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Detente, sombra de mi amor esquivo, imagen del hechizo que mas quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo. Si al imán de tus gracias atractivo sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero, si has de burlarme luego fugitivo? Mas blasonar no puedes, satisfecho de que triunfa de mi tu tiranía; que aunque dejas de burlado el lazo estrecho que tu sombra fantastica ceñía, poco importa burlar lazos y pecho si te labra prisión mi fantasía.
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Poeta
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Decir adiós... La vida es eso. Y yo te digo adiós, y sigo... Volver amar es el castigo de los que amaron con exceso. Amar y amar toda la vida, y arder y arder en esa llama. Yno saber por que se ama... Y no saber por qué se olvida... Coger las rosas una a una, beber un vino y otro vino, y andar y andar por un camino que no conduce a parte alguna. Sentir más sed en cada fuente y ver mas sombra en cada abismo, en este amor que es siempre el mismo, pero que siempre es diferente. Porque en el sordo desacuerdo de lo soñado y lo vivido, siempre, del fondo del olvido, nace la muerte de un recuerdo. Yen esta angustia que no cesa, que toca el alma y no la toca, besar la sombra de otra boca en cada boca que se besa...
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Poeta
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Todo en ella encantaba, todo en ella atraía: su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar... El ingenio de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia, como el Avemaría: ¡quien la vió no la pudo ya jamás olvidar!... Igenua como el agua, diáfana como el día, rubia y nevada como Margarita sin par, al influjo de su alma celeste amanecía. Era llena de gracia, como el Avemaría: ¡quien la vió no la pudo ya jamás olvidar!... Cierta dulce y amable dignidad la investía de no sé qué prestigio lejano y singular, más que muchas princesas, princesa parecía. Era llena de gracia, como el Avemaría: ¡quien la vió no la pudo ya jamás olvidar!... Yo gocé el privilegio de encontrarla en mi vía dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar y cadencias arcanas halló mi poesía, Era llena de gracia, como el Avemaría: ¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!... ¡Cuánto, cuánto la quise!...Por diez años fue mía, pero flores tan bellas nunca pueden durar... Era llena de gracia, como el Avemaría, y a la fuente de gracia, de donde procedía, se volvió...como gota que se vuelve a la mar...
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Poeta
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