Cuentos :  EL MANTO INVISIBLE
Una de esas noches en las cuales se busca un sitio solitario para no pensar, una de esas llenas de hastío en las cuales la soledad es la compañía más noble mis pasos se dirigieron a un parque de grandes árboles, eran más de las diez de la noche y la mayoría de los vecinos ya se habían retirado con sus niños, yo caminaba descuidadamente cuando mis pasos se dirigieron a un gran árbol, era magnífico: su tronco tendría un diámetro de casi dos metros y era muy frondoso, recordé que en mi infancia solía desear una casita en un árbol, un sueño nunca cumplido, tal vez por ese motivo tuve ganas de treparme, no era difícil, el tronco se ramificaba a poca altura del suelo por lo que sin mucho esfuerzo me vi montada en una de sus gruesas ramas, ahí estuve muy tranquila hasta que sentí un fuerte golpe en la frente, me sacudí y busqué a mi alrededor la posible causa pero estaba oscuro y casi no se podía distinguir nada entre el follaje, entonces, sentí de nuevo otro golpe, esta vez en la nuca, confusa giré de nuevo pero fue inútil, a los pocos minutos el golpe me llegó de costado en una sien, con mi mano abaniqué el aire y fue entonces cuando oí una risa chillona a poca distancia de mí, al concentrarme y fijar mi vista hacia donde se escuchaba la risa observé una figurita oscura con alas colgada en una rama, se trataba indudablemente de un murciélago divirtiéndose con su travesura, lo cual me molestó y le grité :
-¿Tú me estuviste golpeando bicho feo?¿Por qué si no te hacía nada?
Para mi sorpresa el animal respondió sin dejar de reír:
-Estás en mi árbol y me estorbas cuando paso, no tengo la culpa que seas tan torpe y no me veas acercarme cuando vuelo.
-¿Te estorbo? Se supone que ustedes pueden detectar los objetos precisamente para no chocar, entonces el torpe eres tú.
-Yo no tengo por qué esquivarte, estás en mi árbol, ya te dije.
-Los árboles no tienen dueño.
-¿No? entonces tú no tienes casa.
-Eso es diferente.
-Es lo mismo, ¿por qué te subiste?
-Porque quería estar sola, relajarme, sin que nadie me vea.
-¿No quieres que te vean? Hubo una mujer que se hizo invisible con un manto.
-¿En serio? ¿y por casualidad no salía a pasear en alfombra voladora? –inquirí con sorna, pero el murciélago, muy formal continuó sin inmutarse.
-Era una mujer hermosa que tenía por esposo a un mago el cual la amaba sin medida, tanto que usaba incluso sus poderes para complacer todos sus caprichos y vaya que era caprichosa, lo que más le gustaban eran las joyas y el mago tenía el poder de materializar cualquier objeto, por lo cual su mujer podía lucir las joyas más costosas, joyas que por otros medios hubieran mermado su fortuna, fortuna que comenzó desde muy joven, cuando descubrió sus cualidades y se unió a un circo ambulante, el cual dejó al cabo de unos años para presentarse por su cuenta, logrando hacerse famoso con el tiempo, luego conoció a su mujer y se enamoró perdidamente, no le fue difícil conquistarla dada su capacidad de materializar cualquier cosa y se casaron al poco tiempo, la mujer no sabía cómo podía regalarle tantas joyas y tampoco le interesaba, como tampoco sabía que al materializarlas disminuían también las capacidades de su esposo, capacidades que ni te imaginas, pero que guardaba en riguroso secreto precisamente para evitar que ella abusara, hasta que un día no le bastó su vida lujosa ni el amor desmedido de su mago…
-Nunca oí hablar de tal mago – dije, pero no me hizo caso y prosiguió su narración.
