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Si López viviera en casa de cualquier buen mexicano que lo viera terco, insano, cual viejo que se desfasa en su delirante traza, lo tendría apoltronado y, por supuesto, formado en la más piadosa fila por la que avante desfila al asilo un trastornado.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 01 de febrero del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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En distintos laberintos de mi alma perniciosa, deshonrada, desastrosa, vago con malos instintos los buenos están extintos, en mente, en lo corporal, he sido un ser inmoral de una cruel naturaleza la escandalosa vileza que mal cabe en mi morral.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 01 de febrero del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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El árbol ya no soporta el global calentamiento, lanza las penas al viento por su vida que se acorta, parece que a nadie importa y lo han dejado a la suerte, por más que de tronco es fuerte solo espera a ser talado o cuando menos quemado, se ha resignado a la muerte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 31 de enero del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Desde un sueño de cristal, donde todo era de cristal, sucedió algo que fue rompiendo la rigidez y opacidad de ese ambiente. Fue como si dentro del sueño, la intensidad de ese sueño, había conseguido que algo mágico de pronto inyectara vida allí, desde distintos espacios de ese vidrioso mundo … Así fue como los pliegues rugosos de la falda de Rebeca, parecieron mecerse como olas, como hojas al viento, cambiando incluso la tonalidad azul, en cada movimiento con el cobijo de la luz solar que avanzaba en cada palmo del paisaje, trocando cristales en vida, en movimiento, en colores, aromas y sabores. Sergio también por su parte, rompió la quietud en alegría que saltaba a la vista y no paraba en expresarse con total dinamismo. Rebeca y Sergio no daban un paso sin dar muestras de un profundo amor, que los colisionaba en cada mirada, en cada rose y paso que daban… así, la casita que los albergaba, también fue llenándose de detalles curiosos, que atrapaban la atención y encantaban, una salita acogedora, un comedor que invitaba a sentarse a disfrutar de lo que sea en un espacio exacto y lindo… A muy pocos pasos, una cocina en una superficie que iba a provocar que la pareja tenga que tener contacto para moverse juntos y compartir el calorcito de preparar sus alimentos, también con el calor humano… Unas cuantas gradas a un costado de la entrada, daban paso a tres habitaciones, una de ellas convertida en estudio de estos jóvenes, que tenían sus carreras profesionales, el siguiente su encantador dormitorio y una pieza extra, que esperaba por alguien y que hasta tanto, podía acoger invitados. Amantes de las mascotas, rescataron un par de perritos que atrapaban parte de su atención, cariño y cuidados; con el amor de retorno desde sus mascotas, el conjunto de este amoroso hogar, sin embargo, no había conseguido mostrarse completo, en cuanto a cubrir este sueño creciendo desde los cristales, hacia un oasis de encanto que cada vez descubría más facetas y detalles de este precioso mundo en movimiento… Podría decirse que este cambiante sueño, se alimentaba y crecía desde más sueños que brotaban de Rebeca y Sergio; los eclipses y estrellas fugaces colaboraron también, con toques de fantasía y encanto, estos espacios ensoñadores que cobraban vida y fascinación, sin embargo, faltaba un toque más, que no acababa de germinar y trocar los espacios cristalinos que aún se mantenían en el ambiente… Y aunque no fue el vientre de Rebeca quien acunó, esa angelical criatura pequeña, que también estuvo presente en los sueños de la pareja y en los espacios que construyeron para su hogar, sí, como un presente ansiado por años, irrumpió su pequeño Emilio, con una carga inmensa de sorpresas, sensaciones, sentimientos nuevos, mucha más alegría por supuesto y la colosal oportunidad, para descargar en el toda la ternura y amor maternal y paternal que Rebeca y Sergio habían acumulado… Solo entonces, los cristales que aún quedaban terminaron por desaparecer, en medio de un paisaje esplendoroso que copaba hasta el último rincón de vida, entusiasmo, ansias por recorrer, por descubrir más de aquellos confines a los que el horizonte invita y que están apenas a la vuelta de otro sueño o de cumplir cada reto que nos impongamos… No importa que tan cierto sea aquello de que la vida es un sueño, lo de veras esencial, creo que es que los sueños, permiten disfrutar mucho más la vida…
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Poeta
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Invádeme con el vuelo de las alas de tus besos déjame sentir el aire saliendo de tu boca.
Entra en mi pecho como una luz en primavera prende el jardín de mi quimera cura mi corazón deshecho.
Llena los rincones de mis ojos con el aroma de tu fuente dame con tu amor ese torrente ese que enloquece mis antojos.
