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CORAZON TRANSGENICO
Discutían en aquella astroconferencia varias confederaciones de fotones y directivos multipotenciales plasmas marginales de las primeras nebulosas, latiéndose microscópicamente incómodos.
Para el común de los retrofuturos era cada vez más abstracto y difícil vivir de recuerdos congelados en el humo cósmico. En el mismo tórax del metaloide gaseoso de las aurículas eran en realidad un obstáculo cada vez más lento de pasar por el oxígeno radioactivo.
Pues en los colalveolos los cristales se adherían a cada enzima de restricción, deformándola a su vez, y alteraban los radicales apasionados marcándolo todo con infrarrojos deseos inter- mitentes, lo señalaban como lluvia de estrellas rodeando un agujero negro. El flujo de energía hacía y deshacía tejidos funcionales convirtiéndolos en celuloides fan- tasmagóricos... Al penetrar pupilas y dejar su marca indeleble en las retinas desmontables.
¡Oh!___Este nuevo corazón transgénico me ha traicionado. ¡Me ha traicionado, me ha trai-cionado, el alma me duele el amor de ha ido! ¡Oh!___Este nuevo corazón transgénico de mí y de ti se ha olvidado, se ha olvidado.
Resonabaaún, en los rincones apartados de planetas nuevos y viejos sistemas solares, pantallas telemétricas y programas teledirigidos, era una ancestral canción cibernética muy popular en su tiempo reverso, de transformación, semiespacial, con tintes de sentimentalismos.
En el corazón transgénico, tardaron mucho en aceptarlo. La regeneración espontánea y las hojas embrioplásticas helicoidales no tenían ys significado, la masa de datos qué se manejaban en la circulación periférica es amorfa y fortuita.
En un campo de fuerza danzaban las notas, unas palabras transmembranales y la luz vibrante de un corazón original en su silencio absorto.
Pensaban con estricto apego a una lógica matemá- tica, y en la interpretación ontológico-estética de un suspiro...¡Era la misma confederación de la ignorancia más radicalmente artificial en los sillones flexibles e invisibles bajo el trasero!.
El resto del cuerpo no estaba más sensibilizado, y ella.. ¡Oh!__Qué bella con sus extensos valles, es como siempre la memoria, que solo quedaba en la piel grabada unos milenios instantáneos. En cada constelación, los millones de cálculos inteligibles a los iniciados solo confundían más.
En el corazón transgénico, así lo mostraron cientos de veces las pruebas teletransferidas en más de diez mil galaxias, los anhelos se en- roscaban, los enamoramientos eran un amasijo molecular sin sabor, en los claroscuros espiri- tualmente amorales y transtemporales. Quedaban prácticamente como literaturas de archiveros líquidos en nanoradicales subatómicos de emocio- nes volátiles amargas, líquidos ycataratas en cientos de miles de siglos luz a la redonda.
Todo el amor,y su múltiples fases, procesos, clases y divisiones, eran un asco en la reflexión deformada de la raquítica consciencia, y sus diversos elementos se mezclaban con viscosos apetitos del vientre lácteo y volátil impreg nándolo todo un sabor nostálgico de gluones, si, de gluones, copias de la fructuosa ancestral, del nivel molecular en su versión subatómica cor- puscular. !En eyecciones retrógradas y vesicales!.
Es el gran dilema... ¡Un misterio, sin dejarse autocomplacer, dijo un retrofuturo al final!.
"Aquí está toda la transgenicidad teleológica y la especulación de aquéllos abyectos seres qué distorsionaron la evolución bioeléctrica en el macrocosmos, en aquél planeta, hoy desco- nocido en los anales interestelares, más fan- tásticos, tejidos con las infinitas falsedades y datos qué dejaron como rastro escrito"
De unos ojos celestes caía la brisa en una infinita lágrima como un océano sin comienzo detrás de un mármol. ¡Secreto!. En el secreto descubierto del alma noble en los momentos más sublimes... Del alma humana, alguna vez en su tránsito por el espacio. Ahí estaba, en la pasión sublime de la ceniza de los humanos recuerdos, en la frente de una diadema, flotando en aguas y vientos, se decía, con un ritmo melodioso al oído atento, y qué al mismo destello estremece con el canto.
