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¡Cómo quisiera que la vida no existiera, así dejaría de sentir el dolor de este amor que me hiere! Y el corazón destrozado ¡cómo si nada ocurriera! ¡Desliz el tuyo! Aunque dices que me quieres.
¡Cómo quisiera extinguir la agonía de mis venas! Cada lamento sufrido poder echarlo a la hoguera, que el fuego voraz devore hasta disipar las penas, y solo queden cenizas para lanzarlas afuera.
¡Cómo quisiera no tener el alma débil, afligida! No suspirar por ti, tú me llenas de amargura. Ignorar a este sentimiento seductor de la mente aturdida, enloqueciendo la pasión del corazón, y soltando ataduras.
¡Cómo quisiera no estar en donde te encuentras tú! No escucharte ni sentir las caricias de tu aliento, para no enredarme contigo en ese insidioso revolú del amor, y así evitar decir lo que yo por ti siento .
Julio Medina 17 de octubre de 2011
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Poeta
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Aquí encallo un amor el mio isla desierta esta de solo naufragios, desolación y desamor.- En la inmensidad del mar esta isla ni figurara no tendrá ni habitantes ni historia solo un corazón destrozado, la habitará.- No hay huida el único consuelo será ver las olas del mar; ver el atardecer y ponerse el sol y en el ocaso, sentarme a suspirar.- Acabo la dicha por la ventura solo pensar y especular en lo que un día fue y hoy solo en esta isla donde solo provoca llorar.-
Mira mi blog http://hectormaxx-mipoesia.blogspot.com/
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Poeta
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Lo siento, sé que de mí te vas, este inicio frustrado es una barbaridad, y más nunca volverás, el amor queda en disparidad.
¡Ahora quizás quieras odiarme, y le dirás a todos que jugué contigo! ¿Sabías que a tu amor quise acercarme? La dejadez fue mi delito y castigo.
Pero nunca hiciste tu parte, no solo al hombre le corresponde seguir al amor, anhelaba buscarte, entregarme a tus brazos fue cautivador.
No me odies, no existe razón para hacerlo, los hombres y las mujeres tenemos defectos, el amor llega, y se va, todos deseamos tenerlo, por quererte de lejos confundió el trayecto.
¡Hay tantas tentaciones en la ausencia y el olvido! Son espejismos que interfieren el idilio sorprendiendo al corazón distraído, y lo dejan herido, pidiendo auxilio.
Pero más no te puedo decir, ya nada se puede remediar, sé feliz, busca otra manera de vivir, el destino no se puede cambiar.
Julio Medina 10 de octubre del 2011
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Poeta
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De mí se había enamorado una amiga del vecindario, y yo escuchaba abismado las tristezas narradas a diario.
Ella me hablaba de amor, y casarse quería conmigo, pero yo sentí temor, y solo quise ser su amigo.
Muchos ratos compartimos en los que fuimos dichosos, pero nunca nos decidimos para que fuera su esposo.
Ella conoció a otro señor en el tiempo transcurrido, decidió darle su amor, y yo me quedé dolido.
Muchas noches he pensado del error a no atreverme, perdí al amor anhelado por miedo a comprometerme.
Julio Medina 28 de enero del 2012
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Poeta
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Vagando va el pensamiento sin detenerse a pensar en cosas pasadas que le aturden. ¡Aquellos tiempos que partieron para volverse recuerdos sitiados, ahora deslumbrados, resurgen como gotas de la lluvia atezada, despiadada, salpicando hasta cercenar las entrañas de la percepción inquieta, alocada! Ruge el llanto atribulado, con lágrimas baña la brisa detenida en el cristal de la mirada. Inercia borrosa, frustrada sagacidad, dañas el regocijo, tras volver sin la luz abnegada.
En el viciado vacío del abismo absurdo, la tonada sosegada comienza a repicar como letanía ingenua. Empalagado sonido gurdo en los sentidos equivocados pretende aplicar. Contempla la fantasía del quejido piadoso, un lamento florece cuando el alma parece abarcar, pero yace en el túmulo con el semblante ansioso, enredado en el suspiro tropieza con la edad del tiempo, persistiendo con escuchar vocablos afásicos, recitando realidades sin mayor contratiempo; verdad encajada en el exceso del turbado cántico.
Chirridos del sillón invaden el dormitorio, oscila hueco un remolino del mar ensordecido donde el silencio es presa del rugido delusorio. ¡Sigue allí sentado con vano dolor abstraído! Sin pensamiento, no sabe ni siente lo frustratorio. ¡Mala suerte! ¿Eso dijo? Sin duda es mala suerte, siempre ha estado musitando en la vileza angustiada, a veces lúcida cuando la elegía alborotada es menos fuerte. Esotérica astucia pretende ser escuchada, pero su voz se traba, quizás eso ni se logre porque se acerca la muerte… ¡A buscarle! Cuando una escasa voluntad del alma allí quedaba.
