Duetos :  Mepi espejado en espiral
Enlace;
gran
peregrino
que
mi ser: define
con dulce fragancia ancestral.

Nodo salino de substrato
en serpentín.
Par
energético
tri…
fosfato.
Poeta

Poemas de tristeza :  Solo

Solo...
Solo en esta habitación...
Solo sin lograr comprender porque...
Porque el destino es así..
Porque hay momentos que te de felicidad y luego te la quita dejándote en un abismo de Soledad y depresión..
Diganme , porque..
No logro comprenderlo..
Alguno si?
Recordar esos momentos donde salia con amigos y la pasábamos de maravilla...
Y ahora estoy aquí.
Solo... solo sin compañía..
Solo sentado en este oscuro vaivén pensando...
Pensando en cómo poder salir de una ves...
O simplemente entender..
Entender el destino, es algo que me llenaría de felicidad , o quien sabe me deje una gran enseñanza...
Porque el destino te da cosas para luego quitártela, no lose..
Porque..
Porque estoy solo, tan solo que me llevo mal hasta conmigo mismo por no convivir con las demás personas...
Peleo hasta conmigo mismo, pero no es porque quiero... si no porque no tengo a nadie a mi lado...
Todos me toman como loco, y déjenme decirle que si lo estoy...
Estoy loco por no saber valorar lo poco que me han dado y si valorarlo cuando ya lo perdi...
Valorar cuando ya es solo una silueta de mi imaginación y no algo tangible...
Solo...
Solo escuchando una música de fondo escribiendo este ...
Este poema si así se le puede llamar,
Nolose, nose si alguien más lo va a disfrutar como lo disfruto yo al escribirlo...
Pero...
Eso no me importa ya, porque estoy solo...
Solo donde no hay quien me diga lo que está bien y lo que está mal, solo...
Solo intentando entender...
Porque llegue a amar sin ser amado,
O porque prefiero ver el poquito de habitación apagada ..
Será porque no quiero verme en la Soledad?...
No lose..
Solo se que mi vida ya perdió todo el sentido de felicidad...
Solo...

~José G. Rodriguez~
Poeta

Poemas :  Aunque tu no lo sepas
Mientras tenga la fuerza de seguir escribiendo
Mientras te siga soñando todas las noches
Mientras siga escuchando tu linda voz en mis pensamientos
Yo seguiré escribiéndote canciones.

Aunque tu jamás escuches mis canciones
Aunque jamás leas mis poemas
Aunque nunca te enteres de que te escribo
Te seguiré escribiendo poemas.

Mientras te siga recordando como aquel día
Mientras me sigan hablando de ti
Mientras mi esperanza siga viva
Yo te seguiré buscando.

Aunque me ignores cada vez que te hablo
Aunque no respondas mis mensajes
Aunque tu no lo sepas
Yo seguiré enamorado de ti, Nadia.
Poeta

Poemas infantiles :  La ranita Toronjita
Mi papi se la encontró
en una selva preciosa,
la vio linda, muy bonita,
delicada mascotita.

A mí me la regaló,
me la dio en una cajita,
estaba tan pequeñita
que ternura me causó.

Yo, le puse Toronjita
por gordita, jugosita,
me parece una cosita
de las que manda Diosito.

Sus ojitos son saltones,
tiene las patitas largas,
luce diversas manchitas
que son oscuras, negritas.

Mueve, mueve, su garganta,
pues se la pasa comiendo,
solo estira esa lengüita
alcanzando el alimento.

La Ranita Toronjita
come, come, sin parar,
come grillos, cochinillas
y no deja de engordar.

Le voy a echar su guayaba
pa’ que se le hagan mosquitos,
pobrecitos, tan chiquitos,
también los va a devorar.

Por las mañanas, le gusta
que le dé el sol un poquito,
regresando a su nidito
que entre las aguas está.

En la cuevita de lodo
permanece muy tranquila,
ahí está bien quietecita
saliendo solo a cazar.

¡Ay, Ranita Toronjita!,
no te quiero regordeta,
me encantas en miniatura,
quisiera verte flaquita.