Invade como un fantasma mi mente quítame el espejo de la ausencia llena mis venas con la presencia de la llama de tu alma eternamente.
Enrique Canchola Martínez 29 de enero de 2024
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Poeta
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En la cumbre del Olimpo, donde los dioses reposan, se alza la historia de Prometeo, titán que desafía, un rebelde en el cielo, con fuego en sus manos, robando la luz divina, encendiendo la utopía.
En la forja ardiente de su astucia y valor, forjó cadenas de esperanza para la humanidad, en el vasto y oscuro yermo de la creación, una chispa de rebeldía, una llama de verdad.
Prometeo, el titán de ingenio afilado, se enfrentó a los dioses con coraje desbordante, desafiando el destino, en su acto arrojado, trajo el don del fuego, al alma liberante.
En su pecho ardía la pasión de la libertad, enlazando a los mortales con el regalo divino, la antorcha encendida de la voluntad encarnada, brilla en la noche, guía en el camino.
Pero Zeus, el señor de los cielos, no olvidó, la afrenta de Prometeo, el acto desafiante, en las rocas del Cáucaso, el titán encadenado, soporta el castigo, en su gesto resonante.
Aunque el titán sufra, su legado pervive, en el fuego sagrado que arde en cada ser, Prometeo, el eterno rebelde, nos motiva, a buscar la luz, a la verdad renacer.
Así, en la epopeya del cielo y la tierra entrelazados, Prometeo vive, en cada llama que titila, un poema eterno, en sus actos forjados, un canto de esperanza, en la historia que destila.
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Poeta
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Eres el espejo donde se miran mis ojos, cada mirada inquieta y sedienta bebe en las orillas aladas de tu talle de diosa.
Con cada mirada te desnudan mis ojos obedeciendo a mis antojos.
La luz de tu mirada Ilumina mi ser y mi alma y cuando me miro así en tus ojos, estallan mis pasiones deseando cubrir tu desnudez para alimentar mi mirada Que grita en brama por ti Perdida en la nada.
Enrique Canchola Martínez 25 de enero de 2024
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Poeta
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Sueño falaz que despierta a gritos de lo que somos con oculto llanto de aquello que nos ha herido tanto y tratamos de creernos nuestros mitos.
Soñamos con nosotros en el rito cubiertos de sobras del encanto envolviendo el pecho con el manto para no mostrar el melancólico grito.
Somos presas de llamas sigilosas que calcinan indefiniciones truncas esas que alteran la mente como nunca.
Sueño falaz que siempre nos abruma dejando herido nuestra risa y llanto que como espuma de derrite y esfuma.
Sueño falaz que siempre se nos trunca dejando la consciencia ya serena sin las nubes turbulentas de las penas.
Enrique Canchola Martínez 24 de enero de 2024
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Poeta
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Eres Eres mi cielo donde dibujo mi arcoíris.
Eres mi mar surco en tus aguas para llegar a tus puertos anclando mis alas.
Eres mi nube donde en tus aires revolotean mis amores.
Eres la lluvia que moja mis placeres.
Eres el viento que mueve mi pasión y mi sentimiento.
Eres el color que pinta mis aguas con mis pasiones y ganas.
Eres mi amada te adoro de pie y postrada.
Eres el torrente que hace vibrar a mi mente.
Eres mi pasado mi futuro y mi presente donde la pena vive ausente.
Eres la fuente donde bebe mi amor ardiente.
Eres la flor donde se pierde en tus aromas mi amor
Enrique Canchola 23 de enero de 2024
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Poeta
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En el jardín del alma florece, un canto alegre que el corazón estremece. Rayos de sol danzan en el día, la alegría, radiante melodía.
En el lienzo del cielo, colores brillan, como risas que en el viento titilan. Mariposas danzan con fulgor, bordando sonrisas con su ardor.
La risa, cual cascada en armonía, rompe las sombras, trae luz y alegría. Camina la vida con paso ligero, pues la dicha es un eterno sendero.
Bailan las estrellas en la noche serena, testigos de la felicidad que se encomienda. El alma se eleva, ligera como pluma, en el éxtasis de una alegría que nunca consuma.
Canta el río en su curso apacible, una canción alegre, un murmullo audible. Los sueños se entrelazan con realidad, creando un poema de dicha y paz.
Así, en el alma, la alegría florece, como un jardín donde el amor se ofrece. Que en cada latido, en cada suspiro, la alegría sea un eterno respiro.
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Poeta
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