El beso enamorado, ya no vuela hacia el éter, ingrávido se queja, de sentir solo aire, enamorado nace, en sensaciones crece, y se baña en la luces, que alumbran el instante.
Beso que ama la boca, de su sabor se embebe, en la pasión se enrosca, como un áspid envuelve, ahíto de la carne, en su jugo se aboca, a morir en el trance, en su canción se arropa.
Beso ardiente o efímero, que se olvida o transciende, que penetrar pretende, en la profunda sima, donde la vida siente. Mariposa aleteando, en su volátil vida, un beso vuela siempre.
Amanecer de besos, sobre el deseo torrentes, de enamorados labios, sedientos y turgentes, no se cansa la boca, no se rinde al rosario, de gritos que se ahogan, del secreto confeso, del devenir constante.
Se ha sellado la puerta, la canción ya se aleja, de notas discordantes, se ha llenado la boca, despavorido huye, resuelto entre las nubes, de pasiones henchidas, las ventanas abiertas.
Beso libre y errante, viajero impenitente, en su casa extranjero, en las demás valiente, libre verso que vuela, entre la ausente gente, una bailante vela, una luz sugerente.
Queda vivo en el pálpito, del deseo que se cierne, cada latido suena, en su cadencia hierve, la carne del destino, que en la boca se pierde, realidad o espejismo, fantasía o dilema.
Beso vívido y ágil, devorador de sangre, en vida consumido, de pasiones versátil, de estruendoso a silente, una nítida ráfaga, de vida que te absorbe, de locura sin nombre.
Alguien que genera antipatía o indiferencia en su entorno, difícilmente se sentirá satisfecha, mientras que quien siente que sus actos tienen una influencia positiva en los demás, saldrá reforzado. De repente su existencia adquiere un sentido, porque ha descubierto su capacidad para moldear y mejorar el mundo en el que vive. Todas las personas, poseen el don de transformar su existencia en la de los demás. Esto es algo a tener muy en cuenta, cuando nos sintamos abrumados por los problemas o bien nuestras expectativas se hayan visto defraudadas. Para quien ha decidido tomar las riendas de su vida, todo está por hacer.
Lagrimas secas de recuerdos que aturden, de añoranzas que sacuden el corazón, de distancias que asolan el alma, de soledades que asfixian;
lagrimas secas de voces que se extrañan, aromas impregnados en la piel, entrañables labios con dulces sabores, miradas profundas de vastos universos tatuadas en el ser con miel y sal...
...lagrimas secas de corazones confinados en espacios reducidos, de tiempos limitados, auroras que se esfuman, en brisas dominadas por inclementes soledades…
…solo lagrimas secas de ojos cansados de extrañar en insoportable soledad, agotados ya, de tanto llorar...
La lluvia precede la apertura del limbo los ausentes salen conforme avanzan los rezos en cada casa hay un altar oloroso a copal servida está la mesa, las fotos y adornos se escuchan pisadas y murmullos: la muerte no tiene prisa la muerte a todos nos llega
La procesión ha partido y las ánimas buscan convivir con los suyos la muerte no tiene preferencias la muerte a todos nos llega
Los hay muy ancianos los hay angelitos nonatos cada uno trae un recuerdo para aquéllos que los amaron u odiaron
hay risas, lágrimas y quejas de aquéllos que ya han partido los vivos recuerdan su estancia con pensamientos de pesar o alegría ellos repiten la innegable verdad: la muerte no permite equipaje la muerte a todos nos llega
"Puedes decidir como quieres vivir" dice algún tío bebiendo su atole "pero has de saber que al final lo que debas hay que saldar" El niño abortado quiere un abrazo la madre abandonada ofrece perdón el padre cruel baja la vista y una hermana suicida llora su sino
Con su jícara en mano chiich así dice: "¿Bix a beel? ¿baax ka wa·alik chan x·Maria?" otro invitado apenado se asoma: "Cualli tlapoyohualtli, tlazohcamati" mis queridos difuntos y los que no lo son tanto departiendo conviven el momento presente la muerte no respeta las fechas la muerte a todos nos llega
En esta morada son bien recibidos beban y coman, jueguen y hablen el tren sigue su marcha infinita y cuando cruce también ese túnel otros quizás me recuerden el sepulcro es solo otra estación que en todo el país se celebra los difuntos a coro repiten: el hombre teme más a la vida la muerte no es verdugo ni juez la muerte siega parejo la muerte a todos hermana
Se han vestido de ocre, otoño enardecido, al verde de la hoja, desteñido, de ceniza pintada, la enamorada aurora. Más dulce sabe el beso, en la inmensa variedad, que embelesa y asombra.