Con el canto del espacio Espacio en la mirada ¡Qué al olvido, cautivo, cautivó, cultivándolo! En la mirada qué inventa sueños Y veda con frecuencia realidades.
En... El... Corazón. Transgénico inútilmente , el ritmo la misma noche duerme, la mirada, solo teje retinas áridas, el aliento, concreto, realmente materializado, seca cualquier fruta aún la prohibida y la permi- tida involuntariamente. Y el tacto es rugoso en la hermosura ausente de una isla abandonada.En conclusión, se dijeron: "Nada puede hacerse en el umbral de la muerte. La consciencia yace. Y hace telarañas¨.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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LA PRIMERA REGLA
Centelleaba antes de materializarse en aquel gigantesco museo de... anillos gravitatorios. Estaba, encriptada con cadenas de aminoácidos, y al fondo molecular del pasillo en él, párpado del humanoide que acaso ignoraba el significado primordial por diez milisegundos, legiones de historias tenía acumuladas en la macromemoria de hilos frágiles, en la consciencia biomecánica al momento de penetrar la telaraña del tiempo y tener la oportunidad. ¡De ver la primera regla!. ¿De piedra, hueso, madera, barro recocido? ¡Vaya!___Estaba empeñado en admirarla, hacía tanto que se olvidó de sí mismo, entre las guerras impulsadas por los instintos colectivos de civilizaciones colocadas ahora en los tableros tridimensionales de las vitrinas holográficas...
Finalmente se sintió robot de nuevo, y un estremecimiento recorrió cada fibra óptica de sus latidos rítmicos.
Bajo la superficie deambulaban asteroides peligrosos y manipulaban, casi toda la comunicación en los depósitos del cuaternario volumen apergaminado con unos extraños, caracteres. Al menos dos cientos de veces había intentado comprender las figuras humaniformes parlantes. que explicaban de medidas, en metros y millas, de metales plásticos y rectangulares artefactos.
Movió al silencio con cautela, en el océano de sus dudas, como puntos luminosos y exploradores, y navegaba su visión transdérmica sobre unas palabras. La primera regla. ¡No era material!.
Era una idea, que había estallado en un millón de pedazos en... Mil mundos y de ella quedaba una estela tenue que tal vez pudiera ser útil.
Leyó y una sonrisa atónita iluminó ese instante...
"La primera regla es no dañar"
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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EL POBRESOR DIGITAL
Los primeros siglos de la noche se han ido, y aún faltan tres segundos más, primero, para llegar al cementerio de los planes y planetas deshabitados por cada si, pero no, le había dicho el día anterior un sillón cobarde, entre lentes fugitivos y con el crédito por el suelo.
No obstante, meteórico y eufórico, estaba adelante del milenio de esfuerzo camaleónico, donde ha dejado de ser un topo equilibrista y astrónomo de cátedra derretida...
El espacio ya no es como lo recuerda, curvo y azul-negro, ir viendo añejos centenarios buhos lo dejó paralizado en un soplo bajo la puerta invisible.
Pues había vivido al final del Pleistoceno, oh, los huesos del Mamut recuerda, con unos treinta mil apuntes, la nieve, el hielo, y los recibos por pagar de la renta. Nada decían papiros, pergaminos, tablillas de arcilla recocida con el refrigerador a medio llenar, tal vez, se decía, eran códices e inscripciones por descifrar, en las pupilas desgastadas, en la memoria de los dedos, no tan ágiles como hace dos mil siglos, en los cuentos de ciencia ficción qué escribía...
Meditaba frente a la pantalla. Entre somnolientos lápices y grafíticos renglones antiquísimos... ¡Sí, es cierto, y muy serio se veía frente al viejo espejo colgado en el rincón de su cuarto!... Religiosamente se decía: En la explosión del Cámbrico la historia de la vida carga en su maleta quinientos treinta millones de años.
Por su ventana había un pequeño dinosaurio, sonriente, y él, era el último sobreviviente con dos toneladas de fantasía organizando una defensa galáctica contra todo cuadriculado razonamiento, montado en su caballo de madera, con cabeza de mamut. !A veces, sin embargo, se transformaba en la escoba tirada en un viejo bote de basura!.
