¿Son acaso las noches, el sentimiento que almacena las tristezas del día?. Si en ocasiones no podemos sentir ciertas miradas, que nos importa la penumbra de la noche, y que el amanecer se confunda con el nuevo día. Cuando aparezca el sol, y con su luz decida alumbrar nuestra penumbra, en ese preciso momento, nos gustaría ver disipada esa mirada anhelada con la finalidad de contemplar el día, con la penumbra de la noche. Somos muchos, los que deseamos que nuestra alma, decida no alcanzar un reproche, si decidimos vivir la noche y sentir tristeza durante el día. Está en nuestro deseo, mitigar el sufrimiento alcanzando sosiego ante tanto dolor.
Un carnaval de rostros, filigranas de gestos, rimero de sonrisas, como lluvia de enero. Palidecidas sombras, rictus que se prodigan, muecas de sensaciones, que el haber determinan, que enjugan los pasiones.
Hablan sobre el silencio, sobre el hielo caminan, en el aire sospechan, las conciencias fustigan. Un clamor de recuerdos, un devenir de sueños, la veleta justicia, que se aleja sin verlo.
Verbos que no claudican, aunque se pare el tiempo, aunque sangren las manos, aunque tiemble el cerebro. Bocas que sacrifican, con los nervios de acero, corazones de piedra, condenados sin serlo.
Viejos y nuevos sueños, realidades de ensueño, fantasías que terminan, al final y al comienzo. Besos que no culminan, manos que nunca llegan, palabras que se esfuman, cual fumata en el viento.
Corazones de acero, sin alma ni cerebro, sentenciando la hambruna, cercenando derechos. Cabalgatas del hambre, nómadas de sueños, trashumancia de vidas, ilusiones sin dueño.
Se ha quedado girando, entre amores y anhelos, y ha sembrado el camino, de atractivos señuelos. Se ha marchado sin rumbo, buscando entre los huecos, sin la sangre precisa, sin mochila ni sueños.
Corazones de carne, donde el amor es dueño, donde palpita el tiempo, donde nace el deseo, donde se agita el nervio, donde el deseo es eterno.
Tus hojas no son de un árbol, ni de acero, ni de mármol, son de papel pergamino sobria imprenta su destino.
Tus hojas no están en ramas, son lisas, delgadas, planas, páginas de la cultura fabricadas con mesura.
Tus hojas no lucen verdes son de un beige que luego pierdes conservando letras negras signos con que nos alegras.
Tus hojas no van al viento, pues, guardan razonamiento de un autor tan inspirado que nos deja su legado.
Tus hojas jamás se abaten simplemente vibran, laten, cuando sienten con delicia la vista como caricia.
Tus hojas nunca se arrugan, sin embargo, se corrugan cuando un dedo se desliza sobre su cuerpo sin prisa.
Tus hojas jamás se doblan, afán y esfuerzos redoblan por mostrar discernimiento, sabiduría, pensamiento.
Tus hojas no son sencillas, cultas germinan semillas de escritor asaz sagrado por su texto consagrado.
Tus hojas no tienen plaga, pues, su contenido halaga al lector siempre exigente, al estudiante ferviente.
Tus hojas no perfuman feo, huelen a tiempo cuando las leo dan fragancia a mi intelecto, me hacen el ser más selecto.
Tus hojas no contaminan con la ignorancia terminan en la escuela, en biblioteca, grafos desde la “a” a la “zeta”.
Tus hojas no se marchitan, porque a la lectura incitan palabras, conocimientos, de la educación cimientos.
Tus hojas no se desprenden, ya que cosidas comprenden al cáñamo enamorado de ejemplar encuadernado.
Tus hojas no caen al suelo, que nos sirva de consuelo, gozan pegadas al lomo de empastado bello tomo.
Tus hojas no morirán, antes bien perdurarán por los siglos de los siglos enseñando sin remilgos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 23 de abril del 2018 Dedicado a la Maestra María Teresa Leyva Rodríguez Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Ella siempre soñaba, que un día él regresaría y le diría:
Estoy trabajando por nuestros sueños; armando esa nuestra casa con empeño, con paredes de nubes de terciopelo y ventanales grandes para que circule el viento, trayendo el trinar del jilguero, y sin techo para que nuestro amor coja vuelo y la luna plata sea testigo del encuentro de dos seres que los ángeles unieron. Le cantaremos al amor que hay en nuestros centros y la divinidad del cielo hará caer llovizna de te quiero con el rocío de esperanza que baña nuestros cuerpos, será la energía que mantenga nuestro amor eterno. El mar con sus olas y caracolas, será el arrullo que avive la llama en nuestros centros y su brisa salobre refrescará nuestras mentes, para que nazcan los versos del amor presente; robaremos luceros y estrellas, para que alumbren cada recoveco de nuestra vida bella; el dolor del alma nunca lo sentiremos, porque en nuestro hogar nos abrigaremos. Con la brisa suave de verano, otoño o invierno, nos elevaremos, cual suave pluma que busca el cielo y con la primavera anidaremos los anhelos; entre flores blancas y mis rosas rojas de terciopelo. Nuestras manos unidas por amor sincero, serán el engranaje que una nuestros cuerpos, con pasión de aroma sempiterno más la ternura que de tus ojos obtengo, alcanzaremos esa luna plata y recorreremos la bastedad del universo. Amarte día a día y penetrar tu centro, tocar tu cuerpo y sentir tus deseos, es lo que mi espíritu pide para tenerte por completo. Mirar tus ojos y entrar a través de ellos, descubriendo todos tus secretos; esos secretos que guardas con celo y que son míos porque los conozco y sé que estoy en ellos. Volarás en mis brazos con pasión y fuego, acentuando los aromas que nos da el amor y el tiempo; y las lágrimas que derramaste cuando estaba lejos, serán perlas con las que adornaré tu cuello. Eres el amor que me llena por completo; mujer hermosa de sueños inquietos, mujer bendita de alas blancas y alma rosa, estoy aquí para beber la vida de tus besos. Ese era su sueño; despertar un día recostada en su pecho sintiendo su aroma y besarlo por completo, anulando la distancia que los separaba hace tiempo y hacer del amor un hogar eterno. Se quedó con su sueño; guardado en lo recóndito de su centro, sacándolo de cuando en cuando para escribir sus solitarios versos.