Julio Medina 6de enero de 2012
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Poeta
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¡Cómo te olvido ausencia, si vives en las entrañas del recuerdo! Queda ignota la impaciencia dormida en la pasión del verbo lerdo.
Soledad escapada de la penumbra refugiada en la laguna de la memoria, y su luz oscura el ocaso alumbra, germinan primicias en la historia.
¡Padecer más! eso no puedo. Confuso descuido inadvertido, no es menos pérfido el motivo si accedo porque es un vacío incomprendido.
Holgura, quedas a la deriva y la ausencia dueña de los vestigios, anclan remembranzas, su dolor oculto priva al esperar la ocurrencia de un prodigio.
¡Cómo libero la inexistencia si dentro del alma camina! Sus pisadas van cortando la existencia y el corazón se termina.
Julio Medina 19 de enero del 2012
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Yo no soy dueño de ti. ¿Esas palabras no dicen nada? No insistas más, sigue sin mí, ya por favor, en el amor no eres afortunada.
No seas así, es lo mejor olvida esa tristeza imaginada, lo que dentro de mí quedaba de amor -flácido sentimiento-, desertaría en la algarada.
¿Dueño de qué? Si terminó con el corazón vacío y el alma acabada, fue una ilusión que dominó, ahora se va, quedaste apesadumbrada.
Penoso es sufrir así ¿qué puedo hacer? Quisiera detener ese dolor, pero las congojas llegan angustiarte, dentro de mí no va a nacer amor ni ansias para enamorarte.
¡No soy dueño de ti, no soy dueño de nada! El amor se ha ido al retornar la alborada.
Julio Medina 21 de agosto del 2011
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Poeta
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A mí nadie me espera, solo el silencio ¡él me consuela! El corazón roto se desespera, resignado sin amor, aunque me duela.
Sigo llenando de angustia la soledad, mientras vivo mirando los días pasar. Hay un vacío en la adversidad que la dicha no logra alcanzar.
Llego a mi casa y tengo ausencia de todo: de besos, de abrazos y de ilusión. Solitario voy sufriendo a mi modo, cargado de tristezas que opacan la ocasión.
Solo sigo pensando en el pasado de aquella desilusión que destruyó el sueño de ser dichoso junto al amor anhelado, y hoy con miedo y dolor desdeño.
Igual que a ti, a mí me sucede, nadie más habita en el rincón de la mala suerte, no ha llegado el amor para que siempre se quede, que vibre en el corazón, que su pasión sea fuerte.
Julio Medina 10 de octubre del 2011
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Ayer te vi y diría que no te reconocí intentaba saber quien eras, pero en mi recuerdo no estabas allí. No sabía que en el tiempo tu imagen se perdiera.
¡Ni tan siquiera pude recordar tu nombre, después de una existencia de soñar contigo! Todo lo olvidé, quizás hasta te asombre saber que a tu amor en mi corazón no abrigo.
Tu amor fue una cálida brisa arrullada en mis brazos en una tarde ardiente de aquel sensacional verano, pero fugaz llegó la distancia saturada de fracasos, y escampó la lluvia de besos con el roce de tus manos.
¡Y partió la temporada que me invitó a enamorarme! Con ella se fue la flor, la que abrigaba en mi pecho. Estaba ilusionado del amor que solías darme que me entregué a la pasión fascinada de tu lecho.
Pero hubo un día cuando la estación cambió, y llegó nuestra partida por diferentes caminos. Han pasado atardeceres, el amor nunca volvió, y hoy yo te vuelvo a ver por un error del destino.
Julio Medina 18 de septiembre de 2011
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Cuando vuelva a verte no lloraré por ti ni dejaré que veas mis ojos sollozando, seré un desconocido, nada sabrás de mí, aunque en la memoria te siga recordando.
Cuando vuelva a verte no sentirás el olor del perfume exquisito que en el alma te besaba, ni habrá más un solo momento de la noche de amor, del romance que dejé cuando a mi ser te entregabas.
Cuando vuelva a verte ni siquiera te llamaré para que no sientas tristeza ni la cara sonrojada. Quizás me veas pasar a distancia, pero yo fingiré no haberte visto, y solo pensaré en la pasión terminada.
Cuando vuelva a verte disfrazaré lo que he sentido, y si en algún momento se cruzaran nuestras miradas, solo veré en ti una sombra fugaz dentro del olvido, esa sombra que en el recuerdo ha quedado aislada.
Julio Medina 13 de noviembre de 2011
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