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son la sonrisa de la noche la luz del amor Luna - Flor
en noches de lágrimas Me siento su mirada decorado y su cuerpo acostado.
Luna - La mujer de arte, el arte joya de la humanidad.
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Poeta
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Esto es lo tiempo del cielo y del mar hasta el horizonte Esto es lo tiempo donde el cuerpo y el alma se detén al mismo tiempo y en la misma cuna de sueños y de deseos Esto es lo tiempo de la palabra desnuda que en tus gestos se dicen y en tus besos se hacen Esto es lo tiempo del día allá del crepúsculo y del noche allá del amanecer Esto es lo tiempo de las horas lejas y olvidadas
Esto es lo tiempo en que no pasa nada porque nada tiene que pasar.
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Poeta
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El Gitano
No deseo más tu perfume Porque ya no lo tengo tu casa E ni cambio el corazón Por mil recuerdos de ti Tu eres un Louvre con Goya Mi amañecer sin ventanas Un xiste perfecto de Troya E mi rubor de semana Yo veo tu color en memória Dançar libre con mi rima Por la quintessência de Gaia Por Bolshois de ballerina Amo tu vigor prayano Peleando sóis despácio En algún paso-doble gitano Bailando sin sombra o cansaço Amo tu primor bolero E tu beso tan arisco Em tu colo aún espero Singrar por los mares sin risco.
Nina Araújo
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Poeta
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"Cuidados, ¿qué me queréis? tened un poco la rienda; que no podréis derribar lo menos de mi firmeza. Entre el amor y vosotros hay notable diferencia: que el amor tiene por gloria lo que vosotros por pena. Pensaréis que me obligáis en hacer que no lo tenga: ¿quién os engaña, cuidados, si descanso en padecerla? Para cuidaos os quiero; que no puede ser que os quiera para descanso quien ama, para cuidados quien cela. Cuando contemplo, Amarilis, en tu divina belleza, tanto gusto de los males, que de los bienes me pesa. Los desdenes de tus ojos agradezco por fineza. ¡Que nueva invención de amor que los disgustos se deban! A tal extremo he llegado, que estimo que me aborrescas, por ver si puede mi amor satisfacerse de penas. Y con pensar que te obligo aún no quiero que lo sepas, porque el verdadero amante sólo de su amor se premia. Pero mira ¡qué desdicha! que tal vez en esta ausencia no me alivia tu hermosura por imaginar mi ofensa."
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Poeta
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Juana Inés de Asbaje y Ramirez de Santillana, conocida como Sor Juana inés de la Cruz, nació en San Miguel Nepantla, en Mexico, el 12 de noviembre de 1651(se presume). Fue una religiosa catolica, poeta y dramaturga novahispana, por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de el Fenix de América y La Decima Musa. Era hija ilegítima, su madre fue la criolla Isabel Ramirez de Santillana y su padre Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca, militar español de Vergara, en la provincia vasca de Guipúzcoa. A prendió "nahuatl"con sus vecinos. Descubrió la biblioteca de su abuelo y asi se aficionó a los libros.Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clasicos griegos y romanos, y la teología del momento. Aprendió latín de autodidacta en veinte lecciones, a saber en los datos que se mencionan en algunas de sus obras, escuchando las clases que eran impartidas a su hermana, a escondidas. De joven estuvo en la corte virreinal mexicana, y de este tiempo hay muy pocos datos biográficos, aunque se sabe que fue dama de la Virreina Marquesa de Mancera. Quiso ir a la Universidad, y en algún momento le pasó por la cabeza vestirse de hombre, pero después decidió que era menos descabellado meterse a monja. Después de un intento fallido con las Carmelitas, cuya regla era de una rigidez extrema que la llevó a un periodo de convalecencia, ingresó en la Orden de las Jerónimas, donde la disciplina era más relajada. Tenía una celda de dos pisos y sirvienta. Allí se pasó la vida, escribiendo versos sacros y profanos, villancicos cada Navidad, autos sacramentales y dos comedias de capa y espada. También sirvió como administradora del convento, con buen tino, Su Confesor, el Jesuita Antonio Nuñez de Miranda le reprochó mucho que escribiese, labor que creía vedada para la mujer, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste, ante lo que ella, bajo la protección de la Virreina, Marquesa de la Laguna decidió rechazarlo como confesor. Esta amistad con las Virreinas queda plasmada en versos que usando el código del amor cortés han llevado a una erronea interpretación de las mismas, en aras de ciertas tendencias homoxesuales. A las dos que coincidieron temporalmente con ella les escribó poemas bastante encendidos, y a una le dedicó un retrato y un anillo. Fue precisamente una de las Virreinas la primera en publicar poemas de Sor Juana. Sor Juana se vió involucrada en una disputa teológica, a raiz de una critica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador de la época Antonio Vieira, que fue publicada por el obispo de Puebla Manuel Fernandez de Santacruz, quién la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea, lo que provocó la reacción de la poetisa a través del escrito "Respuesta a Sor Filotea", donde hace una encendida defensa de la labor intelectual de la mujer. Poco antes de su muerte, Sor Juana fue obligada por su confesor a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos. Recuérdese que en su tiempo la Santa Inquisición estabaa activa. Fallece, victima de una epidemia el 17 de abril de 1695 a los 43 años de edad, en Ciudad de Mexico. Entre sus obras se cuentan poemas galantes y poemas de vestíbulo sobre pies o consonancias sugeridos por otros, letras para cantarse en diversas celebraciones religiosas, y dos comedias llamadas "Amor es más laberinto" y "Los empeños de una casa". Según ella, casi todo lo escrito era por encargo y la única cosa que escribió por gusto propio es un poema filosófico llamado "Primer sueño." Se trata de una alegoría de varios cientos de lineas, con forma de silva,a propósito del ansia de saber, el vuelo del pensamiento y su consecuente trágica caída. Sor Juana también escribió un tratado de música, llamado"El caracol", que se encuentra extraviado. El estudio de más autoridad sobre Sor Juana fue escrito por Octavio Paz, y se titula "Sor Juana Inés de la Cruz o las tramas de la Fé".