-Vivian en una mansión y viajaban constantemente, sus trucos eran impresionantes y atraían gran cantidad de gente, bastaba anunciarse para asegurar un lleno total; luego de las presentaciones a las que ella siempre asistía, él se dedicaba a atenderla y consentirla, cenaban en restaurantes lujosos, la llevaba a teatros y fiestas donde lucía sus valiosas joyas y ella, coqueta, se ponía melosa, contoneándose provocativa, su encanto y sensualidad no pasaban desapercibidos, cualquiera pensaría que eran la pareja perfecta, él por su parte no se cansaba de acariciarla, de halagarla, estaba siempre pendiente de sus deseos, sí, la amaba con delicadeza, con delirio, pues para él era lo más valioso que tenía en la vida…
-Seguramente era un mago feo, chaparro y barrigón.
-Eran muy pocas las ocasiones en que él salía solo para atender sus asuntos, y entonces ella buscaba otras actividades para entretenerse, un aciago día, durante una exposición de obras de arte le presentaron a un herrero, pero éste herrero era muy especial pues hacía aleaciones increíbles, elaboraba complicados diseños y fabricaba objetos como juguetes, maquinaria, instrumentos musicales, esculturas y toda clase de trabajos para residencias o fábricas, sus cualidades misteriosas lo hacían muy cotizados y ella quedó impresionada con sus creaciones, pero lo que más la impresionó fue cuando le dio la mano para saludarlo, sintió como su temperatura corporal se elevaba, y cuando le miró a los ojos se sobresaltó al creer ver en sus pupilas oscuras chispas doradas, como si en ellas hubiera una pequeña fogata, eso la ruborizó, porque por primera vez alguien le hacía sentir vulnerable, así fue como se encaprichó con él, pues se trataba de un hombre de fuego…
-¿Has dicho un hombre de fuego?
-Sí, de ésos que pueden crear fuego con las manos, manipular las llamas, conducir el calor, por eso sus trabajos eran tan especiales, no requería instrumentos o moldes especiales para manipular el metal fundido y podía fusionarlos creando nuevos con propiedades desconocidas, era un ser solitario y silencioso como los volcanes, pero a ella descubrió también su temperamento explosivo durante las noches de pasión que siguieron a ese encuentro: imagínate la sensación de hervir por dentro, de que todas tus átomos giren a gran velocidad como si literalmente hirvieran, ser como el metal fundido, así de maleable, así de brillante sí, tocar el fuego sin quemarse, algo intenso, tan diferente al dulce vaivén del mago.
-No hay hombres así.
-Oh, sí que los hay. hombres y mujeres también, así como los hay de aire, tierra y agua, yo los he visto, nacen aparentemente normales pero no lo son, las llamas les atraen desde pequeños y pueden pasarse horas jugando en el sol sin sentir hambre, yo supe de un caso donde una mujer estaba tan enfadada que literalmente le saltaron chispas de la cabeza e incendió su casa sin querer, siendo una casa de madera y paja ardió rápidamente, pero ella salió ilesa, sí, esos individuos existen.
-Dices puros disparates, mejor cuéntame qué pasó con el mago.
-Ella se dejó llevar por la pasión del hombre de fuego, traicionando la devoción de su mago, quien había empobrecido sus dones con tal de complacerla, por eso, al ver que ya no era la misma, que ya no le correspondía como antes supo que algo había pasado y no tardó en descubrir su engaño, la decepción y rencor fue tan grande que usó todo su talento para fabricar un manto especial, fabricado con hilos de oro, incrustado de diamantes y piedras preciosas, algo que sabía que su mujer no podría resistir, sin avisarle dio la noche libre a todos los sirvientes y le entregó el manto fingiendo ignorar sus relaciones e inventando un viaje intempestivo mientras ella quedó fascinada mirándose en el espejo con su nuevo regalo, no pudo esperar para estrenarlo y en la noche, cuando su esposo ya había partido para siempre decidió salir a exhibirlo ante su amante.
