Esta sensación de angustia y cansancio no rige los cimientos de nuestra relación. Lo nuestro es el acoso de las horas marginales que se han quedado clavadas en las paredes, los rincones, las ropas del día a día, los sabores del guiso, la sopa, el asado y las bebidas.
Lo nuestro es el tedio gustaivo de los besos gastados, la despreocupada alerta del próximo encuentro en sábanas cotidianas que poco dicen de la pasión habtiual.
Lo nuestro ya no sé como entenderlo sin desesperarme, porque he decidido amarte ante la angustia y el cansancio.
Lo nuestro como una nube tiene la forma que los vientos modelan.
¿Quién podrá quererte como yo? Me preguntabas cada que desnudabas mi piel con versos perfumados de rosa y clavel bajo esas tibias lluvias de amor y placer que nos enredaban llevándonos tan lejos y regresándonos al amanecer.
Ya no hay lluvias perfumadas ya no hay lluvias de caricias en mi piel ya no estás aquí, siento que el frío llega con la neblina del anochecer penetrando poro a poro mi tibia piel esa que tú cubrías con tus versos de canela y miel.
Ahora tengo nostalgia de esas lluvias en mi piel y de esos versos tan dulces que me solías traer y la canción que nos inventó el viento cuando suena al amanecer es un triste lamento que me hace enloquecer.
¿Cuándo volverán tus lluvias A humedecer mi piel? Y que tus labios me besen el alma borrando la nostalgia que me eleva como a un suave papel dejándome en un mundo tan vacío y tan frío, como cruel.
¿Cuándo volverán tus lluvias tus suaves manos tu mirada fiel? A acariciar mi cuerpo a besar mi alma a humedecer mi piel.
Bosque oscuro se transita, arropado en luz de aurora, verde intenso entre las hojas, fuerte olor a magia y mística, espesa y profunda sombra.
Caminaba sin descanso, penetrante la mirada, febril deseo de esperanza, en unos ojos que hablan. Versátil lengua se agita, en la boca que se agranda, y atardeceres de nácar, levantan sueños que abrasan.
El verso cruzó la sombra, rima al socaire se abraza, de las pasiones internas, que celosas se levantan. Saltan letras junto al ritmo, de las estrofas que bailan, y no se detiene el viento, aunque la vida se acaba.
Borrar de un solo soplido, las quejumbrosas pisadas, y danzar sobre la arena, con las manos en la espalda. Beber del mar del olvido, para recrear la añoranza, y rememorar los mimos, perdidos entre las sábanas.
El cambio nació del germen, sembrado entre las mañanas, luz de luna en lontananza, asomada a la ventana. Giró en sentido contrario, el planeta en su amenaza, y se fueron derrumbando, las ideas que le acompañan.
La voz cuajada de gestos, pura canción que gritaba, del fondo de la caverna, surgió como una tormenta, vibró en el pecho alarmada, y en el alba de los sueños, se silenció su asonada, muda quedó entre la niebla.
Quedose la vida en calma, esperando a que llegara, rictus de amor en los labios, ojos mirando a la nada, melodía entre los brazos, colmados de sus andanzas, y un bello cántico cálido, saliendo de la garganta.
Cada vez que perdonamos caminamos más ligeros de equipaje. Tal vez por eso, todas las tradiciones espirituales, incluyen el perdón para cerrar cualquier herida, por mucho sufrimiento que nos haya ocasionado. Desde un punto de vista médico, cuando nos abonamos al rencor, cargamos al organismo con un aumento de la presión sanguínea y del ritmo cardíaco. Se ha comprobado, que ambos descienden de forma inmediata en el momento que perdonamos. Las personas que cargan con un catálogo de ofensas y resentimiento hacia los demás son, asimismo, más susceptibles de sufrir trastornos de origen nervioso como dolores de cabeza, tirones musculares, o depresión del sistema inmunitario... Si asumieran que la principal víctima de su estado y su deseo de venganza son ellas mismas, harían lo posible para descartar estas emociones negativas. Buda decía que estar enfadado es como tener en la mano un carbón candente con la intención de arrojárselo a alguien. ¡Al final quien se quema eres tu!!.
Yo se que mientras existamos, nos recordaremos No podre olvidarte y anhelo estar contigo Pero no sé si tú quieres recordarme Si me dieras la oportunidad te enamoraría con detalles.
Sabes antes de dormir, yo busco tu retrato Pensando en ti, quizás desesperado, por verte otra vez Aunque no te acuerdes de mí, voy hacer que pienses en mi Te llenare de detalles, para que nunca me olvides.
Me atreveré a cantarte todas las noches, con mi guitarra Escucharas todas mis letras, escritas bajo la luz de la luna Cada noche te escribiré un poema, que describa lo enamorado que estoy de ti Te regalare una rosa blanca, para que veas la pureza de este amor.
Yo te querré tal como eres, no hace falta cambiarte nada Y te conquistare con cada detalle y con mi guitarra te cantare cada noche Te abrazare a cada momento, para que sepas que siempre estaré contigo Solo pido que me des un rincón en tu alma, y nunca me des tu olvido, Nadia.
Como de Dios bendición nos ha nacido un varón, es chiquito pequeñito bebé, luz, un lucerito.
Su madre y padre lo adoran por eso es que al cielo imploran que alumbre, pues, la familia, niño, infante, que concilia.
Con su pedacito de alma abuelos y tíos desarma, ser humano que gravita corazón que bien palpita.
Respira, se oye su llanto ojalá que fuera canto, risas, miles de oraciones, nene de las ilusiones.
Proyectadas en mil juegos primas que serán apegos, su amigo Ángel de la Guarda dicha, fortuna no tarda.
Vino al mundo Ian Santiago, regalo en vida, empalago, que nos dio Nuestro Señor grato mensaje de amor.
Ya tiene su amanecer, con que se deje querer la prosperidad le auguro, todo lo demás . . . seguro.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 23 de octubre del 2014 Dedicado a mi pequeñito nieto, Ian Santiago Mora Ramos, el día de su nacimiento . . . Reg. SEP. Indautor No. (en trámite)
Lo que la grasa es al músculo la experiencia es al espíritu……
El espíritu deviene sólo por el derrotero Y donde no hay derrotero solo hay límites, disecaciones y verticalidades.
He aquí, entonces, el músculo y la fuerza o la experiencia y el consenso He aquí la sangre en las venas o la sangre salpicada O aquel que le ordenan matar o aquel que muere desde su autonomía He aquí la autoridad que impone o la emancipación que exige Como el conservar de unos o el renovar de otros Como el apalear o ser apaleado
Como el interés del lucro o el dolor de la miseria.
Sólo el espíritu conoce el derrotero, se hace desde él, se hace desde la vida.
Y todo aquello que niega a la vida Aunque exista, debe ser negado.
Así, cuarteles, iglesias, colegios, partidos, apologetas y televisión Como negadores del otro niegan el derrotero Fundamento de la vida y posibilidad del espíritu.
Por ello, entonces, ellos deben ser negados O sendero abierto para volver a instalar
El "ojo por ojo y diente por diente"
Y erradicar esa mentira de la paz Cuando impune, continua el derrotero de toda violencia: La explotación.