Es raro que a un ex no le hables de reproches Ni de lamentaciones Ni de lo que hacían detrás de un coche Ni de dudas e inundaciones Ni de las borracheras de noche Pero no he venido para hablar de eso Ni de a que paraíso nos llevaba el sexo Ni de que te echo de menos Ni de que mi corazón ahora es un incendio Vango a darte las gracias Por resaltar mis fallas Ahora la que venga No sufrirá tus desgracias Ahora soy mejor Pero recuerda que a mí tampoco me faltó razón De que tu decías que no mentías Y que me querías, que nunca nadie como yo Y que siempre te quedabas dormida en el sillón Pensando en mi amor Pero escúchame que ahora lo vemos por el retrovisor Y el tiempo ahora va a nuestro favor Porque era cosa de dos este amor No sólo fui yo Fallamos los dos Pero insisto, gracias por hacerme mejor Ahora se que que el próximo amor que venga Será la prueba de éxito De lo que falló entre los dos Porque eso es el amor El aprendizaje que nunca se consigue aprender Pero que quizás con la experiencia Me ayude a entender Que el amor es eso Que hace que queramos volver a creer En que algo que sentímos por alguien Puede aparecer En otro rostro, en otra mujer En otra vida o en otro entender Te querré siempre como ayer Pero sin mirar el mañana...
De los cabellos de oro fue tejida la red que fabricó mi sentimiento, si todo amor pudiera ablandarse entre sones de una lira cortés. Y el lamentar del corazón, en esta habitación solo, callase.
No pienses que la vida se engaña dulcemente, que está cobarde pues se aflige y llora y nada la corrige. Amaneció el amor en tus abrazos feliz con este día, ya que desnudo el pecho se ha trenzado al ansia. A ti.
Cómo amar las ausentes melodías, estas angustias entre dos que se aman igual que el fuego al sol, la lluvia al mar. Si este dolor me deja, desearía decirte las palabras más ardientes: de tus cabellos de oro fue tejida la red que fabricó mi sentimiento.
En el verde atardecer, cuando el sueño se refleja, bailan luces como estrellas, en los ojos y en la piel. Baña la sombra el reflejo, del lentísimo crecer, tañe el laúd el quehacer y la refleja el espejo.
Canta el mirlo a contraluz, negra sombra en el contraste, trinos perfectos que saben, de la vida y de la luz. Melodía que se desliza, como imaginario alud, de matices concernida, su cristalino decir.
Tornan colores y voces, voces que mudas estaban, vistiéndose de colores. Mudo el eco, en la distancia, amanece en el silencio, como ráfaga de viento, como bálsamo que amaina, como un suspiro silente.
Saber que sabe de miedos, como de saber se siente, la penalidad del reo. Saber que sabe la mente, que busca luz en los huecos, donde se esconde el secreto. La pena al llegar se hiende, entre la mente y el cuerpo.
Cantares entre los gritos, como silbidos latentes , que enmudecen los chillidos, torna el cantar en quejido y el grito huye vacilante. La voz conoce el sentido, del tono de sus latidos, del suspiro sugerente.
Fresca aurora que renaces, resplandores entre sombras, luz cenital cegadora, que descubres los caminos. Blanca aurora de la mano, del alba que huele a instinto, aromas de nuevos retos, nuevos senderos y ritos.
Tierno abrazo que acaricia, con el perfume del tiempo, sabe del tiempo la vida que a la faz conoce y mira. Roza la sombra el momento, bañado en luz y consuelo y es más tierna la sonrisa, si es más amable el recuerdo.
Vibra el junco en la tormenta, en el vientre vibra el miedo, amor que sintiendo anida, en los más arcanos huecos. Se desliza como el agua, en el cristal del deseo, se agacha pero no humilla, la esencia que lleva dentro.
El amor lo invade todo, como el odio rompe el verbo, como crece la semilla, entre las grietas por dentro. El mundo sigue girando, aunque se vaya muriendo.
A.L. (ángel l. pérez) NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME (anónimo). NO GUARDO MÉTRICA ALGUNA...SI ASÍ SUCEDE, ES PURA FORTUNA
Palabras arremolinadas en los charcos con guantes de seda, con guantes de escamas. Persiguiendo labios vestidos con hombres enteros y con mujeres de faldas plisadas. Mordiendo las letras que oculta la rabia, la soledad sin llagas, las horas de manchas baratas. Placer pasajero que la lluvia desdibuja en el suelo con un rayo de agua y una cintura de fuego. Las nubes construyen metáforas con verbos que se transforman en sueños, en hilos de pelos con términos indefensos. Pacto de hojas con renglones repletos de historias, de caballeros con armadura de acero, princesas de cabellos revueltos y hasta de borrachos vomitando diálogos, que se tragan gargantas sin entender el silencio. Hablar por hablar si los párpados siguen abiertos, si los cuerpos no se arrugan en ese baile secreto donde las lenguas parecen besar el aire de los cielos. Las vocales se miran entre ellas, son suficientes para construir un ejército, son las reinas de este juego, las guardianas del tablero. La boca pregunta primero, si ella es la que crea la magia o es solo una figura que atormenta las cuerdas del infierno. La voz se mira el ombligo y se pierde entre los dientes que mastican discretos. Las cabezas giran a destiempo, se escucha una música, son las palabras del alma escritas desde el verso.
Son los pensamientos de la vida, existir en un mundo de sonidos que a veces nos silencia. Hay que escuchar desde dentro para comprender nuestra existencia. Par vivir sin miedos y sin fronteras.
No debes permitir nunca, que otros recorran el sendero por ti. Podrán recorrerlo contigo, pero nadie podrá hacerlo por ti. Acéptate y acepta tus acciones. Se dueño de tus pensamientos. Exprésate cuando te hayas equivocado y pide disculpas. Conoce tu sendero en todo momento. Para ello, debes conocerte por dentro y por fuera, aceptar tus puntos fuertes y tus flaquezas, y crece cada día con honestidad, integridad, compasión, fe, y hermandad.
Hoy que no te veo te cruzas por mi mente. Imagino como sería nuestra historia, esos pequeños momentos y detalles que harían a mi corazón latir. Te sueño, pienso pues aunque no nos conocemos somos dos extraños que han de coincidir en algún momento de la vida. Un lapso de tiempo en el que nuestras miradas se crucen y demos rienda suelta a nuestro amor que aún antes de nacer ya ansía existir. Que nos elijamos entre la multitud una y mil veces, que nos añoremos aún sin conocernos. Pues al final estamos a un instante de coexistir en el mismo universo y volvernos la mejor parte del mundo que aún hemos de explorar. -Joss-
No es dos, ni tres son cien copas en el fondo del pecho en un bar perdido por la niebla en calles de piedra y castillos sin mujeres que llamen a tu puerta.
Es una tenue y dulce soledad que se nos apodera de las manos calza su anillo de bodas y nos comulga a su viaje sin retorno gárgaras profundas a las doce de la noche relojes desesperados por un trago mas y los ojos de otros como yo que aun creen en que no todo esta perdido buscando la felicidad en alguna esquina.