Si tú sigues de glotona
no vas a caber en casa
y, pronto, vas a aprender
que la vida . . . no es comer.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 02 de octubre del 2006
Dedicado a mi Chalita, ¡te amo a ti!
Reg. SEP Indautor No. 03-2007-082112003600-14
Poeta

Poemas :  En todo un poema
En el umbral los ácaros
en la espuma el vidrio
en el corazón la flecha
que corta los hilos.

En el matraz el humo
en los dientes la rabia
en el libro las gemas
que pagan las parias.

En el queroseno el deleite
en la crisálida la hiena
en el dije el péndulo
que arranca la hierba.

en la huella el lodo
en la cima la nieve
en la copa el hielo
sobre el tren llueve.

en la gárgola el barón
en el arce los gorriones
en los arrecifes el oro
que tienta pasiones.

En el foso la cal
en la olla la cadena
en el leopardo la roca
que enlaza las penas.

En el mundo la gente
en la gente las emociones
y sus dudas,
en el papel la pluma
y en los siglos
los centenares de poemas
que escribimos.

En mi y en vos
la vida exaltada,
incandescente y
a veces,
tímida e insurgente

y en un principio
siempre, siempre el fin.
Poeta

Poemas :  Isca
O poeta declama
um poema besta,
e alguém reclama:
ah, isso eu também sei fazer!

Daí o poeta,
com todo prazer,
diz: que bom...
Então faça,
pois a intenção é essa.

A.J. Cardiais
02.06.2020
Poeta

Poemas :  derrotero
Lo que la grasa es al músculo la experiencia es al espíritu……

El espíritu deviene sólo por el derrotero
Y donde no hay derrotero solo hay límites, disecaciones y verticalidades.

He aquí, entonces, el músculo y la fuerza o la experiencia y el consenso
He aquí la sangre en las venas o la sangre salpicada
O aquel que le ordenan matar o aquel que muere desde su autonomía
He aquí la autoridad que impone o la emancipación que exige
Como el conservar de unos o el renovar de otros
Como el apalear o ser apaleado

Como el interés del lucro o el dolor de la miseria.

Sólo el espíritu conoce el derrotero, se hace desde él, se hace desde la vida.

Y todo aquello que niega a la vida Aunque exista, debe ser negado.

Así, cuarteles, iglesias, colegios, partidos, apologetas y televisión
Como negadores del otro niegan el derrotero
Fundamento de la vida y posibilidad del espíritu.

Por ello, entonces, ellos deben ser negados
O sendero abierto para volver a instalar

El "ojo por ojo y diente por diente"

Y erradicar esa mentira de la paz
Cuando impune, continua el derrotero de toda violencia:
La explotación.
Poeta

Poemas :  EN UN CÍRCULO INFINITO
EN UN CÍRCULO INFINITO

En un círculo infinito,
giran la sombra y la luz,
vida y muerte, muerte y vida,
giran sin parar eternas,
como un terráqueo planeta,
que sobre si mismo gira.
Caleidoscopio sin fin,
realidades sempiternas.

Girando como una noria,
ilusiones y quimeras,
una rueda imaginaria,
matizada por la vida.
La envolvente sinfonía,
la giratoria memoria,
la rueda, que rueda y gira.

El aleteo de las hojas,
castañeando en el aire,
aplausos de pensamientos,
como furtivas palomas.
La flor bailando entre brisas,
bailarina con corona.
La sombra abraza a la rama,
la rama al árbol se arrima.

Las gráciles gotas saltan,
del vapor que se evapora,
y se barnizan los rostros,
con el frío de la aurora.
Roncos cantan los vacíos,
de las vacías gargantas
y se balancean los flecos
de las tupidas pestañas.

Se para el tiempo en la carne,
de la misma carne mana,
de la carne se alimenta,
la carne de las entrañas.
Vuelve y retorna la sangre,
en un devenir de fábula
y en un parpadeo se cierran,
bocas, puertas y ventanas.

