Eres mi musa y yo el poeta que te escribe con el alma y el corazón entre mis letras Hoy comienza una nueva tormenta en la habitación del sentimiento de un poeta Mi corazón se lamenta de quererla sin que ella me vea Como sufro por ella Como lloro bajo las estrellas Como vacío las botellas No importa cuánto sufra cuanto llore, Lo único que me importa es que tus seas feliz aunque no sea conmigo No importa cuánto escriba para ti, si solo para ti yo siempre seré un simple amigo Te dejare en paz para que él simplemente te enamore Noche sin estrellas… como inspiración sin…
Como besar sin amor, como sufrir sin dolor Como pincel sin Picasso, como sentirme querido sin sus abrazos Como pedir un deseo sin cometa, como escribirle una carta de amor sin mis letras Como jardín sin rosas, como poema sin prosas Como flores sin espinas, como amarte si ni siquiera me miras Como dormir sin soñar, como alejarme de ti si te voy a añorar Como poeta sin inspiración… Como lamentarse sin hubiera Como escribir sin Valeria… Pero dime, como no alejarme si con solo verte siento la nostalgia Ella la causante de la ruptura de mi corazón, ella mi hemorragia Como volar sin alas, como escribirte poesía si no me amas Como romeo sin Julieta, como luna sin su planeta Como insomnio sin desvelo, como nube sin su cielo Como despedida sin hasta luego, como incendio sin fuego Como tristeza sin amanecer, como felicidad sin anochecer Como vivir sin perecer Como querer sin saber lo que piensas Como flor sin el olor de su esencia Como besar sin labios, como dar otra oportunidad sin cambios Como tener sentimientos de amor sin gritar te amo Como flores sin ramo Como llorar sin causa, como escribir canciones sin musa Como noche sin estrellas, como borracho sin botellas Como cantar sin música, como monje sin túnica Como un mudo intentando hablar, como un sordo intentando escuchar Como soledad sin melancolía, como alegría si no apareces en mis días Como guitarra sin cuerdas, como futbolista sin piernas Como felicidad sin risa, Como manejar bajo la tormenta sin parabrisas Como secar lagrimas sin pañuelo Como dormir si tú no estás en mis sueños Como yo sin ti, como verte con otro sin sufrir Así me siento cuando tú no estás aquí.
Tú la única que me puede consolar para quitarme este desliz Lo único que quiero es volver a ser feliz Que él te escriba poesía pura como lo hice yo Ya me di cuenta de que a las mujeres no se le enamora con poesía Son puras palabrerías Ya no se les enamora con detalles ni con ramo de flores como antes Lo mejor será de ti mantenerme distante Si tu no sabias cuánto te quería, vivía en silencio Ahora vivo en agonía Todos quieren felicidad sin dolor, pero no se puede tener un arcoíris sin un poco de lluvia El significado de mi sufrir es el latir de mi corazón por tu existir Te deseo lo mejor, que seas muy feliz.
A donde van mis ilusiones, cuando te buscan en mis sueños Donde vas que no te encuentro, te busco en mis noches Pero nada que te encuentro, donde vas cuando te pierdes Dime donde vas cuando te pierdes, dime donde te has metido.
A donde van mis sueños, que no te encuentro en ellos Donde van todas mis noches, te busco entre la luna y las estrellas A donde te llevas mis ilusiones y mis ganas de seguir pensando en ti Donde te encuentras, todas las noches buscándote entre sueños.
Dime donde puedo encontrarte, donde buscarte dime Necesito encontrarte para poder abrazarte Quiero sentir tus brazos y que tu sientas los míos Para que te des cuenta de lo mucho que estoy enamorado de ti.
Donde estarás quien te llevo, quien te aparto de mi Dime como puedo encontrarte, te busco en mis sueños y no te encuentro Te busco en mis pensamientos, pero no encuentro señal de ti Quizás no tenga que buscarte, quizás tu te des cuenta donde estoy yo.
En cada gota del lago hay historia, hay empalago, leyenda, recuerdos vivos, ensueños, sendos motivos:
Sucedió hace mucho tiempo entre soplidos del viento, Curicaveri, testigo de todo esto que les digo.
En épocas harto remotas en las áreas más ignotas de la extensión michoacana, en su época temprana.
Cuando era imberbe natura y p’urhépecha cultura todavía no florecía, cuando existencia nacía.
En lo que fuera un buen valle, para dar mayor detalle de floreciente belleza, fértil, donde la entereza.
De primeros habitantes sedentarios muy pujantes los llevaba a ser felices germinando en sus raíces.
Fue un día en que, entrada la tarde, “la cosa se puso que arde” porque Eolo huracanado bufó a “pulmón desatado”.
Sobre de los cuatro puntos cardinales con barruntos de que algo iba a suceder, de inminente acontecer.
Cabe mencionar, por cierto, el miedo, el desconcierto, que las ráfagas primeras inusuales, duraderas.
Causaron entre la gente que, ante el peligro latente, se espantó y despavorida huyó como en estampida.
Junto con los animales, a ciertos aledaños lares implorando, al fin, clemencia a los dioses su indulgencia.
Magia, presagio de abrojo, el cielo pintó de rojo desprendiéndose gran masa ardiente, roca argamasa.
La cual, con terrible estruendo, el de un bólido tremendo, pegó de forma muy fiera entre sembradíos, en tierra.
Siguió al duro cataclismo, terremoto, intenso sismo, que hizo tambalear los montes, las colinas y horizontes.
Ese lugar, hoy tan sagrado después fue bien bautizado, como preludio de dicha, con las voces “Huecoricha”.
“Huecorencha”, también “Huecorio”, “lugar de la caída”, exordio de formación de arroyuelos, de veneros en los suelos.