Para cuando tú vuelvas, Ya mi amor tendrá otra dueña, Habré puesto a orear mi corazón Colgado de un cordel en mi ventana, Para que el viento con su fuerza arranque Los recuerdos que de ti quedaban.
Serán de otra mis caricias que eran tuyas, Aunque al tiempo mi mente te evoque Ya será muy tarde, otra dormirá en mi cama. Privado el corazón de la razón En otra boca, tus besos habré olvidado, Para cuando tú vuelvas.
¡Crees en la educación! Pero no te preguntas ¿quien educa? Y ese, ¡desde dónde educa! Como mansos subordinados Reproduzcan mandatos y normas Algo que ellos -no han confeccionado- Pero lo nefasto es que se mantenga Esa práctica por siglos La de enseñar a repetir "para que no se repita" En esos espacios amansadores A los que llaman escuelas ejerzan la competente crueldad A domesticar para el orden y el progreso Máximas del S. XIX en espacios del S. XXI.
En ocasiones, el ser humano se engrandece con las esperanzas destruidas, y las situaciones adversas. La esperanza es un bien, y aquellos que lo han perdido casi todo, siguen viviendo con ella. ¡Nadie se siente tan viejo, para no esperar que venga un nuevo día!!. Decir te quiero con voz tenue, y besar unos labios sin pasión, no es de recibo, pues un beso así, apenas quiere decir algo. Cuando está presente el verdadero amor, tenemos que estar a su lado mañana, tarde, noche y amanecer. Es muy importante saber respetar el espacio personal... Nunca es conveniente, plantar un árbol al lado justo del otro.
La razón se ha perdido, entre arrugas y pliegues, soslayada y oculta, en las miradas cómplices, argumentos poliédricos, disfrazados de auténticos, y plegada en los labios, se ha perdido en el viento.
Cuanto cuesta un suspiro, cuanto vale un lamento, si la justicia asoma, y se oculta de nuevo. Cuando cuesta el valor, que no recibe premios, y se oculta entre mitos, de apariencia de cuento.
Se ha quedado dormida, en el fin de los tiempos, una verdad perdida, una razón sin hechos. Pletórica se ha ido, de amores en los sueños, y ha encontrado el camino, al volver a su encuentro.
Larga senda de obstáculos, preñada de diatribas, de muros que la ocultan, de rejas que la embridan, de puertas infranqueables, de vallas infinitas. Larga senda de aciertos, y de errores que gritan, los corazones nobles.
Entre contrastes habla, entre gestos se excita, en los rictus se pierde, entre los labios vibra, y un torrente de notas, de verdades sencillas, ha plasmado la historia, ha resuelto el enigma.
Sangra de amor la vida, entre peñascos rota, al capricho del tiempo, entre las horas sola. Se ha quedado entre versos, el amor que no olvida, y sembrado de notas, se ha quedado dormido, reclamando justicia.
Así, quedan los sueños, la realidad explícita, el amor en el centro, de la elipse que gira, y un fugaz pensamiento, que en el viento pulula, un andante viajero, que sin prisa camina.
Eres la alegría de mis sueños La felicidad de mi sonrisa, cuando pienso en ti Eres mi motivación para escribir, mi más linda motivación Al pensarte me motiva, el seguir escribiéndote versos.
Eres una ilusión muy hermosa, mi gran ilusión Una ilusión que meda esperanzas de verte de nuevo Eres la fuerza que hace latir a mi corazón Una fuerza que ilusiona a este triste corazón.
Eres un hermoso recuerdo, que el tiempo no pudo borrar Un recuerdo hermoso con mucha ilusión Eres el motivo de mis desvelos, de mis noches largas Noches que se vuelven mágicas y llenas de ilusión por ti.
Eres mi más hermosa inspiración Tu me inspiras el escribirte todas las noches Eres la luz de mi oscuridad, eres mis alas para volar No sé si te veré de nuevo, solo se que enamorado estoy de ti, Nadia.