La suave claridad, mirando absorta, liba de las pasiones, entre vapores brota, sorprendente y hermosa, la vívida realidad, que a bofetadas llora, entre efluvios carnales.
La lágrima, a raudales, para limpiar la vida, servidumbre borrosa, ensimismada y nítida, una flor arrancada, del vientre de la tierra, deprimida y cansada, en busca de verdades.
Unas cuerdas sollozan, de los ágiles dedos, cual versátil paloma, entre arpegios se acuna, sobre la rosa ama, de su genio transforma, a la vida enamora, en el amor se asoma.
Cabellera de bronce, brillando entre el follaje, cascada de penumbras, de plateado ropaje, se viste y se desnuda, sin recelo en el traje, del otoño que vibra, de la pasión que arde.
Vorágine fundida, en gestos fantasmales, confusa y atrevida, se ha quedado la boca, enfebrecida y sola. El viento a coletazos, airados vendavales, amor a flor de piel, caricias a retazos.
Se quedó entre suspiros, el amor tiritando, y comprendió la vida, sueños y realidades, el corazón en vilo, viviendo apasionado, de ecos ancestrales, de infinitas señales.
De otoño hecho, en hoja transformado, quedó el amor, entre la brisa amado.
No hay herida que no sea sanable. Al final de la vida, uno de cada dos adultos habrá experimentado un traumatismo, una violencia que lo habrá empujado al borde del fallecimiento. Pero aunque haya sido abandonado, martirizado, invadido o víctima del genocidio, el ser humano, es capaz de tejer, desde los primeros días de su vida, su resiliencia, que lo ayudará a superar los shoks inhumanos. La resiliencia, es el hecho de obtener placer a pesar de todo, de volverse incluso hermoso.
Monumento de Morelos en Janitzio los anhelos de un gran grupo de orgullosos visionarios, enjundiosos.
Al buen Tata Lázaro como premio abrázalo, fue suya preclara idea, Padre Eterno dijo: . . . sea.
Dos brillantes escultores genios artistas, Señores, cito a Juan Tirado Valle en la excelencia y detalle.
Del diseño, sin matiz junto a Don Guillermo Ruiz el de talla primorosa uniendo cantera rosa.
Muralista, Ramón Alva, disparemos una salva, su esposa Doña Eloína ardua asistente, heroína.
A todos los constructores rendirles regios honores a trabajadores leales albañiles y oficiales.
Tras labor de mucha gente Sexto Batallón, presente, de Infantería de Morelia, en esta obra tan seria.
Apoyo presto incansable cotidiano, invaluable, de nativos lugareños ¡qué vivan, pues, los isleños!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, a 18 de abril del 2011 Dedicado a la Señora Elsita Tirado Moreno, orgullosa hija del escultor Don Juan Tirado Valle, sin cuyo apoyo y debidas aclaraciones no hubiera podido corregir este texto, dignificando la verdadera labor en esta obra monumental de su genial padre y artista . . . Reg. SEP Indautor No. 03-2011-041513462700-01
Siéntate a mi lado, para observar juntos el atardecer, hasta que las estrellas gobiernen el infinito cielo, y como inmensa reina, la luna selle nuestros besos...
Enciende ese cigarrillo, no te preocupes, que solo nos acompaña la infinidad del paisaje, mira la quietud del recuerdo y deja que esta suave brisa acaricie tu rostro, tu hermoso rostro...
Toma mi mano, disculpa si está algo fría, mis nervios se apoderan de mí en esta hermosa velada, bajo la helada y calmada noche. Me trae recuerdos ¿sabes?... Así fue cuando te conocí, en una velada igual de bella como esta... ¿Recuerdas las promesas hechas?
Creo que jamás las olvidaremos, fueron selladas por la luna y las estrellas de testigos, me dijiste que "a pasar de peleas sin sentido y nuestra lejanía, estaríamos juntos"... Toma apóyate en mi hombro, recuerda que estoy para ti... Mírame a los ojos y siente la infinitud del paisaje, las estrellas, el cielo, la luna...
Abrázame fuerte, muy fuerte, disculpa si mis latidos se aceleran, suele suceder cuando me abrazas... Bésame, bésame como si fuera esta la ultima vez que nos veamos, deja que el paisaje de refugio a lo nuestro y que el silencio acompañe palabras nunca dichas, vacías...
¿Por qué me cuesta hablar cuando estoy cerca de ti? siempre me pasa lo mismo contigo, no encuentro ninguna palabra para decir todo lo que quisiera decir, es un nudo en la garganta que aprieta fuerte cada vez que intento decirte algo... Y cuando logro decir unas pocas palabras, tartamudeo...