-¿A dónde fue el mago?
-No se supo, pero aquél manto representó lo último que podía materializar, tal vez dejó se ser mago y haya muerto, herido de amor y de celos, o tal vez no esté muerto aún y viva en alguna parte, a salvo de las mujeres pérfidas.
-¿Y qué pasó con el hombre de fuego?
-La mujer llegó deslumbrante y hermosa a su encuentro a su mansión, una mansión con altas rejas de herrería artísticamente trabajada, todas las ventanas y las puertas estaban así mismo profusamente decoradas y exhibían vitrales de colores donde predominaba el rojo, y el amarrillo, la gente del lugar no se acercaba porque decía que eran los colores del infierno y que el herrero había construido su casa de ese modo porque había vendido su alma al diablo, ¡qué tontería!, él la esperaba en el porche metálico de su mansión, que a la luz de la luna relumbraba como si fuera todo hecho de oro, en un sillón plateado muy mono, jugaba con sus dedos, tronándolos para producir chispitas que caían y rebotaban en el suelo, las chispitas se enfriaban quedando duras y negras como balines que usaba como canicas, frente al porche había un huerto con limoneros llenos de azahares que despedían un delicioso aroma, todo propicio para otra candente noche; ella se acercó sigilosa y le rodeó el cuello, pero él sólo sintió una leve brisa, ella se sorprendió, habló con seductor acento, le acarició el rostro, le besó los labios, pero el hombre permanecía inmutable, entonces se alarmó y lo abrazó con fuerza sin lograr asirlo, entonces gritó, trató de sacudirlo pero el hombre seguía sin percatarse de su presencia, concentrado en su juego mientras ella lloraba y gritaba a sus pies, tratando de comprender qué estaba pasando pero de nada sirvió, luego el hombre, aburrido, se levantó y entró a su mansión ignorándola; ella salió a la calle y se dio cuenta que la gente y los carros la atravesaban sin herirla, en su desesperación trató de quitarse el manto pero no pudo, estaba fuertemente adherido como si fuera una extensión de su piel, y entonces comprendió lo que el mago había hecho, pero era tarde, jaló y tiró del manto tan fuerte que éste se rasgó pero lo único que consiguió fue lastimarse, hilos de sangre corrían por sus pliegues dorados tiñéndolo de rojo, entonces arrepentida decidió regresar a su mansión y esperar a su esposo para pedirle perdón, una vez ahí, al verla vacía, silenciosa y oscura tuvo miedo, se dirigió a su habitación temblando y en el gran lecho conyugal descubrió un conejito blanco, ella sintió una desolación enorme al pensar que se trataba de una implícita despedida y desesperada trató de atraparlo, pero éste escapó corriendo, ella lo persiguió, pero el conejo siempre la esquivaba, corrió toda la noche por las calles desesperada, sin importarle ya su aspecto ni el peligro hasta las afueras de la ciudad, adentrándose al bosque hasta que lo perdió de vista, entonces, exhausta se dejó cerca de una gruta, durmiéndose enseguida mientras amanecía.
-¿Y entonces llegaron los tres osos y la adoptaron? –pregunté sin importarme la desgracia de la mujer, el murciélago, como si no me hubiera oído prosiguió:
-Estaba sola y cansada, con la ropa hecha jirones, casi desnuda, demacrada, pero aún así, ¿sabes? seguía siendo hermosa, no sabía que había llegado a la morada del rey murciélago y cuando éste regresó de sus correrías nocturnas y la encontró, la introdujo a su cueva, estuvo todo el día durmiendo intranquila y al despertar ya entrada la noche se sentía tan desdichada que ya no le importó dónde ni con quién estaba, cuando sus ojos se acostumbraron a la penumbra pudo distinguir las formas de ésta nueva mansión, era grande y todo estaba hecho de piedra tallada y pulida con columnas y cúpulas, habían fuentes esculpidas que se alimentaban del agua que escurría de las paredes, no había luz pero sí destellos, la habían curado y dejado alimentos a su alcance, la mujer estuvo un tiempo deprimida por lo que había sucedido, añoraba al mago por todo el inmenso amor que no supo corresponder pero también recordaba con estremecimientos sus encuentros fogosos con el hombre de fuego, cuando el rey murciélago regresó ella se sobresaltó al verlo transformarse de una criatura pequeña en un ser alto y fornido, claro que no era guapo como los otros hombres, físicamente era mitad humano y mitad bestia, pero sumamente inteligente e intuitivo, tanto que él sí era capaz de verla y sentirla, podía leer sus pensamientos y comunicarse al principio con ademanes, luego le enseñó su lenguaje, no se trataba de un ser agresivo y salvaje, sino gentil y ameno, así ella aprendió a apreciar su compañía, descubrió que vivir aislado no lo hacía ignorante, su morfología era de por sí fantástica y sus vastos conocimientos abarcaban diferentes áreas, poco a poco superó su depresión, hasta perder el interés de regresar a su antigua vida, gozando con él además una nueva forma de amar: en la oscuridad ella podía sentir su cuerpo peludo como un abrigo de piel que la envolvía y la enardecía, sus ojos rojos se le figuraban dos brazas ardientes y eso también la excitaba, su larga lengua llegaba a lugares hasta entonces inalcanzables para otro, en fin, ella descubrió con satisfacción que el rey contenía todo lo necesario para hacerla feliz y aceptó de buena gana su destino; empezó a explorar los túneles y galerías como la nueva reina que ya era y le gustó, pues en ellos había tesoros escondidos y en muchas paredes la roca tenía incrustaciones de oro y piedras preciosas que no se cansaba de tocar, dejó de ser ambiciosa, pero no por eso perdió su atracción hacia las joyas aún cuando no fuesen para exhibir y en su nuevo hogar abundaban; luego, cuando sus heridas cicatrizaron por completo pudo usar el manto como alas, aprendió a moverse en la oscuridad, acompañaba al rey en sus correrías, jugaban bajo el cielo nocturno, era maravilloso ver la ciudad dormida sentir la fresca brisa, no sentirse ya más humana y no estar ligada a los vicios que ello conlleva, había renacido en muchos sentidos y no volvió a poner sus ojos en nadie más ni le importó el mundo al cual había pertenecido hasta entonces, ¿sabes? Ella siguió siendo hermosa y sus descendientes también lo fueron, aunque con la apariencia de su progenitor.
-No pude evitar una sonora carcajada y dije: ¡Qué ridículo! ¿quién te contó ese cuento?
A pesar de su color negro, el murciélago se oscureció aún más si eso es posible y sus ojos enrojecidos brillaron intensamente como brasas, lo cual me hizo más gracia, enervando más al animal que exclamó:
-¡Te estoy hablando de mi familia!, ¡eres una humana muy incrédula y estúpida!, ¡mira que burlarse así de mi ilustre linaje, pero ahora mismo llamo a mis hermanos y entre todos te tiramos de esa rama y te dejamos más calva que un balón!
Y diciendo este comenzó a revolotear emitiendo agudos chillidos, nunca se sabe de lo que es capaz un murciélago ofendido, mucho menos si se trata de un príncipe con quizá decenas de hermanos, por eso me bajé rápidamente del árbol y me alejé corriendo sin voltear a ver por si acaso había un ejército real lista para atacarme, más adelante me alegré de ver unos muchachos jugando basket ball en la cancha, eso me tranquilizó y en adelante me abstuve de andar subiéndome a los árboles.
Poeta