El, pobresor digital. ¡Nadie lo creería!. Ahora estaba desempleado y la noche anterior había soñado una gran fila de puntos rosados, palpitando adolescente entre unos biberones y se decía: ¡Claro, son unos amables y sagrados cenotes del antiguo Yucatán!. Pero... Y si el volcán tiene faldas nevadas y se derriten. ¡Claro, el bosque de Venus aparecerá enrojecido y el calor me despertará de nuevo!.
Mi almohada. ¿Dónde está?. ¡Se ha perdido!. No la encuentro. Buscó bajo la cama, y ahí estaba, su viejo balero, empezó a jugar, de nuevo. Y luego. ¡Salió de éste cuento!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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LEYENDA MINERAL
Era mi primer nacimiento, dijo, la sombra relampaguendo a lo lejos, en la vela del barco por inventarse, siglos después de esa edad de pie dra, nueva noche antes de la luna bajo el roble hospitalario. ¡En la forma tubo, de ensayos miles, de aquél ralo nitrógeno fosforescente!.
De los progenitores las preguntas vestían su piel delgada y sintética. ¡Estratégica pipeta micrométrica!. Seguramente flexible a las retinas del viejo lasser, verdoso, en las capas embrionarias veredas fijas en la mi- rada calculadora del espacio. ¡Estrecho de un segundo luz!. En las letras químicas eran las emociones grabadas de renacimientos en un cajón vacío lleno de polvo, ya sin aliento, saltando, enmanzanado, con el olor prohibido sabor placer, repleto de cortinas incandescentes, centelleantes las insinuaciones, de culpas ignoradas, volúmenes, sin escribirse de atentas solicitudes, y súplicas de optimismo en blanco.
La última muerte, sofocada, débil, inaudible. ¡Semejaba la palidez sin nombre!. Era la nueva leyenda descubierta, al fondo del diamante caído. Entre el inmenso meteorito palpado con el pensamiento inquieto del curioso paleógrafo holográfico del tamaño de un androide clonificado. ¡El plan maestro de la muerte circular, fallaba, más allá de los dados!.
Dijo, gesticulando ante la dudosa pantalla. ¡Aquí puede leerse, sin duda, sí, puede leerse y decodificar íntegramente la corazonada matemática, del conjunto arquetípico del primer reino!. Seguido después de la vegetal razón. ¡Qué añejaron civilizaciones, extintas, ancestrales y más aún las actualizadas, empalizadas y espadosas, todas al final previsto, se autodestruyeron!.
Entre las partículas inestables, brotaban en caracteres crípticos, unas palabras de la leyenda. De la mineral leyenda.
"Y el carbono amó al oxígeno. Y el hidrógeno al nitrógeno. Y el diamante se hizo. ¡Puro al final!. En el corazón del cielo en la tierra". Y...La humanidad genuina, unida es sueño... En esta mineral leyenda.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Reconstructor de mundos (Anticuento Fantaciencia) El último millón de mariposas enterradas en la bruma del museo de cera abejeada, desfilaban frente al digitalizado recuerdo del planeta dos mil años atrás. Esta vez, la solución encaneció una tumba verde, acarreando la tierra en frascos, herméticas cápsulas, por la carretera del tiempo líquido amablemente empaquetado.
Había copiado gen a gen, vertiginosamente una oruga de muestra completa desorbitado por el asombro contó. ¡Noventa segundos del espacio primero luego, indefensa parecía serpentear por el viento tibio, de la brisa diseñada virtualmente en la cumbre de una margarita, entre nubes rosas y amapolas. ¡Reconstructor!... Reconstructor lo llamaron del centro rector, esperando la peculiaridad del sentido del equilibrio en la luz "artyfy", claramente artificial, del sistema hiperneurónico, y la sensatez del vacío a cero absoluto. ¡Si, en los análisis variables, en cálculo infini- tesimal, y desde los niveles subatómico al astro- nómico, cuántico abstracto!. En el interior sen- sible del macrocerebro autoprogramable. ¡Reconstructor, una esperanza remota actualizada!.
Fue como decidir un tipo de inversión, reconstruir aquel mundo agónico, pensando en la forma de... Asegurar humanamente los fragmentados futuros, dispersos en el tiempo complejo, un poco abajo de la octava dimensión, aún en exploración la no- vena, arterialmente lejana e hipotética ahora.