Vuelan pétalos aéreos,
de los corazones rotos,
mientras sueñan los recuerdos,
mecidos por los antojos.
Surca la idea la conciencia,
en su esencia sumergida
y se desatan los nudos,
de los entreabiertos ojos.

Un manto de pura estima,
cubre la faz de la aurora,
destellantes luces prístinas,
versos de hoy y de otrora.
La vida y el amor riman,
una cadencia que llora.
Sollozos en la memoria,
lágrimas de amor que bordan.

A.L. (ángel l. pérez)
NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME
(anónimo).
https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-188210
https://alupego.blogspot.com/
https://www.latinopoemas.com/index.php
https://www.ivoox.com/perfil-angel-l-perez_aj_3013544_1.html
https://www.youtube.com/channel/UCTiyEpHcvvaqs0dFOa6wbdw
09/10/2020
Poeta

Cartas :  Buenas noticias
Nunca olvides esto: todo sentimiento, tiene su reverso. Sentirse desgraciado es prueba de que se puede estar contento. Es una buena noticia. Cuando te encuentras solo, te das cuenta de lo bien que estarías acompañado. Es una buena noticia. Tiene que dolerte algo, para que valores la felicidad de que no te duela nada. Es una buena noticia.
Por eso, nunca hay que temer la tristeza, ni la soledad, ni el dolor, pues son la prueba de que existen la alegría el amor y la calma. Son buenas noticias.
Poeta