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Poeta
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Las algas marineras y los peces, testigos son de que escribí en la arena tu bienamado nombre muchas veces.
Testigos, las palmeras litorales, porque en sus verdes troncos melodiosos grabó mi amor tus claras iniciales.
Testigos son la luna y los luceros que me enseñaron a esculpír tu nombre sobre la proa azul de los veleros.
Sabe mi amor la página de altura de la gaviota en cuyas grises alas definí con suspiros tu hermosura.
Y los cielos del sur que fueron míos. Y las islas del sur donde a buscarte arribaba mi voz en los navíos.
Y la diestra fatal del vendaval. Y todas las criaturas del océano. Y el paisaje total del litoral.
Tú sola entre la mar, niña a quien llamo: ola para el naufragio de mis besos, puerto de amor, no sabes que te amo.
¡Para que tú lo sepas, yo lo digo y pongo al mar inmenso por testigo!
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Poeta
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Vierte, corazón, tu pena donde no se llegue a ver, por soberbia, y por no ser motivo de pena ajena.
Yo te quiero, verso amigo, porque cuando siento el pecho ya muy cargado y deshecho, parto la carga contigo.
Tú, me sufres, tú aposentas en tu regazo amoroso, todo mi amor doloroso, todas las ansias y afrentas.
Tú porque yo pueda en calma amar y hacer bien, consientes en enturbiar tus corrientes con cuanto me agobia el alma.
Tú, porque yo cruce fiero la tierra, y sin odio, puro, te arrastras, pálido y duro, mi amoroso compañero.
Mi vida así se encamina al cielo limpia y serena, y tú me cargas mi pena con tu paciencia divina.
Y porque mi cruel costumbre de echarme en ti te desvía de tu dichosa armonía y natural mansedumbre; porque mis penas arrojo sobre tu seno, y lo azotan, y tu corriente alborotan, y acá lívido, allá rojo, blanco allá como la muerte, ora arremetes y ruges, ora con el peso crujes de un dolor más que tú fuerte. ¿Habré, como me aconseja un corazón mal nacido, de dejar en el olvido a aquel que nunca me deja? ¡Verso, nos hablan de un Dios a donde van los difuntos. Verso, o nos condenan juntos, o nos salvamos los dos!
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Poeta
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Cómo se aleja el tren, cómo se aleja, y decreciendo va y al fin se pierde, y sólo el humo en espirales deja en la extensión de la llanura verde.
Así se van las dichas de la vida, así se van las horas de ventura, y dejan sólo en su fugaz huida de los recuerdos la espiral oscura.
Los dos en el andén se despidieron largo rato a los ojos se miraron; mientras sus manos trémulas se unieron, en silencio sus almas se besaron.
En la hora fatal de la partida no hablaron de promesas ni de agravios; en los grandes instantes de la vida, hablan mejor los ojos que los labios.
Ella está aún en la estación mirando del humo las confusas espirales; y él, que ya no la ve, sigue agitando el pañuelo a través de los cristales.
Y cual de un mismo pensamiento heridos, con un acento de profunda queja, quedo exclaman los dos entristecidos: "¡Cómo se aleja el tren...Cómo se aleja!"
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Poeta
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¿Quién me presta una escalera, para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?
¡Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos, siempre con sangre en las manos, siempre por desenclavar! ¡Cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz! ¡Cantar de la tierra mía, que echa flores al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores! ¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!
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Poeta
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A tu abandono opongo la elevada torre de mi divino pensamiento; subido a ella, el corazón sangriento verá la mar por él empurpurada.
Fabricaré en mi sombra la alborada, mi lira guardaré del vano viento, buscaré en mis entrañas mi sustento... Mas, ¡ay!¿y si esta paz no fuera nada?
¡Nada, sí; nada, nada!...-O que cayera mi corazón al agua, y de este modo fuese el mundo un castillo hueco y frío...-
Que tú eres tú, la humana primavera, la tierra, el aire, el agua, el fuego,¡todo!... ¡y soy yo sólo el pensamiento mío!
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Poeta
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