Pedían con frecuencia reconstrucciones imposibles sobre datos falsos, distorsionados, la mayoría mal definidos, y con expectativas egoístas que beneficiarían sólo a unos cuantos. Eran tan imposibles, como programar valores antitéticos, asesinar inocentes, y sin culpabilidad hacer el honor, controlado solo a los pavorreales, cálculos helicoidales de agresividad de una espe- cie de gallos, y transregularlos al genoma humano, sin que fuera detectado por microondas, y para mayor exactitud, los depósitos legítimos del cuello blanco de buitres, hienas y gusanos, bajo la apariencia de cuerpos humanos regulares.
Pedían y pedían al reconstructor mundos mejores, perfectos, del pasado y del presente, con uno seguro más allá de miles de muertes cúbicas, al grado de permitirles administrar miligramos de confianza, balanceada en capa entérica, y más aún en ambientes hostiles y deformados. ¡Ah!___Y con sucursales en varias nebulosas, pero en cobertura intracelular.
Estaba débil en aquélla probeta utópica, combinaba gotas de sueños, planes dorados, perdones en alta concentración uniformes, programas fluidos de fidelidad y cariño dulce, con ámpulas de bondad, y varias tabletas de buenas intenciones. Mezclados en un corazón esterilizado convenientemente, y centrifugado.
¡Basta!___Se dijo, absorto en sí. Nada puedo aligerar del peso (concreto y simbólico) de radical importancia en la memoria, sin destruir la realidad del mañana, que ya ha sido y comprobado miriadas de veces. ¿Cómo caminar en el piso de la nada?. Casi un pebetero seco y teórico, sobre las bases deformadas de omisión y descaro, poder sin razón, del grande sobre pequeños, enriquecidos uranios con humildes barros y pajas... ¡Son indistingui- bles en cualquier sistema idolátrico electrónico, aún en los microsistemas de campos analógicos, ya estepas en el fondo ondulante de los desalmados metales, y carbonos sulfúricos celestiales!.
¡Reconstruir acaso mundos!. -¡Que nunca fueron !- " Edificar la gran verdad, de las infinitas mentiras". ___Se vio... Inmundo, y se desintegró, desolado, en las alas de su propio inframundo, y desapareció por siempre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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VIAJE AL CORAZÓN
La circulación fogosa se cierne sobre los brillantes hematíes de breve vida algunos meses nada más de primaveras microscópicas, e inviernos tristes en el bazo, lejano de los umbrales. El oxígeno aburbujado se adhiere y se fusiona, ¡Oh!, divino aliento del principio. Los cabellos en la cumbre de la razón humilde, se anudan y encadenan en las nieves, amarillas azulando en las emo- ciones de la montaña compleja.
La mirada quedó fija en un latido enamorado, un éxtasis multicolor, rítmico y suspirando de piel a piel. ¡Lo recordaba!. Con asombro veía cómo los sentimientos entre arterias se medían con hechos y no con años, estrechos y puntiagudos, a veces, plenos y oníricos otras. El problema, me decían... ¡Está allá!.
En los fragmentos qué obstruyen el flujo de la vida en torno, orbitales, orgánicos, amigos imprevisibles, enemigos visibles, evidentes y sigilosos otros. A lo lejos. Los residuos dolorosos penetraban y salían auriculares melodías y sinfonías. Y transcurrían los años de fiestas a funerales. Diastólicas las penas se mezclaban con alegrías, en los espacios de sombras luminosas cercanas, para luego ser ´perfume por el aliento.
Hubiera querido recorrer los otros sistemas, y cruceros interestelares, desde los huesos, a las cataratas de las hermosas nefronas. ¡Otra vez será!. Tal vez una mañana, derrita el hielo de un viejo sueño y la campana teja, Por ahora. El transporte consume gran parte de mi magro ingreso, y ser un explorador de plumas y papeles, digitálicos dejan los párpados, con un impalpable color agridulce.
Les decía, el trabajo no es empezar, sino terminar bien, y el proceso consume altos niveles de emociones, arrítmicos a veces, aleteos auriculares, y uno que otro imprudente infarto. El amor se mezcla, enardece al mismo rojo, al que inunda oxigenando. Pero. ¡Cómo decía!.