Cuentos :  RABITO
De pequeña solía desear una muñeca grande, suave al tacto, que abriera y cerrara los ojos, con cabello sedoso y largo para poderla peinar, recuerdo que cuando pasaba en las tiendas veía con decepción los anaqueles exhibiendo grandes peluches y muñecas de mejillas sonrosadas, largos rizos y hermosos vestidos porque para entonces ya sabía que nunca recibiría un regalo de esos; mis muñecas siempre fueron de plástico, pequeñas y calvas, con el tiempo crecí y olvidé esa ilusión infantil hasta que ya adulta y con motivo de un intercambio navideño recibí de regalo un gran conejo de peluche, fue una verdadera sorpresa y la disfruté. Era todo blanco, su cabeza redonda, de vivaces ojos cafés y sonrisa ingenua, sus patas delanteras abiertas invitaban al abrazo, hasta el rabito me pareció gracioso por lo cual lo bauticé precisamente como Rabito y fue el primero que compartió mi cama, el sillón para ver el televisor o leer, un asiento propio en el comedor, solía también hablarle y abrazarlo con aquélla nostalgia infantil de cierta forma compensada, todo ello antes de su extraño comportamiento, sé que suena extraño, porque debo confesar que a mí esas historias de muñecos vivientes me parecían temas de películas o recursos maternales para aquietar chamacos.
Todo comenzó muy sutilmente; con cambios de postura que bien podían pasar desapercibidos para una persona tan distraída como yo, como por ejemplo encontrarlo acostado cuando yo creía haberlo dejado sentado, boca abajo cuando yo recordaba haberlo visto boca arriba, etc. Aunque no era algo serio ya presentía que algo no era normal y comencé incluso a fotografiar esos cambios de postura para convencerme de que eran reales, lo tomé con extrañeza mas no con alarma, pero empecé a preocuparme cuando no solamente cambiaba de postura sino también de lugar como de la cama al sillón, del sillón al comedor o la cocina y viceversa, eso comenzó a ponerme nerviosa, porque tener la seguridad de dejar un objeto en un lugar y después encontrarlo en otro diferente parecía más propio de personas con lagunas mentales que inofensivos descuidos, recordé sin querer cuentos de entes atrapados en muñecos capaces de causar daño y comencé a mirar a Rabito con desconfianza, traté de recordar alguna sensación extraña al recibirlo, al abrazarlo o cuando solía tener diálogos con él a manera de juego, pero no hubo en esos días temor o escalofríos, por lo cual trataba de minimizar un comportamiento a todas luces anómalo para un objeto supuestamente inanimado, aún así me daba vergüenza recurrir a algún esoterista o ministro eclesiástico, era inaudito que en pleno siglo veinte, en una ciudad moderna y a una persona de lo más común le ocurrieran esas cosas.
Así como me acostumbré a sus cambios de postura también me acostumbré a sus desplazamientos, trataba de no darle importancia, pero él avanzaba en su atrevimiento, porque despúes comencé a sentir en esos ojos de plástico algo siniestro, un brillo inquisidor y burlón que me seguía por toda la casa y eso sí me alteraba; entonces intenté encerrarlo con llave en el armario, pero en vano, de alguna manera salía y me lo encontrara cómodamente instalado entre las sábanas de mi cama, esperándome en el sillón frente al televisor o en su silla del comedor. Su desfachatez era evidente y uno de esos días, en un arrebato de desesperación lo agarré de las orejas y lo estrellé con todas mis fuerzas contra la pared, Rabito no rebotó, simplemente cayó boca abajo en el piso, me encerré en mi habitación culpándome de cobarde por no arreglar definitivamente la situación simplemente quemándolo, pero había dejado pasar mucho tiempo y en el fondo temía que al igual que en las películas de terror abriera sin dificultad la puerta de mi cuarto (cerrada con seguro) y saltara sobre mí para apuñalarme o estrangularme, desperté a cada rato, pero esa noche nada pasó y al otro día me levanté y abrí sigilosamente la puerta: Rabito no estaba donde había caído y respiré aliviada, repitiéndome ingenuamente que en realidad no había recibido ningún conejo de peluche como regalo, que todo había sido un mal sueño y muy tranquila, entré al baño y me desvestí para ducharme, pero cuando corrí la cortina de la regadera encontré al pervertido Rabito observándome con ojos burlones; eso ya era demasiado, lo tomé de las orejas para abofetearlo con saña, le grité todo mi repertorio de leperadas y lo tiré por la ventanita, mr fui calmando poco a poco mientras el agua refrescaba mi mente y mis nervios, pero al salir del baño ahí estaba otra vez, acomodado en plena sala, con unas cuantas pajitas de hierba adheridas a su albo cuerpo.
