorgan sinsabores en abundancia, y más, cuándo se les agregan frutas frescas dónde se eligen hojas comprensivas, tallos compañeros firmes, y plantas en plena madurez, antes de que florezcan las indiferentes monedas que detienen la caída del cabello. Sabemos por el proceso de cocción de la consciencia, que se emplean envases cada vez más irresponsables, que se secan cuando están duros, y quebradizos abajo y a medida que se van cortando las manzanas pecadoras, las peras del olmo, los duraznos vigorosos en el césped y en el tratamiento por vapor de agua, por los minutos prudentes del aguante para evitar la combustión rápida. Aunque el jarabe diluido se calienta hasta que hierve, entre los sueños inquietos con agradable humedad dónde el sabor es redondo, y las semillas numerosas rosas, que van con una porción coloreada en rojo más o menos intenso según la variedad y ánimo del leñador... Pero antes de decir: ¡Te amo como a mi vida!, cuando ya es un cadáver llorando el infeliz destino del polvo, que es la esencia misma de un anhelo del más popular paraíso explotando al enjambre de insectos zumbadores... ¡ Y con esta sabihondez lo explican...!. Pues las escaleras están debilitadas, y ofrecen más esperanzas que curación, y la suerte es el mejor plan de argumentos amontonados en la sala de un hospital que surgen de la obscuridad, y creen saber lo que pasa en los ojos del animal que brilla y se agarra tan sólo una vez basándose en los baches del fuselaje, absortos y comiendo pedazos de recuerdos en la noche más buena... Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Caudal de vida anónima©
(Con mi gratitud para los internos del C.P. Murcia 1 de Sangonera)
Caudal desconocido de vidas anónimas
donde el hombre se asoma desde su orilla solitaria
mirando sin ver y sintiendo como pasan
los momentos confundidos;
llevando a rastras sus penas
que lo ahogan…
callando lo que fue ayer
y penando por lo que pudo ser.
Se pierden sus manos buscando
las sonrisas abandonadas
por riberas de hojas muertas
amontonadas por otros inviernos,
dejando abiertas las heridas
escritas en las huellas que ya descansan
a lomos de un silencio que parece desbocado
y que dibuja esta paz en gris intenso;
allí, en un día que parece de otro,
subido al río que siente se marcha
persiguiendo sinuoso el reto de estar vivo.
Frente a la sórdida e hiriente proclama,
muestra abierta el hombre su herida
dejando encendida la llama,
la voz que en silencio este caudal de vidas anónimas,
…la suya arrastra.
©Jpellicer2013
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Poeta
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Al igual que otra mota de polvo que está en el camino de la vida, me grita a quien quiera oírla, que el fin está a la vista, así entonces, los círculos de los vagones, o sólo círculos, a continuación, el círculo se cierra.
La oscuridad omnipresente, la noche se acerca, el caos se aproxima, hora de salir.
Somos almas errantes, al borde de la locura, al borde del pánico, ¿que pasa con nosotros?
Al igual que otra llamada, eso no significa nada en absoluto, romper el reloj de la pared, otra advertencia ignorada otro signo de los tiempos, dicen que el cielo va a caer, el día del juicio se acerca.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Estou aqui, espelho... Olho-me ao léu e rimo com um velho que quer ir pro céu.
Meus horizontes foram cruzados de "déu em déu": fazendo poemas, passando o chapéu, vivendo sonhos a granel.
Estou aqui, espelho... Sou um poeta velho sem sol, sem zelo...
Sou reticências ou interrogações da vida. Não sou modelo.
A.J. Cardiais
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Poeta
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Oda Mortal
Canto. Sin lira. Transparente Píndaro. ¿Qué duele?. Ya sin cuerpo. El polvo con el viento nada. ¡Es maravilloso!. No pedir perdón, no. Desear ni al deseo mismo. Con la vida yerta ni el paraíso. A fuerza.
Injusto paga él. ¡Qué sufre sin culpa!. ¿Hay injusticia más grande?. No deseo ni esa justicia, Ni ése perdón ofrecido. ¿Es justo que alguien me despoje de mis culpas?. No, no, tampoco esto ni lo otro. Solo deseo, solo deseo. Muerte absoluta, perfecta, completa. ¡Eternidad sin mí!. Si soy algo, polvo en la historia. ¡Más qué ignorancia!. ¡Más allá del más allá!. Dime, Píndaro. ¿Qué duele sin cuerpo?.
Y a ti. Oda: ¿Qué, qué?... ¿Temes vivir?. Oda implacable. ¿Crees en ésto, tu fin?. Oda del camino circular. Hoy como nunca nadie te escribe. Nadie te quiere, nadie te lee. ¡Si te escribo, es porque nadie dirige esta pluma!. Bien sabes. ¡Qué estoy en todas partes!. En ese lugar.
Antes de la primera palabra. ¡Sin luz ni obscuridad!. ¿Acaso, Oda, hay quién lo entienda?. Nadie juzga, nadie perdona, nadie comprende. Y nadie ahora te escribe te quiere. Porque nadie puede. Desear no desear. ¡Y lo hace!... ¡Vaya que sí!.
Oda, oda... Donde vayas no te me escapas. Tengo la vida, de nadie, en mis manos. ¿Dónde podrás esconderte?. Nadie está detrás de ésta tinta. ¡En opinión docta, solo polvo, polvo solo!. Pero nadie ama el polvo, y nadie ahora te escribe. Oda... ¿Qué temes?. ¿Lo sabe Píndaro, Tánatos, Caos, Voltaire, Cronos?. ¿Lo sabe alguien qué está en la nada?. Nadie puede saberlo. ¡Pregúntale a él!.
Porque nadie te escribe, nadie te quiere. Nadie te lee, nadie te comprende. ¡Oda mortal nadie te ama!. Y nadie puede todo. Y nadie ya logró no desear nada, ni a sí, ni a ti.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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