Ser un microcosmonauta, cuesta varios barriles de energía interneuronal y joyas líquidas del almacén espiritual. ¡Oh, sí!__Y sin olvidar los retortijones que hay de cuando en vez en las retinas. Y en éstos tiempos, en éstos tiempos, donde los neurotransmisores asustados elevaron su precio. El próximo viaje, es un proyecto, la misma piel de la memoria, el palpitar del tiempo que recorre con frecuencia las mejillas, seca los labios y arruga el alma. ¡El corazón del corazón mismo!. Aunque, en estos momentos, ésta molécula que me transporta, ha aprendido de aquél anticuerpo como defenderse, entre gammas y graciosas glo- bulinas. Y el como defenderse y navegar contra- corriente, imagínelo nada más, desde un antiguo soplo, vientecillo ingenuo, a huracanadas taqui- cardias enamoradas, excitadas las aortas de muchos entre una calurosa cava el placer dulce.
¡Imagine usted!___Me dices, y cuando estoy en la misma cabalgadura del sistólico estremecimiento, y nadie hasta ahora, sabía del gusto de ser un atrevido microcosmonauta solitario. Como ahora, ya lo sabe, incrédulo, atónito tal vez, o divertido, el lector que ésto lee, del que ésto escribe. ¡Ajajá!. ¿Qué pasará allá en lo alto, bajo el cuero cabelludo de la esferoide caja ósea, en la misma sombra del sombrero, en las pupilas inocentemente honestas?.
Ya veremos. Lentamente bajé del extraño vehículo biomecánico, con el tablero de ópticos ensueños, y me dispuse a redimensionar un nuevo día.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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CRONOS VIEJO
Estaba en la mismísima punta de la onda, no se sabía si era un corpúsculo o algo semejante. Había hecho, cuando joven, un collar, celeidoscópico, que parecía vigorizarlo, y centellear entre múltiples relojes, arena, soles, mecánicos y elec- trónicos impulsos, que flexibles corrían y detenían eones, millares de infinitos en una gota del océano cósmico.
Creía pensar en él, humo del presente que lo tenía atrapado, pleno y curvo, el es- pacio se expandía, con el pretexto del eterno retorno, embriagado licor de estrellas. Ahí, donde nada tenía que hacer, el vacío bebía su memoria y el eco crecía entre sus grietas, enorme masa de ruidos, vibraciones, líneas geométricas, pulsátiles y desiguales. Era en fin, un objeto, tallado en la piedra, muy grande, hablándose con dureza, en aquélla alucinación taciturna del escultor, de esa primera edad, evolución circular, de avance y retroceso, reinos mineral al vegetal, y el animal racional era al final su desastre.
Con un pensamiento claro, agudo y enérgico, el anciano, logró ubicarse en la pantalla panorámica y dar vuelta al exoplasma del espejo tridimensional de la gorgona invisible, y la estatua de Cronos inició su diálogo. Fue un monólogo petrificado, como él ahora estaba en esa estatua representado, Zeus era sólo una idea, atrás estaba el padre Caos, sonriendo, bien pintados en el pergamino en- capsulado y hermético. [center]El anciano, sordo ya, comprendió el mensaje grabado en sus minerales latidos esculpidos, hacía milenios, infinitos y desconocidos muchos. Comprendió solo aquéllo, que más o menos, puede ser transcrito en éstas palabras. ¡Aquí estoy, principio y fin, encadenado a la eternidad, mi madre!. Gota que envejece a diario, y rejuvenece sin remedio, en el océano cósmico, en el fondo de la materia, en la esencia de la forma, en la forma primordial, vacío y todo simultáneos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EN LA TORRE DE CRISTAL
La máquina empezó a desarmarse sola, después innumerables intentos y de ni- velar el verde con el rojo. ¡Nunca lo había visto!___Al anochecer, y recostado en el sillón flotante dijo la voz emocionada bajo la vieja gorra de antimateria. Hemoglobinado parecía en el cielo verde estar contento y sorpresivamente preocu- pado... Es algo increíble, y había pausas en su mente de ingravidez matemática oscilando la mirada por el techo, la torre, por diez segundos había visto, pensaba, sentía, a un sólo paso de cruzar el puente vegetal, al fondo del eritrocito. ¡Maquinaria humanizada!. Mmmm. En un nanosegundo, la emoción lo embargaba clorofílico era cada latido un mecanismo... ¿Sería él, el primer chiquillo niquelado? Al borde del acantilado, en su laboratorio, el verano contemplaba, un paisaje hacía justo diez mil años, antes, desaparecido. El matíz del cielo era afectuoso y el tema de la vida lo tenía absorto.