Desde entonces su descaro fue abierto: me lo encontraba siempre espiándome a donde fuera con esos ojos burlones desde encima del televisor, sobre el refrigerador, en la mesa de la cocina, desde la ventana del patio, en una silla del comedor, junto a la computadora, en la cómoda, en la cabecera de la cama, etc. De nada me servía aventarlo, el maldito siempre aparecía impecable esperándome a donde me dirigiera; ante ese acoso perdí la tranquilidad de mi hogar, mis rutinas siempre estaban siendo escrutadas por Rabito; no pude repetir la explosión de furia que tuve cuando corrí la cortina para ducharme, había perdido todo temple ante esos ojos morbosos que me seguían todo el tiempo, y aunque reconozco que mi situación era ridícula, más me hubiera avergonzado exponerla ante mis escasas amistades o a algún brujo o psíquico de la ciudad, era increíble que un muñeco tan bonito pudiera contener el espíritu de un acosador y quién sabe si hasta asesino, me tacharían de esquizofrénica y me recetarían calmantes, seguramente me sugerirían sabiamente que me deshiciera de él. Y en teoría era muy fácil hacer una fogata en e patio y quemarlo de una buena vez o aventarlo como basura cuando pasara el camión recolector, pero un absurdo temor me detenía, como si el endemoniado muñeco leyera esos pensamientos y me advirtiera de una implacable venganza, podía jurar que sus ojos chispeaban diabólicamente cuando sentía tales impulsos, quizá me las tuviera que ver con un ejército de Rabitos dispuestos a secuestrarme y quemar mi casa o me convirtieran mediante un satánico rito en una Rabita como ellos, todas esas ideas descabelladas me torturaban, lo reconozco; Rabito se había adueñado de mi casa y ahora de mi voluntad, y yo sin poder desahogarme con nadie, yo que siempre me reí de quienes consultaban hechiceros cuando enfermaban o tenían una mala racha o se sobresaltaban al ver películas de terror, ahora la grotesca era yo pero me sentí imposibilitada para actuar , mi nerviosismo llegó al punto en que bastaba la figura de cualquier conejo en cualquier presentación y de cualquier tamaño para que mis dedos comenzaran a temblar y mi corazón palpitara aprisa, sudaba frío y varias veces estuve a punto de soltarme a llorar.
Esta situación duró tal vez unos meses que a mí me parecieron eternos, y fue una hermana que llegó de vacaciones con su hija a casa de mi madre la que propició la oportunidad de librarme de Rabito, cuando mi hermana llegó a mi casa para saludarme, el causante de mi desgracia se encontraba cómodamente descansando en el sofá, a mi sobrina le gustó tanto que se lo regalé de inmediato, a pesar de las advertencias de mi hermana, yo sabía que mi sobrina era de esas niñas caprichosas a las que ningún juguete les dura porque les gusta desbaratar, ensuciar, lanzar, pintar, jalar y demás rudas acciones a sabiendas de que no habrá reprimenda, ella era capaz de bañar a Rabito en lodo haciéndolo pasar por cerdo y luego remojarlo en cloro y tallarlo con cepillo de cerdas duras para que volviera a quedar como conejo blanco, ese solo pensamiento me hizo sonreír y cuando por fin dio por terminada la visita y se retiró balanceando descuidadamente su peluche nuevo por fin pude respirar en paz .
Lo lógico era que una vez con Rabito lejos yo volviera a ser la de antes, libre de entes acosadores, pero a la alegría inicial por haber creído recuperar el control de mi vida siguió una inexplicable nostalgia, como si la casa estuviera vacía, al ver la televisión movía la cabeza de un lado a otro, buscando; al acostarme palpaba las sábanas, me sorprendía revisando cajones sin motivo, soñaba a Rabito en manos de mi sobrina, sin una oreja, sin un ojo, sucio y roto, luego despertaba con remordimientos, la dulce venganza se transformaba en pena y angustia, sus ojos antes amenazadores suplicaban piedad, quizá a esas horas ya exhibiera tatuajes hechos con plumón permanente o estuviera lleno de piercins hasta el rabo, tal vez le hubiera costurado un parche en el ojo y colocado una pata de palo, era absurdo pensar todo eso pero no podía evitarlo, mentalmente me acusaba de haber exagerado la actitud de Rabito, de que mi terror anterior nunca hubiera tenido fundamentos, que él siempre me buscaba por fidelidad y yo era una ingrata paranoica que aprovechó la primera oportunidad para deshacerse de un cándido obsequio, recordé el día que me lo regalaron y lloré sinceramente por su suerte, ¿cómo había llegado a eso? ¿Cómo se me había ocurrido considerarlo un ente demoniaco? ahora me imaginaba y desesperaba su sufrimiento (si eso era posible) o de plano me había vuelto masoquista, era inaudito que lo extrañara y sufriera como si se tratara de mi primer novio, ya las imágenes y las figuras de conejos me hacían sentir ruin y me quedaba mirando estúpidamente los aparadores donde se exhibía alguno. Se acercaba el fin de las vacaciones y con él el regreso de mi hermana a su ciudad, cuando me avisó que saldrían en el camión de las diez de la mañana me propuse recuperarlo a como diera lugar, Salí de la casa y en lugar de irme a trabajar me dirigí a la estación, llegando allí diez minutos antes de que partiera el autobús, había mucha gente y seguramente mi hermana y sobrina ya se hallaban en la sala de espera, por lo que irrumpí desesperadamente en el preciso momento en un empleado de limpieza sacaba la bolsa de basura de uno de los botes y siendo ésta transparente pude ver a mi martirizado peluche, no me importó el espectáculo que hice al arrebatarle la bolsa y sacar el muñeco roto y apestoso todavía con restos de spaguetti, lo abracé como a un bebé a pesar de las hormigas que lo invadían y lloré de alegría, ni siquiera me despedí de mi hermana, me alejé de ahí con el corazón alborozado; rellenaría a Rabito, lo costuraría, lo lavaría en el baño mientras me duchara y lo perfumaría con mi propia loción, ahora sí, querido, ya nada nos separará…
Poeta