Hojas en blanco, de inquisitiva ausencia, retadora mirada, que exige la presencia, huecas están sin letras, como vacías ánforas, del manantial sin agua, que la humedad espera.
Del corazón el aire, donde se oculta el aura, solitaria en la estepa, llena de encrucijadas, en guerra sus entrañas, que dudan y que aciertan, hoja en blanco sin nombre, que se vacía y se llena.
Se desnuda y se viste, la esperanza que medra, entre triste y contenta, de transitar la senda. En ciernes la sospecha, en blanco la mirada, de la esperada senda, a lo lejos plasmada.
Como aves migratorias, emprenden las palabras, un camino entre notas, marcando las distancias, un devenir de sueños, que abrumados se agostan, perdidos en la nada, del vacío de las hojas.
El corazón se ha vuelto, del revés, como el alma, que de su ser se pierde, cual volátil mirada. Una sombra se cierne, sobre la blanca hoja, del libro de la calma, de su esperado encuentro.
Soneto tras soneto, amar amando el verso, ha llenado la página, con personal acento, se ha cubierto su cuerpo, de palabras de magia, bailando como elfos, alegres y enigmáticos, rimando al mismo tiempo.
Como queda la hoja, que al vaivén de los vientos, se balancea sin habla, así vaga el recuerdo, que quisiera plasmarse, en la furtiva página. Huye el tiempo que fluye, de la mente inspirada.
Amar sin subterfugios, de la mirada clara, que los ojos destapan, llenando los vacíos, de amores que se marchan. Un destello elegante, inmerso en el refugio, de la sombra adorada.
El secreto de la vida, es disfrutar del paso del tiempo, Cualquier tonto puede hacerlo. No hay nada excepcional en ello. Nadie sabe como hemos llegado a la cima de la colina. Pero ya que estamos de camino, también podemos disfrutar del paseo. El secreto del amor, está en abrir tu corazón. Podemos sentir miedo pero no dejes que se interponga en tu camino. Pero ya que estamos aqui por un tiempo debemos tener un poco de estilo. Lo que pasa con el tiempo, es que el no es realmente real.
Si me preguntas como fue que me enamore de ti No sabría decirte, solo sé que desde ese momento no te olvido Que nunca te olvide, a pesar de la distancia Siempre estuviste muy presente en mi mente.
Paso el tiempo y pasaron muchas personas Pero ninguna como tú y aunque tú no lo sabes Siempre fuiste tú desde el primer momento Desde ese momento supe que eras tú.
Espero que si algún día, lees todo lo que te escribo No te enojes, te escribo con mucho amor Cuando inicie, escribiendo en lo único que pensaba era en ti Cada que tomaba mi lápiz, en lo primero que pensaba era en ti, Nadia
Y si algún día el destino quiere que te vuelva a ver Y si tu corazón tiene ganas de escucharme Te confesare lo que siento por ti Y te cantare todas las canciones, que te he escrito con mucho amor, Nadia.
Cerrar el vació que te llama, beber de la conciencia que reclama, sentir de la inocencia, fértil llama, de los amores, digerir su esencia. Así, seguir viviendo en la inocencia, de la temprana vida que comienza. Amar desde el valor, que impele, la vida en su extensión, y su mirada.
Sentado en el pretil de la nostalgia, soñar sin despertar en la espesura, de penar, de amargura y de fragancia. Volver sobre los pasos de la luna, desaprender bebiendo de la cuna. Una gota de luz, un torrente de magia, un manantial de auroras y de albas. El murmullo del agua que te cura, una emoción sentida y espontánea.
La vida en su devenir, de por si extraña, como una extensa y sutil telaraña, entretejida de verdades y añagazas, fiero volcán o apacible mañana. De sortilegios cosida la esperanza, zurcida de colores, variopinta, adornada. Vergel o árido desierto ausente en nada, una sombra fugaz, una profunda calma.
Partir por la mitad, unir las almas, oler y respirar, de placer despertar, sentir la brisa abrazando la cara, aspirar con fruición tierra mojada. Mirar la inmensidad del océano, la Naturaleza dejarte sin palabras. Así el atardecer será mañana, la noche será, cada día más clara.
Doblar la esquina, donde vive el alma, oír los manantiales, en su rumor retándola, retando a la ignorancia y a la rabia. Volver al corazón, ausente a veces, amando cada instante en cada etapa, de la vida que llega y la que marcha.
Ya los sabios de la antigüedad aconsejaban que no nos preocupáramos por aquello que no tiene solución. Bastará con que nos preocupemos de aquello, que está en nuestra mano para cambiarlo. Sobre lo que escapa a nuestro control, existe una reflexión: Hay problemas en la vida que están fuera de nuestro alcance, porque no tienen que ver con nosotros. Las personas que queremos, a veces tienen problemas que no podemos solucionar, aún cuando recurren a nosotros y reclamen nuestra ayuda. Dado que cambiar de actitudes depende de uno mismo, desde fuera, podemos guiar y aconsejar llegado el caso, pero nunca hacer el trabajo que le corresponde a la otra persona. En cambo, si que podemos rectificar aquello que no nos gusta de nosotros... Si sentimos ira, frustración, odio, o cualquiera otro sentimiento negativo, podemos revertir estas emociones, nadie más puede hacerlo por nosotros.
ODA POÉTICA Vestigio de poetas, flores muertas de colores y olores me recuerdan sensaciones que jamás llegué a conocer.
Dulces versos crudos, profundos que rompen hasta al más duro, romántico para darae besos luego de llorar sin decesos, sin excesos, versos que luego pasan a juegos al ruego, riesgo del poeta, hasta el experto temo que no se salva de sus miedos.
Bestia irreal que hace la realidad juego de perspectiva y crueldad, mariposas que se hacen monstruos si el peor de todos. . . Soy yo. La salvación de los poetas un romance de ficción que el amor ya nos abandonó.
Salvación de poetas creo yo, la más cruel de las historias, la verdad detrás de las rosas poesía con espinas romantiza la sangre de mi melancolía.