Pero... Ahora, esta nueva célula metálica humanoide, sería el resultado de... ¡No, ni pensarlo!____Dijo, los transgénicos tenían dos siglos prohibidos en casi todos los planetas.... Aunque, tal vez, en ese rincón, el hábito alimenticio de los artrópodos no había sido observado con atención continua... Y las nanopartículas programadas dejaron de usarse, los resultados habían sido terribles. En fin, no podría decirlo. Nadie daría crédito a sus palabras. ¡Níquel qué piensa!___ No es posible, el aceite luminoso y volátil, era sólo un óxido. Le dirían... ¡Eres un simple chiquillo!
Y la leyenda de la torre de cristal eso había sido durante varios milenios, archivada en el edificio transparente, solo accesible a sus digitales recuerdos. El mecanismo de la vida, líquido, le corrió entre unos arrugados lunares y la piel casi plata en el cuello. El camino desde las mejillas emitía un reflejo rojiverde...En la voz del tiempo, sin historia. Se durmió soñando en la torre de cristal.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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DESPRENDIMIENTO
En la luz se sintió perdido, ninguna otra partícula estaba ahí, y su labor redentora, quedó paralizada. El plomo ardía, nada sabía de los dia mantes, menos, menos aún de la hemoglo bina... Un poco más allá, en la última órbita, las cargas eléctricas saltaban, silenciosas, teñidas y caóticas. Las condiciones cambiaban lentamente, flotaban, ahora burbuja, mañana espuma, ¡El futuro nacía y retrocedía!.
Como el aliento un día de verano, en alas de mariposa, encarnada chispa, fuego divino bajo su piel, un cosmos dentro, microcosmos individual, único, irrepetible, pensaba, sentía, existía. En lo más profundo, luz y sombra, fácil, flujo del espacio elástico, esférico, y bañado por la ola primordial del tiempo.
La realidad, era y no era, simultáneos caos y orden, y el principio tejía finales. Así fue registrado, de pronto, en el enorme microscopio atómico. Y él, ciego de naci- miento. ¡Soñaba ver!. Nada raro, con- siderando su inusual capacidad dermo-óptica bien desarrollada.
¡Estaba perdido!. El antiguo "Acelerador de Hadrones" cambió su Teoría de la Vida, ahí mismo. ¡Quién lo creyera!. Después de tantos años, anudando moléculas, modificando genes, trasplantando codones, y aminoácidos. Las espirales, en partículas dobles, fotones y quarcks, antineutrinos. ¡En fin, caos y orden!.