Abiertos desde su entraña, líquida, divina hazaña de “ojos de agua” cristalina dulce, prodigiosa mina.
Que conformaron el Lago de Pátzcuaro, tierno halago, que a la región dio más vida después de la tal caída.
Aliviando, al fin, el trauma, pues, reforzó flora y fauna, con tul, zacate, chuspata, vegetación toda grata.
Humedales, peces, lustre de este sitio tan ilustre, endémicos del caudal thirus, acúmara, charal.
Urápiti, chehua, achoque, todos milagroso brote para bien del ser humano desde entonces fiel hermano.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Huecorio, Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, a 24 de octubre de 2020 Dedicado al Maestro Melchor Ramos Montes de Oca (QEPD) Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Suspendido del dolor paso las horas, ya comienza a satisfacerme esta locura: la vivo con holgura de hambriento sin pan, con laxitud de lascivo impertinente, impenitente ante la norma y despreocupado de los juicios morales.
Ya quisieran muchos saltar esta barda donde el riesgo de obsolescerse es proporcional a la inevitable caída.
Como las hojas que de otoño en otoño caen lívidas.
Como las aves que de cielos nublados historias tienen.
Historias que nadie considera necesarias como este dolor de niños mutilados, ancianos abandonados, mujeres femicidiadas, y ustedes que no sienten.
Las noticias seducen con sus malas nuevas: extorsión, especulación, agiotismo, libre mercado, anatosismo, antagonismos somos diversos: Vencer esta anomia es imposible sin ti fundiéndote en un beso, diluyéndote en un suspiro cuando rozo tus labios con mi ideología.
Qué bonito se ve el sol una vez que me has llamado De no sé donde llega una canción después de oírte Hay rebaños de nubes blancas y una alfombra de flores salpicada Diciendo que es bella la vida y maravilloso el amor Cuando tu pensamiento me alcanza mis sienes palpitan Mi cuerpo pesado se torna ligero Y entro a un mundo de ensueño Nada hay que mi alma atribule El bosque siniestro se ha llenado de luz Mis labios repiten: la vida es bella y maravilloso el amor En las calles bullendo de gente apurada Me empujan mientras sueño despierta con sus agrios humores y mecánico andar yo mientras llevo fijas sus amorosas palabras y es tanto su ánimo, es tanta su magia que como en una película las acciones se paran miro los carros echando raíces de sus ventanillas crecen decenas de ramas y los edificios petrificados son altas montañas de donde caen blancas cascadas forman un río donde mi corazón navega y avanza cantando: bella es la vida y maravilloso el amor
Luna vieja, nueva luna, plata sagrada que abruma, pintada y soñada es, criatura que se acuna, amor que en su seno alumbra, pasión bajo su mirada, en una noche aceituna, reflejos de pura nácar.
Se diluyen las promesas, aire inútil que se esfuma, pálpitos que se declaman, simples palabras efímeras, que vuelan como pavesas. La fina línea se apura, saltando al submundo priva, en airadas controversias.
La bella aurora se espesa, nubes de encendido néctar, alboradas de caricias, entre sábanas de estrellas. La luna vieja se duerme, brilla ardiente luna nueva, un interruptor silente, sortilegio que refleja.
Amor sin voz en la cara, que se oculta tras la luna, bailando entre sus reflejos, luna nueva, vieja luna. Sabor a plata bruñida, líquidas voces que riman, en la desbordada sombra, sabia y cálida, ambarina.
Beso que nace sin prisa, crece el ritmo en su partida, latidos que se aceleran, como palpita la luna, mirando al ser se embelesa, roza el rayo plateado, el nacarado legado, deja en el vientre la luna.
El sol se asoma a la luna, para pedirle permiso, fuego eterno brilla nítido, de la mano van unidos. Llama el amor a la puerta, luna vieja, nueva cuna, cuajado de albores vívidos, se aleja la vieja luna.
El cariño se apodera, de la luz, retando al sol, y la luna nueva y fresca, acompaña al resplandor. El amor así se acuna, nuevo sol y vieja luna.
Se suele decir, que los seres humanos somos "animales de costumbres", y tal vez eso explique tantos infelices que se aferran a un trabajo que odian. Muchas de estas personas, podrían intentar un cambio, sin embargo, el miedo tiende a prevalecer sobre la supervivencia intelectual y emocional. Como contrapunto, los adultos a menudo nos resignamos a mirar nuestra vida como si fuera algo ajeno a nosotros, un programa aburrido que echan por televisión. Expresiones como "hay que trabajar la vida es así" encubren en el fondo el miedo a revolucionar una realidad insuficiente y agotada. Nuestros momentos más sublimes, es probable que tengan lugar cuando nos sentimos abatidos, infelices o insatisfechos. Pues solo en estos momentos, empujados por la insatisfacción, somos capaces de salir del camino trillado, y empezar a buscar respuestas más verdaderas en otros senderos.
La noche rasgó su silencio y gama interminable de divinos luceros alumbró la tierra. Al instante, delineó en mi alma, el pincel mágico que sacudió mi cuerpo y agitó la tinta.
Meditabunda y caminando en círculos, alrededor de mi hermosa cama, me deshice de la blanca túnica que arrastra mi espalda y entre mis dedos se inquietó la pluma.
E ipso facto, florecieron rosas en mis cadenas rotas, y de las sangrantes heridas renació la vida. Más que un lamento en las débiles hojas, es una daga clavada en la espalda.
Y ese silencio… silencio que cierra tus labios y ahoga mi alma, me lanzó inclemente a tus zarzas ardientes.
* Imagen del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/26102020/ Derechos de autor reservados.