Poemas :  Poema XCV
Sobre el dormido lago
vibran las notas del arpa eterna,
y flotan al viento suspiros y risas,
y un coro de flautas eolias
que entonan al alma
su canto de amor.

Y mi amada, que está en el jardín
de mis ensueños, recoge a un tiempo
mismo ternura y malicia
de amor y de anhelo;
y brotan
de su fuente suspiros y risas,
y un coro de flautas eolias
que entonan al alma
su canto de amor.
Poeta

Poemas de reflexíon :  De López y de lo robado
“Que otra vez ha sido hurtado . . .”

López, necesita, urgente,
un asesor muy decente
que, hacia la verdad lo oriente,
porque, engaña, mucho miente.

En diversas ocasiones,
entre salmos y oraciones,
ha presumido, falaz,
que corrupción quedó atrás.

Eso es falso, lo sabemos,
la realidad conocemos,
su “gobierno” lo demuestra,
dejo este botón de muestra:

Lo cacaraqueó, sin tientos,
lo gritó a los cuatro vientos,
la creación de un Instituto
que resultó prostituto.

Ese para devolver,
aunque no lo quieran creer,
al pueblo lo tan robado,
lo sustraído, lo hurtado.

Bastaron solo unos meses
y empezaron los reveses,
los cochupos, mucha transa,
la perversión brotó a ultranza.

Cárdenas, su Titular,
ya no se pudo aguantar,
ante “honestidad” tan flaca,
fue quien destapó la cloaca.

Chucho “El Roto”, Robin Hood,
hoy, no encuentran la quietud,
se muestran muy sorprendidos,
les salieron más bandidos.

En el Organismo en cita,
la ratería no se evita,
ladrón que roba a ladrón,
pues, resulta más ladrón.

Espero que el “buen” Andrés,
no eche culpas otra vez,
que, de entrada, no rehúya
esta corrupción tan suya.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, 23 de septiembre del 2020
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Poemas :  Una mañana común
Una mañana común

Era una mañana común,
como cualquier otra.
Otro amanecer con la soledad.
Con la frialdad de las sábanas.
Con la repetición de la rutina
iniciada con el café
que no se comparte;
Que no se toma viendo otros ojos
a través del humo,
o enviando una sonrisa
sin otra finalidad
que la de sonreír;
Solo con el café que se hace parte
de la subsistencia.
Iniciada con los rituales de la limpieza
también solo como supervivencia,
ya no como querencia para lucir,
ni para sentirse bien
ni para halagar.

Después
pensar en lo terrible del resto de rutinas:
Comer… ¿Qué comer? ¿Qué preparar?
Salir a comprar…
Y las querencias libres, abiertas:
El viajar, sesgado por el desastre económico;
el placer, roto por tu partida;
el baile, ligado a la pareja no existente,
y al desastre económico;
la Ciencia, que me requiere vivo;
tu, suma de todos los placeres,
y que no estás;
la escritura, último eslabón que las integra,
inútil en el ser melancólico,
con la necesidad de un café
compartido
como debe ser el café.

Bajo la mirada triste
y me preparo a salir
para subsistir.

El desastre ha llevado
a cada día
buscar sustento,
porque ya no alcanza el sueldo,
ni permiten la escases,
ni permiten las colas,
el comprar para una semana.
Se vive como los perros,
buscando la comida en cada instante
por ese instante,
para ese instante.

Salgo a la calle, con un sol normal.
Camino con mis pasos lentos,
pesados;
de los años que se quejan del desastre;
de la soledad;
de que no valieron los logros
ni el lugar obtenido
ni la pureza brindada,
ante la crueldad del desastre,
de la soledad,
de la ausencia.
Entonces,
de la nada,
una bella muchacha
me saluda:
—¡Profesor, que alegría de verlo!
¡tantos años!
¡Siempre lo recuerdo!
Su alegría levanta mis hombros,
rejuvenece mi cara.
—¡Hola! ¿Cómo te va? ¿Sobreviviendo?
—¡Claro! ¡Hay que sobreponerse! ¡Saldremos de esta!
¡Así, con un espíritu como el suyo!
Se despide
con un abrazo que me reanima.