El día había sido, difícil, muchos alientos habían cambiado sus lugares vitales. Pero él, en ése preciso instante, ahí mismo, y en la intimidad de un cloroplasto... ¡Si, la intimidad de un cloroplasto, donde la luz verdosa libera vida, crea tiempo y espacio, se reproduce y cambia!. Sentía su piel rugosa, y la franja de un sol, aparecía en palabras malévolas, ruines, inolvidables, le recordaban la inmen- sidad de la ignorancia en la chispa divina. ¡Del alma, que se apaga, y se desprende!. Y al final, lentamente, rápido, espontaneo y pulsátil, en el centro del espacio-tiempo. ¡Se desprendió y abandonó la materia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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. El Junior está tomando el sol en esa posición que es muy, estómago y extremidades alargadas, pero hoy no está en su día, algo que le quita la paz de la mañana a meditar en las consecuencias que traerán los actos de su hermano mayor. Hermano siempre ha considerado a un amigo mucho más allá de los lazos de sangre, la sangre no siempre hablan más alto cada vez que medita sobre las relaciones familiares y los numerosos retrasos que a veces estas condiciones de transporte diferentes, concluye que muchas familias están destrozadas por la codicia excesiva y especialmente por los celos excesivos. En ella, a pesar de ser una familia desaparecida en la distancia, donde un miembro está afectado que otros responden a la llamada. Una familia compuesta de padres de edad, dos hermanos y sus familias, y muchas tías y tíos, los derechos de algunos más que otros, que la vida condujo por los carriles dispersos, por no hablar de los primos de catrefada, la mayoría desconocidos, en su entero. Reflexiones de los tiempos modernos. La envidia es el buitre que roe las entrañas de la envidia y la envidia de los. La codicia excesiva la solapa que esconde el verdadero significado de la vida. Con estos pensamientos, junior buscando viajes inquietos con el paisaje circundante. Visitar la casa de la familia se dio cuenta de que, después de que su hermano no es exactamente lo que pensaba, y que todas las excusas que se reunió en los últimos años, con el fin de justificar su inacción, mientras que su capacidad de juzgar se destaca los errores de otros, fueron el resultado de un buen corazón luchando con las vicisitudes de la vida. Con esta mirada ternurento largo de las décadas, desde el momento en que eran niños hermano menor excusa de los muchos ataques contra la mala suerte que llamó a sí misma soberana. No se ha estudiado, fue culpar a los padres que eran malos padres, especialmente su padre, los matrimonios mal que lo hizo bien eran culpa de los padres, una vida de indulgencia mostrada apariencias transitorias, fue culpa de los padres. Hasta su cuerpo deformado por la codicia precipitada, que no pudo resistirse a una vidriera de dulces, se hereda por vía materna. Júnior se disculpó con mirada de dolor, después de que su hermano era su mejor amigo. Pero algo había cambiado de la noche anterior, cuando llegó encontró a su madre y su padre abatido, le preguntó la razón para el arrepentimiento y comenzó a costar los mismos motivos que la boca del padre. El hermano había estado en casa durante unos días, en otro conjunto de cadenas de duelo, gritó arrojando la madre - que no son nada, no puedo considerar a los padres que no hicieron nada para mí, nada de lo que siempre han vivido a la sombra de la pobreza, Odio a la gente pobre -. Poner esto los otros extremos sueltos en una maraña de las parcelas, Jr. puso en duda la existencia de su hermano, es cierto que algunos padres tienen o han tenido, somos pobres y sencillos, al igual que muchos otros pobres y sencillos, sino también Es cierto que en la casa de sus padres para comer el otro también, si un zapato para caminar, el otro también, si se había ido a trabajar a los demás la misma manera que lo eran. Los dos hermanos continuaron creciendo la vida que quería sin que sus padres jamás pondría obstáculos, podría dar consejos, pero cada uno hace de su vida que conocen bien. ¿Cómo pueden los padres estar la causa de su su,, la mala suerte notorio, se casó cuando él quería, que se separaron cuando él sentía, se volvió a casar y desacoplar, mientras más joven y fue puesto en libertad de uno a otro matrimonio, él vivió la vida entre un bar y una discoteca, unos cuantos viajes a la playa y el cine, un montón de tiempo alimentada y financiada por los amigos cercanos, siempre fue el período cuando él se escapó de trabajar con la excusa de que no había trabajo, podría beneficiar a este tiempo de libertad de cultivar y promover armando para una educación más amplia, pero no soñaba con ser modelo fotográfico y se perdió entre las posturas más o menos insidioso que condujo a nada, pero para llenar el ego del fotógrafo alegó, entre clics y violentamente fotos en blanco y negro. Pero la culpa de una década de la derrota, y sobre todo para ser un John Doe en los ojos de la sociedad, a pesar de su estado actual se siente cómodo, entonces era de los padres. Esta y otras preguntas siempre se han preocupado Junior, pero cuando finalmente encontró a su hermano a entrar en un trabajo permanente a través de otro matrimonio de conveniencia, que se deshizo de un vistazo, respiró hondo, su hermano finalmente encontró la paz y la reflexión de esto fue que el pasado Pronto se casó nuevamente, esta vez con una mujer a la derecha, y la vida que podría darle el nombre y características deseadas. Esto fue seguido por años suave y tranquilo para una familia desaparecida en el acercamiento de las necesidades fraternales de cada uno. Estas necesidades que ayudaron a demostrar la capacidad de convertir a su hermano a sí mismo, todos los laureles de las ayudas previstas para la primera oportunidad para hacer de este estándar, Junior también cerré los ojos toda la evidencia de que la ayuda de su hermano a los miembros de la familia llevaron a cabo varias tan sutil, siempre huyendo de las responsabilidades en que la carga era demasiado pesada, fue la eliminación de las habilidades, pero ayudó con estruendo en el fondo, en un intento ridículo para llamar la atención del mundo sobre sí mismo. Y ahora el golpe final - no son mis padres, el mejor - eran malos padres y yo soy la víctima. Junto a esta peregrinación as y empresas dudosas en los últimos meses con su hermano volvió a distribuir su tiempo inerte, tomó el junior tomar en serio a la pregunta la que siempre tenía un amigo que la sangre. Habla con él, finalmente, decir lo que siempre en silencio, sabe que será fatal para su relación, el hermano herido en su orgullo, nunca admitirá que los errores en su vida, desde un punto fuera de su yugo, y que esto no era herencia paterna, hablar constantemente se disculpó con su envidia oscuro, cada vez que alguien de sus relaciones era evidente. Y la cosa fue tomando forma alarmante, si algún miembro de la familia se atrevió a destacar, con independencia del acto. Esta envidia, que se manifestaba sutilmente minando todo y de todos con las afirmaciones infundadas e insinuaciones. ¿Le dice que para crecer como hombres y miembros de la comunidad, tenemos que agarrar los cuernos de la vida de frente, y se seca nunca, te dicen que a pesar de que reconoce todos estos defectos, también reconoce las virtudes, que son muchos, es que estos defectos son el yugo que el hombre nace, pero no todo el mundo sabe en torno a los obstáculos que nos han proporcionado como una raza. Estamos muy conscientes de nuestras verdades no reconocemos cuando nos miramos en el espejo, siempre en nuestra mente el halo angelical que nos adornamos con comodidad. Precisamente porque somos demasiado perezosos para quitar el yugo, y llevar con ella durante el viaje por tierra en la indulgencia malsano. También le dirá que ella lo ama, que recuerda el tiempo que un niño, recuerda la ropa pasada de moda con la que vestían, y todo porque los padres eran pobres. Por encima de todo lo que dicen y también extrañaba mucho, pero no tan alta la carga de estos errores en la parte posterior de los demás.
Júnior se levanta, estira sus piernas y camina hacia la vieja casa, esperando a que dentro del vacío, el vacío instalado desde hace veinte años, cuando un acto niega conversaciones con su hermano. Mañana volverá a acostarse. Sí el sol, se extenderá erosionado por los miembros atroces, los campos y mira que sintió la presencia de los padres antiguos, una vez más darle las gracias por haberle dado la vida, y tal vez le ayudará a llegar a corazón del hermano mayor, sólo sabe que está vivo. Por ahora las dos siguen con vida, incluso cuando usted no sabe. Mañana dirá el hermano y se arrepiente de no haberlo tenido como amigo, que señaló los errores, los errores se vuelven más ligeros cuando alguien señala que amamos, el respeto y el amor que es, señalan los errores y virtudes en pie de igualdad. Júnior se enteró de que con los padres ancianos, los vecinos de los padres antiguos, los descalzos pobres y el alma lavada. Júnior se pregunta cómo es posible que dos de las protestas de la misma olla se diferencian por el color de la arcilla que cubre las grietas de su uso.
Esa noche junior abrazó a los padres de edad, ahora se encuentran al lado del otro, hasta el peso de la arcilla, el aire que rodea las tumbas respira una certeza, muy cerca del principio que es el universo existencial donde la materia se convierte en polvo, el hermano menor Antiguo entender que el defecto punto de saber de antemano cuál será el camino a la separación, es el vínculo que nos hace vibrante protestas de la olla de barro igual pero diferente. Defectos y virtudes todos llevamos, por lo que tenemos la suerte de encontrar uno que identifica los valores si son virtudes, y nos ayudan a mejorar la vida mientras se encuentran defectos.
Justo en ese momento será demasiado tarde para que el hermano mayor.
Antónia Ruivo
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