Reinicio mi caminata
y cuando mi cabeza va a bajar
le cuesta un poco.
Locales más adelante,
colas y negocios más adelante,
tiempo más adelante,
vuelvo a encontrarme a otro exalumno:
—¡Profe! ¿Cómo le va?
—Bien, gracias.
—¿Sigue torturando a sus alumnos con el “justifique su respuesta”?
—Jaja… Ya me jubilé.
Ya descansaron.
—Bien útil que nos fue. Se lo aseguro.
Un placer. Hasta luego, profe. Cuídese.
Esta vez reanudo la marcha erguido.
Sabiendo que debo seguir siendo ejemplo.
Entonces recuerdo las sonrisas
que se multiplican hoy en recuerdos;
los alumnos antiguos, hoy profesionales,
que siguen creciendo.
Recuerdo que en lo humano
no existe lo perfecto.
Y parece mentira,
y detallarlo no quiero
que al seguir el camino
otros mis alumnos
sin saberlo, me socorrieron
Pero lo más hermoso
que recibí de ellos
fue la amplia sonrisa:
gratuita, fácil, sin maquillar
sin interés ni esmero
solo alegre reflejo
de un sentimiento eterno
que aquellos exalumnos
a mi tristeza dieron
sin saber ni entender
el bálsamo que fueron.
Y regresé a mi casa
y comencé a escribir.

Era una mañana,
común,
como cualquier otra.
Aderezada con el canto de los pájaros
con tu recuerdo, eterno.
Las sábanas, frías,
me invitaban a buscar el calor del termo
a saborear el café
y preparar el día
para escribir de nuevo.

Miguel Humberto Hurtado
Poeta

Poemas :  INSENSATEZ
INSENSATEZ

Es infinitamente elemental suministrar un mortífero veneno
una minúscula molécula, en muchas ocasiones, es suficiente
para un desplazamiento con velocidad de la luz aún no hay freno
y la inteligencia humana con su enorme poderío es insuficiente.

El amor materno obnubila el cerebro y el juicio verdadero elimina,
si la razón está turbada el juez más auténtico no puede ser justo
por ello todas las razones con un inconmensurable peso discrimina
su taciturna vida se torna vacía y sólo impera el máximo disgusto.

Un verdadero educador busca para sus pupilos el mejor futuro
pero sin el apoyo irrestricto de los padres se vuelve imposible,
por esta razón un maestro ideal, en esta tierra, es siempre impuro
si la insensatez del progenitor se materializa al máximo audible.

El juez perfecto, en este globo terráqueo, actualmente no existe
todo juicio en el momento será incorrecto, para la parte perdedora
es inaudito pensar la aceptación con decoro si eres tú quien perdiste
más aún cuando una sola decisión es para ti triste y desgarradora.


Jaime Muñoz, Octubre 19 de octubre de 2019
Poeta

Poemas :  SI FUERA..
SI FUERA...

Si fuera el viento palabra,
y el aliento fuera amor,
si la sangre fuera el agua,
que el humano arrebató,
la palabra sería aire,
el amor sería vapor
y el cuerpo muerto estaría,
de la sangre que perdió.

Temblores entre las hojas,
del libro de los humanos,
saciadas líneas de nombres,
plenas de frases de sabios,
de conquistas y desdichas,
de muerte, horror e injusticias.
Cada página predica,
pero resuena en lo arcano.

No sabe el poder y el necio,
que no valen sortilegios,
cuando se extiende la ira.
Si fuera pitanza el viento,
alguien lo embotellaría.
No se intercambia la vida,
por preces y privilegios,
ni con falsas letanías.

Si el abrazo fuera alianza
y fueran sabios los necios,
el mundo oasis sería,
la sabiduría un sustento.
Si fuera alimento el tiempo
y el amor fuera una ley,
no habría ni hambre ni reos
y el corazón sería el rey.

Tiempo que al tiempo acuchillas,
con el filo de tu acero
y vas dejando semillas,
de odios y de recelos.
Tiempo que no tiene prisa,
solo la tiene el viajero,
que tan deprisa camina,
que va perdiendo el aliento.

Si fuera un tesoro el día
y fuera la noche un premio,
vivir y dormir sería,
como un viaje hacia lo eterno,
salpicado de sonrisas,
de bellos y sueños tiernos,
cada suspiro alegría,
verdad cada pensamiento.

Tiempo que al tiempo castigas,
con tu indomable flagelo,
dale a las razones tiempo
y a la verdad tu talento.

A.L. (ángel l. pérez)
NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME
(anónimo).
NO GUARDO MÉTRICA ALGUNA...SI ASÍ SUCEDE, ES PURA FORTUNA

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24/09/2020
Poeta

Cartas :  Excéntricos
El mundo exige orden pero se siente fascinado por los excéntricos. Son las personas que están fuera del centro, este es el significado del término. Las que tienen la capacidad de transformarlo, justamente porque lo miran desde fuera y ven sus carencias. La historia de la ciencia, la filosofía y el arte, está llena de excéntricos que provocaban diciendo cosas como que la Tierra no es plana, que Dios ha muerto, o que un bidé es más bonito que la Venus de Somotracia. Entre los campos de la actividad humana que invitan a la transgresión, probablemente el de los artístas plásticos, se lleva la palma.
Poeta

Poemas de amistad :  Acis boyante
Oh! tan hermoso
Acis boyante,
eres glorioso,
Acis galante,
gran dadivoso.

Dulce y jocoso
Etna gigante.
Bello y gozoso,
calmo danzante,
gran amoroso.

¡Oh! tan gozoso,
Acis posante,
eres glorioso,
Acis penante,
gran anheloso.

Dulce amoroso,
Etna posante.
Bello fogoso,
calmo vagante
grande coloso.
Poeta

Poemas de reflexíon :  Marchemos, marchemos
“Anhelo . . . alcancemos.”

Marchemos, marchemos, pacíficamente
la expresión derecho magno de la gente,
la Constitución consagra tal acto
en su artículo sexto para ser exacto.

Marchemos, marchemos, tomemos las calles
contra dictadura, tú, jamás te calles,
ya que el socialismo latente amenaza
quiere hacer de México eterno su casa.

Marchemos, marchemos, hagamos historia,
el manifestarnos nos dará la gloria,
partamos del Ángel de la Independencia
de otro monumento, mostrar resistencia.

Marchemos, marchemos, alcemos la voz
en esta protesta contamos con Dios
reunidos millones de seres humanos
caminemos juntos cual fieles hermanos.

Marchemos aliados, pues, hombro con hombro
el día de la cita causemos asombro,
somos ciudadanos no estamos de acuerdo
con el peje inepto “gobierno” no cuerdo.

Marchemos, marchemos, con toda decencia
pobres, clase media, ricos, sin violencia
llevemos pancartas, clamemos consignas
que sean razonables elocuentes, dignas.

Marchemos, marchemos, diligentemente
es un privilegio ser inteligente,
transitemos la ruta con educación
por lograr un cambio total convicción.

Marchemos, marchemos, porque está muy mal
el actual “mandato”, marcha nacional,
la inseguridad, crisis, mil motivos,
sociedad, el pueblo, sentimientos vivos.

Marchemos en paz con la cara en alto,
con paso pausado sin un sobresalto
dejemos a un lado desidia, indolencia,
de forma consciente hagamos presencia.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, . . .
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Haikais :  Algunas aves
Trinos sonoros
en boca de un turpial
desde una rama.

El cardenal
canta su melodía
indiferente.

Las guacamayas
son todas tricolores
y escandalosas.

Las golondrinas
migrando van y vienen
de sus tejados.

Cuervos y urracas
levantan sus plumajes
en alto vuelo.

Con las cigüeñas
y grullas y flamencos
Vuelo se plumas.

Con las palomas
llegaban los mensajes
siglos atrás.
Poeta